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Introducción al libro de la Boca de un Sabio

Es sabido a través de libros y de autores que el estudio de la sabiduría de la Cabalá es un deber absoluto para cualquier persona de Israel. Si uno estudia toda la Torá  y conoce la Mishná y la Guemará de memoria, incluso si uno también está más colmado de virtudes y de buenas obras que el resto de sus contemporáneos, pero no ha aprendido la sabiduría de la Cabalá, deberá reencarnar en este mundo para estudiar los secretos de la Torá  y la sabiduría de la verdad. Esto se menciona en varios lugares en los escritos de nuestros sabios.

Esto es lo que dice El Zohar en la interpretación del Cantar de los Cantares, explicando el verso "Si tu no lo sabes; Oh, tu la más hermosa entre las mujeres", que nuestros sabios interpretaron como el alma que se presenta ante el Trono después de su deceso.

El Creador lo dice: "Si tu no lo sabes; Oh, tu la más hermosa entre las mujeres". Aunque ustedes sean la más hermosas entre las mujeres; y más virtuosa en buenas obras que todas las almas, si no poseen el conocimiento de los secretos de la Torá, "ve y sigue las huellas del rebaño", márchense y nunca más regresen a este mundo. "Y alimenten a sus hijos al lado de las tiendas de los pastores", vayan allá a los seminarios y aprendan los secretos de la Torá  de boca de los discípulos de nuestros sabios.

Debemos entender sus palabras condicionando la perfección de una persona en el estudio de la sabiduría de la verdad. En apariencia, ¿en qué difieren estas palabras de las demás de la Torá  revelada? No encontramos en ninguna parte que uno esté obligado a comprender todos los temas de la Torá, y que éste no estará completo si le falta algún tema de la Torá. Además dijeron nuestros sabios que el estudio no es lo más importante, sino el acto. Nuestros sabios también dijeron: "Uno hace mucho, el otro poco, mientras que aspiren sus corazones al Cielo"; y hay muchos dichos como éste.

Para poder captar la profundidad de las palabras anteriores, debemos primero comprender con razón y buen gusto lo que se ha escrito muchas veces en El Zohar y los Tikkunim (Correcciones de El Zohar): "La Torá, el Creador e Israel son uno." Esto parece muy desconcertante.

Antes de dilucidar sus palabras, les notificaré que nuestros sabios nos han definido una gran regla referente a todos los nombres santos y denominaciones en los libros. Éstas son sus palabras de oro: "Cualquier cosa que no alcancemos, no la definimos mediante un nombre."

Interpretación: Es sabido que no existe pensamiento ni percepción de Él en absoluto, como está escrito en el artículo "Elías Comenzó" al comienzo del Tikkunim de El Zohar. Por esta razón, incluso el pensamiento del "Ser" del Creador está prohibido; y más aún el habla.

Todos los nombres por los que Lo denominamos no hacen referencia a Su Ser, sino solamente a Sus Luces, que se expanden de El a los inferiores. Incluso el santo nombre Ein Sof (Infinito), que aparece en los libros de Cabalá, también es considerado como Luz que se expande de Su Esencia.

Sin embargo, ya que Él determinó que Su Luz, que se expande desde Su Ser, será alcanzada por los inferiores como Ein Sof, debemos entonces definirla mediante ese nombre. Aún así esto no se refiere a Su Esencia, ya que no existe percepción ni pensamiento de Él en absoluto. Por lo tanto ¿cómo podríamos definirlo mediante un nombre y una palabra? Después de todo, todo aquello que no alcanzamos, no podemos definir mediante nombre alguno.

Cualquier novato en la ilustración de la sabiduría de la verdad debe contemplar la gran regla recién mencionada antes de cualquier escrutinio en la sabiduría de la Cabalá: que incluso el pensamiento acerca de Su Ser está prohibido, pues no existe percepción alguna de Él. Aún así, ¿cómo pueden mencionarse algún nombre y alguna palabra respecto de Él, que indiquen alcance?

Sin embargo, es una gran Mitzvá examinar e investigar en Sus Iluminaciones que se expanden desde Él, las cuales consisten de todas las denominaciones y nombres santos publicados en los libros. Es una obligación total para cualquier persona de Israel estudiar y comprender los secretos de la Torá  y todas las formas de Su otorgamiento a los inferiores, que son lo esencial de la sabiduría de la verdad, y la futura recompensa de las almas al final de la corrección.

