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Carta N° 27

Mí querido compañero del alma y discípulo, y todos los amigos.

He recibido todas tus cartas, y puedan éstas complacer al Todopoderoso. Sin embargo, "Conoce al Dios de tu padre y sírvele”. Conocer implica reconocimiento, porque un alma que no conoce no es buena. Esto significa que, si una persona no conoce a su amo, aún cuando tenga un alma y anhele y aspire a servirle, ésta no es buena.

Aunque uno tenga un alma, no está listo para conocer Lo (al Creador), "Hasta que el espíritu se derrame sobre él desde lo Alto". Sin embargo, se debe prestar oídos y escuchar las palabras de los sabios, y creer en ellos de todo corazón.

Ya se ha escrito: "Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida". El Baal Shem Tov interpreta: "El Señor es tu sombra". Como la sombra que sigue cada movimiento de uno, acompañando cada movimiento de la persona, así es el hombre con respecto al Creador. Quiere decir que cuando se despierta el amor por el Creador, uno debe ver que en el Creador ha despertado (manifestado) hacia él un intenso anhelo. A esto se refieren las palabras de Rabí Akiva: "Bienaventurado eres, Israel, ante Quien te purificas y te purifica”.

Así, al comienzo de su acercamiento, se le da a uno un alma que es como un círculo. Esto significa que el Creador se despierta para él. En cualquier momento existe una propensión, por parte de uno, de aferrarse con ansias y con anhelo. Esto es lo que el poeta escribe: "Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida". El Rey David es el alma colectiva de todo Israel. Por lo tanto, siempre anheló, ansió y aspiró a la verdadera adhesión con Él.

Sin embargo, uno tiene que saber, a través de su corazón, que el Creador lo persigue tanto como uno lo persigue a Él. Uno nunca debe olvidarse de esto, incluso durante el mayor de los anhelos. Al recordar que el Creador lo extraña a uno y lo impulsa a adherirse a Él en la misma medida que uno lo desea para sí mismo, uno avanza siempre con cada vez más fuerza, con anhelo y esperanza, en un acoplamiento que no tiene límites, hasta la completa perfección del alma. Al final uno obtiene el arrepentimiento por amor, lo cual representa el retorno de la Vav (una de las letras hebreas que conforman el nombre de Dios de 4 letras) a la Hey (otra de las letras hebreas que conforman el nombre de Dios de 4 letras), que es la unificación del Creador con la Divinidad.

Sin embargo, un alma que ni conoce ni reconoce al Señor, se halla en un gran declive cuando aumenta su anhelo en cierta medida. Esto se debe a que en ese momento uno piensa que el Creador lo desprecia; ¡vergüenza y desgracia! No solamente no satisface su anhelo y ansias de encontrarse lleno del amor eterno, sino que además se encuentra en un estado que llamamos "un susurrador separado del campeón", ya que cree que sólo él anhela y ansía el Creador. No cree en nuestros sabios, en cuanto a que en la misma medida el Creador también lo desea, lo anhela y aspira a él.

¿Qué vamos a hacer para beneficiar a aquéllos cuyos corazones no se apoyan en la fe en los sabios? "¿Desde mi carne he de ver a Dios?" Ya te he demostrado en varias ocasiones que las conductas de este mundo son Otiot (letras) que uno debe copiar en su lugar real en la espiritualidad, pues en la espiritualidad no hay Otiot.

Sin embargo, debido al rompimiento de las vasijas, todas las Otiot fueron expulsadas hacia conductas corporales y personas. Cuando uno se corrige y alcanza la raíz, su alma, debe reunirlas una por una, y traerlas de vuelta a la raíz, a la santidad. Éste es el significado de "condenarse a sí mismo y al mundo entero a una escala de méritos”.

El tema de la unificación del Creador y la Divinidad, que uno induce cuando ya ha tenido su ración de ansias y de anhelo, es precisamente como el Zivug (cópula) subyacente, que aplica al nacimiento de un cuerpo físico. Esto también se extiende necesariamente por causa y efecto; es decir, el endurecimiento que representa una cierta medida de anhelo y de ansias, y que se llama “dureza” en el idioma corporal. Entonces, la semilla de uno es también bendecida, pues dispara como una flecha Néfesh (alma), Shaná (año) y Olam (mundo). Éste es el significado de “¿cómo puede existir arrepentimiento?” En el mismo lugar, al mismo tiempo, con la misma mujer, ya que Hey Tata'á (la Hey inferior) consiste de Néfesh (alma), Shaná (año), Olam (mundo).

“Néfesh” es la medida del anhelo y de la aspiración. Shaná representa los estímulos cambiantes, pues el Zivug (cópula) completo comprende la medida entera para restaurar la gloria pasada; es decir, en la misma cohesión en la que se encontraban antes de ser separados en el mundo físico. Sin embargo, uno no puede encontrarse listo de una sola vez para esta unión sublime, llamada “Zivug completo”. Por el contrario, "Ciertamente el bien y la misericordia".

Por lo tanto, el estímulo, que representa el principio del Zivug, es el sentido de "un (hombre) recto que sufre". El Creador no tiene ningún deseo de su adhesión, y por lo tanto no prueba el amor en el anhelo y en la aspiración que necesita "la misma cosa" y "el mismo lugar". Así, uno se encuentra en un estado de tristeza, que es Nega (aflicción), que está destinada a convertirse en Oneg (deleite).

