Kabbalah.info - Kabbalah Education and Research Institute

Escritos del Rabash parte 2

489. La Severidad para enseñar la Torá a los idólatras

Artículo Nº 17, 1986/87

Nuestros sabios dijeron (Hagigá 13): “Rav Ami dijo: ‘Las palabras de la Torá no deben entregarse a los idólatras, como está escrito: ‘Él no lo ha pactado con ninguna nación; y con respecto a Sus decretos, ellos no los han conocido’. En el Sanedrín (59), Rabí Yohanan dijo: ‘Un idólatra que se dedica a la Torá debe morir, como está escrito: ‘Moisés nos ordenó una ley, una herencia’. Nosotros somos los herederos, y no ellos’”.

La Gemará pregunta: “Rabí Meir dice: ‘¿Cómo es eso? Después de todo, incluso un idólatra que se dedica a la Torá es como el sumo sacerdote, tal como está escrito: ‘Si un hombre los observa, vivirá según éstos’. No dijo ‘sacerdotes’, ‘levitas’ o ‘israelíes’, sino ‘un hombre’. Significa que incluso un idólatra que se dedica a la Torá es como el sumo sacerdote’”.

Debemos entenderlo en el trabajo, según la regla de que en el trabajo, aprendemos toda la Torá dentro de una sola persona. El Zóhar dice que cada persona es un pequeño mundo en, y por sí misma. Significa que lo conforman las setenta naciones del mundo. Por lo tanto, ¿qué son Israel y qué son los “idólatras” dentro de una persona en sí?

Otra pregunta acerca de las palabras de Rabí Meir es que él aporta evidencia del verso: “Si un hombre los observa, vivirá según estos”. Después de todo, Rabí Shimon dice: “un hombre se refiere a Israel”, y aporta como evidencia el verso: “Tú te llamas ‘hombre’, y no las naciones del mundo”. Por lo tanto, ¿cómo aporta Rabí Meir evidencia de la palabra “hombre” en referencia a los idólatras? El Tosfot desea explicar en el Sanedrín que hay una diferencia entre “hombre” y “el hombre”.

Rashi interpreta que no debería haber un mal entendido acerca Rabí Shimon, quien dice: “Hombre significa Israel”. Es simple, él no difiere de Rabí Shimon que un hombre signifique específicamente Israel. Además, debemos entender la gran disparidad que existe entre Rabí Yohanan y Rabí Meir, pues Rabí Yohanan dice: “Un adorador de ídolos que se dedica a la Torá debe morir”, y según Rabí Meir, él no es como alguien ordinario de Israel, sino como el sumo sacerdote. ¿Acaso puede ser que sea más grande que alguien ordinario de Israel?

El Zóhar dice (Ajarei, p. 103; Comentario Sulam, Artículo 289): “Rabí Elazar preguntó a Rabí Shimon, su padre. Está escrito: ‘Él no ha pactado con ninguna nación’. Sin embargo, debemos preguntar sobre ello, puesto que está escrito: ‘Él manifiesta Su palabra a Jacob’, ¿por qué dice: ‘Sus estatutos y Sus decretos para Israel’?” Esto tiene un doble sentido. Y como la Torá es la oculta, la elevada, y la preciada, Su mero Nombre, la Torá al completo está oculta y revelada, es decir, que dentro de ella, hay oculto y literal en Su Nombre.

Por lo tanto, Israel está en dos grados, oculto y revelado. Aprendimos que tres son los grados que conectan lo uno a lo otro: 1) el Creador, 2) la Torá, 3) Israel. Por eso está escrito: “Él manifiesta Su palabra a Jacob, Sus estatutos y Sus decretos a Israel”. Hay dos grados. Uno está revelado: el grado de Jacob, y uno está oculto, el grado de Israel. ¿Y qué sugiere el texto con eso? Él responde: “Cualquiera que está circuncidado y está inscrito en el santo Nombre es entregado a las cosas reveladas de la Torá”. Este es el significado de lo que está escrito: “Él manifiesta Su palabra a Jacob”.

 

Sin embargo: “Sus estatutos y Sus decretos a Israel” está en un grado más elevado. Por lo tanto, “Sus estatutos y Sus decretos sobre Israel”, que son los secretos de la Torá. Las leyes de la Torá y los secretos de la Torá no necesitan ser revelados salvo a aquellos que están en un grado apropiado más elevado. Y como Israel lo está, es decir, que ellos desvelan la Torá sólo a aquel que está en un grado elevado, es todavía más de esa manera con las naciones idólatras.

En el Artículo 303, está escrito: “Ven y ve que lo primero de la Torá que se imparte a los infantes es el alfabeto. Esto es algo que las personas en el mundo no pueden llegar a desear y concebir en su entendimiento”. Para entender lo dicho antes, primero necesitamos saber lo que es Israel, y qué es un idólatra en el trabajo.

Nuestros sabios dijeron acerca del verso (Shabbat 105b): “No debe haber un dios extraño dentro de ti, ni te postrarás ante un dios extraño”. ¿Cuál es el dios extraño en el cuerpo del hombre? Es la inclinación al mal. Significa que a un adorador de ídolos se le llama “la inclinación al mal”. De esto se deduce que cuando hablamos de un sólo cuerpo, entonces la adoración de ídolos, que se denomina “un dios extranjero” o “un dios extraño”, está enteramente dentro del hombre. En consecuencia, debemos discernir la adoración de ídolos en la propia persona, que es la inclinación al mal, y el discernimiento de Israel, que es la inclinación al bien.

Sin embargo, debemos entender por qué esta inclinación, que lo tienta a uno a deleitarse y a disfrutar la vida, se llama el “mal”. Después de todo, le dice a una persona: “Si me escuchas, disfrutarás la vida”. Por consiguiente, ¿por qué se denomina “inclinación al mal” o “un dios extraño”? Igualmente, ¿cuál es la conexión entre la idolatría y la inclinación al mal, y por qué se llama “devoción” y es alabada y reverenciada cuando se sirve a la idolatría?

Se sabe que hay dos reyes en el mundo: 1) El rey de todos los reyes, 2) Un rey anciano y necio, es decir, la inclinación al mal. También se le llama “dos autoridades”: 1) La autoridad del Creador, 2) La autoridad del hombre.

Nuestros sabios dijeron que cuando nace una persona, nace inmediatamente con la inclinación al mal, tal como está escrito: “El pecado acecha a la puerta”. En El Zóhar, significa que tan pronto como uno sale del vientre, la inclinación al mal viene a él. En el trabajo, debemos interpretar que, inmediatamente, desde el día que uno nace, él trabaja y sirve a la inclinación al mal con su corazón y su alma.

Sin embargo, se sabe que la inclinación al mal es sólo la voluntad de recibir dentro de nosotros, como se explicó en la Introducción al Libro del Zóhar. Y en cuanto uno nace, su único propósito es servir a la voluntad de recibir. Significa que todos sus sentidos se enfocan en cómo servir al rey anciano y necio. Además, uno se postra ante él, y postrarse significa que subyuga su razón y su mente ante él.

Significa que algunas veces él escucha que se debe servir al rey de reyes, y algunas veces, la mente y el corazón resuelven que la razón por la que nacimos no es para servir a la voluntad de recibir. Y, aun así, él subyuga ese punto de vista y dice: “Aunque mi razón me muestra que no vale la pena esforzarse y servir a la voluntad de recibir toda mi vida, sino que vale la pena servir al Creador, voy por encima de la razón. En otras palabras, el cuerpo me dice: ‘Arroja todo lo que has recibido de los libros y autores, ya que debes servir al Creador. En cambio, al igual que entonces, tampoco ahora desafíes la voluntad de recibir sino sírvela con tu corazón y alma’”.

Resulta que uno se postra ante la voluntad de recibir porque subyugar la razón se denomina “postrarse”. Y esto se considera como que la persona está sirviendo a un dios extraño, que es extraño para la Kedushá (santidad). Él también se llama “un dios extranjero”, porque él es un extranjero para la Kedushá.

En ese momento, la persona que lo sirve es llamada “extranjero” o “idólatra”, y este es el dios extraño en el cuerpo de un hombre. En otras palabras, el dios extraño no es algo en el exterior, es decir, que él esté sirviendo a alguien fuera de su propio cuerpo. Existe el pensamiento de que esto es, de hecho, lo que se considera cometer idolatría. Más bien, al servir y trabajar para su cuerpo, llamado “la voluntad de recibir”, que está dentro del cuerpo del hombre, a esto es a lo que se le denomina que él está cometiendo idolatría, y a esa persona se le llama un “extranjero” o un “idólatra”.

Esto es así porque él no tiene conexión a la Kedushá, ya que Kadosh (santo) se llama al Creador, como está escrito: “Tú serás santo porque Yo, el Señor, soy santo”. Significa: “Serás dedicado” (como está dicho en el Artículo Nº 16, 1986/87), ya que el Creador es el otorgante, y para tener Dvekut (adhesión) con Él, lo que se llama “equivalencia de forma”, la persona debe ser también un otorgante, y a esto se le llama Kedushá (santidad).

Por lo tanto, se deduce que aquel que sirve y trabaja para la voluntad de recibir fabrica un objeto, es decir, que este es su dios. Él desea servir sólo a este con su corazón y su alma, y en todo lo que hace, incluso un acto de otorgamiento, él ni siquiera considera el acto de otorgamiento, excepto que corresponda al beneficio que su voluntad de recibir derive de ello. Él no distrae su enfoque de ello, Dios lo prohíba, sino que se aferra a su fe de que esto es todo a lo que debe servir.

Incluso cuando su mente resuelve que no vale la pena servirlo, él aun no tiene el poder para superar a su dios, al que ha estado sirviendo desde el día que nació. Por eso se llama “fe”, ya que está sirviendo a su voluntad de recibir por encima de la razón. Y no hay razón en el mundo que pueda apartarlo y separarlo de la adhesión a la que está apegado desde el día que nació. A esto se le llama “un gentil” o “un extranjero”.

Israel significa lo opuesto a un Dios extraño, es decir, Yashar-El (directo a Dios). Significa que su única intención es que todo sea directo al Creador. En otras palabras, su único pensamiento y deseo es llegar directamente a la adhesión con el Creador, y no quiere escuchar la voz de la voluntad de recibir. Él dice que el nombre que le fue dado a la voluntad de recibir, “inclinación al mal”, es acertado porque sólo le inflige daño.

En otras palabras, cuanto más trata de satisfacer su deseo de manera que no obstruya en su trabajo, ya que él quiere ser un siervo del Creador, es al contrario. Es decir, él se asegura constantemente de darle lo que este le exige, y se lo da porque piensa que mediante eso, dejará de molestarlo. Pero entonces vemos exactamente lo opuesto: en realidad, este receptor se vuelve más fuerte al satisfacer sus necesidades, es decir, se vuelve incluso más malvado.

Y ahora él ve cuán acertados fueron nuestros sabios cuando dijeron (Beresheet Rabbá 25, 8): “No hagas el bien a uno malo”, es decir, no hagas el bien a una mala persona. Es lo mismo para nosotros, que aprendemos todo en una persona. El significado será que está prohibido hacer el bien a la voluntad de recibir, que es la inclinación al mal, ya que como resultado de cualquier bien que la persona le hace, este tiene más fuerza para dañarlo después. Y esto se llama “devolver un favor con mal”. Son como dos gotas en un estanque, es decir, en el grado en que le sirva, así es su poder para dañarlo.

Sin embargo, uno debe siempre recordar cuál es el mal que le causa el receptor. Por eso uno siempre debe recordar el propósito de la creación −hacer el bien a Sus creaciones− y creer que el Creador puede impartir deleite y placer ilimitados. Está escrito acerca de eso (Malaji 3:10): “‘Y ahora ponme a Mí a prueba en esto’, dice el Señor de los ejércitos, ‘Si no abro para ti las ventanas del cielo y vierto para ti una bendición hasta que se desborde’”.

La razón por la que una persona no siente el deleite y el placer que el Creador desea dar es por la disparidad de forma entre el Creador, que es el otorgante, y el receptor. Esto causa vergüenza por la recepción del deleite y placer. Para evitar el pan de la vergüenza, hubo una corrección, llamada Tzimtzum (restricción) –no recibir a menos que sea para otorgar satisfacción al Hacedor de uno. Esto se llama “equivalencia de forma”, como nuestros sabios dijeron: “Así como Él es misericordioso, tú eres misericordioso”.

Significa que así como el Creador es el otorgante y no hay ninguna recepción en Él −porque de quién recibiría Él−, también el hombre debe esforzarse por llegar al grado de no querer trabajar para sí mismo, sino mantener todos sus pensamientos y deseos en complacer a su Hacedor. Y entonces recibe los Kelim (vasijas) adecuados para la recepción de la abundancia superior, que es el nombre general para el deleite y el placer que el Creador deseó dar a las criaturas.

En general, la abundancia se divide en cinco discernimientos, llamados NaRaNJaY. Algunas veces se llaman NaRaN. Además, la abundancia superior puede ser simplemente llamada Neshamá (alma), y el receptor de la Neshamá se llama Guf (cuerpo), pero esos no son nombres fijos, sino que dependen del contexto.

Por lo tanto, ¿qué es lo que obstruye la recepción del antes mencionado deleite y placer? Es sólo la voluntad de recibir. Obstruye y no nos deja salir de su autoridad, llamada “recepción para recibir”. En este discernimiento ocurrió el Tzimtzum −corregir las vasijas de recepción para que sean para otorgar, en cuyo momento él será similar al otorgante.

Y aquí hay equivalencia de forma, llamada Dvekut. En ese momento, a través del Dvekut con el Creador, una persona se considera viva, ya que está sujeta a la Vida de Vidas. Y mediante el receptor que hay en él, se separa de la Vida de Vidas. Por eso nuestros sabios dijeron: “Los malvados, durante sus vidas, son llamados ´muertos’”.

Por lo tanto, queda claro quién nos está obstruyendo de que se nos dé la vida: es sólo el receptor en nosotros, y debemos determinarlo a través del cálculo antes mencionado. Resulta que esta es la causa de todos los problemas y aflicciones que sufrimos en la vida. Claramente, el apodo “inclinación al mal”, le queda bien, ya que es lo que causa todos nuestros problemas.

Imaginemos a una persona enferma que quiere vivir. Solo hay una cura que puede salvar su vida, mediante la cual será recompensada con la vida; de otra manera,  tendrá que perecer. Y hay una persona que le está impidiendo tener esta medicina. Claramente, a esta persona se le llama “un hombre malvado”. Es lo mismo para nosotros. Cuando uno aprende que sólo a través del deseo de otorgar es posible ser recompensado con la vida espiritual, que es allí en donde se encuentran el deleite y el placer verdaderos, y que esta voluntad de recibir es lo que le  impide recibirlos, ¿cómo lo veremos? Desde luego, debemos verlo como el ángel de la muerte. Es decir, ¡es el causante de que no se nos conceda la vida!

Cuando una persona llega a darse cuenta de esto –que nuestro receptor es el mal en nosotros −y desea ser “Israel”, es decir, no quiere cometer idolatría, que es la inclinación al mal en el cuerpo del hombre, y desea arrepentirse de haber cometido idolatría todo el tiempo, y desea ser un siervo del Creador, en ese estado, cuando desea salir del dominio de la inclinación al mal, ¿qué debe hacer?

Para eso, existe la respuesta que nuestros sabios dijeron (Kidushin 30b): “Así dice el Creador a Israel: ‘Hijos míos, Yo he creado la inclinación al mal, y Yo he creado para ella la especia de la Torá. Si te dedicas a la Torá, no serás entregado a su mano, como está escrito: ‘Si lo haces bien, ¿no será levantada?’ Y si no te dedicas a la Torá, serás entregado a su mano, como está escrito: ‘El pecado acecha a la puerta’”. En otras palabras, sólo en la dedicación a la Torá tiene el poder de salir del dominio de la inclinación al mal y entrar en la Kedushá.

Se deduce, por tanto, que uno que se ocupe en la Torá –cuando hablamos del trabajo− el propósito del estudio debe estar claro para una persona, es decir, la razón por la cual se dedica a la Torá. Esto es así porque hay dos opuestos en la Torá, como dijeron nuestros sabios (Yoma 72b):Rabí Yehosha Ben Levi dijo: ‘¿por qué está escrito: ‘Y esta es la ley que Moisés estableció’? Si es merecedor, se convierte en una poción de vida para él. Si no es merecedor, se convierte en una poción de muerte para él’. Por esta razón, cuando una persona se ocupa en la Torá, debe ver que la Torá no lo lleve a la muerte”.

Sin embargo, es difícil entender cómo puede existir tal distancia entre ser merecedor y no ser merecedor, hasta el punto que dicen que si no es merecedor de dedicarse a la Torá, se convierte en una poción de muerte para él. ¿No sería suficiente con que no fuera recompensado? ¿Por qué es incluso peor que aquel que no se dedicó a la Torá en absoluto? Es decir, uno que no se dedicó a la Torá no tiene una poción de muerte, y uno que se dedicó a la Torá obtuvo muerte a cambio de su trabajo. ¿Acaso es posible tal cosa?

Esta cuestión se presenta en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (p. 20, Artículo 39): “Sin embargo, sus palabras requieren una explicación para entender ¿cómo y a través de qué la Santa Torá se convierte en una poción de muerte para él? No sólo su trabajo y esfuerzo son en vano, y él no recibe ningún beneficio por su labor y esfuerzo, sino que la Torá y el trabajo mismos se convierten en una poción de muerte para él. Esto es realmente confuso.

En la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (Artículo 101): “Porque el Creador se oculta en la Torá, porque el asunto de los tormentos y dolores que uno experimenta durante la ocultación del rostro no es similar entre uno que posee algunos pecados y ha hecho muy poca Torá y Mitzvot y uno que se ha dedicado ampliamente a la Torá y a las buenas obras. El primero está bastante calificado para juzgar favorablemente a su Hacedor, para pensar que el sufrimiento le llegó por sus pecados y escasez de Torá. Para el otro, sin embargo, es mucho más difícil juzgar a su Hacedor favorablemente.

Con nosotros es semejante. Cuando coloca la meta ante sus ojos, es decir, que el superior desea deleitar a Sus criaturas, pero para evitar la vergüenza, debemos tener vasijas de otorgamiento. Y como nacimos con la voluntad de recibir, que es considerada un dios extraño, a quien servimos incluso por encima de la razón, y que nos esclaviza, y no podemos salir de su poder, creemos en nuestros sabios, quienes dijeron: “El Creador dijo: ‘Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá”.

Esta es la razón que lo hace a uno dedicarse a la Torá, y entonces la Torá le da vida. En otras palabras, a través de la Torá, sale del dominio de la inclinación al mal y se convierte en un siervo del Creador, es decir, que su intención es sólo dar satisfacción a su Hacedor. Y será recompensado con Dvekut con el Creador, es decir, que en ese momento, se adherirá a la Vida de Vidas. Ciertamente, sólo en ese estado, cuando una persona estudia acerca de su meta, él considera la Torá como una poción de vida, ya que a través de la Torá, será merecedor de la vida.

Y aun así, si no se dedica a la Torá con ese propósito, a través de la Torá que él está estudiando, la voluntad de recibir se vuelve más fuerte y adquiere más fuerza para mantenerlo bajo su control. Esto es porque el receptor le deja entender que él no es como otras personas porque, gracias a Dios, es un hombre que ha adquirido buenas obras y Torá, y ciertamente, el Creador no debe tratarlo como trata a las personas ordinarias. Es más, el Creador debe reconocerlo por quién es.

Y si trabaja en ocultación, está seguro de tener quejas contra el Creador, ya que si él sufre por algo, le dice al Creador: “¿Es esta la recompensa por la Torá?” Por lo tanto, él siempre tiene quejas contra el Creador, lo cual se llama “dudar de la Divinidad”. Por este motivo, están separados de la Vida de Vidas.

Significa que donde debieron anhelar ser anulados ante el Creador y tener todo lo que tienen sólo para servir al Creador, aquellos que trabajan para el receptor desean que el Creador los sirva: todo lo que el receptor necesita, el Creador debe satisfacerlo. De esto se deduce que están trabajando en lo opuesto a aquellos que quieren ser recompensados con la vida por su ocupación en la Torá.

Con lo dicho antes, podemos entender lo que preguntamos acerca de por qué Rabí Ami dice: “La Torá no se entrega a los idólatras”. Si esto es en el trabajo, es decir, en la propia persona, y él está en un estado de idólatra, la razón por la cual está prohibido aprender es que no tiene ningún sentido. Esto es así porque en el trabajo, aprendemos que debemos tratar de estudiar la Torá para salir del dominio de la inclinación al mal. Pero si no desea liberarse de la esclavitud de la malvada inclinación que lo esclaviza, entonces, ¿por qué necesita la Torá? Resulta que si se le entregara la Torá, no tendría sentido. Es un desperdicio de esfuerzos para quien le instruya.

Sin embargo, Rabí Yohanan añade a Rabí Ami, diciendo: “No sólo no tiene sentido, sino que si un adorador de ídolos se dedica a la Torá, le dañará”. Está arriesgando su alma porque para los idólatras, es decir, aquellos que estudian la Torá sin la meta de salir del dominio de la inclinación al mal, sino que desean quedarse en ella y servirla voluntariamente, esto se llama “idolatría”.

Acerca de eso, está escrito: “Un dios extraño en el cuerpo del hombre”. Por lo tanto, él está tomando para sí la poción de muerte. Por eso Rabí Yohanan dijo: “Un idólatra que se ocupa en la Torá debe morir”. Significa que está arriesgando su alma porque la Torá será una poción de muerte para él. Sin embargo, lo que diría Rabí Meir: “¿De dónde viene que un adorador de ídolos que se ocupa en la Torá debe morir? Más bien, es como el sumo sacerdote, como fue dicho, ‘Si un hombre los observa, vivirá según ellos’”.

Y preguntamos acerca de ello, A) ¿Por qué está diciendo que él es como el sumo sacerdote? ¿No es un sacerdote ordinario un grado alto? Esto está muy alejado de las palabras de Rabí Yohanan, quien piensa que él debe morir. Así que, ¿cuál es la razón de esta exageración de que es como el sumo sacerdote? B) Los intérpretes preguntan, la evidencia que aporta Rabí Meir, donde dice: “El hombre”, Rabí Shimon dice que “el hombre”, de hecho, significa Israel y no idólatras.

Debemos interpretar lo que Rabí Meir dice: “Un idólatra que se dedica a la Torá”, al referirse a lo que explicamos antes. La intención de Rabí Meir es que una persona llegue a darse cuenta de que es un idólatra, pues ve que desde el día que nació hasta ahora ha estado sirviendo ídolos, a un dios extranjero, es decir, a la inclinación al mal, que está dentro del cuerpo del hombre. Él ve cómo está esclavizado y está bajo su control y no tiene poder que desafíe su palabra. Y aun cuando a menudo entiende con su mente y su razón que no vale la pena servirle, sino al contrario, la inclinación al mal debe servir a la Kedushá (santidad), él aun subyuga su razón y le sirve, como si se diera cuenta de que tuviera valor el servirle.

