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124. Un Shabat de Génesis y de los seis mil años

Lo escuché

Existen dos discernimientos de Shabat: 1) de Génesis; 2) de los seis mil años. Y la diferencia entre ambos es la siguiente: Es sabido que hay un punto de detención y un descanso. Se trata de una detención cuando no hay nada más que añadir. El descanso, por otra parte, deriva (en he­breo) de las palabras “de pie” y “descansando”, y aluden a uno en el medio de su trabajo. Y puesto que no tiene fuerzas para continuar con su traba­jo, se para y descansa para recuperar fuerzas y luego reanudar su trabajo.

Un Shabat de Bereshit implica que no hay nada más que añadir. Esto se llama detención. Un Shabat de los seis mil años viene a ser des­canso, a través del cual uno recibe fuerzas para continuar con su trabajo los demás días de la semana.

Ahora podemos comprender las palabras de nuestros sabios que dicen: Shabat dijo: ‘Le has dado una pareja a todos, pero no a mí’”. Y el Creador respondió: “Israel será tu pareja”. Aquí, “una pareja” se refiere a ZA (Zeir Anpin). Si hay una Nukva, puede haber un Zivug (heb: Acopla­miento); y del Zivug surge la descendencia; o sea, la renovación y las adiciones.

Nukva representa una carencia. Si hay una ca­rencia en algún lugar, hay lugar a que esta sea co­rregida; y se considera que todas las correcciones han sido realizadas satisfactoriamente mediante la extensión de la Luz Superior hacia dentro del sitio que poseía esa deficiencia. Pero resulta que, en realidad, no había deficiencia alguna, sino que la carencia que previamente consideraban como una deficiencia, surgió primero bajo la forma de una corrección para que así la Luz Superior pu­diera fluir desde Arriba.

Esto es similar a quien considera algún asunto y se esfuerza por entenderlo. Y cuando consigue el significado, descubre lo contrario; ya no sien­te el sufrimiento que lo acosaba cuando aún no comprendía este asunto sino, ahora se regocija de su suerte. La alegría se mide de acuerdo al es­ fuerzo que había realizado antes de haber llegado a comprender el asunto en cuestión.

De esta forma, el tiempo de observación que mencionamos se llama Nukva, una carencia. Y cuando uno se une con esta carencia, da a luz a la descendencia, la renovación. Esto es lo que de­claró Shabat: “Ya que no hay trabajo en Shabat, no habrá descendencia ni renovación”.

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