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82. La plegaria que uno siempre debe elevar

Lo que escuché en privado, en Vayerá, noviembre de 1952

La fe se entiende como Maljut interpretada como mente - y el corazón; como, otorgamiento y fe. Y en oposición a la fe está la Orlá (heb: prepucio), que consiste en “saber”. El saber lleva a considerar más el discernimiento de la Orlá. La fe, por otra parte, llamada “la Sagrada Shejiná (heb: Divinidad)”, se encuentra en el polvo. Esto significa que esta Labor es considerada indigna, y por eso todos evitan andar por esta senda. Pero en realidad sólo esta recibe el nombre de “la senda de los Tzadikim (heb: Hombres Rectos) y Kedushá”.

El Creador desea que Sus Nombres sean reve­lados sólo de esta forma, pues así puede existir certeza de que no se mancillen las Luces Supe­riores; y esto se debe a que toda base radica en el otorgamiento y la Dvekut (heb: Adhesión). Ade­más, las Klipot no pueden succionar nada de esta cualidad, ya que sólo pueden succionar de allí donde se procura conocimiento y recepción.

Y allá donde reina la Orlá, la Sagrada Shejiná no puede recibir las Luces Superiores dentro de sí. Y esto es para que las Luces no caigan dentro de las Klipot. Por esta razón tenemos “la aflicción de la Shejiná”, que se refiere a que las Luces Su­periores están impedidas de entrar dentro de ella para poder volcarse (luego) encima de las almas.

Y esto depende de los niveles inferiores sola­mente. El Altísimo sólo puede dispensar la Luz Superior; pero la fuerza del Masaj, a través de la cual los del nivel inferior no habrán de desear recibir nada dentro de las vasijas de recepción, depende del trabajo del nivel inferior; es decir, el nivel inferior es el que debe realizar ese es­crutinio.

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