Cuando una persona viene a darse cuenta, cuando ve que no hay poder en el mundo que pueda ayudarlo, y ve que está perdida y que será excluida de la vida para siempre, para liberarla de la muerte −al ser “Los malvados en sus vidas son llamados ‘muertos’”−, en ese estado llega a creer las palabras de nuestros sabios. Ellos dicen: “Esto es lo que el Creador le dijo a Israel: ‘Hijos míos, Yo he creado la inclinación al mal, y he creado para esta la especia de la Torá. Si os dedicáis a la Torá, no seréis entregados en su mano’”.

Es acerca de este tipo de idólatra que Rabí Meir dijo que era como el sumo sacerdote. Y aporta como evidencia lo que está escrito: “Si un hombre los cumple, él vivirá según ellos”. Él interpreta que si uno se ocupa en la Torá para “vivir mediante ellos”, si la razón para su dedicación a la Torá es que desea ser recompensado con la vida, y no ser un malvado −un idólatra, que es un dios extranjero en un cuerpo de hombre− sino que su único objetivo es ser recompensado con la vida, este verso: “Si un hombre los cumple, vivirá según ellos”, se refiere a él.

Esto es así porque si se ocupa en la Torá, será como el sumo sacerdote. Y no sólo un sacerdote, sino que será un sacerdote, es decir, que obtendrá la cualidad de Jésed (misericordia), que se denomina “un sacerdote”, es decir, él será recompensado con las vasijas de otorgamiento y, además, será recompensado con Gadlut (grandeza/adultez). Por eso dice que es como el sumo sacerdote.

En consecuencia, debemos preguntar por qué Rabí Meir dice: “Incluso un idólatra”. Como explicamos, es al contrario, pues tal idólatra es digno de ser como el sumo sacerdote. Podemos explicar y decir que la palabra “Incluso” significa que incluso si una persona llega a tal bajeza que ve que es realmente una idólatra, que ve que hasta ahora no ha ganado nada en su vida, sino que sólo sirvió a su inclinación al mal. En otras palabras, todos sus pensamientos y deseos han sido sólo a favor del receptor y ni siquiera ha tocado el camino de la verdad, es decir, tener la habilidad de creer en el Creador por encima de la razón, sino sólo según lo que la razón le permitió y le dejó ver que, específicamente, al trabajar para ello, le daría energía para dedicarse a la Torá y las Mitzvot.  A tal persona, Rabí Meir llega y dice: “No lamentes esta bajeza. En lugar de esto, debes creer que incluso cuando has llegado tan bajo, el Creador todavía puede ayudarte a salir del exilio de estar bajo su dominio todo el tiempo”. Así que la razón es lo contrario: El significado de lo que él dice es, “Incluso si el mundo está de acuerdo”.

Sin embargo, en realidad, sólo ahora hay una necesidad de la Torá. Sólo ahora tienes los verdaderos Kelim (vasijas), la verdadera necesidad de que el Creador te ayude, dado que has llegado al punto de la verdad, como nuestros sabios dijeron: “La inclinación del hombre lo vence cada día. Si no fuera por el Creador, no prevalecería sobre esta”. Ahora él ve la verdad, que realmente necesita la ayuda del Creador.

Ahora podemos entender las palabras mencionadas antes de El Zóhar, donde él dice que al afrontarlo, parece que debemos hacer tres discernimientos en el trabajo: 1) idólatras, 2) Jacob, 3) Israel. La diferencia entre ellos es que los idólatras tienen prohibido estudiar incluso la Torá literal. Y aprendemos eso de lo que está escrito: “El no lo ha pactado con ninguna nación”. En general, está permitido enseñarle lo literal, específicamente en los asuntos revelados. Concluye esto del verso: “Él manifiesta Su palabra a Jacob”, que es un grado inferior. Cuando está en un grado superior, está permitido enseñarle los secretos de la Torá. Concluye eso del verso “Sus estatutos y Sus decretos sobre Israel”.

Está escrito en El Zóhar, Yitro (Comentario Sulam, p. 69 y Artículo 265): “‘Así debes decir a la casa de Jacob’, a ese lugar que es adecuado para su grado. ‘Y di a los hijos de Israel’, ya que Jacob e Israel son dos grados. Jacob, es el grado de VaK, e Israel es el grado de GaR. Sin embargo, Israel se llama ‘la perfección de todo’, que significa el mostrar Jojmá (sabiduría) y hablar en el espíritu de Jojmá”.

Y está escrito en El Zóhar, Yitro (Artículo 260): “‘Así debes decir a la casa de Jacob’, es para las mujeres, ‘Y di a los hijos de Israel’, es para los varones”. Además en El Zóhar, Yitro (Artículo 261): “‘Así debes decir a la casa de Jacob’, es decir, con un dicho, del lado de Din (juicio). ‘Y di a los hijos de Israel’, que es como ellos dicen: ‘Y él debe manifestarles su pacto’. Diciendo que es Rajamim (misericordia) para los hijos de Israel, es decir, los varones que vienen del lado de Rajamim. Por eso establece ‘decir’ acerca de ellos”.

Debemos entender las distinciones en las palabras de El Zóhar, el cual dice en la porción, Ajarei, que Jacob e Israel son dos grados: 1) Jacob es abajo, con quien uno estudia lo literal; 2) Israel es el grado de arriba, con quien uno estudia los secretos de la Torá.

Está escrito en El Zóhar, Yitro (Artículo 260): “Jacob es el aspecto femenino, Israel es el aspecto masculino”. Dice (Artículo 261): “Jacob es del lado de Din, que es por lo que escribe ‘decir’, e Israel es Rajamim, porque decir es Rajamim”. Dice (Artículo 265): “Jacob es considerado VaK e Israel es considerado GaR. Por eso está escrito: ‘Y cuéntales a los hijos de Israel’, que significa mostrar Jojmá y hablar en el espíritu de Jojmá, ya que decir implica Jojmá”.

Primero, explicaremos lo que El Zóhar interpreta acerca del discernimiento de Jacob. Este dice 1) VaK, 2) femenino, 3) Din, 4) un grado revelado, el grado inferior, el literal.

El orden del trabajo que una persona debe iniciar para lograr la meta es conocer su estado en el trabajo del Creador y cuál es la meta a la que debe llegar. En otras palabras, ¿cuál es la perfección que una persona debe alcanzar?

El primer estado es que la persona sepa que es un adorador de ídolos, llamado “idólatra”. Esta es la inclinación al mal que existe en el cuerpo del hombre. Se llama “un dios extraño” o “un dios extranjero”. Esto es para aclarar su estado, en dónde se encuentra realmente, ya que realmente está en un estado de adoración de ídolos.

Sin embargo, uno debe hacer grandes esfuerzos para ver la verdad porque es imposible llegar a la verdad a menos que sea a través de la Torá y el trabajo, como dijeron nuestros sabios: “De Lo Lishmá (no en beneficio de Él), uno llega a Lishmá (en beneficio de Él)”. En un estado de Lo Lishmá, cuando una persona se esfuerza en la Torá y el trabajo, pertenece a la naturaleza humana el mirar a las personas de su alrededor. Y ve que no hay otras personas como él, que dediquen tantas horas al trabajo del Creador.

En ese estado, él se siente superior a los demás, y esto le causa el olvidar la meta, es decir, que lo importante es lograr Lishmá. Esto es porque las personas en el exterior le causaron sentir plenitud, y esa plenitud es la razón por la que no puede sentir que él está vacío de la meta principal: llegar a Lishmá.

Es así, especialmente si es respetado por ser un siervo del Creador. Ciertamente, todas las personas que lo honran le instilan sus puntos de vista, para que crea lo que piensan de él, que él es un hombre enormemente virtuoso sin ningún fallo. Así, ¿cómo es posible que una persona diga acerca de sí misma que se encuentra en un estado de idolatría, que aún no está circuncidado? Resulta que su adhesión a las masas, es decir, la adhesión de estas a su Torá y a su trabajo le causó plenitud. En el trabajo, esto se llama “un asidero para los externos”.

¿Y que pierde él si ellos tienen un asidero? La respuesta es que el asidero es la razón por la cual él no puede ver su verdadero estado y que aún se encuentra en un estado de idolatría, y buscar consejo sobre cómo salir del dominio del mal.

El segundo estado de una persona es cuando se circuncida. “Circuncisión” significa que él corta el prepucio. El prepucio es las tres Klipot (cáscaras) impuras, llamadas “Viento Tormentoso”, “Gran nube” y “Fuego ardiente”, y la voluntad de recibir proviene de ahí.

No obstante, no está en nuestro poder cortar este prepucio. Baal HaSulam dijo acerca de esto que el Creador debe ayudar para que la persona sea capaz de cortar el prepucio. Acerca de esto está escrito: “E hice un pacto con él”. El significado de “Con Él”, es que el Creador le ayudó. Pero, a la persona la corresponde comenzar.

Sin embargo, si decimos que no puede circuncidarse por sí mismo, entonces ¿por qué debe una persona comenzar, si decimos que no puede terminar? Pareciera que su trabajo es en vano. Sin embargo, se sabe que no hay Luz sin un Kli (vasija), y un Kli se denomina “una carencia”, ya que donde no hay carencia, no hay llenado.

Por lo tanto, una persona que tiene que comenzar se refiere a la carencia. No significa que una persona deba comenzar con el llenado. Por el contrario, cuando decimos: “Comenzar”, se trata de dar la necesidad y la carencia. Más adelante, el Creador viene y da el llenado para la carencia. A esto se le llama “E hizo un pacto con él”, es decir, que el Creador le ayuda.

Esto también se considera como la línea derecha, que es el significado de “El padre da el blanco”, como está explicado en el Talmud Eser Sefirot. Significa que cuando la luz superior brilla − es decir, Or Jojmá (luz de Jojmá), llamada Aba (padre) – es posible ver la verdad: que el prepucio −la voluntad de recibir− es algo malo. Sólo entonces uno comienza a darse cuenta de que debe deshacerse del amor propio. Esta es la ayuda que una persona recibe del Creador –el llegar al reconocimiento del mal.

En otras palabras, antes de que una persona llegue a la resolución de que no vale la pena usar la recepción, uno no puede usar las vasijas de otorgamiento, ya que una contradice a la otra. Por esta razón, una persona debe circuncidarse y, entonces, puede adquirir para sí misma el deseo de otorgar.

De esto se deduce que eliminar el prepucio, lo que se llama “circuncisión”, proviene de la ayuda de arriba. En otras palabras, es precisamente cuando la luz superior brilla cuando uno ve su depravación, que no puede recibir nada a causa de la disparidad de forma. En otras palabras, esto se llama “El padre da el blanco”.

Y después de llegar al reconocimiento del mal, llega una segunda corrección: él comienza a trabajar con el fin de otorgar. Pero esto también requiere de ayuda de arriba. Esto se llama “Su madre da el rojo”. En Talmud Eser Sefirot, él interpreta que esto se relaciona con el deseo de otorgar. De esto se deduce que tanto el poder de anular la voluntad de recibir como el poder que puede llevar a cabo actos de otorgamiento son dados por el superior. En otras palabras, la ayuda proviene de arriba.

Esto plantea la pregunta: “¿Qué da el inferior?” Como se ha dicho que el inferior debe comenzar, ¿con qué comienza, de manera que más adelante el Creador le dé la asistencia necesaria?

Como se dijo, todo lo que el inferior puede darle al Creador es la carencia, para que el Creador tenga un lugar que llenar. En otras palabras, quien desea ser un siervo del Creador y no un idólatra debe llegar a sentir su bajeza. En el grado en que lo siente, un dolor se forma gradualmente en él por estar tan inmerso en el amor propio −de hecho, como una bestia−, y que no tiene ninguna conexión con el discernimiento de un humano.

Aun así, algunas veces una persona llega al estado donde él puede ver su bajeza y no le importa estar inmerso en el amor propio, y no siente realmente la bajeza hasta el punto de necesitar al Creador para liberarlo de su bajeza.

En ese estado, una persona debe decirse: “No estoy inspirado; soy como una bestia, haciendo sólo bestialidades, y mi única preocupación en ese estado es que le pido al Creador que me deje sentir más deleite en los placeres corporales, y por lo demás no siento otro tipo de deseo”. En ese estado, una persona debe decirse que ahora está en un estado de inconsciencia. Y si no puede rezar para que el Creador le ayude, sólo hay una solución: vincularse con personas con quienes cree que pueden tener la sensación de la carencia, que están en bajeza y que piden al Creador que los acerque, que los conduzca de los problemas al alivio, y de la oscuridad a la luz, aun cuando no hayan sido liberados aún.

Más adelante, él debe decir: “Desde luego, ellos aún no han completado su Kli de deficiencia, llamado ‘la necesidad de ser liberado de este exilio’. Sin embargo, ellos probablemente han andado la mayor parte del camino para sentir la verdadera necesidad”. Así, a través de ellos, él puede recibir también su sensación, es decir, que él también sentirá dolor de estar en bajeza. Sin embargo, es imposible recibir la influencia del grupo si no está ligado a este grupo, es decir, si él no los aprecia. En el grado en que los aprecie, puede recibir de ellos la influencia sin ningún trabajo, simplemente mediante la adhesión al grupo.

De esto se deduce que en el segundo estado, es decir, cuando es circuncidado, o sea, cuando ha atravesado los dos discernimientos: 1) eliminación del mal, que es la anulación de las vasijas de recepción, y 2) la obtención de las vasijas de otorgamiento −se considera que ahora recibe el grado de VAK. Esto se considera la mitad de un grado, ya que un grado completo significa que también puede usar las vasijas de recepción para otorgar.

Y como él sólo obtuvo las vasijas de otorgamiento después de ser circuncidado, para estar en el otorgamiento, se considera sencillamente como el grado de VAK. Este se llama “el grado de Jacob”. También se llama “femenino” como en: “Su fuerza es tan débil como la de una mujer”, lo que significa que no puede vencer y aspirar hacia el otorgamiento, sino sólo con las vasijas de otorgamiento.

Y también este grado se llama Din. Significa que todavía hay Midat ha Din (cualidad de juicio) sobre las vasijas de recepción, y que está prohibido usarlas porque no puede dirigirlas hacia el otorgamiento. También se llama “un grado revelado”, saber que hay otro grado, que está oculto de él. También se llama “un grado bajo”, saber que hay un grado elevado. Necesitamos saberlo para que seamos conscientes de que hay más trabajo por hacer, es decir, alcanzar un grado todavía más alto.

Este grado también se llama “el literal”, ya que ahora que se ha circuncidado, se ha convertido en “un simple judío”. Es decir, antes de circuncidarse era un idólatra, y ahora se le discierne simplemente como “judío”.

Además, ahora se le llama “Jacob”, como está escrito: “Así llamarás a la casa de Jacob”, es decir, “llamar”, que es una palabra suave, ya que se considera que el grado de Jacob trabaja sólo con las vasijas de otorgamiento, que son Kelim puros. Por eso hay “decir” aquí, que es una palabra suave.

Esto no es así con el discernimiento de “Israel”. El Zóhar interpreta a Israel como 1) el grado de GAR, plenitud de todo; 2) el grado masculino; 3) Rajamim; 4) un grado elevado y oculto, los secretos de la Torá.

Debemos explicarlos uno a uno.

1) El grado de GAR. Ya que cada grado se compone de diez Sefirot, que se dividen en Rosh y Guf (cabeza y cuerpo, respectivamente), el Rosh se llama GAR, es decir, Kéter-Jojmá-Biná, y el Guf se denomina ZAT. Son dos mitades del grado. Por eso VAK se considera el grado inferior y GAR se considera un grado superior. Se sabe que al hablar del grado de VAK, se le llama “la mitad de un grado”. Esta es una señal de que GAR está ausente. Por esta razón, al decir “el grado de GAR”, significa que aquí hay un grado completo, ya que la regla es que cuando dos grados están juntos, se menciona el más elevado e incluye al inferior. Por eso El Zóhar llama “Israel”a la perfección de todo.

2) El grado masculino. Cada grado contiene dos tipos de Kelim: Zaj (puro/fino), que son vasijas de otorgamiento, y Av (espeso), que son vasijas de recepción. Es posible usarlas sólo si se coloca en ellas la intención de otorgar. Y como el propósito de otorgar es contrario a la naturaleza, se requiere de un gran esfuerzo y  mucha fuerza en contra de la naturaleza. Y cuando uno puede superar sólo los Kelim finos, a eso se le llama “femenino”, lo que implica que su poder es débil como el de una mujer. Pero cuando también puede vencer las vasijas de recepción, se le llama “un hombre”, “masculino”, “fuerte”. Y como Israel se considera GAR, la perfección de todo, usando también las vasijas de recepción, Israel son considerados “varones”.

3) El grado de Rajamim. Como había un Tzimtzum (restricción) y Din (juicio) sobre las vasijas de recepción, y está prohibido usarlas a menos que uno pueda hacerlo para otorgar, cuando uno no puede aspirar al otorgamiento con las vasijas de recepción, hay Din sobre ellas y está prohibido usarlas. Por eso a una mujer se le llama el Din.

Pero un varón significa que uno puede vencer, para otorgar también en vasijas de recepción y el Din se elimina de ellas. Él está usando las vasijas de recepción para otorgar, y esto se llama Rajamim (misericordia). Se considera que el Din anterior ha sido mitigado por la cualidad de Rajamim, lo cual se considera que él está recibiendo en el grado de otorgamiento. Por eso un varón se llama Rajamim.

Significa que los varones se llaman Rajamim y no Din, como está escrito en El Zóhar (Artículo 261): “Así dirás a la casa de Jacob”, significa que decir es del lado de Din, y “Cuenta a los hijos de Israel” significa que contar es del lado de Rajamim.

Rashi interpreta el verso: “Así dirás a la casa de Jacob”: “El nombre Mekhilta (una interpretación sobre el libro Éxodo) son las mujeres, háblales con palabras suaves, y ‘Cuenta a los hijos de Israel’, los varones, las palabras son duras como tendones”.

Debemos interpretar las palabras: “A las mujeres con palabras suaves”. Ya se mencionó antes que los aspectos femeninos son aquellos que no tienen mucha fuerza para vencer, sino sólo sobre los Kelim finos. Esto se llama “suave”. Es decir, es suave, que no es tan difícil superar las vasijas de otorgamiento (“difícil” es la misma palabra que “duro” en hebreo).

Pero las vasijas de recepción son muy difíciles de superar. Por tanto, a los varones –aquellos que están en un estado masculino, que tienen el poder de superarse− se les dio trabajo en cosas que son tan duras como tendones, refiriéndose a las vasijas de recepción. Pero, ¿por qué El Zóhar escribe que los varones son Rajamim? Es más, dice: “Tan duro como tendones”, y duro significa Din, no Rajamim. Por tanto, por una parte, dice que el aspecto masculino significa tan duro como tendones y, por otra parte, dice que ellos son Rajamim.

Debemos interpretar que los hombres tienen el poder de superar las vasijas de recepción, las cuales son difíciles de superar. Y al superar las vasijas de recepción, llamadas Midat ha Din (cualidad de juicio) que está sobre ellas, hay Rajamim en ese lugar, y no Din. Pero con las mujeres, que no tienen el poder de superar las vasijas de recepción, hay Midat ha Din en ellas y está prohibido usarlas.

4) Un grado alto y oculto, considerado “los secretos de la Torá”. “Oculto” significa que incluso si una persona ya se ha circuncidado y ha sido recompensada con el significado literal, es decir, con ser un simple judío, es decir, ha llegado a un estado donde no está cometiendo idolatría sino que sirve al Creador, la luz de Jojmá −revelada sobre las vasijas de recepción− aún se le oculta.

Pero uno que ha sido recompensado con el discernimiento más elevado, que es un hombre y que también tiene el poder de superar las vasijas de recepción, la luz de Jojmá, denominada “los secretos de la Torá”, aparece en esos Kelim. Por eso El Zóhar dice (Artículo 265): “Y di a los hijos de Israel”, es decir, muestra Jojmá y habla en el espíritu de Jojmá, ya que “decir” implica Jojmá, como está escrito: “y él les manifestará su pacto”.

De esto se deduce que decir que está prohibido enseñar la Torá a los idólatras debe ser interpretado en el trabajo como: “Es imposible enseñar la Torá a los idólatras”. Como Baal HaSulam decía cuando hablaba de asuntos del trabajo, donde escribe: “prohibido”, significa “no se puede”. Pero después de ser circuncidado, hay dos grados: superior e inferior, es decir, literal y oculto.

644. La necesidad del Amor de los Amigos

Artículo Nº 14, 1987/88

 

Existen muchas justificaciones al respecto:

1) Saca a uno del amor propio y le conduce a amar a los demás. Es como Rabí Akiva dijo: “amar a tu prójimo como a ti mismo es la gran regla de la Torá”, ya que mediante eso se puede llegar a amar al Creador.

Sin embargo, debemos saber que amar a los demás o trabajar por el beneficio de otros no es el propósito de la creación, como así lo entiende el secular. El mundo no fue creado para hacerles favores a otros. Más bien, el mundo fue creado para que cada uno recibiera placer para sí mismo. Decir que debemos trabajar para beneficiar a otros, sólo es la corrección de la creación, pero no el propósito de la creación. La corrección es tal que no habrá de existir el asunto de la vergüenza, de manera que hubo una corrección de otorgamiento, que es la única manera de que las criaturas reciban el placer y deleite total para sí mismos sin el defecto de la vergüenza.

En ese sentido, debemos interpretar lo que El Zóhar dice al respecto en el versículo: “Pero el pecado es un reproche para cualquier persona’, todo lo bueno que hacen, lo hacen para sí mismos”. Podemos interpretar “Todo lo bueno” como los actos de gracia que hacen, refiriéndose a sus intenciones, lo que se denomina “para ellos”, es decir, para sí mismos. Esto quiere decir que es de acuerdo a su propio entendimiento, y no que se nos dio el cumplimiento de “ama a tu prójimo como a ti mismo” como un mandamiento del Creador, quien creó el mundo con el objetivo de hacer el bien a Sus creaciones. Las Mitzvot (mandamientos) que se nos dieron son sólo para limpiar a la gente, a través de lo cual alcanzarán Dvekut (adhesión) con el Creador, quien les ayudará a recibir delicias y placeres, y se mantendrán en Dvekut con el Creador.

2) Mediante la unión de los amigos en una sola unidad, ellos reciben la fuerza para apreciar el propósito de su trabajo –para alcanzar Lishmá (en beneficio de Él). También, la regla según la cual ellos fueron criados es, como dijo Maimónides: “A las Mujeres, niños y gente ordinaria se les enseñará a trabajar por el miedo y a recibir recompensa hasta que ganen conocimiento y adquieran mucha sabiduría. Y luego se les enseñara ese secreto poco a poco”.

