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190. Todo acto deja una impresión

Lo escuché el 1 de Pésaj durante una comida; 15 de abril de 1949

Preguntó si la redención de nuestra tierra, de los opresores, nos está afectando. Hemos sido recompensados con el hecho de haber sido libe­rados de la opresión de las naciones, y nos hemos vuelto como todas las naciones, donde uno no se encuentra esclavizado al servicio de otro. Y esa libertad ha de habernos afectado de forma tal que tengamos alguna percepción del servicio del Creador; y dice que no debemos pensar que esto no nos afecta y que no se manifieste ningún cam­bio en esta servidumbre de la libertad.

Esto sería imposible, ya que el Creador no actúa en vano. Por el contrario, todo lo que Él hace nos afecta, ya sea para bien o para mal. Esto significa que de cada acto que Él realiza, se extiende hacia nosotros una fuerza adicional, ya sea positiva o negativa; es decir, Luz u oscu­ridad. A partir de esta acción también podemos llegar a ascender, ya que no siempre hay permiso y fuerza en la espiritualidad, y siempre debemos continuar estando bajo esta fuerza.

Por ende, uno no puede decir que la libertad que ha alcanzado no ha inducido cambio algu­no en él. Aún así, si no sentimos ningún cambio para bien, entonces debemos entender que este es un cambio para mal, aunque no lo sintamos.

Y lo explicó después de la salida del día festivo, luego de la Havdalá (heb: final de la bendición del feriado). Es parecido a una comida de Shabat o día festivo, donde los placeres corporales suscitan placeres espirituales de acuerdo con la relación entre raíz y rama. Viene a ser una especie de mun­do por venir. Y ciertamente, probar del mundo por venir requiere que se lleven a cabo grandes pre­paraciones durante los seis días de acción. En la misma medida en que uno se haya preparado, será la sensación que despierte en sí.

Pero sin la preparación adecuada para atraer el sabor espiritual del Shabat, ocurre lo contrario: uno empeora debido a los placeres corporales. Esto se debe a que después de las comidas corpo­rales, sólo le da sueño y nada más, ya que luego de comer viene el sueño. De este modo, el hecho de comer lo habrá hecho caer más bajo.

Pero llegar a la espiritualidad a través de pla­ceres corporales requiere grandes esfuerzos, ya que esta fue la voluntad del Rey. Están en con­traste, puesto que la espiritualidad está ubicada bajo la línea del otorgamiento y la corporalidad lo está bajo la recepción; y puesto que esta fue la voluntad del Rey, la espiritualidad es atraída ha­cia placeres corporales, ubicados bajo las Mitz­vot (preceptos), y que vienen a ser los placeres de Shabat y de un día festivo.

También debemos ver que incluso con esta libertad que nos ha sido otorgada, necesitamos gran preparación e intención para extraer la li­bertad espiritual, llamada “la liberación de ma­nos del Ángel de la Muerte”. Entonces seremos recompensados con “la Tierra entera está llena de Su gloria”, llamada Mojin de AvI. Esto quiere decir que no veremos tiempo ni lugar algunos en donde no se encuentre implícito el Creador, y no podremos decir que Él no puede vestirse en tal tiempo o lugar, sino que la Tierra entera está lle­na de Su gloria.

Pero antes de eso existe una diferencia “en­tre la Luz y la oscuridad y entre Israel y las Na­ciones”: en el lugar de la Luz el Creador está presente; y no ocurre lo mismo en un lugar de oscuridad.

Además, en Israel existe un lugar destinado para la Luz Divina de Israel. No lo hay, en cam­bio, en las naciones del mundo: el Creador no se viste dentro de ellas. “Y entre el séptimo día y los seis días de acción”. Aún así, cuando recibimos Mojin de AvI, somos recompensados con el nivel de “la Tierra entera está llena de Su gloria”. En ese momento no hay diferencia entre los tiem­pos, y Su Luz está presente en todos los sitios y en todos los tiempos.

Y este es el significado del Pésaj (heb: Pascua judía), cuando Israel obtuvo la libertad, o sea, los Mojin de AvI, considerados “la Tierra entera está llena de Su gloria”. Naturalmente, no hay lugar para la inclinación malvada, ya que no está dis­tanciada, a través de sus acciones, del trabajo de Dios. Al contrario, vemos cómo condujo al hom­bre hacia Su labor, aunque haya sido solamente de acuerdo a un despertamiento desde Arriba.

Por eso dijeron que la santa Divinidad dijo: “He visto la imagen de una gota de una rosa roja”. Quiere decir que vio que había un sitio que aún necesitaba ser corregido, pues Él no podía iluminar ese lugar. Por esta razón nece­sitaban contar las siete semanas de la cuenta de Omer: para corregir esos sitios, para que poda­mos llegar a ver que “la Tierra entera está llena de Su gloria”.

Es parecido al ejemplo de un rey que tiene una torre llena de lujos y demás cosas placenteras, pero que no tiene visitas, y por lo cual decide crear a las personas, para que estas puedan ir y recibir Su abundancia.

Pero nosotros no estamos viendo la torre llena con cosas placenteras. Por el contrario, vemos que el mundo entero está lleno de sufrimiento. En realidad tenemos “vino real en abundancia”, pero la justificación que damos es que, desde el punto de vista de Maljut, no hay necesidad algu­na para ese vino. Aquí los innumerables placeres son comparados con el vino.

En cambio, la carencia existe sólo en cuanto a los Kelim (heb: vasijas), pues no tenemos las vasijas adecuadas para recibir esta abundancia, ya que es específicamente dentro de los Kelim de otorgamiento que podemos recibirla.

El grado de grandeza de esta abundancia está de acuerdo con el valor de la grandeza de los Kelim. Por lo tanto, todos los cambios suceden solamente en los Kelim, no en las Luces. Esto es lo que nos indica el texto: “ – l Kelim dife­rentes entre sí – y vino real en abundancia”, tal como estaba contemplado en el Pensamiento de la Creación para hacer el bien a Sus creaturas de acuerdo a Su capacidad.

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