Está escrito en las palabras de nuestros sabios, en El Zohar y en los Tikkunim que todos los Mundos Superiores y todos los Santos Sefirot de los cinco mundos AK y ABYA han sido preparados de antemano en cantidad y en cualidad para complementar a los hijos de Israel. Esto se debe a que el alma de alguien de Israel es una parte de Dios Arriba, y "Un acto culmina en su pensamiento preliminar".

Surgió en Su Sencilla Voluntad para deleitar a las almas como recompensa por su labor. Y por esa razón la realidad entera se expandió ante Él y desde Él, a través de una secuencia de causas y efectos, descendiendo a través de los grados por los mundos AK y ABYA. Finalmente esto suscitó dos discernimientos, vestidos uno en el otro: el alma de las ocultaciones de los cielos, que se expande y reviste el cuerpo físico.

La esencia de la realidad se expandió a través del último grado, que consiste del cuerpo físico con un alma. Similarmente, la concatenación se llevó a cabo por causa y efecto en lo referente a la esencia de la existencia de la realidad, que es la regla de Su gobierno, que subyace y se despliega  a través de todos los grados.

Por consiguiente, la Luz Superior es Más Que Elevada, y finalmente se expandirá y llegará hasta el alma vestida en el cuerpo físico en este mundo, como está escrito "pues la Tierra estará llena del conocimiento del Señor, y ya no enseñará cada hombre a su vecino, y cada hombre a su hermano, diciendo: 'Conoced al Señor'; porque todos Me conocerán, desde el más pequeño hasta más grande de ellos".

Está escrito por nuestros sabios y en El Libro de El Zohar: "La Torá entera son los nombres del Creador". Todas las historias y las leyes y las frases, todas son Sus Santos Nombres."

De acuerdo con lo explicado anteriormente, que "Cualquier cosa que no alcanzamos, no la definimos mediante nombre alguno", entenderán a fondo el significado de los Santos Nombres del Creador. Éstos son los alcances que se expanden desde Él a Sus siervos, los profetas y los justos, cada cual según su propio mérito, como está escrito: "somos distinguidos, yo y Vuestro pueblo, de todas las personas que se encuentran sobre la faz de la Tierra".

Esta distinción nos llega a través de la recepción de la Torá  y el seguimiento de los Mitzvot (mandamientos), primero solamente de manera revelada. Tiene el mérito de purificar nuestros cuerpos y mejorar nuestras almas en tal medida que nos hacemos merecedores de alcanzar la Torá entera  y sus Mitzvot, así como Sus Nombres. Ésta es toda la recompensa prevista para las almas al final de la corrección. Sin embargo, es también en este mundo, como está escrito en la Guemará, que "Verás tu mundo en tu vida (Llegarás a ver tu mundo en vida )".

Eso nos explica por qué en varios sitios de El Zohar él llama a los 613 Mitzvot "613 consejos". Y en varios otros sitios de El Zohar él llama a los 613 Mitzvot "613 mandamientos". Esto se debe a que al principio uno debe mantener la Torá  y los Mitzvot a fin de purificar su cuerpo y mejorar su alma. En ese momento los 613 Mitzvot representan 613 consejos para él; o sea "pautas" mediante las cuales se va purificando poco a poco hasta que finalmente es recompensado con la Luz del semblante del Rey de la vida.

También está escrito de manera similar en la Guemará: "¿Por qué ha de preocupar al Creador si faenamos por la garganta o por la nuca? En realidad la Torá  y los Mitzvot fueron entregadas solamente para purificar a Israel".

Sin embargo, después que uno ha sido purificado suficientemente y es merecedor de la Luz del semblante del Rey, tanto los ojos como el alma se abren, y se es recompensado con las 613 Luces Sagradas que se encuentran en los 613 Mitzvot. Éstas representan Sus Nombres Santos; o sea, los que sí pueden ser alcanzados por nosotros.