Y como debemos esperar “hasta que adquieran mucha sabiduría” para decirles que necesitan trabajar en Lishmá, y un gran número entre las masas permanece naturalmente en Lo Lishmá (no en beneficio de Él), y como la minoría se anula naturalmente ante la mayoría, cuando los amigos desean caminar por el sendero que les conduce a Lishmá, para evitar la anulación ante el colectivo, los amigos se unen y cada uno se dedica a los demás. Su objetivo es alcanzar el amor del Creador, que es el propósito, a través del amor a los demás, como está escrito: “Y amarás al Señor tu Dios con toda tu alma y con todo tu corazón”. Por consiguiente, al convertirse en un colectivo, aunque sea un pequeño colectivo, ya son considerados como una mayoría, y esta mayoría no está esclavizada a la mayoría del colectivo. Así, ellos pueden trabajar en el amor hacia los amigos con el objetivo de alcanzar el amor del Creador.

Aunque el mandamiento de amar a tu prójimo como a ti mismo se aplica a todo Israel, no todo Israel está caminando por el sendero de ir desde el amar a los demás hasta el amor al Creador. También hay una regla según la cual cuando las personas se unen absorben los puntos de vista de cada uno y el asunto de Lishmá –el objetivo esencial de la Torá y las Mitzvot– aún no ha sido fijado en el corazón del hombre, lo que significa que la intención principal es que a través del estudio de la Torá y las Mitzvot puedan alcanzar Lishmá, de allí que, al vincularse con los demás, las opiniones de los otros debilitan su propia opinión de Lishmá. Por esta razón, es mejor servir y unirse con la clase de personas que entienden que el asunto de “ama a tu prójimo como a ti mismo” es solo un medio para conseguir el amor del Creador, y no por el amor propio, sino que todo su objetivo será beneficiar al Creador. Esa es la razón por la cual deberíamos ser cuidadosos con nuestras relaciones y saber con quién nos vinculamos.

Ese es el beneficio de amar a los amigos de un grupo especial, donde cada uno tiene un único objetivo de alcanzar el amor del Creador. Pero al vincularnos con personas corrientes, aunque estén estudiando la Torá y las Mitzvot, no están en el camino de alcanzar el objetivo de otorgamiento al Creador, ya que fueron criadas para recibir, llamado Lo Lishmá. En consecuencia, al unirse con ellas, adoptarán sus puntos de vista y después dirán que es mejor no caminar por el sendero que lleva hacia Lishmá, porque Lishmá es más difícil que Lo Lishmá, ya que Lishmá va en contra de la naturaleza. Por esta razón, debemos tener cuidado de no vincularnos con personas que no han adquirido mucho conocimiento y que aún no han llegado a entender que la esencia del trabajo con el Creador es beneficiar al Creador y no beneficiarse a sí mismo.

Pero el asunto de “amar a tu amigo como a ti mismo” se aplica a todo Israel. Sin embargo, nos dieron el apoyo de saber con quién vincularnos por adelantado. Y la razón es que antes de que una persona sea recompensada con salir del amor propio, siempre siente que es difícil. Esto se debe a que el cuerpo se resiste, y si está en un entorno donde el grupo de personas están unidas bajo una misma opinión, que consideran la meta y no el trabajo, entonces su objetivo no se debilitará en él.

Pero si no se está siempre junto a sus amigos, es muy difícil aferrarse al objetivo de otorgamiento. Necesita de la misericordia del cielo para que su mente no se debilite, la cual, anteriormente, se dio cuenta de que era mejor trabajar y caminar por el sendero del trabajo de otorgamiento.

Y de Y, de repente, la persona adquiere pensamientos de que es mejor seguir a la multitud, que uno no debe ser una excepción, aunque mientras estuvo unido a los amigos, pensó de manera diferente. Es como dijimos antes: Mientras no se está unido con el colectivo de un grupo pequeño, inmediatamente se rinde ante el colectivo de las masas y absorbe sus opiniones en cuanto a que es suficiente con observar la Torá y las Mitzvot en todos sus detalles y precisiones y enfocarnos en que estamos observando los mandamientos del Rey, quien nos lo ordenó a través de Moisés y de los sabios que le siguieron. Nos conformamos con eso, ya que recibiremos recompensa por ello, y creemos en nuestros sabios, quienes nos dijeron: “Confía en que tu patrón te pagará por tu trabajo”. Y, ¿por qué deberíamos pensar en algo más que eso? Como ellos dicen: “Si observamos eso, es suficiente”.

Es como dijo Rabí Hanania, hijo de Akashia: “El Creador desea recompensar a Israel, de manera que les concedió la Torá y las Mitzvot en abundancia. Significa que toda la Torá y las Mitzvot que se nos entregó, es para que tengamos una gran recompensa.

En consecuencia, ahora la persona se ha vuelto más inteligente de lo que era mientras estaba unida al grupo, cuando entendió que uno sencillamente necesita trabajar para el Creador y no para su propio beneficio, y que uno necesita salir del amor propio y ser recompensado con Dvekut con el Creador. Y aun cuando él vio que era difícil salir del amor propio, se dio cuenta de que era un camino verdadero, es decir, que una persona debe llegar a trabajar en Lishmá.

Pero mientras está separado de ese grupo, inmediatamente cae en el punto de vista de la mayoría quienes son la mayoría del mundo. En otras palabras, la mayoría de Israel no ha entendido todavía lo que Maimónides dijo: “Hasta que ellos obtengan mucha sabiduría, entonces se les dirá aquel secreto”, que es la necesidad de trabajar Lishmá.

Y cuando esa persona entra en el grupo, cuyo camino es que es necesario alcanzar Lishmá, surge la pregunta, ¿cómo acabó esta persona en un lugar así? Debemos creer que llegó desde arriba.

En consecuencia, debemos entender por qué después, se separa del grupo. Debemos decir, como dijo Baal HaSulam, que cuando una persona comienza a caminar en el sendero de Lishmá –y ciertamente este deseo viene a una persona a la que le es dado un despertar hacia el sendero de la verdad– y luego, por alguna razón, es negligente en este trabajo y recae en el camino ordinario del colectivo, entonces se pregunta: “¿Por qué no se le da otro despertar desde arriba?”

Existe una alegoría al respecto. Es similar a una persona que está nadando en el río. A mitad del río, se siente débil, y otra persona que nada cerca de esta le da un empujón de manera que comience a nadar por sí mismo. La otra persona que está tratando de salvarle le da algunos empujones, pero si ve que él no participa, entonces le abandona y se va. Sólo cuando ve que, cuando le empuja, aquel empieza a nadar por sí mismo, entonces sigue empujándole cada vez más hasta que está fuera de peligro. Pero, si no participa, lo deja.

Es lo mismo en el trabajo. Una persona recibe un despertar desde arriba de manera que viene a un lugar donde las personas trabajan con conocimiento con la finalidad de lograr estar en posición de otorgar satisfacción al Creador. Y a una persona se le dan varios despertares, pero si esa persona no hace un esfuerzo para conseguir aquello, encuentra excusas para justificarse y debe escapar de la misión. Así, una persona permanece justa, es decir, al dejar el grupo, siempre está en lo correcto. Y, al justificarse a sí misma, verdaderamente siente que es justo.

Por lo tanto, uno debe aferrarse al grupo. Y al estar unidos, también son vistos como un colectivo. Sin embargo, el suyo es un gran colectivo, mientras que su grupo es un colectivo pequeño. Y, sin embargo, un colectivo no se anula ante otro colectivo.

3) Existe un poder especial en la adhesión a los amigos. Como las opiniones y los pensamientos pasan de unos a otros a través de la adhesión entre ellos, cada uno está mezclado con el poder del otro y, mediante ello, cada persona en el grupo tiene el poder de todo el grupo. Por esta razón, aunque cada persona es un individuo, contiene el poder de todo el grupo.

 

654. ¿Cuál es el fundamento sobre el que se edifica la Kedushá?

Artículo Nº 16, 1987-88

Cuando se construye un edificio en la corporalidad, vemos que cualquiera que quiera construir un edificio primero debe hacer una excavación para los cimientos, y sobre los cimientos, construye el edificio. Al excavar para los cimientos, debemos discernir si él quiere construir un edificio de un piso, es decir, si quiere construir una planta baja, o un edificio de varios pisos. Por lo tanto, la excavación para los cimientos en el suelo deberá corresponder a la altura del edificio. La excavación no se lleva a cabo de una sola vez, sino que cada día se preparan los cimientos para que sean profundos y para que luego él pueda construir un edificio más alto.

El mismo proceso se aplica también en la espiritualidad. Cuando una persona desea edificar una construcción de un sólo piso, no necesita excavar tan profundamente. Sólo excava un poco y ya puede iniciar la edificación para cumplir con la Torá y las Mitzvot (mandamientos). ¿Y qué es excavar en la espiritualidad? Es una deficiencia, cuando se excava una deficiencia en el corazón, pues el corazón se llama “deseo”; un corazón se llama Maljut, y un corazón se denomina “tierra” o “suelo”.

Como en la corporalidad, se excava una deficiencia en el terreno. En otras palabras, antes de proceder a la construcción de un edificio, primero debemos excavar el terreno, esto es, extraer todo de lo que haya en el sitio de la excavación. Una vez que el terreno en donde queremos construir se encuentra vacío, iniciamos la construcción. Si el sitio está lleno de tierra, no debemos construir sobre ella porque el edificio se desplomaría.

De la misma forma, en la espiritualidad debemos excavar el suelo, es decir, en el corazón y extraer el polvo del corazón desde ahí, y luego el corazón queda vacío, sin ningún llenado. Entonces, llega el momento de la construcción. Se deduce que cuando el corazón está lleno de asuntos corporales, es imposible construir un edificio en ese terreno porque todo el edificio se derrumbará, pues no debe existir nada que no sea necesario.

En cambio, solamente cuando existe una necesidad y él siente una carencia por no tener aquello que anhela, cuando lo obtiene, ese objeto tiene derecho a existir porque él lo necesita. Y entonces sabe que la medida de la importancia corresponde a la medida de la necesidad, y él sabe cómo cuidar del edificio para que sus enemigos no lo destruyan.

Aquí da comienzo el asunto de la excavación de los cimientos, es decir, la profundidad a la que se excavará en el suelo dependerá de la altura del edificio que la persona tiene la intención de construir. Algunas veces, la persona dice que se contenta con una construcción de un sólo piso al nivel del terreno. En otras palabras, desea observar la Torá y las Mitzvot mediante las que ser recompensado con un edificio que se encuentre al nivel del suelo, es decir, que no esté lejos de la tierra.

En otras palabras, desea permanecer en lo terrenal, lo cual se considera como vasijas de recepción, es decir, la recompensa en la que desea habitar. Al igual que cuando se construye una casa en donde vivir, la recompensa se considera la casa en la que vive. En otras palabras, se sabe que una persona sólo desea vivir por las recompensas, y la recompensa quiere decir que recibe deleite y placer a cambio de su trabajo y esta es la vida de la persona −que el hombre quiere vivir sólo para el deleite y el placer.

El orden del trabajo en la Torá y las Mitzvot comienza con Lo Lishmá (no en beneficio de Él), como está escrito en El Zóhar: “Hay algunos que guardan la Torá y las Mitzvot para ser recompensados en este mundo, y algunos trabajan en la Torá y las Mitzvot para conseguir el mundo por venir”. Pero su recompensa es tan sólo lo que recibirá en sus vasijas de recepción para sí mismo, lo cual se considera que está en el ámbito de lo terreno. A esta modalidad se le llama “las personas de la tierra”, es decir, que ellas no se mueven de la tierra, que es “el deseo de recibir”.

Es como dijo Maimónides (Hiljot Teshuvá [Leyes del Arrepentimiento], capítulo 10): “Cuando se enseña a los pequeños, las mujeres y las personas de la tierra, se les enseña sólo para trabajar a través del miedo y la recompensa”.

Esto no es así con el discípulo sabio, según lo que Baal Hasulam dijo, que un discípulo sabio es aquel que estudia las cualidades del Sabio, y el Creador es llamado “Sabio”. Por lo tanto, aquel que va por el camino del otorgamiento, se considera que esa persona aprende del sabio. Por lo tanto, se le llama “discípulo sabio”.

De esto resulta que aquellas personas que se dedican a la Torá y las Mitzvot para ser recompensadas con una edificación llamada “recompensa de este mundo o recompensa del mundo por venir para el beneficio propio”, se les definen como “personas de la tierra”. Esto se considera como que él sólo desea construir el primer piso. Así es que no necesita excavar cimientos profundos, es decir, cavar cada día para hacer la excavación profunda. En lugar de esto, cava una vez y esta excavación es suficiente para él.

En otras palabras, cuando entiende que tiene la necesidad y el deseo de observar la Torá y las Mitzvot a manera de recibir una recompensa, cuando entiende esa deficiencia esa razón, ya puede obtener la edificación de la recompensa. Esto es así porque en tanto que una persona no desee salir del amor propio, el cuerpo no resistirá la Torá y las Mitzvot. Por lo tanto, no necesita cavar cada día, es decir, él no necesita buscar una necesidad y deseo de esforzarse en la Torá y las Mitzvot porque el cuerpo no resiste su necesidad, ya que entiende que para él vale la pena trabajar en beneficio propio.

Se considera que su excavación no necesita ser tan profunda. En cambio, la necesidad de entender que es bueno ocuparse en la Torá y las Mitzvot es suficiente para motivarlo para el trabajo. De esto resulta que la excavación que hizo alguna vez permanece con él y puede continuar el trabajo. De esto se deduce que su excavación no necesita ser profunda.

Sin embargo, si él desea construir un edificio de varios pisos, es decir, ser recompensado con una Neshamá (alma) que conste de NaRaNJaY, puede ser recompensado específicamente si su intención es para otorgar, pues todos sus pensamientos y deseos son sólo para el Creador, y no en beneficio propio. De esta manera, cuando desea asentar los cimientos para la construcción de tal edificación, la excavación de los cimientos −es decir, la necesidad de ello− no se lleva a cabo de una sola vez.

Esto es así porque después de que una persona trabaja consigo misma y deja que su cuerpo entienda que vale la pena trabajar para otorgar, esta excavación no se hace fácil para él. Durante la excavación, encuentra rocas, que son cosas difíciles de horadar. Es difícil hacer incluso un pequeño orificio en una roca.

En otras palabras, cuando desea entender −cuando siente un gran deseo y ve que él no puede hacer nada para otorgar, y desea pedirle al Creador que le dé lo que quiere, es decir, darle la luz de la Torá que lo reforme, en mitad de la excavación encuentra una gran roca.

En otras palabras, le llega un pensamiento de que desea entender por qué necesita trabajar para el Creador y no para sí mismo. Después de todo, es bien sabido que “Tu vida y la vida de tus amigos: tu vida va primero”. Y él no tiene nada que responder a esa percepción. Entonces, hace una pausa en la excavación porque esa roca es muy dura para poder hacer un agujero en ella.

Por esta razón, necesita un valioso instrumento mediante el cual sea posible romper la roca. Ese instrumento se llama fe por encima de la razón, y es sólo este instrumento el que puede romper la roca, lo que se llama “razón externa”, es decir, que esta razón está fuera de la Kedushá (santidad) porque sólo sirve a la Kedushá como una corteza que precede a la fruta.

Por tanto, dado que sólo con la fe por encima de la razón es posible romper la piedra, aquí está el asunto de los ascensos y descensos, ya que uno no siempre es capaz de ir por encima de la razón. De ello se deduce que toda su excavación y hallazgo de alguna deficiencia para pedir al Creador que le dé fuerza para ir por el camino del otorgamiento ha sido cerrado herméticamente por la roca.

Como resultado, él debe cavar una vez más, y seguir haciéndolo repetidamente. Y cada vez que comienza a extraer la tierra, en mitad de la excavación, encuentra una roca de nuevo. Y vuelve a plantear preguntas dentro de la razón. Y lo supera otra vez y usa la fe por encima de la razón. Y una vez más, obtiene un lugar de carencia y comienza a rezar al Creador para que lo acerque a Su trabajo, es decir, hacer el trabajo del Creador por el Creador y no por su propio beneficio.

Y dado que toda su edificación está construida por encima de la razón, la excavación se vuelve a cerrar, es decir, que su necesidad desaparece otra vez y no tiene nada que pedir, es decir, no tiene necesidad de que el Creador lo acerque. Por lo que debe comenzar a cavar de nuevo, es decir, a trabajar para encontrar una deficiencia, de manera que tenga una base sobre la cual pedir al Creador, para construir su edificio.

En esta excavación, encontramos que cuando cavamos en el suelo, encontramos polvo y rocas. Al polvo se le llama “corazón”, es decir, la voluntad de recibir para uno mismo. Esto no es tan terrible porque con grandes esfuerzos uno puede quitar el polvo de la tierra. Pero cuando encuentra rocas en medio de la excavación, cuando la razón comienza a hacer preguntas, entonces necesita la misericordia de los cielos para que se le imparta fuerza para superar por encima de la razón.

Por lo tanto, hay un trabajo importante en la cimentación porque la excavación no acaba en un día. Es más, inmediatamente después de la excavación vienen las rocas y cae en su mente, es decir, él recibe pensamientos extraños. Esto es, después de que ya ha superado por encima de la razón, durante un tiempo, él no puede mantenerlo sino que sufre otro declive y tiene que comenzar de nuevo. Sin embargo, uno debe creer que ningún trabajo se pierde. Más bien, todo permanece pero hay una corrección de no ver lo que ya está hecho.

En consecuencia, se considera que cada día que la persona excava los cimientos, cava en la profundidad del suelo, y no vuelve a trabajar en lo que ya trabajó ayer. Pero el progreso se realiza al profundizar, y la medida de profundidad de la excavación es hasta que recibe una necesidad genuina de que el Creador le ayude a tener el deseo de trabajar para otorgar. “Cada céntimo se va acumulando en una gran cuenta”. Finalmente, de toda esa excavación, llega a tal profundidad que es posible construir un edificio sobre esto, ser digno de ser merecedor de NaRaNJaY de la Neshamá, con la cual uno debe ser recompensado.

Entendemos la construcción de Kedushá (santidad) de dos maneras: 1) Kli (vasija), y 2) Luz.

Un Kli significa que el Creador da un deseo y un anhelo de otorgar al Creador.

La Luz significa que una vez que él tiene un deseo de otorgar, que se denomina Dvekut (adhesión), recibe un grado de Neshamá, hasta que es merecedor de NaRaNJaY. Está escrito en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (Artículo 133): “Así es también en el trabajo del que es justo por completo, que la elección que se aplica durante la ocultación del rostro ciertamente no se aplica una vez que se abre la puerta para el alcance de la Providencia abierta. En cambio, comienzan con la parte principal de Su trabajo −en la revelación del rostro. En ese momento, uno comienza a marchar por los muchos grados, como está escrito: ‘El justo va de fuerza en fuerza’. Esos trabajos los cualifican para la voluntad del Creador, para que Su pensamiento de la creación se realice en ellos: deleitar a Sus creaciones”.

Ahora podemos ver que hay un grado de ser recompensado con Dvekut con el Creador, es decir, obtener el grado de querer otorgar. Después de eso, existe el orden de ser recompensado con la luz, lo que se llama NaRaNJaY, que son grados en la revelación de la luz.

De acuerdo a lo dicho antes, podemos interpretar lo que está escrito (Gen 26:15): “Y todos los pozos que los sirvientes de su padre habían cavado en los días de Abraham, su padre, los filisteos los sellaron… E Isaac cavó nuevamente los pozos de agua que habían sido cavados en los días de su padre Abraham, y que los filisteos les habían detenido. Y los sirvientes de Isaac cavaron… y los pastores de Gerar se disputaron con los pastores de Isaac, diciendo: ‘¡El agua es nuestra!’… Y ellos cavaron otro pozo, y también se lo disputaron… y (él) cavó otro pozo, y ellos no se lo disputaron; y lo nombró Rejovot, porque ‘Al fin el Señor nos ha dado un espacio para nosotros, y seremos fructíferos en la tierra’. Y él fue desde allí hacia Beersheba”.

La excavación que hicieron fue para encontrar un déficit y una necesidad de la salvación del Creador; ellos fueron por el Kli, es decir, para pedir al Creador que les diera la necesidad de otorgar. Y ellos ven que no pueden porque el cuerpo se resiste a ello por naturaleza, porque nació sólo con un deseo de recibir.

Sin embargo, en eso también hay dos discernimientos que hacer: 1) Cuando él reza al Creador para que le dé fuerzas para superar la voluntad de recibir y trabajar para otorgar y él desea que el Creador le dé este poder. 2) Algunas veces, uno no puede pedir al Creador que le dé el deseo de otorgar porque el cuerpo también se resiste a la plegaria. El cuerpo está temeroso de que tal vez el Creador pueda ayudarlo y abandonará el deseo de recibir. De ello se deduce que debe rezar para que el Creador le dé fuerzas para superar el cuerpo y que tenga la voluntad de tener la fuerza para rezar al Creador que le ayude a superar la voluntad de recibir y trabajar para otorgar.

Se deduce que reza. ¿Y cuál es su petición? Es la de ser capaz de rezar. Esto se llama “una oración para una oración”. A esto se le denomina que el Creador debe ayudarle con el Kli, es decir, a entender que es la fuerza para otorgar lo que él necesita. Resulta que el Creador le ayuda y le da un deseo de querer entender que todo lo que el hombre necesita es el deseo de otorgar con su mente y su corazón.

Después, cuando él tiene la necesidad y desea trabajar para otorgar pero no puede, el Creador le entrega la Luz, es decir, la luz que proviene de la corrección del Kli, para ser capaz de trabajar para otorgar. Y esa Luz es llamada Kli, y es sabido que la luz se denomina a partir del acto. Y como la luz le da el deseo que se llama Kli, se dice que el Creador le dio la vasija de otorgamiento. A esto se le llama “los cimientos”, y sobre tales cimientos es posible construir un edificio de varios pisos. En otras palabras, una vez que ha obtenido los cimientos, que es la vasija de otorgamiento, comienza a ser merecedor de un nivel completo de NaRaNJaY en su alma.

Sin embargo, por lo que respecta a los filisteos que sellaron los pozos que los sirvientes de su padre cavaron en los días de Abraham, debemos interpretarlo en el trabajo. Abraham es el discernimiento de Jésed (misericordia, gracia). Los sirvientes de Abraham son aquellos que siguen el camino de Jésed, es decir, aquellos que desean ir por el camino del otorgamiento, que se llama Jésed. Ellos cavaron esta deficiencia para sí mismos, es decir, la necesidad de vasijas de otorgamiento. Pero, cuanto más cavaban para descubrir sus deficiencias, sus deficiencias iban siendo selladas, y siempre tenían que empezar a trabajar de nuevo, a cavar otra vez, repetidamente.