Sin embargo, "el tiempo hará lo que la mente no hace." El Creador cuenta todos los estímulos y los junta totalmente, al grado de la dureza apropiada para el día previsto. Esto es a lo que el poeta se refiere al decir al decir: "Despierta y haz resonar para acallar cualquier grito". "Adhesión" es orgasmo, tal como está escrito, "adherido a la mujer de su hermano", que representa la unión del Creador con la Divinidad desde Arriba hacia Abajo, antes de que el alma se revistiera en la encarnación de este mundo.

Luego, cuando una persona se prepara para retornar a su raíz, no induce la unión completa de una sola vez, sino que crea estímulos, lo cual es el grado de Néfesh por medio de ciclos, persiguiendo la Divinidad con todas sus fuerzas, temblando y sudando hasta que monta esta extremidad todo el día y toda la noche, sin cesar.

Ocurre de forma similar que con los libros, que están escritos por ciclos. Mientras que el alma de uno se completa en los grados de Néfesh, se va acercando, y así crecen también su anhelo y su pesar. Esto se debe a que el deseo insatisfecho deja atrás una gran aflicción, de acuerdo con la medida del deseo.

Este es el significado de "haz resonar". El poeta nos enseña y dice: "Despierta" significa que induces los estímulos en la Sagrada Divinidad. "Haz sonar", pues provocas una gran aflicción, como ninguna otra; y esto significa "gemía y clamaba", porque "¿Qué dice la Divinidad cuando uno se encuentra afligido, etc.?" ¿y por qué se hace? Es para poder acallar "cualquier grito".

Esto significa, "La justicia del (hombre) recto no lo librará el día de su transgresión". Para Él, que conoce todos los misterios, es conocido el deseo en el corazón de uno por acercarse a Él; y que éste aún podría ser interrumpido. Por lo tanto, Él, el Bendito, aumenta Sus estímulos. Esto se refiere al comienzo de los Zivugim,pues si uno escucha Su voz a modo de "El Señor de tu sombra", uno no cae debido a la aflicción cada vez mayor de los estímulos. Esto ocurre debido a que uno ve y oye que la Sagrada Divinidad también sufre igual que uno debido al aumento de su anhelo. De este modo se fortalece el anhelo, y se intensifica a cada vez hasta que el punto en el corazón se completa en toda la medida de su deseo y voluntad, en un apretado nudo que no se deshará.

Rabí Shimón Bar-Yojay habló de esto en el Idra: “Yo soy para mi Amado; y por encima de mí, (está) Su deseo”. Todos los días estaba conectado a este mundo con un nudo conectado a Él, al Creador, y por eso, ahora “y por encima de mí, (está) su deseo”, etc. Esto significa, “hasta que Aquél, que conoce todos los misterios dé testimonio de que uno no se regrese a la insensatez”. De este modo se le concede el regreso de la Hey a la Vav por toda la eternidad; es decir, el Zivug completo y la restauración de la gloria pasada, que significa “una gran adhesión”.

Todo esto es por el poder de- y en virtud de hacer resonar, pues así se ha acallado cualquier grito, y uno ya no recaerá en la insensatez. De este modo uno se hace acreedor a la consciencia total, en un Zivug sin fin, llamado "saber". Además, uno descubre que todos los obstáculos que había recibido, no habían sido sino "para llegar a saber". Éste es el significado de "al mismo tiempo”, que quiere decir "conocido por Él, que conoce misterios”, que los tiempos (veces) han creado ese poder en él, para que permanezca en su rectitud por siempre.

"En el mismo lugar" significa la restauración de la gloria pasada, como había sido antes de su disminución. Esto ya lo has escuchado de mi boca en varias ocasiones, pues el Creador no hace nada nuevo al final de la corrección, como creen los necios. Por el contrario, "Y comerás lo que ha sido almacenado por largo tiempo"; es decir, hasta que se diga: "Yo quiero".

"En la misma mujer..." "… la gracia es engañosa y la belleza es vana; pero la mujer que teme al Señor será alabada." Esto significa que, durante la preparación, la belleza y la gracia se manifiestan, y también la esencia de la perfección que uno ansía y anhela. Sin embargo, en el momento de la corrección, cuando "la Tierra estará llena del conocimiento del Señor", entonces, "veré un mundo opuesto", porque sólo el temor y el anhelo son la esencia de la perfección deseada. Entonces uno comienza a sentir que, durante el tiempo de preparación, se estaba mintiendo a sí mismo. Éste es el significado de "un ”recto” que está feliz"; o sea, el Zivug completo para aquél a quien se le garantiza la gran adhesión. Éste es un completo (hombre) recto.

Enseña estas palabras ante los ojos de todos los amigos, y con eso te bendeciré escribiendo y firmando en los libros de los (hombres) rectos.

Yehuda Leib

 

Mis problemas son muchos, y no puedo hacerte saber la grandeza de mi anhelo por ti; pero estoy seguro de la redención, que está cerca. No me prives de tus cartas, al menos una carta cada semana. Créeme que mientras me escribas, la respuesta llegará de inmediato.

No he oído nada de nuestro amigo... ¿acaso no existe necesidad alguna en aquellos que Le temen? También acerca de eso me debería informar. Echo de menos oír de él y su familia.

Todo lo mejor, y si Dios quiere, hablaremos largo y tendido de temas agradables.

Yehuda

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