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Yehuda Ashlag (Baal HaSulam)

El Rabí Yehuda Leib HaLeví Ashlag (1885-1954) es conocido como Baal HaSulam (Dueño de la Escalera) por el Sulam (escalera), el Comentario sobre El Libro del Zohar. Baal HaSulam dedicó toda su vida a las interpretaciones e innovaciones de la sabiduría de la Cabalá, difundiéndola en Israel y alrededor del mundo. Fue él quien desarrolló un método único para el estudio de la Cabalá, por medio del cual toda persona puede penetrar en una dimensión más profunda de la realidad para descubrir sus raíces y el sentido de su existencia.

Baal HaSulam nació en Varsovia, Polonia, el 4 noviembre de 1885. A los diecinueve años, fue ordenado rabino por los principales rabinos de Varsovia, y durante dieciséis años sirvió como dayan (juez ortodoxo judío) y maestro en Varsovia.

El maestro de Baal HaSulam fue el Rabí Yehoshua de Porsov. En 1921, Baal HaSulam emigró a Israel y se estableció en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Rápidamente, corrió la voz de su llegada entre los judíos que también habían emigrado desde Polonia, y enseguida se convirtió en toda una autoridad en materia de Cabalá. Poco a poco un grupo de estudiantes se fue formando en torno a él para estudiar Cabalá a altas horas de la madrugada. Más tarde, Baal HaSulam se trasladó de la Ciudad Vieja, a Givat Shaul, que en aquella época era un vecindario nuevo en Jerusalén, donde ejerció durante varios años como rabino.

Desde 1926 a 1928 Baal HaSulam residió en Londres y fue durante este tiempo cuando escribió el comentario sobre "El Árbol de la Vida" - Panim Meirot uMasbirot - que imprimió en 1927. A lo largo de su estancia en Londres, Baal HaSulam mantuvo numerosa correspondencia con sus estudiantes en Israel, y estas misivas se recopilaron en 1985 en un libro llamado "Igrot Kodesh" (Cartas de Santidad).

En 1933 Baal HaSulam publicó los tratados Matan Torá (La Entrega de la Torá), HaArvut (La Garantía Mutua) y HaShalom (La Paz).

Las dos grandes obras de Baal HaSulam, como resultado de muchos años de trabajo son el Talmud Esser Sefirot (El Estudio de las Diez Sefirot), un comentario sobre los escritos del ARÍ, Perush Ha Sulam (El Comentario Sulam) sobre el Libro del Zohar. La publicación de las 16 partes (en 6 volúmenes) del Talmud Esser Sefirot comenzó en 1937. En 1940 publicó Beit Shaar HaKavanot (La Puerta de las Intenciones) con comentarios sobre una selección de escritos del ARÍ.

El Perush HaSulam sobre el Zohar, fue impreso en 18 volúmenes entre los años 1945 y 1953. Más tarde, Baal HaSulam escribió tres volúmenes adicionales con comentarios sobre El Nuevo Zohar, cuya impresión concluyó en 1955, habiendo ya fallecido su autor.

En su Introducción al Libro de Zohar, Baal HaSulam escribe lo siguiente (artículo 58): "Y he llamado a este comentario Sulam (escalera) para mostrar que su propósito es que, como con una escalera, si usted tiene un ático lleno de bienes, entonces todo lo que necesita es una escalera para subir hasta él, y entonces todo el bienestar del mundo estará en sus manos".

Baal HaSulam escribió una serie de introducciones que preparan al estudiante para abordar correctamente el estudio de los textos de Cabalá. Entre ellas se encuentran: Prefacio al Libro del Zohar, Introducción al Libro del Zohar, Prefacio a la Sabiduría de la Cabalá, Prefacio al Comentario Sulam, Prefacio General al Árbol de la Vida e Introducción al Talmud Esser Sefirot.

En 1940, Baal HaSulam publicó el primer y último número del diario HaUmá (La Nación). El diario fue cerrado por las autoridades del Mandato Británico después de haber recibido información tendenciosa para impedir su publicación.

Baal HaSulam se enfrentó a enormes dificultades para imprimir sus libros. Podemos comprender la importancia que él atribuía a la impresión y diseminación de la Cabalá al leer la descripción del Profesor Shlomo Giora Shoham - laureado con el Premio Israel del año 2003-, sobre su reunión con Baal HaSulam en el comienzo de los años 1950.

"Lo encontré de pié en un edificio ruinoso, casi una choza, en el cual había una vieja imprenta. Él no podía pagar un tipógrafo y realizaba la composición tipográfica él mismo, letra por letra, de pié frente a la imprenta durante horas, a pesar del hecho que tenía más de sesenta años. Ashlag era claramente un tzadik (hombre justo), un hombre humilde, con un rostro radiante. Pero, él era un personaje absolutamente marginal y muy pobre. Tiempo después, escuché que pasaba tantas horas en la composición tipográfica que el plomo, utilizado en el proceso de impresión, dañó su salud".

Este extracto fue publicado el 17 de diciembre del 2004 en el periódico Haaretz, en un artículo escrito por Micha Odenheimer.

Baal HaSulam no solamente plasmó sus ideas en el papel sino que actuó vigorosamente para promoverlas. Se reunió con un gran número de líderes de los asentamientos judíos en Israel en ese tiempo, con los líderes del movimiento del Partido Laborista y muchos otros personajes públicos.

Entre ellos se encontraban David Ben-Gurión, Zalman Shazar, Moshe Sadeh, Haim Arlozorov, Moshe Aram, Me'ir Yaari, Yaakov Hazan, Dov Sadan y el gran poeta Haim Nahman Bialik.

Según Ben-Gurion, él se reunió varias veces con Yehuda Ashlag y quedó muy sorprendido: yo quería hablar con él acerca de la Cabalá, y él deseaba hablar sobre el socialismo (Archivo de Ben-Gurión, Diarios, 11 de agosto de 1958).

En su ensayo Tres reuniones y el intermedio (Amot, Tel-Aviv, 1963, p. 49), Dov Sadan escribe: El Rabí Yehuda Leib Ashlag, uno de los cabalistas más ilustres de ese tiempo, se propuso convertir los fundamentos de la Cabalá en un motor histórico de nuestra generación. Debido a su percepción socialista, basada en lo anterior, buscó ponerse en contacto con el Movimiento del Kibutz.

Sería sorprenderte pensar que Baal HaSulam haya buscado conexión con el movimiento del Partido Laborista y sus líderes, teniendo en cuenta el abismo perceptivo entre ellos. Sin embargo, un estudio profundo de sus escritos revela la personalidad fascinante e intrigante de un erudito que estaba tan involucrado en los acontecimientos de su época, tanto en Israel como en todo el mundo, un hombre cuyas ideas están consideradas como revolucionarias y osadas incluso el día de hoy.

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