Ahora podemos interpretar la disputa entre los pastores de Gerar y los pastores de Isaac, como está escrito: “Y los sirvientes de Isaac cavaron… Y los pastores de Gerar se pelearon con los pastores de Isaac… Así que él nombró al pozo Oshek, porque ellos Hitashku (lucharon) con él. Y cavaron otro pozo, y también pelearon por este; y lo llamó Sitná (heb: enemistad). Y (él) cavó otro pozo, y no pelearon por este; y lo llamó Rejovot… Y él ascendió desde allí hasta Beersheba”.

Debemos entender el significado de “Pastores de” en la espiritualidad, y la diferencia entre “Los pastores de Gerar” y “Los pastores de Isaac” en el trabajo, así como también por qué hubo una disputa por la excavación de los primeros dos pozos y ninguna disputa por la excavación del tercero, como está escrito: “Y ellos no pelearon por este”.

Se sabe que uno no puede vivir sin provisiones. Provisión se considera lo que abastece a una persona, con lo que él se sustenta en la vida y dice: “Por esto vale la pena vivir”. Ciertamente, hay muchos grados en el aprovisionamiento de un hombre. Algunos se contentan con poco, es decir, que si una persona tiene comida, como la comida de un animal, es decir, con lo que los animales se conforman, él dice: “Esto es suficiente para mí y vale la pena vivir por este aprovisionamiento”. Comparado con el aprovisionamiento de otros, se considera que él se conforma con poco.

Y algunos dicen que ellos se conforman con alimentos tales que son suficientes para niños pequeños. Esto es un añadido a los animales, ya que ellos tienen intereses: juegan al escondite, con juguetes, etc., y se conforman con eso. Ellos dicen: “Lo que disfrutamos no tiene por qué ser real. Incluso si es mentira, de cualquier forma podemos encontrar nuestro aprovisionamiento allí”. Por el contrario, son las cosas reales las que encontramos por completo sin sentido.

Como una alegoría: he contado muchas veces que vemos que hay niñas pequeñas, a las que sus padres les compraron muñecas con las que jugar. Algunas veces, la madre está en la cocina, preparando una comida, ella tiene un bebé de un año en casa, y el bebé está llorando. La madre dice a la pequeña: “Ve a jugar con el bebé. Con eso, el bebé disfrutará, y yo disfrutaré porque podré preparar la comida”.

Pero vemos que en la realidad, la niña no irá. Si le preguntáramos a la niña: “¿Por qué no quieres jugar con el bebé? Sólo estás jugando con tu muñeca, besándola, pero, ¿por qué no juegas con un bebé real en lugar de con uno de juguete? Además, puedes ver que tu madre hace lo opuesto. Ella nunca besa a la muñeca, sino al bebé real”. La niña probablemente contestaría: “Mi madre no quiere disfrutar de la vida; por eso no puede jugar con una muñeca. Pero yo aun quiero disfrutar de la vida, por eso no puedo jugar con un bebé real”.

De mismo modo, en el trabajo, uno no puede disfrutar la verdad en el trabajo. Por el contrario, el hombre es impresionado específicamente por la mentira, y obtiene placer y energía de eso. Si se le dice: “Es impropio que disfrutes trabajar con cosas irreales”, él dice: “Todavía quiero disfrutar el mundo; por eso me conformo con poco en mi ocupación en la Torá y las Mitzvot”.

En gran parte, las masas que observan el trabajo sagrado y guardan la Torá y las Mitzvot, cada uno de ellos elige su propia medida de tiempo que debe dedicarle a la Torá y las Mitzvot. Cada uno mide para sí mismo lo que entiende como suficiente para él tanto en cantidad como en calidad, y dice que se conforma con poco. Él no tiene que estar entre los ricos, que tienen grandes posesiones. En vez de esto, cada uno entiende su medida en las Torá y las Mitzvot con buena razón.

Es como El Zóhar dice acerca del verso: “Su esposo es conocido en las puertas”, cada uno de acuerdo a lo que él mide en su corazón. Significa que de acuerdo a la grandeza del Creador, él sabe cuánto tiempo debe dedicarle a la Torá y las Mitzvot y cuánto debe esforzarse si es difícil para él guardar la Torá y las Mitzvot.

Sin embargo, hay algunos pocos elegidos que no se conforman con el aprovisionamiento de las masas. Según al ARÍ, la insatisfacción que sienten es un asunto de la raíz del alma. Ellos necesitan avanzar más que las masas, y comienzan a entender que el trabajo principal debe ser sostenerse con la comida del hombre, no con la comida de las bestias o con la comida que se les da a los pequeños. Como lo expresó Maimónides: “Cuando se enseña a los pequeños, se les enseña a trabajar por una recompensa, y no se les menciona el asunto de Lishmá (en beneficio de Él)”.

Sin embargo, aquí comienza el esfuerzo, cuando él desea ir por el camino del otorgamiento al Creador y no por su propio beneficio, y a eso, el cuerpo se resiste. Y entonces él comienza a recibir pensamientos que desean hacerle ver que “Tú no necesitas ser una excepción. Así como los demás se conforman con el aprovisionamiento de la recompensa por la labor en este mundo y en el próximo, esto debe ser suficiente para ti también. ¿Así pues, por qué el alboroto por querer trabajar específicamente en una manera de otorgamiento? ¿No ves que es difícil? Si no lo fuera, también otros trabajarían en otorgamiento”. Con esos argumentos, esos pensamientos sellan las excavaciones, es decir, que las deficiencias y la necesidad de obtener el deseo de otorgar.

Ahora podemos interpretar a qué se refiere con “los pastores de Gerar” y a qué se refiere con “los pastores de Isaac”, y cuál es la disputa entre ellos. “Pastores” significa proveedor. “Los pastores de Gerar” significa que su aprovisionamiento está en seguir a la multitud. En otras palabras, les vienen pensamientos que no necesitan trabajar en el trabajo de unos pocos, que desean llegar a la verdad, llamada Lishmá, es decir, para otorgar, sino que se conforman con ser trabajadores que cumplen la Torá y las Mitzvot para recibir recompensa en este mundo y en el próximo. Significa que también aquí, al cumplir la Torá y las Mitzvot, él puede seguir el camino de conformarse con poco.

“Los pastores de Isaac”, significa lo que sostiene a Isaac. A esto se le considera sostener el discernimiento de Isaac, el discernimiento de otorgar. Todo el tiempo que pueda otorgar al Creador, este es su aprovisionamiento y con esto se gana la vida.

Esa fue la disputa entre los pastores de Gerar, quienes le decían que cualquier excavación para encontrar deficiencia y necesidad de ocuparse sólo en el camino del otorgamiento no valía la pena el estar excavando para buscar tales deficiencias. Sellan la necesidad diciendo: “Debemos seguir a las masas y no ser excepciones”.

Los pastores de Isaac estaban cavando y buscando una necesidad y deficiencia de encontrar dolor y sufrimiento por no ser capaces de hacer cosas con el propósito de otorgar. Significa que entendían que lo más importante era trabajar en otorgamiento, pero ellos no sintieron el dolor y sufrimiento por esta deficiencia que encontraron. Así que cavaron y buscaron consejo con respecto a cómo sentir sufrimiento, y los pastores de Gerar vinieron y obstruyeron las deficiencias que habían encontrado. En otras palabras, ellos promueven la comprensión de que no es tan terrible; podemos seguir a las masas y todo lo que ellos digan, ya que nos conformamos con poco.

Esto causó sufrimiento a los pastores de Isaac, ya que hicieron grandes esfuerzos para encontrar que sus deficiencias no podían trabajar en otorgamiento y sentir dolor por ello. Y eran ya capaces de rezar desde el fondo del corazón, y ya tuvieron un lugar para la bendición, es decir, para dar gracias al Creador por revelar un lugar de carencia en ellos, que es la parte principal del trabajo del Creador. En otras palabras, si ellos no pueden dirigir las acciones en beneficio del Creador, no son considerados sirvientes del Creador, sino sirvientes de ellos mismos. Y los pastores de Gerar, de repente vinieron y tiraron de ellos para que fueran a buscar el aprovisionamiento de las masas. Mediante eso, estaban sellando todo el pozo de los pastores de Isaac, y este es el problema con la pelea que tuvieron entre ellos por la excavación de los pozos.

Y ahora explicaremos lo que preguntamos sobre por qué los pastores de Gerar se pelearon por los primeros dos pozos y no se pelearon por el tercer pozo. Es sabido que el orden del trabajo se efectúa en tres líneas, derecha e izquierda, que se oponen la una a la otra, y luego viene la línea media y se hace la paz.

También es sabido que decimos que las masas pertenecen a una sola línea. Por lo tanto, no hay nadie que se le oponga, que dé argumentos contradictorios, ya que tiene sólo una línea. Por eso el asunto de los ascensos y descensos casi no es relevante para ellos. Pero con la línea derecha, la línea izquierda está opuesta a ella, que es por lo que en la línea derecha existe ya el asunto de los ascensos y los descensos.

Es sabido que la línea derecha es una línea de verdad. Con una sola línea, sin embargo, eso no es tan cierto. Además, se sabe que cualquier cosa que está lejos de la verdad es más fácil de observar. Por eso es por lo que el camino de las masas, a quienes se les enseña a seguir por una sola línea, significa que no han llegado a conocer y entender que hay más aparte de las acciones. Es más, cuando cumplen las 613 Mitzvot, esta es su aspiración, ya que el Creador nos ordenó cumplirlas, mediante lo cual recibiremos una recompensa y que con esto se es un justo completo.

La única distinción entre los trabajadores está en la cantidad, la cantidad de tiempo que cada uno entrega para su dedicación a la Torá y las Mitzvot. Por lo tanto, puesto que él no está tan cerca de la verdad, para estar en Lo Lishmá (no en beneficio de Él), no hay muchos ascensos y descensos en esos estados, que se llaman “el aprovisionamiento de las masas”. Esto es así porque si él sólo cree en la recompensa y el castigo, en el grado de su fe, el cuerpo conviene en trabajar y esforzarse en observar la Torá y las Mitzvot, ya que la recompensa que espera recibir en sus vasijas de recepción no está en contraste con el cuerpo, que se llama “voluntad de recibir para sí mismo”. De esta forma pueden trabajar con gran diligencia.

Y hay otra razón por la cual no hay muchos descensos en ellos: encuentran el éxito en el trabajo. En otras palabras, ven que cada día avanzan en la Torá y las Mitzvot porque es de la naturaleza humana el que cuando vemos que tenemos éxito en algún trabajo, hay motivación para el trabajo. Todo esto se considera una línea.

Esto no es así cuando una persona comienza a trabajar para otorgar, es decir, cuando la recompensa que él espera recibir a cambio de su trabajo es obtener Dvekut (adhesión) con el Creador, cuando su intención al cumplir la Torá y las Mitzvot es tener sólo el deseo de otorgar al Creador y no para sí mismo. Y por mucho que se esfuerza para ser recompensado con vasijas de otorgamiento, no se mueve ni un centímetro. Por el contrario, ve que no tiene éxito en el trabajo. Por consiguiente, ¿de dónde recibirá la vitalidad para poder continuar con el trabajo?

La corrección es conocer la verdad: él está aun inmerso en el amor propio y se encuentra aún lejano del Creador. Pero entonces debe decirse: “Aun cuando todavía no veo ningún progreso en el trabajo, tengo el gran privilegio de poder hacer algo con la Torá y las Mitzvot”.

Debe creer por encima de la razón que aun cuando todavía no siente Su grandeza, haciendo cosas pequeñas en la Torá y las Mitzvot −incluso por coacción– le hace feliz el tener alguna comprensión a la Torá y las Mitzvot. Y por eso está agradecido con el Creador. Esto se considera que la gratitud que le da al Creador la da en verdad.

En otras palabras, él conoce la verdad −que está alejado del Creador− y aun así es feliz por tener la fuerza de hacer algo en la Torá y las Mitzvot, aun cuando no lo hace de corazón. Pero, lo que es importante para él es que está sirviendo al Creador incluso cuando todavía no siente la grandeza del Creador. Sin embargo, se encuentra agradecido al Creador por permitirle hacer algo para Él.

Y esto es verdad. No se está engañando a sí mismo pensando que es considerado como un servidor del Creador porque él sabe la verdad, que todo lo que hace es completamente por coacción y no voluntariamente.

Pero aquellos que caminan en una sola línea, que dan gracias al Creador por recompensarlos con la ocupación en Torá y las Mitzvot, tienen allí dos inconvenientes: 1) Ellos se consideran sirvientes del Creador, y esto no es verdad, ya que están trabajando para sí mismos. 2) El Creador no es quien es importante a sus ojos, es decir, que valga la pena trabajar para el Creador. Más bien, toda la importancia del trabajo está en cuánta recompensa recibirá por su labor. En otras palabras, está buscando la recompensa −si recibirá un salario importante− y no si el que da el salario es el importante.

Pero aquellos que van por la línea derecha consideran cuán importante es Aquel que da el trabajo. Su deseo es siempre que el que otorga el trabajo sea importante para ellos, y esta es su recompensa. Esto se llama que ellos siempre anhelan ver la grandeza del Creador.

De esto resulta que ellos no buscan la recompensa que recibirán por su trabajo. Más bien, cuando cumplen Sus mandamientos, siempre buscan ver que el comandante, el Otorgante de los mandamientos, sea cada vez más importante a sus ojos, y esta es la recompensa en sus esfuerzos en la Torá y las Mitzvot. Por esta razón, ellos dicen que incluso una pequeña cosa que dominan de la Torá y las Mitzvot es una gran cosa, y se deleitan y reciben sustento.

Ahora podemos explicar la disputa sobre la primera excavación, ya que el asunto de las tres excavaciones que hubo ahí contiene el trabajo entero. En otras palabras, hay muchas excavaciones que pertenecen a la línea derecha, muchas excavaciones que pertenecen a la línea izquierda y muchas excavaciones que pertenecen a la línea media. La razón para ello es que no todas las excavaciones pueden ser hechas de una vez. Es más, en cada línea hay mucho que cavar hasta que las líneas se adquieren por completo.

Con respecto al primer pozo que cavaron, está escrito: “Y él nombró al pozo Oshek, porque ellos Hitashku (pelearon) con él”. Debemos explicar Oshek. Significa que con el primer pozo, que implica a la línea derecha, ellos se ocuparon en la Torá y las Mitzvot en esas excavaciones.

Esto es así porque la línea derecha se llama “perfección”, ya que la línea izquierda se llamad “deficiencia”. La derecha se llama “perfección”, es decir, que en la derecha, tienen la fuerza para ocuparse en la Torá y las Mitzvot con alegría por la razón mencionada arriba de que cualquier aferramiento que tienen en la Torá y las Mitzvot, ellos creen que les vino desde arriba, que el Creador les dio el deseo y el anhelo de ser capaces de ocuparse un poco en la Torá y las Mitzvot. Por eso los pastores de Isaac arguyeron: “Cualquier comprensión que tengamos es importante para nosotros y agradecemos al Creador por ello”.

A la inversa, los pastores de Gerar estaban siguiendo a las masas, es decir, lo que dicen las masas: “Observamos la Torá y las Mitzvot por nuestra propia fuerza, y por esta razón exigimos del Creador el pago por nuestra labor en la Torá y las Mitzvot”. Con ello, sellan el pozo que los sirvientes de Isaac han cavado, quienes dijeron: “Podemos recibir energía de aquí porque incluso una pequeña cosa es importante para nosotros, es decir, que el Creador nos dio el deseo y el anhelo de hacer cualquier cosa en el servicio del Creador. Pero vemos que hay personas que no tienen el deseo y el anhelo de hacer cualquier cosa en el trabajo, ya que el Creador no les dio este deseo”.

Por eso los pastores de Isaac estaban recibiendo vida de este pozo. Los pastores de Gerar vinieron y sellaron ese pozo para que no fueran capaces de recibir vida de ahí. Les decían: “Tu insistencia en este trabajo interior no vale la pena. No recibirás ninguna recompensa por ello porque no tiene ninguna importancia, ya que la mayoría de las personas lo consideran como inferior”.

Por eso, en el primer pozo, que ellos llamaron “Oshek” (contienda), dijeron: “No es una contienda de la que valga la pena regocijarse con este pequeño trabajo, por el cual estás armando alboroto. Después de todo, no hay nada que ver, pues vosotros mismos estáis diciendo que sólo es un trabajo muy pequeño. Y tu atención en el Otorgante, no la comprendemos”.

Más adelante, los pastores de los sirvientes de Isaac se pasaron a trabajar en la línea izquierda, es decir, a criticar la situación en la que se encuentran,  sobre que están inmersos en el amor propio. Ven que son incapaces de trabajar para el Creador por sí mismos, así que cavan en el fondo de sus corazones para encontrar deficiencias y dolor. En otras palabras, buscan consejo para acabar con el tormento por estar alejados del camino del otorgamiento. Y ciertamente, cuando tengan sufrimiento, recibirán ayuda del Creador como fue durante el éxodo de Egipto, como está escrito: “Y los hijos de Israel suspiraron a causa del yugo… y Dios escuchó su queja”.

Así, al cavar en el fondo de sus corazones encontraron un pozo, es decir, un lugar donde podían rezar. “Y ellos se pelearon por esto también, y él lo llamó Sitná (enemistad)”. Significa que los pastores de Gerar se volvieron sus calumniadores, no dejándolos rezar para que el Creador realizara su deseo, es decir, que el Creador les concediera la fuerza para superar las vasijas de recepción de manera que pudiesen trabajar para beneficiar al Creador y no para sí mismos.

De esto sigue que a través de su pelea, ellos sellaron las excavaciones que habían cavado en la línea izquierda para que tuvieran una necesidad de que el Creador realizara sus deseos para mejorar. “Bueno” significa para otorgar, como está escrito: “Mi corazón se desborda con algo bueno. Yo digo: ‘Mis actos son para el Rey’”. El significado de “Mis actos son para el Rey” es que todo lo que haga será para el Rey, que su intención es otorgar al Rey.

Y los pastores de Gerar eran calumniadores hacia ellos para que no fueran capaces de rezar porque estaban siguiendo a la mayoría diciendo: “El acto es lo importante y la intención de hacerlo en Lishmá no es asunto nuestro. Más bien, es para personas que son puras de corazón y dotadas de nacimiento. Y el trabajo en otorgamiento no es para nosotros”. Por lo tanto, ellos sellaron la necesidad de una plegaria. Y por eso llamaron al segundo pozo Sitná, de la palabra Satán (que también significa “calumniar”).

Y también en esa línea, no hicieron el segundo pozo de una sola vez. Es más, cavaron muchas veces en cada línea. Sin embargo, todos ellos, es decir, todas las excavaciones se supeditan al nombre de los tres pozos.

Pero más tarde, una vez que completaron el proceso de trabajo en dos líneas, fueron recompensados con la línea media. Es como dijimos en el artículo previo, que la línea de la derecha es llamada “su padre”, la izquierda es “su madre”, y la línea media es llamada “el Creador”, como está escrito: “Tres toman parte en el hombre: su padre, su madre, y el Creador”.

“Su padre imparte el blanco”. Significa que allí no hay deficiencia. Al contrario, todo es blanco, es decir, que está contento con su porción, con el pequeño puñado de espiritualidad que tiene.

“Su madre imparte el rojo”. Esto quiere decir que él no se encuentra en una buena situación, sino lleno de carencias y que entonces él tiene espacio para la plegaria.

Más adelante, “El Creador da el alma”. Cuando el Creador le ayuda, cuando Él le da el alma, entonces Satán ya no tiene lugar, es decir, no tiene nada sobre qué calumniar. Este es el significado de las palabras: “Y (él) cavó otro pozo, y no pelearon por ello; y lo llamó Rejovot, porque ‘Al fin el Señor ha hecho espacio para nosotros…’ Y él ascendió desde allí hasta Beersheba”.

Preguntamos: “¿Cuál es la razón de que los pastores de Gerar no se pelearon por el tercer pozo?” El asunto es que donde hay una deficiencia en Kedushá (santidad), hay espacio para Sitra Ajra. Por lo tanto, cuando una persona va por la línea derecha, sabe que está inmersa en amor propio y que todas sus acciones no son para el Creador, sino que desea ser un siervo del Creador y mientras tanto se sirve a sí mismo. Y a pesar de toda la corrupción en la que está, él desea agradecer al Creador por darle algún contacto con el trabajo del Creador, incluso si es en Lo Lishmá.

Y él cree por encima de la razón que el Creador le dio el pensamiento y el deseo de involucrarse un poco en el trabajo. Y como él cree tanto como puede en la grandeza e importancia del Creador, por encima de la razón, aun cuando no ha sido recompensado con la sensación de la importancia dentro de la razón, él aún tiene el privilegio de hacer cosas simples. Él está agradecido y alaba al Creador, y se encuentra complacido y desea dar las gracias al Creador al igual que aquellas personas que están en la forma de una sola línea, es decir, aquellas que sienten que el trabajo que hacen es de verdad en plenitud y todo lo que necesitan añadir es en cuanto a la cantidad.

En calidad, sin embargo, sienten que están tan completos que necesitan trabajar en la humildad, como nuestros sabios dijeron: “Sé muy, muy humilde”. Invierten mucho esfuerzo en eso, en encontrar alguna bajeza en ellos, y esto es porque no saben que están en una sola línea. Este es el trabajo de la mayoría.

Pero aquel que desea ir por la línea derecha, es decir, que sabe que hay una línea izquierda también, que debilita a la línea derecha, debe ejercer grandes esfuerzos para creer por encima de la razón que incluso un pequeño trabajo en la espiritualidad −incluso si es incompleto, como sienten por sí mismos− es importante. Y además, dar gracias al Creador y ser feliz, y sentir que ahora él tiene una vida y que una vida así vale la pena vivirla.

Significa que al creer por encima de la razón que la grandeza del Creador no tiene fin, y que es muy importante que él pueda servir al Rey, esto se llama “línea derecha”. Y esto representa mucho trabajo. Pero una persona debe sentir que el trabajo en la línea derecha es importante; debe esforzarse para tener el mismo grado de energía como cuando estaba trabajando en una sola línea o, por lo menos, no menos que cuando estaba trabajando en una sola línea, antes de que llegara a trabajar en la línea derecha.

Sin embargo, aquí en la línea derecha, hay mucho trabajo, y no es tan fácil como cuando trabajaba en una sola línea. Esto es porque allí sabía que los actos que estaba haciendo eran grandes e importantes, así que era más fácil para él trabajar. Pero en la línea derecha, ve por sí mismo que sus actos no tienen valor en y por sí mismos, porque no está trabajado con todo el corazón. Por lo tanto, no puede decir que está haciendo grandes cosas y que el Creador ciertamente le entregará gran recompensa a cambio de su trabajo.

