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El asunto de la importancia de los amigos

El asunto de la importancia de los amigos

Con respecto a la importancia de los amigos que se encuentran dentro del grupo, ¿de qué manera hay que estimarlos? Es decir, ¿cuál es la forma de la importancia que cada uno tiene que observar en su amigo? Y he aquí la mente le obliga, a que si él observa que su amigo se encuentra en un escalón más bajo que el suyo; entonces, él quiere enseñarle cómo es que deberá conducirse con mejores modales de los que aquel posee. Resultando que no puede ser su amigo, sino que puede aceptar a su amigo como un alumno y no como un amigo.

Y si él ve que su amigo está en un escalón más alto que el suyo y, ve que tiene que aprender de él buenos modales; en tal caso, él puede ser su Rav (maestro), y no su amigo.

Esto significa que precisamente mientras ve que su amigo se encuentra en el mismo nivel junto con él; entonces, lo puede aceptar como amigo pudiendo conectarse con él. Ya que “amigo” significa que ambos están en el mismo estado. Y esto es lógico. Es decir, que ambos tienen equivalencia de opiniones, por consiguiente, han decidido que unirían y activarían esta meta, la cual ambos quieren alcanzar.

Es como dos amigos que concuerdan en sus ideas y hacen juntos algún negocio, a fin de que este negocio les traiga alguna ganancia. Y es entonces en este orden que ambos sienten que tienen los mismos poderes. Lo cual no es así, si uno siente que es más hábil que el otro, entonces él no lo acepta puesto que no serán socios igualitarios, sino que se hacen socios de acuerdo a un cierto porcentaje; es decir, de acuerdo a los poderes y virtudes que tiene uno en comparación al otro. Y entonces el negocio es por un tercio y un cuarto, por lo que no es conveniente decir, que ambos son socios igualitarios.

Pero no es así en el amor de los amigos, ya que cuando ellos se conectan para que exista entre ellos unidad, significa precisamente que entre ellos hay igualdad, la cual es llamada “unidad”. Por ejemplo, si ellos hacen algún negocio juntos y, dicen que no dividirán las ganancias igual a igual, ¿podría esto llamarse “unidad”?

Pero indudablemente todo este asunto del amor de los amigos, debería ser realizado de tal manera que todas las ganancias del amor de los amigos se controlaran en una forma equitativa. Y no que se vayan a rechazar y ocultar, no este de ese ni ese de aquel, ya que así todo sería con amor y amistad, con verdad y paz.

Pero en el libro Matán Torá (‘La Entrega de la Torá’, pág. 142) está escrito: “No obstante, son dos las condiciones que actúan en el alcance de la elevación:

  1. Siempre escuchar y aceptar la apreciación del ambiente en la medida de su participación; y,
  2. Que el ambiente sea grande, tal como está escrito ‘En la multitud del pueblo reposa La Gloria del Rey’”.

Y a fin de aceptar la primera condición, cada estudiante debe sentirse como si fuera el más pequeño de todos los amigos. Y entonces podrá recibir de todos, el valor de la elevación, ya que un grande no puede recibir de uno más pequeño y, menos aun inspirarse de sus palabras. Y sólo el menor se impresiona del valor del grande.

Y con respecto a la segunda condición, cada estudiante debe elevar las virtudes de su amigo como si fuera el más grande de la generación. Y entonces, el entorno actuará como que fuera un gran entorno apropiado, pues ‘la calidad es más importante que la cantidad’”.

Y lo dicho anteriormente implica, que en el asunto del amor de los amigos, “Un hombre a su amigo ayudará”, lo cual significa que es suficiente que cada uno mantenga a su amigo como si estuviera con él en el mismo nivel. Pero por causa de que cada uno tiene que estudiar de su amigo, es que entonces existe el asunto del Rav (maestro) y el estudiante. Por eso tiene que considerar a su amigo como más grande que él.

Pero ¿cómo es posible considerar a su amigo como más grande que él, ya que por el momento ve que tiene virtudes más grandes que su amigo; o sea, que es más talentoso y tiene mejores atributos? Esto es posible entender en las dos formas siguientes:

  1. Él va con el aspecto de la fe por encima de la razón, de manera que desde el momento en que escogió para él un amigo, ya lo mira por encima de la razón; y,
  2. Esta forma es más natural; es decir, dentro de la razón. Puesto que si decidió aceptarlo como amigo y, trabaja consigo mismo para amarlo, he aquí que es por medio del amor, que se ven sólo las cosas buenas; y las malas, aunque existan en su amigo, él no las ve; como está escrito: “El amor cubre todas las transgresiones”.

Y eso es lo que vemos, que un hombre puede ver las faltas de los hijos del vecino, pero no ve las de sus propios hijos. Y cuando le dicen que sus hijos tienen algunas faltas, de inmediato empieza a discutir con su amigo y, comienza a nombrar todas las virtudes que tienen sus hijos.

Y cabe aquí la pregunta, ¿Cuál es la verdad? Puesto que en sus hijos hay virtudes, y debido a esto él se enoja cuando dicen lo contrario acerca de ellos. Y el asunto es así, tal como lo escuché de mi padre y maestro, que de verdad en cada persona hay faltas y virtudes. Y tanto el vecino como el padre, están diciendo la verdad. Solamente que el vecino no se relaciona con los hijos del otro, como en una relación de un padre hacia su hijo; es decir, que no tiene el mismo amor hacia aquellos hijos, tal como lo tiene su propio padre.

Por lo tanto, cuando mira a los hijos del otro, ve sólo las faltas que hay en ellos, ya que le causa más placer, puesto que puede demostrar que es más que el otro, por el hecho de que piensa que sus hijos son mejores. Y por eso mira sólo las faltas del otro. Y lo que ve es verdad. Pero ¿qué es lo que ve? Sólo las cosas que le causa placer.

Pero el otro padre también ve sólo la verdad, excepto que él mira únicamente las cosas buenas que tienen sus hijos. Sin embargo las cosas malas que tienen sus hijos no las ve, debido a que eso no le causa placer. Por lo tanto, él dice la verdad de lo que ve en sus hijos, porque nada más mira las cosas que le traen placer; es decir, ve sólo las virtudes.

Por eso resulta, que si él tiene amor hacia los amigos, al igual que el aspecto del amor, el cual es una ley, de tal manera que quiere ver precisamente las virtudes de su amigo y no sus faltas, resulta que si él ve alguna falta en su amigo, esta es una señal que la falta no se encuentra en su amigo sino en sí mismo. Es decir, que él ha perjudicado el amor hacia los amigos y, es por eso que él ve dichas faltas.

No obstante, él necesita ver ahora, no que su amigo se corrija, sino lo que él por sí mismo debe corregir. De lo dicho anteriormente concluimos, que él mismo no necesita ver que su amigo reciba corrección sobre sus faltas, las cuales él ve en su amigo, sino que él mismo necesita una corrección por el perjuicio que causó en el amor hacia los amigos. Y cuando se corrija a sí mismo, verá solamente las virtudes de su amigo y no sus faltas.

 

 

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