You are here: Home / Biblioteca / Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) / Shamati / 4. ¿Cuál es la razón de la pesadumbre que uno siente al anularse ante el Creador durante el trabajo?

4. ¿Cuál es la razón de la pesadumbre que uno siente al anularse ante el Creador durante el trabajo?

Lo escuché el 12 de Shevat, 6 de febrero de 1944

Debemos saber la razón de la pesadumbre que se siente cuando uno desea trabajar para anular su “yo” ante el Creador, y no preocuparse por su interés personal. Y uno llega a un estado en el que parece que el mundo entero se detiene, y que sólo uno está, aparentemente, fuera de este mundo dejando de lado a la familia y a los amigos con el fin de anularse ante el Creador.

No hay más que una simple razón para esto, y se llama “falta de fe”. Esto significa que uno no ve frente a quién se está anulando; es decir, no siente la existencia del Creador. Esto provoca pesadumbre.

No obstante, cuando uno empieza a sentir la existencia del Creador, su alma inmediatamente aspira a anularse y a conectarse a la raíz, para integrarse a ella como “una vela en el interior de una antorcha”, sin ningún discernimiento mental o racional. Pero esto le sucede a uno de forma natural del mismo modo que una vela se anula frente a una gran antorcha.

Entonces, resulta que la esencia del trabajo de uno consiste sólo en alcanzar la sensación de la existencia del Creador; o sea, sentir la existencia del Creador y que “toda la Tierra está llena de Su Gloria”. En esto consiste todo el trabajo de uno; es decir, en que todo el vigor y el esfuerzo que uno suma en el trabajo sean sólo con el objetivo de alcanzar aquello, y con ninguna otra finalidad.

Uno no debe confundirse pensando que tiene que obtener algo. Por el contrario, sólo hay una cosa que la persona necesita: la fe en el Creador. No debe pensar en nada más, es decir, que la úni­ca recompensa que anhele de su trabajo sea la fe en el Creador.

Es necesario que sepamos que no existe di­ferencia entre la pequeña o la gran luminosidad que una persona alcance. Esto se debe a que no ocurren cambios en la Luz. Por el contrario, to­dos los cambios suceden en los Kelim (vasijas) que reciben esta abundancia, como está escrito en “Yo, el Señor, no cambio”. Por ende, si uno puede agrandar sus propias vasijas, en esa misma medida aumenta la luminosidad.

Aun así, la cuestión es: ¿Con qué puede uno aumentar sus vasijas? La respuesta es: e la medida en que alabe y agradezca al Creador por haberlo acercado a Sí Mismo, uno podrá percibirlo y pen­sar en la importancia de esto, el hecho de haber sido recompensado con cierta conexión con Él.

Según el grado de la importancia que uno se imagine, será la medida de la luminosidad que crezca dentro de uno. Debemos saber que jamás llegaremos a conocer la verdadera medida de la importancia de la conexión entre el hombre y el Creador, puesto que uno no puede calcular su verdadero valor. En cambio, cuanto más la aprecie, en esa misma medida captará su valor e importancia. Hay una fuerza en ello, en virtud de la cual uno puede lograr que esa luminosidad permanezca en uno de manera perenne.

Back to top