Sin embargo, en una sola línea, no hay resistencia por parte del cuerpo, así que él puede trabajar fácilmente, sin obstrucciones. Pero en la línea derecha, tiene mucho trabajo porque dice que quiere trabajar para el Creador y no para el cuerpo, así que el cuerpo naturalmente se resiste y debe constantemente luchar con el cuerpo. Por lo tanto, siempre debe trabajar con este y vencerlo.

Y hay otro asunto. Si desea caminar continuamente en la línea derecha y tiene fuerza para el trabajo, debe hacer que el Creador sea constantemente más grande y hacer grandes esfuerzos buscando consejo sobre cómo obtener la grandeza e importancia del Creador. Si él aprecia las acciones, es decir, que dice: “Mis acciones son muy importantes en lo alto”, si él dice eso, será ciertamente una mentira porque no están en Lishmá, ya que el amor propio, en lugar del amor del Creador, está involucrado en todo lo que hace.

Sin embargo, en la línea única, ellos sí aprecian los actos porque en una sola línea hablan solo de acciones y no acerca de la intención, esto es, si su intención es para otorgar o no. Allí, el orden del trabajo es no ser meticuloso con respecto a las acciones. Sino que al comenzar a trabajar con el propósito de otorgar, que se llama la “línea derecha”, no puede decirse que las acciones están bien, que se siente feliz con el trabajo que hace.

Sin embargo, si él ensalza al Creador tanto como puede, por encima de la razón, él nunca enfatizará de más su fe en la grandeza del Creador, ya que debemos ciertamente decir que el Creador es más grande de lo que el hombre lo puede ensalzar. Por tanto, decir que el Creador es importante resulta ser cierto y, de este modo, va por el camino de la verdad.

Y entonces una persona puede decir, como en la corporalidad, que vemos que con respecto a una persona importante, incluso si uno puede hacerle un pequeño servicio, esto le hace feliz y le da buen ánimo. Significa que no es el acto lo más importante, es decir, el servicio que da, sino aquel al que sirve. Así, cuando una persona camina en la línea derecha, es una línea de verdad.

Sin embargo, como la línea derecha es una línea de verdad, hay gran resistencia por parte de la Sitra Ajra, que no permite caminar sobre el sendero de la verdad, que lleva a la corrección del mundo. Esto es porque la construcción de las Klipot (cáscaras) viene del mundo de la fragmentación y la corrupción. Por eso todas las cosas en el mundo que pertenecen a la destrucción y corrupción tienen la fuerza para cometer sus actos. Lo vemos claramente con los niños pequeños, que pueden trabajar en romper y corromper, pero no pueden trabajar en cosas que aporten corrección, como en la alegoría de la niña pequeña.

Esto es así por el rompimiento que ocurrió en los mundos superiores. Por tanto, las ramas corporales siguen las mismas rutas. Por eso hay energía para trabajar en corrupción y rompimiento pero, para la corrección, es difícil trabajar en cosas que aporten corrección del mundo en las ramas corporales porque la corrección de arriba no ha sido completada.

Por eso es muy difícil caminar por la línea derecha. En otras palabras, uno debe ver cómo las personas se esfuerzan en el camino de una línea, mientras deberían tener al menos tanta energía y buen ánimo como cuando caminan en la línea derecha.

Y cuando una persona desea apreciar la línea derecha, los pastores de Gerar vienen y pelean. En otras palabras, le hacen entender que “Esta es la manera equivocada. ¿Cómo quieres agradecer al Creador por un trabajo tan mínimo? Le estás dando las gracias al Creador por algo sin valor. A la inversa, aquellos que caminan en una sola línea saben que lo que hacen es importante, y que pueden dar las gracias al Creador por ello. Pero, ¿por bagatelas? Después de todo, tú mismo estás diciendo que tus acciones no tienen valor, ya que no son del corazón, ya que estás diciendo que no estás trabajando para el Creador. Entonces, tu gratitud es como adulación, ¿y cómo obtienes alegría y buen ánimo de una mentira?”

Los pastores de Gerar Gorerim le (arrastran) a la vista de la mayoría, quienes pueden dar las gracias al Creador sólo por cosas importantes. Y esto es cierto: “Mientras caminas en una mentira”.

Esta Klipá (cáscara) es una gran Klipá, y no le permite a una persona ser feliz y recibir energía de la verdad. En cambio, desea llevar al hombre a la tristeza y depresión. Algunas veces lo conduce hasta un punto en el que su vida se vuelve sin sentido, y lo único que le da alegría a la persona es dormir, ya que cuando está dormido disfruta de no estar en un estado de desesperación y sin sentido en la vida.

Esto es similar a una persona que debe someterse a cirugía en un hospital. Hay un doctor especialista que es llamado “anestesiólogo”. Este es el doctor que uno desea ver para que le dé un consejo sobre cómo puede dormir durante al menos tres meses. Esta Klipá arruina completamente la Kedushá porque es imposible para uno ser capaz de decir que el Creador es benevolente. Una persona define ese estado como un descenso, pero ahí queda una cuestión: “¿Hacia dónde está descendiendo?”

La respuesta es que está descendiendo al inframundo. Si una persona se vuelve más fuerte en ese estado, dice (en una canción de Januká): “Señor, Tú has elevado mi alma desde el inframundo”. Por lo tanto, este es el deber de uno, cuando los pastores de Gerar vienen a una persona y desean arrastrarlo al dominio de la mayoría, es decir, cómo se refieren a una persona que está haciendo algo pequeño, cuando saben que es pequeño y no aprecian tal acto.

“Así que, ¿cómo haces dos cosas opuestas? Por una parte, tú admites que al hacer tal acto mientras eres consciente de hacerlo, es un acto lleno de fallas”, ya que durante la acción hay muchos pensamientos extraños, cada uno de acuerdo a su grado.

Por ejemplo, ellos hacen una bendición y dicen: “… quien nos santificó con Sus mandamientos”. Pero durante la bendición, ellos saben que no están sintiendo nada durante la realización del mandamiento, y le dan muchas gracias al Creador por ello. Por tanto, él dice que la bendición y la gratitud que da por ello no son porque esté haciendo algo importante.

Y más adelante, dices que uno debe recibir energía y alegría de ser recompensado con hacer una Mitzvá (buena obra, mandamiento), incluso si es trivial, y dar gracias al Creador por recompensarte, y dices: “Quien nos ha elegido”. Más aún, tú dices: “Un amor eterno, Tu pueblo, la casa de Israel, el amor de la Torá y las Mitzvot”.

Esto trae la pregunta: “¿Si no puedes ver nada en la Mitzvá que estás guardando, ¿por qué estás diciendo que el Creador nos dio cosas buenas porque Él nos ama? ¿Cuál es el sentido de esta Mitzvá que tú dices que Él te dio por amor? La mayoría de nosotros decimos que Él nos dio la Torá y las Mitzvot porque Él nos ama. Es como Rabí Ananías, hijo de Akashia, dice: “El Creador deseaba recompensar a Israel; por lo tanto, Él les dio la Torá y las Mitzvot en abundancia”.

En otras palabras, como Él deseaba recompensarnos con tener este mundo y el mundo por venir, con recibir gran recompensa sin sentir vergüenza, porque es sabido que cuando uno come el pan de la vergüenza, se siente avergonzado, Él, por lo tanto, nos da la Torá y las Mitzvot en abundancia. Así, seremos capaces de recibir una gran recompensa. Pero sabemos que con una obra pequeña e incompleta, esto sería el pan de la vergüenza.

Por lo tanto, cuando una persona camina sobre la línea derecha y desea recibir vida y buen ánimo por haber hecho algo pequeño, le da gracias al Creador por haberle recompensado con hacer algo por el Creador, y cree por encima de la razón que el Rey es un gran Rey, llamado “El Dios Grande, Poderoso y Temible”.

Está dicho que algo es importante a los ojos de uno según la importancia del Rey, incluso si le fuera permitido sólo un pequeño servicio al Rey, incluso uno que no es importante y con muchas fallas, con tal de que tenga algún contacto con el Rey. Esto es así porque no está buscando una recompensa.

La regla es que si uno trae algo a alguien y quiere una recompensa, entonces lo normal es que el asunto es inspeccionado para ver si la recompensa que se exige por el objeto lo vale o no. Pero, aquellos que caminan en la línea derecha no tienen deseo por ninguna recompensa. En cambio, lo que hacen porque el Rey es toda su recompensa. Entonces, creen por encima de la razón que están haciendo algún servicio para el Rey, y esto les da energía, alegría, y buen ánimo pues ellos fueron recompensados con hacer algún servicio al Rey.

Y es verdad que dicen que el Creador es muy importante pero no tenemos el poder de apreciar Su grandeza, y viceversa, que desde la perspectiva del acto, no puede haber un acto más pequeño y trivial que lo que están haciendo. Así pues, de esto se deduce que es verdad por las dos partes, y todo está construido sobre la base de la fe por encima de la razón. Baal HaSulam dijo: “Todo lo que está construido por encima de la razón entra a la Kedushá y es considerado interioridad, y dentro de la razón es considerado exterioridad”.

Por lo tanto, como la derecha está construida sobre la base de la verdad, los pastores de Gerar inmediatamente se despiertan y desean arrastrar a una persona al punto de vista de la mayoría. Entonces esta Klipá comienza a atacar a una persona y a hacerla entender el punto de vista de la mayoría y que lo que dicen es verdad. En ese momento, una persona comienza a creer esta Klipá, a pesar de que esta desea matarlo y extraer toda la energía de Kedushá de él y arrojarlo al inframundo. Esta Klipá se viste con ropas falsas y dice que todo lo que ella está diciéndote ahora es solo para que no te engañes a ti mismo en un camino de falsedad.

Entonces, todo lo que uno puede hacer es permanecer en guardia mientras los pensamientos de los pastores de Gerar vienen a su mente como flechas dentadas empapadas en veneno, que matan a una persona inmediatamente, dejándolo sin el espíritu de vida de la Kedushá.

Esta Klipá llega a una persona y le envía sus pensamientos e ideas, y no vienen, “Dios lo prohíba”, para que no sea un siervo del Creador. Por el contrario, le hacen a uno entender que: “Como ahora sabes claramente cuál es el trabajo de la verdad, que la intención debe de ser para el Creador, y sabes por ti mismo que no puedes aspirar al Creador, por lo tanto, tu plegaria es ciertamente inútil, así como lo es la Torá que estás aprendiendo. Estás desperdiciando tus esfuerzos en vano. Por lo tanto, es mejor para ti trabajar en el intento que debes hacer. En consecuencia, es mejor, en lugar de rezar o estudiar y hacer cosas triviales, todo Lishmá”.

Y como él está bajo la autoridad de ella, ciertamente no tiene la fuerza de hacer nada en Lishmá. Así es que ella lo mata. “Es mejor para ti pensar acerca del propósito del trabajo y no actuar. Por eso es mejor que te dediques al trabajo de las intenciones, que debes hacer todo en Lishmá”.

Y como él está en el dominio de ella, y él ciertamente no tiene fuerza para hacer nada en Lishmá, por eso, ella lo mata. “Por lo tanto, cuando rezas, no necesitas superarte si deseas hablar a alguien durante la oración, ya que tu oración y tu Torá no tienen sentido. Así, cuando no estás estudiando, si tienes a alguien a quien hablarle, o si tienes a alguien a quien hablar durante la oración, es un desperdicio tratar de contenerse de hablar, ya que no estás perdiendo nada de todas maneras, ya que tanto tu oración como tu Torá no tienen valor.

“Esto es así porque en la oración, ves que no tienes conexión con las palabras que estás expresando. Y en la Torá, ¿qué estás perdiendo al parar a mitad del estudio? Tú mismo estás diciendo que lo importante es aspirar al Creador. Entonces, ¿qué estás ganando si conoces algunas páginas de la Gemará u otras palabras de la Torá?

“Y de la misma manera en acciones; ¿por qué necesitas ser tan meticuloso acerca de las acciones? No estoy diciéndote que debas comer cosas prohibidas; más bien, estoy hablando del rigor de las costumbres, que tú quieres seguir este camino. Después de todo, sabes que lo más importante es aspirar al Creador. Entonces, deja esas acciones y haz lo que entiendas que debes hacer. Y el cumplimiento de las costumbres rigurosamente: esto no es para ti. Más bien, esas obras son para la gente sencilla, que no piensa y no sabe lo que es el verdadero trabajo. Por lo tanto, es mejor para ti pensar acerca del pensamiento de cómo otorgar al Creador”.

Y cuando una persona obedece a esta Klipá, llamada “los pastores de Gerar”, como hablan a favor del trabajo de la verdad, entonces una persona cree lo que dicen y comienza a dejar de lado la agenda de la oración y los estudios de la Torá, y comienza a escuchar la voz de esa Klipá. Y como ahora una persona no tiene ninguna vida, ya que no tiene acción mediante la cual recibir una vida de Kedushá, cuando él comienza a contemplar hacer algo por el Creador, el cuerpo se ríe de él y le muestra sólo imágenes oscuras del trabajo del Creador.

Entonces, una persona se queda sin vida, y ya no tiene la fuerza para decir por encima de la razón que el Creador es benevolente, y cae bajo el dominio de la herejía. En ese momento, no tiene ninguna fuerza para contemplar la espiritualidad, y llega a un estado en el que el mundo se oscurece para él. Este es el significado de lo que está escrito, que los pastores de Gerar se pelearon con los pastores de Isaac. En otras palabras, ellos estaban proporcionando a los sirvientes de Isaac sus puntos de vista hasta que los arrastraran a su propia autoridad, en cuyo momento los matarían y les quitarían toda su energía.

En otras palabras succionarían lo poco de fe que tuvieran, y ellos se quedarían desnudos y vacíos. Esto es llamado “la Klipá de la derecha”, que no les deja seguir el camino de la verdad, es decir, proclamar que aun cuando sus acciones son incompletas, creen por encima de la razón que el Creador es tan importante que hacer incluso el servicio más pequeño al Rey es aún considerado una gran cosa.

Y como ese pequeño acto es verdadero, y su creencia por encima de la razón de que el Creador es un Rey grande e importante también es cierta, se deduce que ellos también están apegados a la cualidad de la verdad. Y pueden regocijarse en hacer la voluntad de su Amo aunque sea un poco, dado que la verdad es algo grande en y por sí misma.

Por eso debemos tener cuidado con esta Klipá cuando comenzamos a caminar en la línea derecha. Sólo cuando una persona es fuerte en superar la Klipá de la derecha comienza el trabajo de la línea izquierda. Esto es considerado que la propia persona evoca su crítica sobre sí, y no la Klipá.

Entonces, cuando una persona no tiene energía y no puede tomar la línea derecha, no debe caminar en la línea derecha. Más bien, es específicamente una vez que está lleno de vida y alegría del trabajo de la derecha, cuando llega el momento de que se ocupe en la línea izquierda, es decir, de ver la bajeza de su estado y el porqué aún no ha sido recompensado con que el Creador lo admita en el palacio del Rey.

Baal HaSulam una vez dijo sobre lo que está escrito (Salmo 57): “Despierta, mi gloria… Despertaré al alba”. Nuestros sabios dijeron: “Yo despierto al alba, y el alba no me despierta a mí”. Él dijo: “El significado literal es que el Rey David dijo que no acepta el Shahar (alba) –de la palabra Shahor (negro), y oscuridad, que viene a él− y él se despierta de la oscuridad. Más bien, ‘Yo despierto al alba’, es decir, cuando él siente que está bien, entonces el mismo evoca la oscuridad”.

Debemos interpretar en sus palabras que una persona no acepta la crítica de que sus acciones no están en orden y que todo lo que hace es inútil mientras la Klipá llega a él y se viste en una cubierta de justicia, y ostensiblemente desea que una persona no se engañe a sí misma en el trabajo, sino trabajar para el Creador.

Pero cuando tales pensamientos vienen y él no los evoca, debe saber que no vienen del lado de la Kedushá. Más bien, que la Klipá de Gerar ve que una persona recibe energía de cosas pequeñas, que se conforma con poco y dice que él cree por encima de la razón que no hay límite para la importancia del Creador, y dice que considera un gran privilegio haber sido recompensado con que el Creador le haya dado incluso un pequeño deseo y pensamiento de servirle a Él, y ve que hay muchas personas en el mundo que no tienen este privilegio. Por lo tanto, está agradecido y alaba, y está muy agradecido al Rey. Y está complacido y recibe un gran ánimo de ese estado.

En ese momento, la antes mencionada Klipá llega y desea matarlo, extraer todo el aire de Kedushá que hay en él. Esta no le deja alabar al Creador, sino que lo arroja al inframundo y le quita cualquier cantidad de fe que tenga. Y entonces la persona es considerada muerta porque no tiene vida de Kedushá. ¿Y quién fue la causa de eso? Sólo la Klipá, que llega a una persona con falsa apariencia y habla sólo a favor de la Kedushá. Esto es llamado “El alba no me despierta”, es decir, que no deseaba recibir oscuridad y negrura de las Klipot.

Más bien: “Yo despierto el alba” significará: “Cuando quiera, yo despierto al alba”. En otras palabras, yo mismo despierto la oscuridad y la negrura dentro de mí pues aún estoy inmerso en el amor propio y aún no siento amor por el Creador, y aún estoy sin la gloria de la Torá y aún no tengo la importancia de la Torá: saber que vale la pena hacer todo para obtener la luz de la Torá, así como apreciar la importancia de cumplir las Mitzvot que el Creador ordenó para nosotros.

Y mientras necesito llevar a cabo una Mitzvá e intentar que sea para otorgar, la resistencia en el cuerpo muy pronto se despierta con toda su fuerza. Y él sostiene una gran lucha para hacer cualquier cosa y ve los ascensos y descensos cada vez. Y entonces él tiene lugar para la plegaria. Esto es así porque una persona se despierta en el momento correcto, es decir, que siente que será capaz de rezar instantáneamente, y no que el negro le traerá tristeza y depresión, por lo que no tendrá la habilidad de rezar debido a la oscuridad.

Uno puede ver por sí mismo si le viene del lado de la Klipá o no. La señal para ello que algo que llega de la Kedushá siempre tiene la forma de “incrementar la santidad y no reducir”. En otras palabras, uno siempre pide al Creador que lo eleve a un nivel más alto del que está. Pero cuando la negrura viene del lado de la Klipá, una persona es incapaz de pedir al Creador que lo eleve por encima de su estado.

“Más bien, ellas descienden”, es decir, lo descienden hasta el inframundo, y pierde la pequeña parte de fe que tenía y permanece aparentemente muerto, sin el espíritu de la vida. Entonces, sólo tiene energía si puede dormir, es decir, escapar y olvidar su estado de depresión.

De acuerdo a lo anterior, debemos interpretar las palabras de El Zóhar cuando dice: “Está prohibido elevar las manos sin oración ni letanía”. Debemos entender lo que significa que nuestros sabios prohibieran levantar las manos en vano, y que sólo si puedes rezar y hacer una petición no hay prohibición, ya que sólo hay prohibición en el vacío.

De acuerdo a lo dicho antes, debemos interpretar que “manos” se deriva de las palabras “Si una mano… obtiene”. Significa que cuando una persona levanta sus manos para ver lo que ha obtenido en el trabajo del Creador, si tiene Torá y temor del cielo y buena obras, si él cree con fe completa que el Creador es benevolente, si está listo y tiene la fuerza para superarse, entonces si él ve que no tiene ninguna de las cosas que pensó que obtendría a través de su labor en la Torá y las Mitzvot, no se desesperará. Por el contrario, tendrá la fuerza para rezar para que el Creador que lo ayude.

Y él tendrá la fuerza para decirse: “Mi visión de que no tengo nada bueno en mis manos es porque el Creador me ha permitido ahora ver la verdad, que verdaderamente soy una vasija vacía, y que no hay ni Torá ni miedo del cielo y ninguna buena obra en mí. Es más, todo lo que hago es sólo para mi propio beneficio, y ahora tengo un Kli (vasija) y una necesidad real, desde el fondo del corazón, de que el Creador conceda mi deseo, ya que la ayuda que necesito −que Él me ayude− es por necesidad y no por lujo.

Hasta ahora, pensé que necesitaba la ayuda del Creador por redundancias, no por necesidades, porque sabía que no soy como otras personas, que no tienen aferramiento en la espiritualidad; pero ahora veo desde dentro de la razón que mi situación es peor que la del resto de las personas porque siento que no tengo nada. Por lo tanto, estoy sufriendo y siento dolor por mi situación. Pero para las masas, esto no es tan malo porque no sienten lo que siento yo. Por lo tanto, no puedo obtener satisfacción del hecho de que ellos tampoco tienen nada, de que esto es lo que pienso y de que esto es lo que mi razón me hace entender: que este es el estado de los demás”.

Significa que es posible que ellos tengan buenos estados, ya que uno no sabe lo que está en el corazón de su amigo. Pero una persona determina el estado de su amigo de acuerdo a lo que ve con sus ojos y, de eso, deduce cómo comportarse. Por ejemplo, si su amigo es un justo oculto, piensa de él que no es tan ortodoxo.

¿Y qué puede aprender uno del justo oculto? Sólo frivolidad. Por lo tanto, cuando una persona está buscando a la mayoría, sin importar el grado real de la mayoría, lo que es importante es lo que una persona piensa acerca de la mayoría. Por lo tanto, en ese momento, una persona ve que su estado es peor que el de los demás; entonces, dice que el Creador debe ayudarlo porque está sufriendo más que la mayoría.

De esto se deduce que si él puede asumir que mientras eleva sus manos verá lo que tiene en sus manos y será capaz de rezar, entonces sabrá que su cálculo vino del lado de la Kedushá. Y entonces se le permite pasar de la línea derecha a la línea izquierda. De otra manera, si no sabe en su corazón que tiene la fuerza para rezar, no debe pasar a la línea izquierda, ya que entonces se enfrentará a la Klipá llamada “los pastores de Gerar”.

Está escrito en El Zóhar (Vayikrá [El Señor Llamó], p. 131: Comentario Sulam, p. 401): “Rabí Yehuda comenzó y dijo: ‘O hazle conocer su pecado’. Él pregunta: ‘¿En nombre de quién? ¿Quién lo dio a conocer? Debió haber dicho: ‘O conoció su pecado’. ¿A qué se refiere ‘Hazle conocer su pecado’? Él responde que el Creador mandó a la asamblea de Israel hacer que el pecado que él cometió fuera conocido por el hombre”.

Está escrito en El Zóhar (Vayikrá [El Señor Llamó]; Comentario Sulam, Punto 404): “Aquí, también dijo el Creador: ‘Hazle conocer su pecado, en qué ha pecado’. Aquel que se levanta durante la noche para dedicarse a la Torá, la Torá hace que su pecado se le dé a conocer. Y no a modo de Din (juicio), sino más bien como una madre que se lo dice a su hijo con palabras suaves, y él se arrepiente ante su Señor”.