Al seguir cada una de los Mitzvot, uno absorbe la parte de la Luz que está depositada en cada Mitzvá, ya que la Mitzvá es un Kli (vasija) dentro de la cual se viste la Luz. Esto se debe a que la Mitzvá es un Kli, y la Luz está envuelta en él; o sea, un Nombre Santo que pertenece explícitamente a esa Mitzvá. Éste es el significado de: "La Mitzvá es una vela, y la Torá es la Luz".

En ese momento llama a los 613 Mitzvot "613 mandamientos". Similar a quien deposita gemas y piedras preciosas dentro de una vasija y le dice a su amada: "toma este Kli para ti, pero protégelo de los ladrones y de los asaltantes". Así, vemos que se habla únicamente de la vasija, pero su intención principal son las piedras preciosas que están allí depositadas.

En los libros de Cabalá es sabido que el significado del Santo Nombre "El Único Santo Bendito" o Kudshá Brij Ju (el mismo nombre en arameo) escrito por nuestros sabios y en El Zohar, deriva del HaVaYaH (Yod-Hey-Vav-Hey). Este Nombre Santo contiene todos los Nombres Santos hasta el más Alto de los Altos. De este modo aprendemos que "La Torá y el Creador son uno", aunque las masas no Lo vean en la Torá, y solamente vean allí historias, frases y leyes.

Efectivamente ya he explicado que "manzanas de oro en engarces de plata" es la manera como se denominan los 613 mandamientos. Como ya lo han dicho nuestros sabios: "La Torá entera son los nombres del Creador". Por eso la Torá  y el Creador son uno.

Aun así tenemos general y particular, donde el Creador representa el conjunto de todos los nombres y la Luz general; y la Torá  está dividida en 613 Luces. Entonces resulta que todo esto junto es uno, y representa al Creador Mismo.

Ahora todavía nos resta explicar el discernimiento de Israel. Primero usted debe entender ese asunto sobre la multiplicidad de las formas separadas en la espiritualidad. Es decir, cómo están divididas y en qué. Las cosas corpóreas son aptas de ser separadas por un cuchillo y cosas similares; o el tiempo y el espacio las separan y distinguen. Pero esto es impensable en la espiritualidad, pues es sabido que ésta está más allá de las nociones de tiempo y espacio.

Sin embargo, sepan que en la espiritualidad toda la diferencia entre las Luces Superiores radica sólo en la desemejanza de forma. Por ejemplo: las almas mentales de la gente están ciertamente divididas en almas separadas. Cada individuo tiene un alma diferente.

Aún así la diferencia esencial entre ellos no es nada más que el resultado de su disparidad de forma. Por ejemplo: el alma de uno es buena, la del otro es mala; uno ha adquirido sabiduría, y el otro insensatez; etc. Nuestros sabios dicen respecto de esto, "Tal como sus rostros difieren entre sí, así también difieren entre sí sus criterios".

Aún así podemos comprender que si todas las personas llegasen a conceptos e inclinaciones equivalentes, sin ninguna diferencia entre sí, todas las almas de todas las personas serían consideradas como una sola alma. Su valor sería como el de la luz del sol: la luz se viste en todos los habitantes del mundo, pero aún así no distinguimos que existen formas separadas en la luz del sol. Del mismo modo, un alma mental  se hubiera vestido en muchos cuerpos, ya que los lugares no representan separación alguna en los asuntos espirituales si no existen formas separadas en sus atributos.

Ahora llegamos al escrutinio real: es sabido que el significado de las almas de los hijos de Israel es que éstas representan una parte de Dios Superior. El alma descendió en cascada por vía de causa y efecto, y descendió grado por grado hasta que se volvió apta para entrar en este mundo y vestir el sucio cuerpo físico.

Al observar la Torá y sus Mitzvot, se asciende grado por grado hasta que su estatura entera es completada. Finalmente se está apto para recibir su recompensa de El Todo, que ha sido preparada para él de antemano, y que implica alcanzar la Sagrada Torá. Es decir, los Nombres del Creador, que son los 613 mandamientos.

Ahora pueden ver con sus propios ojos que "la Torá e Israel son uno". Y la única diferencia entre la Torá y el alma radica en la disparidad de forma en el alma, la cual ha sido reducida a una muy pequeña Luz; y la Torá es Luz Simple que se expande desde Su Esencia, cuya sublimidad es interminable. Ha sido escrito: "La Torá  y el Creador son uno".