Debemos entender por qué cuando el Creador le advierte específicamente que ha pecado, se considera que ahora es consciente del pecado, pero si su amigo ve que él ha pecado y su amigo ve que aún no se arrepintió y le advierte de su pecado, esto no se considera que sabe. ¿Y cuál es la razón de que si el Creador le avisa específicamente sobre que ha pecado, él sabe que ha pecado y este es el momento de arrepentirse, pero que si el Creador no le avisa, aún no es el momento de arrepentirse por su pecado?

Y debemos además entender lo que El Zóhar dice, que uno que se levanta por la noche para dedicarse a la Torá, la Torá le avisa, y uno que estudia todo el día, la Torá no le da a conocer que ha pecado. Pero cuando estudia de noche, incluso cuando no estudia durante el día, la Torá se lo hace saber. Así, debemos entender la ventaja de estudiar de noche a hacerlo de día, y además debemos entender lo que está escrito, que la Torá le da a conocer su pecado: “No a modo de Din (juicio), sino más bien como una madre que se lo dice a su hijo con palabras suaves”.

Rashi interpreta el verso: “O hazle conocer su pecado”. “Cuando él pecó, pensó que estaba permitido. Más adelante, fue informado de que estaba prohibido”. Debemos entenderlo en el trabajo. ¿Qué es este pecado? Es sabido que todo el trabajo que fue entregado a los inferiores es en la forma de “Lo que Dios ha creado para hacer”.

Es sabido que la creación se llama así porque Él creó la existencia a partir de la ausencia, lo cual se llama “voluntad de recibir” y “anhelo de recibir placer”. Y a causa de la equivalencia de forma, llamada Dvekut (adhesión), debe formarse otro Kli (vasija), de manera que podamos recibir la luz del placer. En otras palabras, debemos añadir el objetivo de otorgar en él, de otro modo, está prohibido recibir la abundancia.

E incluso si queremos, aun así no es entregada. Sin embargo, si deseamos recibir con el fin de recibir, esto ya se llama un “pecado” en el trabajo. Esto es así porque a través de ese deseo, una persona se vuelve más lejana del Creador, y se vuelve más difícil para una persona ser capaz de arrepentirse, lo cual es llamado “regreso a la raíz”, es decir, al Otorgante.

Así, uno debe regresar a su fuente, ya que la disparidad de forma lo alejó de la raíz, que es acerca de otorgar. Por lo tanto, cuando una persona actúa pero no intenta que sea para otorgar sino que, en lugar de esto, su intención es sólo para recibir para sí mismo, se encuentra más lejos, y este es su pecado.

Pero en el orden del trabajo, cuando comenzamos a trabajar, comenzamos en Lo Lishmá. Por eso en ese momento lo entendemos de manera diferente, es decir, que lo que se manifiesta para un hombre en el orden de trabajo son sólo dos cosas: 1) Hacer, que son las 248 Mitzvot positivas (mandamientos para llevar a cabo ciertas acciones); 2) No hacer, que son las 365 Mitzvot negativas (mandamientos para evitar ciertas acciones).

En otras palabras, hay un pecado y hay una Mitzvá (buena obra). Entonces, cuando una persona cree en el Creador y en Su ley, una persona sabe muy bien qué es un pecado y qué no. Y si olvida o se equivoca en alguna acción, porque no sabía que estaba prohibida, si su amigo lo ve, su amigo puede advertirle que ha pecado. Así, él mismo no lo sabía, pero su amigo, que lo vio, puede decírselo, y entonces una persona se arrepiente del pecado que ha cometido.

Pero al hablar del trabajo en el camino de la verdad, que es con la intención de otorgar, la cual es sólo una intención, esto está oculto de mi amigo, ya que uno no puede saber lo que está en el corazón de su amigo. Por esta razón, su amigo no puede advertirle que ha pecado al no tener la intención de otorgar.

Ahora podemos interpretar lo que preguntamos, que esto implica que es específicamente el Creador quien puede advertirle que ha pecado, y su amigo no puede decirle que ha pecado, ya que su amigo no puede ver la intención de su amigo. Así, sólo el Creador conoce cuál es la intención que tiene al ocuparse de la Torá y las Mitzvot.

Sin embargo, aquí hay verdaderamente un asunto profundo, en la explicación de El Zóhar, de que el Creador le advierte que ha pecado. Y como uno ve en la Torá que lo que uno necesita observar son las Mitzvot positivas y negativas, y ya sabrá qué es un pecado y qué no lo es, así es al principio de sus estudios. Es cómo Maimónides dice: “Cuando se enseña a las mujeres y a los pequeños, se les enseña para que reciban una recompensa”. Sólo más adelante: “Cuando adquieren más conocimiento, se les dice”, que deben estudiar Lishmá, es decir, para otorgar.

De esto se deduce que uno no puede entender que si no se tiene la intención de otorgar, esto es considerado un pecado en el trabajo en el camino de la verdad, ya que la mayoría está aún en Lo Lishmá, y él desea ir a Lishmá. Por ejemplo, si no aspira a otorgar, esto se considera un pecado, pero una persona no puede sentirlo por sí mismo. Es similar a una persona que realiza un acto que está prohibido en la Torá, tal como desacralizar el Shabbat o comer comida prohibida, etc., es decir, tendrá la misma sensación al realizar alguna Mitzvá sin tener la intención de otorgar, como al cometer un grave pecado.

Esto plantea la pregunta: “¿Quién puede advertir a la persona que si no actúa para otorgar esto se considera un pecado y debe arrepentirse de ello, es decir, pedirle al Creador no volver a pecar nuevamente?” En otras palabras, aquí debemos entender: a) que si no hay intención de otorgar, es un pecado, y b) que debe tener el deseo de arrepentirse para no volver a pecar, como nuestros sabios dijeron: “El arrepentimiento se llama remordimiento por el pasado y aceptación del futuro”.

Este asunto de que una persona sienta que esto es un pecado −que sienta que esto es un pecado general, que es todo el mal que existe en el hombre− es algo que sólo el Creador puede entender. La Torá y las Mitzvot que fueron entregadas son para corregir ese mal, el cual se llama “deseo de recibir para uno mismo”, y no está dentro del poder de una persona entender que es todo el mal que separa a las criaturas del Creador.

Y esto es lo que El Zóhar dice acerca del verso: “Si el pecado que él ha cometido se le revela”. En otras palabras, si el Creador le revela su pecado significa que el Creador le advierte sobre el pecado que ha cometido, porque para la propia persona es difícil aceptarlo y decir que si está trabajando para su propio beneficio, en el trabajo sobre el camino de la verdad, esto se considera un pecado.

Solo cuando el Creador le da esta consciencia puede sentir que es un pecado. Por ejemplo, cuando una persona mata a otra persona, por supuesto que siente que ha cometido un grave pecado. Por ejemplo, si una persona tiene un chófer, y ese chófer golpea a alguien con su coche y lo mata. Sin embargo, era de noche y nadie lo sabe. No es necesariamente el chófer el que siente que ha matado a un hombre, sino hasta el dueño, que viajaba con él, siente también ese pecado.

En la espiritualidad, cuando el Creador le advierte de que ha pecado y que cada día está matando el aspecto de hombre, sólo el Creador puede dar tal sensación en la espiritualidad. Pero la persona misma no puede saberlo y entenderlo.

Ahora podemos entender lo que Rashi explica sobre el verso: “O hacer que el pecado sea conocido por él”. Esas son sus palabras: “Cuando él pecó, pensó que estaba permitido. Más adelante, descubrió que estaba prohibido”.

Para entender sus palabras en el trabajo, debemos interpretar “Cuando él pecó” como “Cuando estaba ocupándose de la Torá y las Mitzvot para recibir”. Todavía no sabía que estaba prohibido. Es más, si observaba la Torá y las Mitzvot, sólo con acciones, sentía que estaba permitido. Sólo más tarde supo que hay aquí una prohibición y que su aspiración era recibir una recompensa. Pero, ¿quién le informó que estaba prohibido, que usar las vasijas de recepción está prohibido? El Zóhar interpreta que es el Creador quien le advirtió, porque sin la ayuda del Creador es imposible sentirlo.

Por lo tanto, resulta que en el trabajo, el mal y el pecado principal es la voluntad de recibir, que es la única causa que evita que recibamos lo que el Creador desea dar a las criaturas, y el porqué no podemos ser recompensados con Dvekut. Nos damos cuenta de que la luz de Neshamá se divide en cinco discernimientos, llamados NaRaNJaY, que se visten sólo en las propias vasijas de otorgamiento.

Por lo tanto, para que una persona tenga la sensación del mal y de la oscuridad y de que todo proviene de este malhechor llamado “la voluntad de recibir para sí mismo”, sólo el Creador puede advertirle sobre eso, es decir, sobre que es un pecado. Esto es así por la razón de que una persona está acostumbrada a usar la voluntad de recibir incluso cuando comienza con el trabajo del Creador.

Es como nuestros sabios dijeron: “Uno debe estudiar siempre en Lo Lishmá”. De esta manera, él tiene ya permiso de nuestros sabios de que está permitido estudiar, ya que mediante eso, llegará a Lishmá. Por lo tanto, como existe el permiso de nuestros sabios sobre que debemos estudiar en Lo Lishmá, es difícil acercarse a una persona y decirle que está en pecado porque dirán que está permitido estudiar en Lo Lishmá. Por consiguiente, no hay razón para creer que este sea, realmente, el pecado más grande porque esto es todo lo que obstruye conseguir Dvekut con el Creador.

Con lo dicho anteriormente, podemos interpretar lo que preguntamos acerca de las palabras de El Zóhar, que escribe que a uno que se levanta de noche para dedicarse a la Torá, la Torá le anuncia su pecado. Preguntamos por qué específicamente aquellos que estudian por la noche, y que deba ser particularmente la Torá la que lo avise de su pecado.

La respuesta, como se dijo antes, es que específicamente a través de la Torá, uno puede llegar a sentir que recibir para sí mismo se denomina “un pecado”, es decir, que la voluntad de recibir para sí mismo se llama “un pecado”. Pero las personas ordinarias no pueden saber, como Maimónides dice, que el asunto de Lishmá no es revelado a mujeres o a pequeños, y a la población. Y el significado de “no revelarlo” es porque no pueden comprender. Sin embargo, específicamente a través de la Torá, significa que la Torá puede aportar tal sensación a una persona que lo hará ver que la recepción para sí misma se considera un pecado.

Pero, ¿por qué es específicamente la Torá la que se estudia de noche la que tiene la fuerza para advertirle de su pecado? En otras palabras, ¿cuál es la ventaja de la noche sobre el día, que implica que específicamente de noche, como está escrito que a uno que se levanta de noche para ocuparse en la Torá, la Torá le revela su pecado? Para entenderlo, primero debemos entender el significado de “día” y de “noche” en el trabajo.

“Noche” es como nuestros sabios dijeron (Pesajim 2b) sobre el verso: “El asesino se levanta al alba… y de noche es como un ladrón”. “¿Significa que la luz es día? El significado ahí es éste: Si el asunto está tan claro para ti como la luz, que llega a tomar vida, él es un asesino. Pero si tienes dudas sobre ello, como la noche, debes considerarlo como un ladrón”. Por lo tanto, vemos que nuestros sabios usan “día” y “noche” para “certeza” y para “duda”.

Podemos interpretar que “día”, en el trabajo significa cuando una persona se ocupa de la Torá y las Mitzvot, tiene la confianza de que recibirá recompensa por su labor. Entonces está conforme y no hay lugar para rezar para que el Creador lo ayude, ya que, ¿de qué carece? Sin embargo, es posible que uno vea que “Debo hacer más”, pero probablemente se pone excusas por no tener tiempo suficiente por alguna razón o por problemas de salud pero, en general, está bien porque cree que recibirá recompensa. Él cree en la recompensa y el castigo en este mundo y en el mundo por venir, y a esto se le llama “estudiar la Torá de día”.

“Estudiar Torá de noche” significa que tiene dudas, porque a la duda se le llama “noche”. Esto ocurre cuando una persona desea recorrer el camino de la verdad, es decir, con el objetivo de otorgar. Esto es, él desea trabajar en la Torá y las Mitzvot en un nivel de cualidad diferente a la manera en que trabajó en el camino de la mayoría, con la intención de recibir recompensa en este mundo y en el próximo. En cambio, desea ocuparse de la Torá y las Mitzvot, no para recibir recompensa. Pero el cuerpo se resiste a ese camino. Entonces, siempre le vienen pensamientos extraños, trayéndole dudas constantes en su trabajo.

¿Y qué son las dudas? Algunas veces piensa que debe recorrer el camino del otorgamiento, y entonces el cuerpo comienza a resistirse. Entonces le vienen pensamientos de que tal vez la mayoría tiene razón, es decir, que no tiene que trabajar en una manera de otorgamiento porque es difícil pelear contra el cuerpo. Por lo tanto, es mejor seguir la visión de la mayoría, ya que la mayoría son ciertamente más agradables a la vista y tienen un lugar más importante en el mundo. Y ellos eligen andar en el camino de dirigir sus acciones para que sean solamente para el Creador, y no con el objetivo de otorgar. Significa que observan la Torá y las Mitzvot porque el Creador nos ordenó cumplir sus mandamientos y observar Su ley, y no, Dios lo prohíba, por dinero u honor, es decir, que al ocuparse en la Torá y las Mitzvot él será respetado o será llamado “Rabí”. En cambio, ellos observan la Torá y las Mitzvot por el Creador, porque Él nos lo ordenó y, a cambio, recibiremos recompensa. Esta debe ser la mejor manera.

Y como esto no contradice al amor propio, no es tan difícil caminar en esta vía. Pero en el camino del otorgamiento uno siempre tiene dudas porque este modo no es aceptado por la mayoría y el cuerpo tiene inclinación natural hacia el punto de vista de las Klipot, que solo saben de recepción. Por eso él tiene trabajo constante en pelear contra esos pensamientos.

E incluso cuando una persona supera al cuerpo y lo hace entender: “Pero ves que, por naturaleza, uno desea servir al grande sin recompensa, sino solo en puro otorgamiento”. Entonces el cuerpo se le enfrenta y hace un argumento verdadero: “En la corporalidad, ves que tú eres ‘grande’, y ves que todos te respetan. Entonces, puedes ser influido por la mayoría, al apreciarte la mayoría como grande. Por lo tanto, vale la pena trabajar en otorgamiento. Pero aquí, estás en ocultación porque la grandeza e importancia del Creador no está revelada y solo quieres creer que es así, que el Creador es importante y vale la pena servir sin ninguna recompensa”.

Entonces, en ese momento una persona se vuelve débil contra el cuerpo y no tiene respuesta, porque en ese momento, solo hay una cosa que decir: que él está yendo por encima de la razón. En consecuencia, él no puede imponerse con su mente sobre el argumento del cuerpo, y entonces es la misericordia del cielo lo que necesita para prevenirlo de escapar de la campaña.

Esto se llama “noche”, cuando una persona tiene dudas por el argumento de cuerpo. Y entonces esta Torá le revela su pecado, es decir, que su pecado es primordial y de raíces profundas, ya que ve que le falta fe en el Creador. En otras palabras, él no puede creer que el Creador es grande y gobernante y que vale la pena dar y servirle a Él, y que Él tendrá satisfacción con ello.

En otras palabras, no hay satisfacción para una persona en servir a un gran rey. Como dice El Zóhar (Introducción al Libro del Zóhar, p. 185; Comentario Sulam, Punto 195): “El temor es lo más importante, es decir, que temerá al Creador porque Él es grande y señorea sobre todo, ya que Él es la raíz de la cual todos los mundos se expanden, y Su grandeza aparece en Sus obras”.

Sin la Torá, uno no puede sentir de lo que carece porque hay una regla que dice que la ausencia debe preceder a la presencia, y es imposible sentir ausencia, es decir, que uno sienta que carece de algo, a menos que sienta que hay algo bueno en el mundo, que es algo bueno, y que no lo tiene. Entonces puedes hablar de ausencia. En otras palabras, cuando hay alguien que siente la ausencia, puedes decir que debe tratar de saciar lo que le falta.

¿Quién creó la primera ausencia? El Creador lo hizo, en el mundo de Ein Sof (infinito). Aprendemos que Él es uno y Su nombre es Uno. La primera ausencia es el Tzimtzum (restricción), cuando la luz salió y dejo una carencia. La luz de la línea es con lo que debes llenar el déficit hecho por el Creador, quien es presencia, y Él creó algo nuevo −Él creó ausencia.

Entonces, cuando uno estudia la Torá, a través de la Torá, llega a sentir que hay un Creador y un líder, porque al estudiar la Torá él recibe la luz de la Torá que lo reforma. Entonces comienza a sentir a través de la Torá que hay un dador de la Torá, y aquí es donde comienza a entender que es un gran privilegio servirle a Él.

Y cuando comienza a conversar con el cuerpo a este respecto, la pequeña sensación que empieza a sentir −que vale la pena servir al Creador− se encuentra con la resistencia del cuerpo, que se opone vehementemente a la sensación de recibir de arriba en la forma de “La luz en ella”. En otras palabras, uno no recibe enseguida la luz de la Torá suficiente para reformar el cuerpo. Más bien, llega poco a poco. Por eso hay subidas y bajadas, y por cada ascenso que él recibe y comienza a comprender que debe trabajar en el camino del otorgamiento, la naturaleza del cuerpo inmediatamente se resiste.

Sin embargo, esto es así, deliberadamente por parte del Creador. La razón para esto es que “No hay luz sin un Kli (vasija)”. Lo que viene de arriba se llama “despertar desde arriba”. En otras palabras, la necesidad y la satisfacción vienen como una. En ese momento, él no tiene una razón para un despertar del deseo, de que valga la pena servir al Creador. Por eso, cuando la sensación que proviene de arriba sale, gradualmente se construye en su corazón una necesidad de trabajar en otorgamiento, y aquí es cuando comienza a pedir al Creador que le dé la fuerza para ello. Entonces este estado es llamado “luz y Kli”.

Y hay otra razón por la cual uno necesita despertar desde abajo: cuando el superior da sin preparación por parte del inferior, el receptor no lo puede sentir como importante. Y de acuerdo a la regla de que cualquier cosa que una persona desea disfrutar depende de la importancia del asunto, antes que el superior le deje sentir algo, no puede decirse que él quiere algo.

Más bien, después de que uno experimenta algún despertar por el trabajo del Creador, uno debe creer que el hecho de que una persona ha despertado a la necesidad de dedicarse al trabajo del Creador es porque el Creador le envió esos pensamientos, sin ningún mensajero. En otras palabras, cuando nadie le dice que debe ocuparse del trabajo, una persona dice ciertamente que le vino desde arriba.

Sin embargo, incluso si alguna persona viene y le hace comprender, y le explica que vale la pena comenzar con la servidumbre al Creador y él se despierta mediante esto, aun así no debe decir que tal o cual le mostró el mérito del trabajo del Creador. En cambio, esa persona, también era un mensajero del Creador para despertarle. Así, algunas veces uno debe decir que el Creador le dio el deseo sin mensajeros, y algunas veces debe decir que este deseo vino del Creador a través de un emisario.

Y como el deseo le llegó sin ninguna preparación propia, no puede apreciar la importancia del asunto. Así, una persona no está tan impresionada y no puede disfrutar de ello porque no conoce su valor. Es como si una persona enviara un obsequio a su amigo, pero su amigo no sabe como apreciarlo.

Digamos, por ejemplo, que el receptor del obsequio pensó que valía 100 dólares, pero el otorgador del obsequio pagó 10.000 dólares por éste. Además, el dador sabe que el receptor aprecia el valor del obsequio solo según su propio entendimiento. Así, entendemos que el otorgador del obsequio busca consejo y tácticas para hacer que el receptor del obsequio entienda el valor del obsequio, de manera que sea capaz de disfrutar el obsequio tanto como el otorgador quiere.

Esta es la causa para los ascensos y descensos en el trabajo, que son llamados “día” y “noche”. Cuando estudiamos la Torá durante la “noche”, en esa superación, uno ve cuán alejado se encuentra del Creador al no ser capaz de salir del amor propio, y la Torá le aporta la sensación de importancia. Y cuando está en un ascenso, debe decir que el Creador lo está acercando, es decir, que el Creador no se está ocultando de él, y por eso siente que vale la pena tener Dvekut con el Creador.

Es como aprendimos en El Estudio de las Diez Sefirot, donde se da una explicación acerca de las cuatro fases de la Luz Directa y dice: “¿Cuál es la diferencia entre Jojmá de Luz Directa y Maljut de Luz Directa? Si existe la misma luz en las Sefirot Jojmá y Maljut, entonces, ¿por qué una se llama Jojmá y la otra se llama Maljut?

La respuesta es que en la Sefirá de Jojmá aún no había preparación por parte del inferior, ya que el inferior todavía no existía, es decir, se sentía a sí mismo como inferior, con la necesidad de algo y teniendo que recibir del superior, de manera que complementara su deficiencia. Por lo tanto, el inferior no sentía ningún placer por recibir la abundancia del superior, ya que hay un deseo en el superior de que el inferior lo disfrute.

El deseo del superior es hacer el bien a Sus creaciones, es decir, que el inferior disfrute. Pero debido a la falta de preparación por parte del inferior, ya que cuando el inferior nació, nació todo el tiempo con la abundancia, no había tiempo para equiparse con una deficiencia, es decir, anhelar la abundancia.

Pero Maljut llega después de que la abundancia se ha apartado de las Sefirot que hay por encima de ella. Así, ella ya tenía la preparación, es decir, la necesidad de la luz que iluminó en la Sefirá de Jojmá. Así, solo la Maljut puede recibir placer de la abundancia que el otorgador desea que el inferior disfrute.

Con todo lo anterior, discernimos dos cosas con respecto al regalo del otorgador: 1) Uno debe saber qué querer, es decir, qué es lo que necesita, y 2) Él debe querer llenar esa deficiencia, es decir, hacer todas las preparaciones para ser capaz de recibir el regalo.

Así, ¿cómo puede uno comenzar a sentir una necesidad por el trabajo del Creador cuando él no conoce el trabajo del Creador en absoluto, es decir, que existe tal cosa? En otras palabras, si no lo conoce, ¿cómo puede desear que despierte en él?

La respuesta es que, como aprendimos acerca de la Sefirá de Jojmá , que el Creador, que es llamado “deseo de hacer bien”, creó la Luz y el Kli juntos, la sensación de lo espiritual llega a una persona desde arriba. Él recibe la luz y el deseo por la luz simultáneamente. Esto se considera que o bien el despertar le llega directamente del Creador, o el despertar para el trabajo le llega a través de un mensajero que el Creador envió para hacer comprender a una persona, e influye a la persona sobre que vale la pena ser un sirviente del Creador. Sin embargo, todo viene a él del lado del despertar, sin ninguna preparación de parte del inferior. Y como se mencionó aquí, es imposible para el inferior disfrutar verdaderamente del trabajo del Creador debido a la falta de preparación.

Sin embargo, sobre la Sefirá de Maljut dijimos que ella anhela la abundancia que estaba en la Sefirá de Jojmá. Entonces, cuando hay preparación por parte del inferior, ella recibe el placer que el dador desea dar. De manera similar, aquí, en el trabajo del hombre, le llega un descenso desde el despertar que tuvo y comienza a querer lo que tenía antes. Entonces el inferior puede llevar a cabo la preparación para recibir la abundancia.

Sin embargo, el deseo y el anhelo por la verdadera Dvekut, de ser realmente capaz de recibir, y considerarlo como importante como desea el Creador, esto no ocurre enseguida. Por eso hay muchas subidas y bajadas. Sin embargo, sin el primer despertar por parte del superior, nunca hubiera sido posible para el inferior querer algo que no sabía ni qué era.

Ahora explicaremos lo que preguntamos acerca del significado de la Torá revelándole a él su pecado, y no a manera de Din (juicio), sino como una madre que informa a su hijo con palabras suaves. Además, ¿qué significa Din y palabras suaves?

Como explicamos con respecto a la pelea entre los pastores de Gerar y los pastores de Isaac, algo que provee es llamado “pastores”. Los pastores de Isaac estaban diciendo: “Podemos recibir sustento solo de la verdad, y no de la falsedad”. Entonces, cuando deseaban trabajar sobre la línea derecha, ellos dirían: “Estamos contentos con poco, aunque en verdad, las obras que hacemos no tienen valor porque no son hechas con la intención real.

Aun así, si consideramos a quién deseamos otorgar −a un Rey grande y poderoso− cualquier trabajo es suficiente para nosotros y lo consideramos un gran privilegio porque estamos sirviendo a tan grande e importante Rey. En consecuencia, en la medida en que se nos permite servir al Rey, Le damos las gracias y Le alabamos incluso si se trata de un pequeño servicio.

Esto se llama “Los pastores de Isaac”, que desean servir al Creador con la dedicación de Isaac, pero el cuerpo no está de acuerdo. Pero cuando saben que deben servir como Isaac, ellos están conformes con ello y bendicen al Creador por ello.

Y cuando llega la Klipá de los pastores de Gerar, ve que son felices con el Creador, e inmediatamente comienzan a pelearse con los pastores de Isaac diciendo: “¿Por qué sois felices con el Creador? Podéis ver por vosotros mismos que el servicio que estáis haciendo no es como debe ser. Cuando se sirve a un Rey, lo apropiado es hacer todo lo posible de principio a fin”.

“Por lo tanto”, preguntan: “¿Por qué esta alegría? Nosotros, que seguimos a la mayoría, tenemos algo de que regocijarnos, ya que decimos que nos conformamos con cumplir la parte práctica porque el Creador nos lo ordenó. Y a cambio, creemos que recibiremos recompensa por cumplir la Torá y las Mitzvot, y somos felices. Pero vosotros, que decís que lo importante es Lishmá, y podéis ver por vosotros mismos que no podéis dedicaros a otorgar, veis que no estáis haciendo nada. Podéis ver por vosotros mismos cuánto esfuerzo habéis hecho ya, y aun así no habéis avanzado ni un centímetro. ¿Por qué estáis trabajando por nada? No sois dignos de acercaros al Creador porque estáis demasiado inmersos en el amor propio, así que es una lástima todo el tiempo que estáis perdiendo para nada”.

Así pues, ¿qué hizo esta Klipá? Ella extendió Midat ha Din (cualidad de Din) sobre esa persona y la mató. A esto se llama que la Klipá informa del pecado con Midat ha Din, y entonces no hay nada que él pueda hacer, cae en desesperación, y deja la campaña. Y tenga la fe que tenga, ella se la quita y se queda sin vida espiritual. Pero es además incapaz de recibir satisfacción corporal como antes de que entrara al trabajo. Así, permanece melancólico y triste, y todo porque esta Klipá llegó a él disfrazada de justicia y de preocupación sólo por su bienestar.

Este es el significado de lo que está escrito, que la Klipá le revela su pecado a manera de Din. Pero uno que se levanta para dedicarse a la Torá durante la noche, la Torá le revela su pecado como una madre que informa a su hijo con palabras suaves, y él se arrepiente ante su Maestro.

Debemos entender el significado de “palabras suaves”. El final del ensayo llega e interpreta: “El se arrepiente ante su Señor”. En otras palabras, ella le informa del pecado no porque ella desee eliminarlo del trabajo del Creador como la Klipá de Gerar, que le informa del pecado con Midat ha Din, esto es, que es imposible arrepentirse y trabajar para otorgar y, de ese modo, ella lo aleja.

En cambio, ella le informa como una “madre blanca”, que le hace entender con palabras suaves que no debe pensar que no puede arrepentirse y trabajar para otorgar. “Con palabras suaves” significa que no es tan duro como piensas, ya que el Creador desea ayudar a una persona cuando siente que es difícil para él.

Sin embargo, debemos entenderlo, ya que el propio Creador lo hace difícil, como está escrito: “Ven hacia Faraón, porque Yo he endurecido su corazón… que Yo pueda mostrar esas, Mis señales”. En otras palabras, la Torá le permite a uno entender que el hecho de que está sintiendo que es difícil trabajar en el camino del otorgamiento no es porque sea incompetente, sino porque “Yo he endurecido su corazón”. ¿Y por qué? “Que Yo pueda mostrar esas, Mis señales”.

Y Baal HaSulam interpretó que eso es para tener una necesidad por las letras de la Torá; en consecuencia, el Creador hizo el endurecimiento del corazón, así que mediante eso, uno estará necesitado de la Torá. De otra manera, él no tendrá necesidad por la Torá. Pero como una persona desea ir por la vía del otorgamiento y la Torá le alerta de que la voluntad de recibir para sí mismo es un pecado, que esta es la verdadera inclinación al mal, y uno que desea caminar en el sendero del otorgamiento, está escrito (Salmos 1): “Feliz es el hombre que no ha caminado en el consejo del malvado, ni ha permanecido en el camino de los pecadores”.

Debemos interpretar “Quien no ha transitado el consejo del malvado”, es decir, los pastores de Gerar −quienes le desean que los siga− ya que le hicieron entender que no vale la pena seguir el camino del otorgamiento. En cambio, desean escuchar a los pastores de Isaac, quienes dicen: “Uno que transita por el sendero de recibir recompensa, es llamado ‘un pecado’”. Y cuando entienden que esto es un pecado, inmediatamente lloran porque el Creador los saque de ese estado y desean cumplir lo que está escrito: “Ni permaneció en el camino de los pecadores”.

En otras palabras, ellos no desean permanecer en el estado de pecadores y piden la ayuda del Creador, que Él les dé la luz de la Torá porque “La luz en esta lo reforma”, y también él quiere servir al Rey y ser un verdadero sirviente del Creador.

El Zóhar dice que uno debe conocer las vías de la Torá porque: “Uno que no conoce el mandamiento del superior, ¿cómo Le servirá?” –de esto se deduce que al no ser capaz de salir de su voluntad de recibir para sí mismo, y al sentir que necesita la ayuda del Creador, la necesidad de la asistencia del Creador nace dentro de ellos.

Su ayuda es a través de la Torá, en la cual hay dos cosas: 1) “La luz en esta lo reforma”, es decir, él recibe vasijas de otorgamiento, y 2) Cuando él tiene vasijas de otorgamiento y desea otorgar al Creador pero no sabe lo que el Creador necesita que él Le dé. En El Zóhar esto se llama: “Uno que no conoce el mandamiento del superior, ¿cómo Le servirá?”

Y aquí debemos discernir entre a) la Klipá alertándolo de que es un pecador, en Midat ha Din, cuyo objetivo es sacar a una persona del trabajo, y b) la Torá, que alerta a una persona de que ha pecado: “Como una madre que le informa a su hijo con palabras suaves, y él se arrepiente ante su Señor.

La Torá advierte que él puede corregir este pecado a través de la Torá de las dos formas mencionadas antes: 1) a través de la luz en ella, que lo reforma; 2) al ser recompensado con razones para la Torá y razones para las Mitzvot, porque: “Uno que no conoce el mandamiento del superior, ¿cómo Le servirá?”

Por eso El Zóhar concluye: “Y se arrepiente ante su Señor”. Pero cuando la Klipá lo alerta de su pecado, él es incapaz de arrepentirse. En cambio, cae en la desesperación y el completo abandono del trabajo del Creador.

De esto se deduce que cuando una persona está caminando en la línea derecha, no debe escuchar los pensamientos de la Klipá de los pastores de Gerar, como nuestros sabios dijeron que David dijo: “El alba no me despierta”. En cambio, uno debe pasarse a la línea izquierda, y esto se llama: “Yo despierto el alba”.

El significado de que él despierte el alba es que una persona tiene una preparación especial, que él desea despertar la negrura. Significa que él la convoca, y no que los pensamientos de negrura que la Klipá le alertan de que está en lo equivocado. De esto se deduce que él convoca a la izquierda y examina cómo corregir sus actos - para ver la medida de su lejanía con la equivalencia de forma, y la medida del dolor y del sufrimiento - él siente todo eso cuando ve la bajeza de su estado. Él ve que en ocasiones no le importa estar lejos de Dvekut con el Creador. Este es el momento de hacer petición al Creador para que lo libere del exilio en el que se encuentra.

Aquí, también debemos distinguir dos cosas: 1) Él no siente que está en el exilio. En otras palabras, no siente ningún deseo de escapar del amor propio. Por el contrario, se encuentra en un estado que El Zóhar llama Hav, Hav (“dame, dame”, y también el sonido del ladrido de un perro), como un perro, refiriéndose a las palabras: “La sanguijuela tiene dos hijas que gritan como perros, Hav, Hav”. Interpreta “Hav (da) nos la riqueza de este mundo, y Hav nos la riqueza del mundo por venir.

Significa que desean cumplir la Torá y las Mitzvot, pero para recibir todo en la voluntad de recibir para sí mismos. Esto es considerado como que no siente ningún exilio, para que deba querer ser redimido del exilio.

Siente todo eso porque entró a la línea izquierda. Pero cuando camina en la línea derecha, no debe analizar si su trabajo es completo o no. En cambio, se siente agradecido al Creador por cualquier comprensión que tenga.

Este estado se llama “ocultación dentro de la ocultación”, como está escrito (Deuteronomio 31:18): “Y yo seguramente esconderé Mi rostro en ese día”. Debemos interpretar que cuando él está en ocultación, no siente que está en exilio. ¿Y qué es el exilio? Es como está escrito: “Es por nuestros pecados por lo que hemos sido exiliados de nuestra tierra y fuimos enviados lejos de nuestra tierra”.

Fue escrito: “Es por nuestros pecados”. Pecado se refiere a usar la voluntad de recibir para uno mismo. Esto es lo que causó la lejanía de “Nuestra tierra”. Es sabido que “deseo” y “tierra” son denominados Maljut (reino), es decir, el reino del cielo. El reino del cielo significa que esa persona lo toma sobre sí misma para esclavizarse al cielo, es decir, al Creador, quien es llamado “cielo”, como está escrito: “Eleva tus ojos hacia lo alto, y ve: ¿quién creó estos?”

Este es el significado de: “Hemos sido exiliados de nuestra tierra”, es decir, de nuestra tierra, que es llamada “el reino del cielo”, para servir y trabajar duro por la gloria del cielo; henos sido exiliados de esta voluntad. Pero, ¿en qué deseo entramos? En el deseo de “las naciones del mundo”, llamado “recibir para recibir”.

Está escrito: “(Nosotros) fuimos enviados lejos de nuestra tierra”. Adamá (tierra) se deriva de las palabras Adamé la Elyon (Yo seré como el Más Alto), lo que es equivalencia de forma. Y como nos dedicamos a nuestra propia voluntad de recibir, hemos terminado lejos de nuestra propia tierra, de estar en equivalencia de forma con el superior. Y cuando una persona no siente el exilio, que está bajo ocultación, el exilio, que es llamado “ocultación”, está oculto de él. Así, él está en un estado de ocultación dentro de la ocultación.

Sin embargo, ocultación dentro de la ocultación también significa una cierta medida de revelación. De hecho, hay ocultación dentro de la ocultación, pero debemos preguntar: “¿De dónde viene esta consciencia de que está en ocultación?” Debemos decir que también esta consciencia llegó del Creador, ya sea directamente o a través de un mensajero.

Por eso, debemos interpretar el verso: “Hacedor de luz y creador de oscuridad”. Esta oscuridad se refiere a la sensación de una persona de que está en ocultación, de que no siente que el Creador está oculto de él, y no tiene ningún deseo de buscar al Creador −dónde está Él− de manera que desde este lugar se rendirá ante Él y tendrá la gran recompensa de servirle.

Además, tampoco siente la ocultación en el sentido de que la Torá es la vestimenta del Creador, o que lo lamente. En cambio, él está en un mundo completamente diferente, es decir, el hecho de que hay un Creador y de que el Creador desea dar deleite y placer a las criaturas no le interesa para nada. Esta sensación, llamada “ocultación dentro de la ocultación”, es llamada “oscuridad”, y el Creador creó y le dio esta oscuridad.

Pero vemos que, por sí misma, una persona usualmente no ve lo negativo en sí mismo. El siempre sabe que está bien, ya sea religioso o no religioso. Es como está escrito: “Porque un soborno ciega a aquellos que ven”. Y dado que una persona está cerca de sí misma, nunca puede ver la verdad. Así, una persona que ve que no está bien debe decir que fue notificado desde arriba.

2) El está en una ocultación simple. En otras palabras, siente que está bajo ocultación. Significa que le duele estar alejado del Creador, es decir, que el Creador esté oculto de él y que él no sienta al Creador hasta el grado de desear anularse ante Él. Pero al mismo tiempo, le duele estar alejado. En ese momento, no tiene otro camino que el Creador le ayude, que le haga capaz de aproximarse al Creador, lo que se llama “Dvekut y equivalencia de forma”.

Y todo este escrutinio que hace, el cual se llama “línea izquierda”, debe ser en un cierto momento. En otras palabras, particularmente después de haber caminado en la línea derecha ese día, y de que alabó ampliamente al Creador por darle incluso un pequeño servicio, y él se regocijara en eso. Como dijimos antes, este es el camino de la verdad.

Más adelante, él puede pasar a la línea izquierda durante un corto rato, pero no por mucho tiempo. En otras palabras, cuando se dedica a la Torá y a la oración, debe ser cuidadoso con no salir hacia la línea izquierda, sino estar específicamente en la derecha, porque esto se llama: “El bendito se adhiere al bendito”.

Y este es el momento en el que uno puede ser recompensado con un nivel más alto, como está escrito: “La Divinidad está presente sólo desde la alegría”. Pero cuando está en la línea izquierda, que es un momento de crítica, ese momento es el lugar de ver solo faltas. Pero el trabajo de la izquierda debe darle la necesidad de rezar. La oración se relaciona específicamente con un lugar donde hay deficiencia, y un lugar de déficit se llama “maldito”, pero entonces “El maldito no se adhiere al bendito”. Por esta razón, no hay lugar para elevarse a un nivel más alto. Por el contrario, la línea derecha es el lugar para la ascensión, ya que entonces él se encuentra en un estado de plenitud.

710. ¿Qué significa que uno comienza en Lo Lishmá en el trabajo?

Artículo No. 23, 1987/88

Está escrito en Pesajim (p. 50): “Rabí Yehuda dijo: ‘Rav dijo: ‘Uno debe siempre ocuparse de la Torá y las Mitzvot, incluso si es en Lo Lishmá (no en beneficio de Él), ya que de Lo Lishmá llega a Lishmá (en beneficio de Él)’”.

Maimónides dijo (Hiljot Teshuvá Capítulo 10, 5): “Los sabios dijeron: ‘Uno debe ocuparse en la Torá, incluso si es en Lo Lishmá, ya que de Lo Lishmá llega a Lishmá’. Por lo tanto, cuando se les enseña a los pequeños, a las mujeres, y a las personas ordinarias, se les enseña sólo a trabajar por miedo y para recibir una recompensa. Cuando incrementan su conocimiento y ganan mucha sabiduría, se les dirá ese secreto con calma, hasta que lo alcancen y Lo conozcan a Él y Lo sirvan por amor”.

Y en Pesajim (p. 50) está escrito, ahí en el Tosfot: “En el Capítulo Dos de Berajot, se dice: ‘Todo el que se dedica a la Torá en Lo Lishmá, es mejor no haber nacido’. Y Rabí Yehuda dice: ‘Ahí trata acerca de uno que está estudiando para alardear y molestar’”. Y en Berajot, el Tosfot explica: “Debemos preguntar, ya que aquí trata de uno que estudia sólo para molestar a sus amigos, y allí trata sobre alguien que estudia para ser respetado”.

Con lo antes dicho, podemos ver que, en general, debemos hacer dos discernimientos en el trabajo del Creador: 1) Lishmá (en beneficio de Él), 2) Lo Lishmá (no en beneficio de Él). Debemos saber qué es exactamente Lishmá y qué es exactamente Lo Lishmá.

En Lo Lishmá, vemos que tenemos cinco discernimientos que hacer:

1) Como dijo Maimónides, él se ocupa de la Torá y las Mitzvot (mandamientos), porque el Creador nos lo ordenó, y él desea observar los mandamientos del Creador, y por eso se ocupa de la Torá y las Mitzvot. Pero debemos percibir cuál es la razón que lo compromete a observar los mandamientos del Creador. Maimónides dice que debemos decirle: “Por recompensa y castigo”. En otras palabras, si cumple los mandamientos del Creador, el Creador lo recompensará: Tendrá una larga vida, riqueza y el mundo por venir. Y si no los cumple, será castigado por no querer cumplir los mandamientos del Creador.

Sin embargo, debemos hacer dos discernimientos en cuanto a la recompensa y el castigo: 1) Como Maimónides dice; 2) Hay recompensa y castigo de los placeres de la Torá y las Mitzvot. Este asunto, tampoco puede ser revelado a estudiantes principiantes en el trabajo o a pequeños o a mujeres.

2) El segundo discernimiento en Lo Lishmá, como dice el Tosfot, es que está estudiando la Torá para ser respetado. Esto es peor que el primer discernimiento que Maimónides menciona, ya que no exige del Creador que pague su recompensa y por eso es por lo que trabaja. Más bien, quiere que las personas le respeten −ya sea con riqueza o con honores− y esta es la razón que lo compromete a ocuparse de la Torá y las Mitzvot. Podríamos decir que parece que observa la Torá y las Mitzvot porque las personas le obligan, porque de otra manera las personas no lo recompensarán, y no porque el Creador le ordenó observar la Torá y las Mitzvot. Sin embargo, eso también cae dentro de Lo Lishmá que lleva a Lishmá.

El tercer discernimiento es como el Tosfot dice: “Uno que estudia la Torá con el fin de molestar a sus amigos”. Esto es peor que los discernimientos previos de Lo Lishmá. Sobre eso, está dicho, “Todo el que se ocupa de la Torá en Lo Lishmá es mejor  no haber nacido”.

Expliquemos qué es Lishmá, y los cinco discernimientos en Lo Lishmá, y comencemos de abajo hacia arriba.

Lo Lishmá con el fin de molestar es el peor. Lo es tanto, que los sabios dijeron que uno que va por este camino “es mejor no haber nacido”. Debemos entender por qué “con el fin de molestar” es peor que uno que estudia “para ser respetado”. Después de todo, está estudiando para las criaturas y no para el Creador, lo que es equiparable a “con el fin de molestar”, que es para las criaturas.

Debemos explicar la diferencia entre ambos. Se sabe que se nos ha dado el mandamiento “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Rabí Akiva dijo acerca de esto que es la gran regla de la Torá. Se presenta en el libro La Entrega de la Torá, que esta es la transición de salir del amor propio y entrar en el amor de los demás, que es el amor de los amigos, y entrar en el amor del Creador. Significa que es imposible trabajar Lishmá antes de que uno salga del amor propio.

Por eso debemos hacer dos distinciones con respecto al amor de los demás: 1) cuando él tiene amor de los demás; 2) cuando no tiene amor de los demás. Pero hay una tercera distinción, que es odio a los demás. En otras palabras, hace cosas para herir al otro. Esto se denomina “Aquel que tiene honor en la desgracia de su amigo”. En otras palabras, disfruta que su amigo se encuentre en desgracia y esté atormentado, y aquello le aporta placer. Esa persona es considerada como dedicada al odio de las personas.

Por eso podemos distinguir entre uno que está estudiando para ser respetado y uno que estudia para molestar. El propósito es llegar a Lishmá, y se nos dio el consejo mediante el que podemos llegar a Lishmá −a través del amor a los demás. En consecuencia, aun cuando uno que estudia para ser respetado, no se está ocupando del amor de los demás, todavía no hace cosas hacia el odio de las personas, ya que aquellos que le respetan lo disfrutan, y por eso le respetan. Por lo tanto, él todavía tiene una oportunidad de llegar a Lishmá, simplemente por el hecho de que se dedica a la Torá y las Mitzvot, ya que la Torá y las Mitzvot por sí mismas le aportan un espíritu de pureza con el que será capaz de ascender en los grados y llegar al amor de los demás y al amor del Creador.

Por eso dijeron al respecto: “De Lo Lishmá llega a Lishmá”. Pero uno que estudia para molestar, que es un acto que le conduce al odio de los demás, pero que desea ser honrado con la desgracia de su amigo, es cierto que nunca será capaz de llegar al amor del Creador, ya que sus acciones detienen la salida del amor propio. Así, ¿cómo saldrá del amor propio y llegará al amor del Creador?

Y todavía hay un discernimiento más que hacer en Lo Lishmá: mediante coacción, como está escrito en el Artículo Nº 19, 1986/87. Por ejemplo, si una persona trabaja para una persona ortodoxa y recibe un buen salario para él, y el patrón le dice: “Quiero que observes la Torá y las Mitzvot. De otra forma, no querré que trabajes para mí”.

Él llega a casa y le dice a su esposa que el empleador quiere despedirlo. La esposa dice, “¿Qué significa observar la Torá y las Mitzvot porque tienes un empleador ortodoxo? Nosotros no creemos en eso. ¿Vamos a vender nuestra consciencia por dinero?” Pero cuando le dice a su esposa: “He estado en muchos otros lugares y es muy difícil encontrar un trabajo en estos días, así que si no aceptamos la condición del empleador, pasaremos hambre”.