Sin embargo, cuando el alma está completa en toda su estatura y recibe la Torá  bajo la forma de Sus Nombres, es decir, alcanza toda la Luz depositada en la Torá y los Mitzvot, pueden ver que en cualquier caso la Luz del alma es igual a la Luz de la Torá. Esto se debe a que ya ha alcanzado toda la Luz depositada en la Torá.

Se considera que está aún incompleta en la medida que exista algún déficit, aun mínimo y sutil, de la Luz general de la Torá que se ha alcanzado. La razón para esto es que toda la Luz entera fue preparada para las almas. Como ya lo he explicado previamente: "Todo aquello que no alcanzamos, no lo definimos por un nombre".

Ya que la Luz ha sido preparada para ser alcanzada por el alma, y el alma no la ha llegado a alcanzar en su totalidad, es por ende considerada incompleta. Así está escrito: "Observaré la Torá  entera excepto por una cosa. Ciertamente éste es un completo malvado".

Sin embargo, igualmente pueden decir lo mismo respecto de la observancia de la Torá  y los Mitzvot para alcanzar los 613 mandamientos. Ésta está incompleta mientras carezca incluso de una sola cosa, ya sea grande o pequeña.

De este modo, finalmente llegará a la completa perfección. Es decir, alcanzar toda la Luz de la Torá. Cuando eso ocurra no existirá disparidad alguna de forma entre la Luz del alma y la Luz de Torá. Así, llegarán a sentir en todo su sabor que "la Torá e Israel son uno", literalmente.

Son uno, porque realmente no existe diferencia alguna ni disparidad de forma entre ellos. Y puesto que ya hemos demostrado que "el Creador y la Torá  son uno", y ahora hemos demostrado que "la Torá e Israel son uno", es por lo tanto evidente que "la Torá y el Creador e Israel son uno".

De todo lo susodicho pueden ver que existen dos partes en la Torá y los Mitzvot:

A.        Esto es la Torá  y los Mitzvot como aparecen a todos, siendo la observación de los Mitzvot y el estudio de Torá  bajo la forma de 613 consejos. Éstos tienen el mérito de purificar y de limpiar el cuerpo, mejorando así la virtud del alma para ser apta y ameritar recibir la Luz de la vida en el semblante del Rey, como lo fue el alma en su origen, antes de disminuirse y entrar en este cuerpo base en el mundo base.

B.        Observando los Mitzvot y estudiando la Torá bajo la forma de 613 mandamientos. O sea, la cuestión de alcanzar Sus Nombres y la recompensa entera de las almas.

El mérito de la última por encima de lo anterior, se asemeja el mérito del Cielo sobre la Tierra. La razón para esto es que la primera parte es una mera preparación, y la segunda parte es la verdadera conclusión y el objetivo de la Creación.

Esto explica nuestra pregunta previa sobre las palabras de nuestros sabios: que aun si una persona sobresale en la Torá y en las buenas obras más que todos sus contemporáneos, si él no ha aprendido los secretos de la Torá y de la sabiduría de la verdad, él deberá reencarnar en el mundo.

Hemos preguntado: "¿Cuál es la diferencia entre este asunto de la sabiduría de la verdad, y otros temas de la Torá?" No hemos encontrado en ninguna parte que uno esté obligado a ocuparse de todos los temas de la Torá. Por el contrario, hemos encontrado lo contrario a esto en muchos sitios, tales como "Uno hace mucho, el otro hace poco, en la medida que enfoquen sus corazones al Cielo". Y también: "Lo importante no es el estudio, sino el acto".

Ahora queda finalmente claro: toda la parte de la Torá  revelada no es más que una preparación para volverse digno y merecer alcanzar la parte oculta. Es justamente esta parte oculta la misma completitud y el mismo propósito para el cual uno ha sido creado.

Por lo tanto, claramente si falta una parte de esa otra parte que está oculta, aunque uno pueda seguir la Torá y observar sus mandamientos en la parte revelada, aún tendrá que volver a este mundo y recibir lo que debe recibir; es decir, la parte oculta, bajo la forma de los 613 depósitos. Sólo con esto el alma es completada de la manera que el Creador lo había predeterminado.

Pueden ver, por lo tanto, la necesidad total para cualquier persona de Israel, quienquiera que ésta sea, de ocuparse de la parte interna de la Torá y de sus secretos. Sin esto, la intención de la creación no habrá sido completada en ella.

Ésta es la razón por la cual reencarnamos, generación tras generación a través de nuestra generación contemporánea, que consiste del residuo de las almas sobre las cuales la intención de la Creación no se ha completado, pues éstas no han alcanzado los secretos de la Torá  en las generaciones anteriores.

Por esa razón dijeron en El Zohar: "los secretos de la Torá  y sus misterios están destinados a ser revelados en los tiempos del Mesías". Está claro a todo aquél que entienda, pues estará completando la intención de la creación, y por es digno de la llegada del Mesías. Por eso, e inevitablemente, los secretos de la Torá serán abiertamente revelados entre ellos, puesto que si la corrección queda impedida, estarán forzados a reencarnar.

Esto les explicará qué es lo que deberíamos preguntar sobre esta interpretación en general, pues ¿quién soy yo y quiénes son mis padres, que he sido premiado con hacer la interpretación para expandir el conocimiento de los secretos escondidos en El Zohar y las escrituras del Arí? Además, ¿por qué no hemos encontrado hasta ahora a ningún otro que interprete esta sabiduría tan abiertamente como yo lo hago?

Ahora pueden ver que debido a que nuestra generación se encuentra realmente en los tiempos del Mesías, y nos encontramos todos ante el umbral de la corrección completa, lo único de lo cual debemos prevenirnos es del abandono de la sabiduría de la verdad en esta generación. Y esto debido a la dificultad de los lenguajes y la dispersión y desorden de los temas.

Además existen abundantes problemas en nuestra generación, como ser cortos de miras. Por eso cuando el Señor desea acelerar la redención de nuestras almas, Él ha pasado a mi mano el privilegio de revelar la altura de esta interpretación; y la voluntad de Dios ha triunfado a través de mi mano.

Yo tenía otra razón que me llevó a interpretar esta revelación. Como está escrito en El Zohar: "Uno debe aprender un poco, incluso de los disparates", como está escrito: "en la medida que la Luz sobresalga respecto de la oscuridad". Después de cumplir mi tiempo en la ciudad de Varsovia, en el Estado de Polonia, confinado en mi sala y teniendo nada que hacer con respecto de la oscuridad a mi alrededor, he sido bendecido con poder instalarme en la Ciudad Santa de Jerusalén.

Al caminar entre las personas, vi realmente la pobreza de mi gente, la pobreza de sus mentes. Su risa tonta era para mis oídos como el crujido de espinas aplastadas bajo una maceta; mofándose y pisoteando el corazón y el alma de nuestros anhelos; calumniando al Señor y a Su Ley, y a Su gente en voz alta; gritando que no existe sabiduría, entendimiento ni conocimiento en la sabiduría de la Cabalá, y que más bien es un surtido de palabras y de nombres, sin sentido ni moral. Sólo palabras literales.

Es un privilegio parlotear palabras ociosas en el texto escrito con total fe en que son cosas santas, y que así el propósito de la Creación será completado sobre  nosotros. Cuando aquéllos que se ocupan en los textos literales con plena fe incrementen en número, el Rey Mesías llegará inmediatamente, pues así se completará la corrección total. Y nada más que esto es necesario.

Finalmente me reuní con los más famosos entre ellos. Éstos son gente que ya ha gastado sus años ahondando en las escrituras del Arí y El Zohar. Han tenido tal éxito que se han vuelto expertos y versados en todas las escrituras del Arí.

Tienen la reputación de ser la gente más santa de la tierra. Les pregunté si habían estudiado con un Rav que haya alcanzado la parte interna de estos temas. Me contestaron: "¡Cielos, no! No existe absolutamente ninguna parte interna aquí, sino un texto escrito literalmente, y nada más que eso. ¡Dios nos libre!"

Les pregunté si Rav Jaím Vital había alcanzado la interioridad de estos temas. Me contestaron: "ciertamente no alcanzó más que nosotros". Entonces les pregunté sobre el mismo Arí. Respondieron: "él seguramente no sabía más que nosotros acerca de la parte interna. Y todo lo que él sabía, se lo ha pasado a su discípulo, Rav Jaím Vital, y así llegaron luego a nuestras manos."

Me mofé de ellos: "¿Cómo fueron compuestos, entonces, los temas en el corazón del Arí sin ningún entendimiento ni conocimiento?" Respondieron: "Recibió la composición de estos temas a través de Elías. Y él conocía su interioridad, pues él es un ángel." Aquí mi ira se volcó sobre ellos, pues mi paciencia para con ellos se había agotado.

Cuándo vi que su insensatez se había enraizado en casi cada persona que se había ocupado en esta sabiduría en ese entonces, ¡ay de los oídos que lo escuchen!, "¿Forzará él hasta a la reina ante mí en la casa?"

El Sagrado Zohar ya ha lamentado amargamente la denegación de los pecados en sus almas al decir que no hay secretos internos en la Torá, cuando está escrito en Parashat Vayerá: "¿Acaso ha venido la Torá para enseñarnos fábulas y cuentos del pasado? Tales historias y fábulas también se encuentran entre las demás naciones". Nuestros sabios han dicho que ellos arrancan las plantaciones, pues ellos sólo toman Maljut.

¿Qué dirían los autores de El Zohar al ver semejante cultura de pecadores negando que existan conocimiento y sabiduría algunos en las palabras de El Zohar y en la misma sabiduría de la verdad? Ellos dicen respecto de los mismos secretos de la Torá,  que no existen conocimiento ni percepción algunos revelados en este mundo, sino meramente palabras vacías. Así, ellos han llegado para forzar a la Santa Divinidad dentro del palacio del Rey. ¡Ay de ellos, pues han causado un daño a sus almas!

Nuestros sabios afirmaron que la Sagrada Torá se lamenta ante el Creador: "Tus hijos Me han convertido en un canto en tabernas". Mas ellos ni siquiera dan a la Torá la apariencia de canto; sólo palabras aterradoras que despiertan el desprecio y la ira en cualquier oyente.

Además ellos desean ser recompensados al igual que Finejas, diciendo que lo hacen de plena fe. El texto dice respecto de ellos: "Pues tanto como esta gente se acerca, y con su boca y con sus labios Me honran; sin embargo se han llevado sus corazones lejos de Mí", y ésta es la causa de la ruina del Primer Templo.

El diablo aún danza entre nosotros, precisamente en los tiempos del Mesías, el tiempo del final de los secretos de la Torá. El celo del Señor de los Ejércitos llegó como el fuego que no se apagará en mis huesos. Por eso fui despertado para revelar la vestidura hasta tal punto que descubran que existe sabiduría en Israel.

Ésta ha sido de las razones principales que me trajeron hasta esta explicación. Deben ver en cada propósito y en cada meta que es completamente simple. Todo el ingenio, la inteligencia, y las muchas cuestiones se forman durante la preparación, hasta que la meta es alcanzada. Por ejemplo, cuando uno desea sentarse en una casa, necesita ingenio y conocimiento en cuanto al diseño, a la mano de obra, a la calidad y la cantidad de los cuartos y aposentos.

La meta final no es más que una simple cosa: morar allí. Éste es el significado de las palabras: "según la belleza del hombre, morar en la casa". Éste es un pensamiento simple, sin filosofía ni ingenio alguno.  Sólo una mera y simple voluntad.

Sepan que todas las sofisticaciones en el conocimiento son en su mayoría errores que deberían caer ante la verdad. Aún así la verdad en sí es simple, carente de ingenio alguno.

Existe un secreto en eso, siendo principalmente la pared de hierro que nos separa de nuestro Padre en el Cielo. Hay cosas que están ocultas debido a su gran altura y profundidad; y hay cosas que están escondidas debido a su extrema sutileza, cual moscas en el aire: demasiado finas para ser divisadas.

Ya que Su Luz es una Luz tan Simple, por eso mismo la mente humana, que no consigue percibir cuando de algo muy pequeño se trata, simplemente no la puede percibir. Pareciera que en estos temas también se necesitara de una herramienta para ver, para poder percibir las cosas más pequeñas.

Esto se debe a que, aunque no se perciba en toda su medida la altura ni la anchura, no obstante se puede percibir lo aproximado. Sin embargo, con las cosas más sutiles pareciera como si éstas no existiesen en absoluto, ya que no pueden alcanzar ni la más ínfima parte de los mismos.

 

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