“Por lo tanto”, dice el esposo, “No debemos sacrificarnos por nuestra consciencia, sino que sabemos la verdad, que no creemos en la Torá y las Mitzvot. En cambio, observaremos la Torá y las Mitzvot no porque el Creador nos dijo que observáramos la Torá y las Mitzvot, sino porque el dueño de la fábrica nos instruyó, y por eso observamos la Torá y las Mitzvot. No tenemos que creer en el empleador. Así que, ¿y qué, si observamos la Torá y las Mitzvot? El acto no mancilla nuestra consciencia sobre el hacernos creyentes súbitamente. Permanecemos como no creyentes en el Creador incluso cuando hacemos esos actos”.

Ante esto: ¿qué clase de importancia hay para tal Torá y Mitzvot, cuando explícitamente dice que en sus puntos de vista, permanece como el resto de los seculares? ¿Cuál es el valor de tales actos de acuerdo a nuestra mente?

Sin embargo, desde la perspectiva de la ley (ley religiosa), debemos forzarle incluso si dice que no quiere. Significa que mediante eso, él todavía observa los mandamientos del Creador, pero se denomina Lo Lishmá. Es como escribió Maimónides (Hiljot Deot, Capítulo Seis): “Pero en cuestiones de santidad, si no se arrepiente en secreto, es avergonzado en público y es desagraciado y maldecido hasta que se reforma”.

Esto significa que incluso esta forma se llama Lo Lishmá, pues desde ese Lo Lishma, la persona llega a Lishmá, más que aquel que estudia para  molestar, de quien nuestros sabios dijeron, “es mejor no haber nacido”. Y aquí debemos interpretar que al cumplir con la Torá y las Mitzvot en Lo Lishmá, no está haciendo nada en contra del amor a los demás. Más bien, esto proporciona placer a los otros. Esto es, el ortodoxo, quien ve que ahora él se ha convertido en respetuoso de la Torá y las Mitzvot, no le importa la razón, sino la acción. Por consiguiente, lo disfruta. Pero aquel que estudia para molestar va en contra de contra de lo que una persona debe hacer.

Con lo anterior, hemos explicado la diferencia que hay entre la persona que estudia para molestar, que es el peor, y aquel que trabaja por coacción, que se ve forzado a trabajar por los demás, lo cual es Lo Lishmá y que se ubica por encima del que estudia para molestar. Y a pesar de que es difícil decirlo, está cumpliendo con la Torá y las Mitzvot por su voluntad y no por coacción, pero su voluntad es molestar, que es tan sólo un pensamiento y no una acción. Pero, ¿por qué el que observa por coacción la Torá y Mitzvot, que está bajo la presión de la gente, es mejor que uno que estudia para molestar, si aquel no actúa por su libre voluntad?

Tal vez deberíamos decir que, a pesar de todo, a través de esta obra que realiza, aunque sea por coacción, el acto en sí tiene el poder de llevarle a una buena voluntad y  pensamiento, como nuestros sabios dijeron sobre el versículo, “Le ofrecerán por su voluntad ante el Señor”. Y ellos dijeron (Arajin 21), “Le ofrecerán” alude a que él se ve forzado y tu puedes decir que es contra su voluntad. El Talmud dice que es su voluntad. ¿Cómo se le fuerza? Hasta que él dice, ‘Yo quiero’. Por esta razón, podemos decir que es más importante que aquel que estudia para molestar.

Sin embargo, debemos preguntar,  “Al final de cuentas, él realiza el acto completamente, pero piensa que a través de esto recibirá honores cuando demuestre que sabe y el otro no. ¿Por qué es tan difícil lograr la meta que se llama Lishmá con Lo Lishmá que es para molestar, hasta el grado en que ellos dijeron que es mejor no haber nacido?

Podríamos decir que la persona que está estudiando para molestar debe hallarse completamente inmerso en la Torá y probablemente se considera como un hombre íntegro en la Torá. De ser así, nunca pensará sobre el asunto de Lishmá porque ve que investiga la Torá más que sus compañeros, que no dedican tantas horas y calidad. Y él ve que hace mayores esfuerzos en la Torá que sus compañeros pues la examina para conocer el significado correcto que debe desprenderse de la Torá, y no estudia superficialmente como los otros, sino que se esfuerza mentalmente. Por consiguiente, ¿cómo puede considerar que él tiene una carencia? Nunca podrá llegar al reconocimiento del mal para saber que debe lograr Lishmá. Por esta razón está perdido. Por eso es que ellos dijeron sobre él, “es mejor no haber nacido”.

Y lo más importante en Lo Lishmá es que lleva a Lishmá. Es como dijo Maimónides, “Para recibir recompensa y no ser castigado”. Lo Lishmá a que se refiere el Tosfot, que debe respetarse, hace cosas para que las personas lo observen y lo aprecien. Por lo tanto, parece que está cumpliendo con los mandamientos de la gente, que trabaja para ellos y que la gente le pagará su recompensa.

Pero aquel que trabaja con la intención de la recompensa y el castigo trabaja para el Creador, salvo que que quiere que el Creador le pague su recompensa por su labor en la Torá y las Mitzvot. No quiere que la gente le pague su recompensa porque no está trabajando para que la gente le pague su recompensa. Más bien, trabaja y observa la Torá y las Mitzvot porque el Creador nos ha entregado la Torá y Mitzvot para que se cumplan. Y con esto, recibiremos recompensa por nuestra labor con la Torá y las Mitzvot.

Por lo tanto, este es ciertamente un grado más elevado que aquel al que se refiere el Tosfot, esto es, Lo Lishmá para recibir respeto. Esto es porque allí él trabaja para que la gente le respete, pero con la recompensa y el castigo, trabaja para el Creador, lo cual se llama Lishma, es decir para el Creador, salvo que aún quiere recompensa por su trabajo y es debido a esto que no se considera todavía como “Lishmá verdadero”.

Pero, debemos tomar en cuenta otro discernimiento que se llama Lo Lishmá como Maimónides dijo, aunque la recompensa y el castigo son de un carácter diferente. Normalmente, entendemos que la recompensa y el castigo se revisten en ropajes corporales, como comer, beber, etc. El Zohar dice que nuestra capacidad de disfrutar los deseos corporales se compone de una luz tenue, que cayó del mundo del rompimiento, la fragmentación de las chispas sagradas en las Klipot (cáscaras) y este es todo el placer que mora en ellos. Y todo el mundo persigue estos placeres. Cuando se escribe que la mayor parte de la luz está vestida en la Torá y las Mitzvot,  esta es la clase de recompensa y castigo que él quiere.

Y siempre debemos tener cuidado, cuando hablamos con alguien acerca de observar la Torá y las Mitzvot, pues debemos pensar primero en cuál sería el motivo adecuado para esa persona. Cada quien tiene una cuestión que le interesa, una razón por la cual ve que valdría la pena observar la Torá y las Mitzvot, pues por medio de esto recibirá algo que merezca hacer un gran esfuerzo y arduo trabajo. Y estará dispuesto a darlo todo para obtener aquello que él piensa que vale la pena para él.

Por esta razón, debemos siempre hablar con una persona sobre aquello que sea tan importante que valga la pena que entregue todo lo que se le pide. De otra forma, si no se le da una razón que le haga ver la ganancia, no escuchará lo que se le dice. El hombre se conforma con lo que tiene y es difícil que cambie sus costumbres, a menos que obtenga un beneficio por ello, algo que tenga la importancia suficiente que le dé la energía para cambiar sus hábitos y comience a trabajar en forma distinta a la que está acostumbrada.

Por lo tanto, frente a nosotros hay cinco discernimientos en Lo Lishmá:

1. Por coacción;

2. El que estudia para molestar;

3. El que estudia para ser respetado, como se refiere en Tosfot;

4. Por recompensa y castigo, como dice Maimónides.

5. Recompensa y castigo por las cosas no corporales, que es algo que todos entienden. Pero él quiere recompensa y castigo de placeres espirituales, como está escrito en la Introducción al Libro del Zohar (Ítem 31) “Y el grado final en esta división”, en Lo Lishmá, ‘Es que se enamora apasionadamente del Creador, como el que se enamora apasionadamente de un amor corporal, hasta que el objeto de su pasión se halla delante de sus ojos todo el día y toda la noche, como dice el poeta, ‘Cuando pienso en Él, Él no me deja dormir’”.

Pero con respecto al quinto discernimiento en Lo Lishmá, no podemos decirle a una persona que comience con este Lo Lishmá, pues no todas las personas pueden comprenderlo, es decir, creer que existe en la luz que se viste en la Torá y las Mitzvot un placer mayor, del que uno puede disfrutar, que el placer que se viste en los placeres corporales. Esto es que si la luz del placer que se viste en la Torá y las Mitzvot fuese evidente de inmediato, se llamaría “la Providencia Abierta”. En ese estado sería imposible que una persona pudiese trabajar en Lishmá, porque el placer que experimentaría por  la Torá y las Mitzvot le forzaría a hacer todo, y no porque el Creador ha mandado que se cumpla.

Es como él dice en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (Ítem 43), “Si, por ejemplo, permítanos suponer que el Creador realizara providencia abierta con Sus creaciones de esta manera: Quienquiera come algo prohibido se asfixia inmediatamente y todo el que realiza un Mitzvá encuentra inmediatamente en esto un placer tan maravilloso como los deleites más finos en este mundo corpóreo. ¿Qué necio consideraría todavía probar una cosa prohibida, sabiendo que debido a ello perderá su vida?... Del mismo modo, ¿qué necio dejaría Mitzvá sin realizar tan rápidamente como fuera posible, y se retiraría o demoraría (en recibir) tan gran placer corporal que llega a su mano en forma tan inmediata como pueda?”

De esto se desprende que no cabría posibilidad de elección, pues los grandes placeres que se visten en la Torá y las Mitzvot son inmensas luces. Es debido a esto que el placer está oculto. En forma inversa, en la corporalidad, el placer en cada acción está revelado, lo cual hace que anhelemos cualquier lugar en donde vemos que existe algo de placer. Y el cuerpo no dice si está prohibido o está permitido. Debido a esto, se desprende el asunto de la elección y el asunto de la recompensa y el castigo.

Se deduce que al platicar con alguien sobre tomar sobre sí la carga de la Torá y las Mitzvot, uno debe considerar seriamente qué tipo de Lo Lishmá presentarle, pues como se dijo antes, a cada quien se le debe entregar el Lo Lishmá adecuado a su carácter, para que vea que vale la pena tomar sobre sí mismo  Lo Lishmá en la Torá y las Mitzvot. Por ejemplo, el primer discernimiento (por coacción) es adecuado para todos. En otras palabras, si uno puede forzar a otra persona, con coacción, no importa si el otro entiende o no entiende. En cualquier caso, se llama “coacción” es decir, que uno puede realizarlo, incluso si él entiende totalmente que está en lo correcto pero no tiene elección. A esto se le dice “coacción”.  Pero, con las otras formas de Lo Lishmá, cada persona tiene un carácter distinto y es importante presentar lo que es aceptable.

Podemos entender las otras tres formas de Lo Lishmá: 1) Para molestar; 2) Para ser respetado; y 3) Para recibir una recompensa o castigo. Sin embargo, cada persona tiene una naturaleza distinta, por lo que se debe tener mucho cuidado en conocer qué tipo de Lo Lishmá debe presentarse, es decir qué Lo Lishmá la persona encontrará que vale la pena trabajar por ello.

Pero con la quinta forma de Lo Lishmá, anhelar el amor del Creador porque siente placer con la Torá y las Mitzvot, esto no podemos comprenderlo porque depende de los sentimientos. Y antes de que la persona empiece a probar no tiene caso hablarle de ello. Es debido a esto que se llama “la forma final de Lo Lishmá”, es decir, que luego uno ingresa al grado de Lishmá.

Sin embargo, debemos entender que si una persona llega al grado en que anhela la Torá y Mitzvot en la medida que se menciona anteriormente, “Cuando pienso en Él, Él no me deja dormir”,  ¿por qué a esto se le considera Lo Lishmá? Ciertamente es porque el placer en la Torá y las Mitzvot es lo que le obliga a observar la Torá y las Mitzvot. Lishmá quiere decir que la grandeza del Creador, porque Él es grande y señorea, es la causa que él observe la Torá y las Mitzvot. Por lo tanto, no es el placer la razón que le obliga, sino el Creador es la razón que hace que él observe la Torá y las Mitzvot.

Este discernimiento de Lishmá está descrito en la Introducción al libro del Zohar, (Ítem 32), “El trabajo con la Torá y Mitzvot Lishmá, para otorgar y no recibir recompensa y él se vuelve digno de recibir las cinco partes del alma que se llaman NaRaNJaY.

Sin embargo, conforme a la regla de que el hombre es un mundo pequeño, que consiste de setenta naciones, también él consiste de Israel. Por lo tanto, dijimos que hay cinco discernimientos en Lo Lishmá, pues hay personas que pertenecen a un determinado tipo de Lo Lishmá, pero debemos también apuntar que todos estos tipos de Lo Lishmá existen dentro de la persona, pero surgen en un determinado momento. Algunas veces trabaja con Lo Lishmá para ser respetado, y algunas veces, usa Lo Lishmá por coacción, como dijo Maimónides, “Es avergonzado en público y es desagraciado y maldecido hasta que se reforma”.

En otras palabras, cuando una persona viene a rezar en la sinagoga, o viene a estudiar la Torá para que sus amigos no le desprecien, pues todos lo despreciarán en sus corazones a pesar de que nadie se lo informe. “¿Por qué no vienes a las lecciones de Torá en la sinagoga?” Pero, él se dará cuenta que ciertamente todos le consideran como inferior. Por lo tanto, la desgracia que siente le obliga a ir a la sinagoga. De esto se desprende que la causa de Lo Lishmá que le fuerza es la coacción, como dijo Maimónides.

Es más sencillo emplear este Lo Lishmá como un Lo Lishmá efectivo, pues Lo Lishmá que está conectado al sufrimiento – la desgracia – proporciona más energía para vencer los obstáculos que él enfrenta. Por lo tanto, en los momentos en que una persona se encuentra en un declive pronunciado, Lo Lishmá de la vergüenza todavía puede tener efecto en él. Se considera coacción por la vergüenza, es decir la vergüenza – que es el sufrimiento – le obliga a hacer cosas a pesar de que el cuerpo no esté de acuerdo.

Y algunas veces la persona se fortalece con Lo Lishmá de recompensa y castigo, como dijo Maimónides. Y algunas veces él tiene recompensa y castigo al descubrir un sentido en el trabajo, mientras que si no observara la Torá y las Mitzvot carecería de sentido y este es el último Lo Lishmá.

 

746. Qué buscar en la reunión de los amigos

Artículo Nº 30, 1987-88

Nuestros sabios dijeron (Avot, Capítulo 1, 6): “Hazte de un Rav (maestro), cómprate un amigo, y juzga a toda persona favorablemente”. Debemos entender el vínculo entre “Juzga a cada persona favorablemente” y “Cómprate un amigo”. Asimismo, en Matán Torá (La entrega de la Torá en el Punto 30) está escrito que la Mitzvá (precepto) “ama a tu prójimo como a ti mismo”, es para lograr el amor del Creador, lo cual es Dvekut (adhesión) con Él. Él escribe: “Es razonable pensar que la parte de la Torá que se ocupa de las relaciones del hombre con su amigo es la más indicada para conducir al hombre a la meta deseada. Esto se debe a que el trabajo con las Mitzvot (mandamientos/preceptos) entre el hombre y Dios es fijo y específico y no es exigente, y uno se acostumbra fácilmente a ello, y todo lo que se hace por costumbre no es útil. Pero las Mitzvot entre hombre y hombre son cambiantes e irregulares y las exigencias le rodean por todos lados. Por lo tanto, su cura es mucho más segura y su aspiración es más cercana”. Hasta aquí sus palabras.

Significa que el hombre debe llegar a ser recompensado con la equivalencia de forma, esto es, que todos sus pensamientos y deseos sean únicamente en beneficio del Creador y no para su propio beneficio. Esto se origina de la corrección del Tzimtzum (la restricción). Significa que desde la perspectiva del Creador, Él creó los mundos con la intención de querer hacer el bien a Sus creaciones, como explican nuestros sabios, que el Creador dijo a los ángeles a Su servicio, que la creación del mundo es como un rey que tiene abundancia pero no tiene huéspedes.

En otras palabras, Él siente placer cuando el huésped come en Su casa, pero para evitar la vergüenza hubo la corrección de que ellos deben recibir deleite y placer con la intención de deleitar al Creador. Pero el primer grado es otorgar con el propósito de otorgar. Uno debe disfrutar cuando otorga, al igual que el Creador lo disfruta. Es como nuestros sabios dijeron (El Zóhar, Parte 1; Bereshit, p. 115): “No había alegría tal ante el Creador desde el día en que el mundo fue creado, como la alegría con la que Él está destinado a regocijarse con los justos en el futuro”.

Vemos que en el día en que mundo fue creado, hubo gran alegría ante del Creador. En otras palabras, Él sintió una gran alegría al querer otorgar. De esto se deduce que si una persona quiere llevar a cabo actos de otorgamiento pero no está sintiendo alegría, no hay aquí equivalencia de forma. Aun cuando en el acto está otorgando y ocupándose en el amor de los demás, el acto debe ser con alegría, como la alegría que el Creador tiene. Así, aquí falta la equivalencia en la alegría.

Por lo tanto, hay dos cosas que uno debe hacer.

  1. A pesar de que el cuerpo no desee trabajar bajo el régimen del otorgamiento, se le debe forzar. Pero es una norma que cuando una persona hace algo por la fuerza, no puede ser feliz, pues sería más feliz si no tuviera que realizar esas acciones. De cualquier forma, el hombre debe trabajar bajo coacción. A esto se le llama “ejercer coacción y subyugar al mal dentro de él”.

Sin embargo, como hemos dicho anteriormente, la alegría que debe provenir de cada acto de otorgamiento, aquí se encuentra ausente, y con la alegría uno no se puede forzar a sentirse feliz en una circunstancia en donde existe un acto de coacción. La alegría es el resultado del deleite de la persona y cuando existe el placer, la “coacción” se queda fuera de la escena. Por lo tanto, ni la alegría ni el placer surgen de la coacción.

  1. Decimos que necesitamos alegría para el servicio al Creador, y como hemos dicho, la alegría es sólo el resultado de algo que la persona disfruta. Por lo tanto, puesto que el hombre sólo puede realizar actos de coacción, a esto se le denomina “una acción”. Un acto es algo con lo que la mente no está de acuerdo. Se considera que cuando uno comienza a ejercer coacción sobre sí mismo, llega a un estado de “El que viene a purificarse”.

Así que, ¿qué más falta? Sólo algo que evocará su regocijo. Debemos interpretar acerca de eso que esto se le entrega desde arriba. A esto se le denomina: “Él es asistido”. ¿En qué es asistido? El sagrado Zóhar dice: “En un alma santa”. Cuando uno es recompensado con eso, entonces está alegre. La consecuencia es que cuando decimos que uno debe trabajar con alegría significa que, a través de las acciones de uno, se debe evocar el despertar desde arriba, porque sólo mediante la ayuda de arriba puede llegar al regocijo por estar ocupándose de actos de otorgamiento.

De hecho, surge una pregunta aquí. ¿Por qué es necesario llevar a cabo actos de otorgamiento con alegría? La razón es simple: no hay aquí equivalencia de forma, porque cuando el Creador da, Él siente alegría. Pero cuando el hombre da y no siente alegría, la equivalencia de forma está ausente.

Sin embargo, hay un asunto aún más grave que la equivalencia de forma. Cuando una persona se encuentra en un estado de tristeza, cuando ve que su vida no tiene sentido porque adondequiera que mira, lo ve todo negro –en la corporalidad así como en la espiritualidad− es como una persona que usa gafas oscuras de manera que dondequiera que mira, sólo ve negro. En ese estado, una persona es considerada herética con respecto a la guía del Creador, dado que él no puede decir que el Creador dirige Su mundo con benevolencia.

En ese estado, él es considerado falto de fe. Entonces, aquí el asunto ya no es la equivalencia de forma sino la falta de fe, dado que él se encuentra en un estado de herejía. De esto se deduce que el hombre siempre debe estar en el regocijo y creer por encima de la razón que todo lo que el Creador hace es sólo con benevolencia. Pero también debemos creer que esto es lo que necesitamos: creer por encima de la razón.

Según nuestra razón, parece que sería mejor si el Creador nos tratara con una guía abierta. Pero hemos dicho a menudo que Baal HaSulam dijo que no debemos decir que el Creador no puede dar todo dentro de las vasijas de recepción, llamadas “dentro de la razón”, es decir, que también el cuerpo material entenderá que el Creador trata al mundo entero sólo con benevolencia.

Así pues, ¿por qué Él elige específicamente los Kelim (vasijas) de “por encima de la razón”? El Creador eligió esos Kelim porque esos Kelim son, de hecho, los mejores, porque mediante ellos logramos la integridad real, y entonces el verso: “Y tú deberás amar al Señor tu Dios con todo tu corazón”, se volverá una realidad. Nuestros sabios dijeron: “Con tus dos inclinaciones: la inclinación al bien y la inclinación al mal”.

En ese momento, también el cuerpo siente el deleite y el placer que el Creador da a las criaturas y entonces no hay necesidad de creer por encima de la razón. De esto se deduce que el principal requerimiento es que el hombre sienta regocijo mientras hace el trabajo de otorgamiento, cuando no ve lo que la recepción para sí mismo –llamada “dentro de la razón” − recibiría por ello, dado que de otra manera está en estado de herejía.

Resulta que uno debe llevar a cabo el trabajo sagrado por encima de la razón, porque esos son los Kelim que son adecuados para llevar al hombre a la integridad. Fue dicho arriba que sólo por encima de la razón él puede recibir el placer con la conducción del Creador, lo cual está en la forma de benevolencia. Y a esto se le llama “derecha”.

Como Baal HaSulam dijo, uno debe tratar de caminar sobre la línea derecha, llamada “fe por encima de la razón”, e imaginar que él ya ha sido recompensado con fe completa en el Creador, que sus órganos ya sienten que el Creador conduce al mundo entero con benevolencia.

Por tanto, debemos preguntar: “¿Por qué debemos caminar sobre la línea izquierda también, si la línea derecha es la más importante? ¿Cuál es el propósito de la línea izquierda?” La respuesta es que es para conocer nuestro estado dentro de la razón −la medida de nuestra fe− cuánta Torá hemos adquirido, y cómo sentimos al Creador durante la oración, etc.

Y entonces llegamos a sentir que estamos en absoluta bajeza, lo más bajo posible. Esta es la razón por la que, cuando más tarde cambiamos a la línea derecha, tenemos el trabajo por encima de la razón. En otras palabras, al mostrarnos la línea izquierda nuestro estado dentro de la razón, hay aquí lugar para ir por encima de la razón. Pero si estuviéramos siempre en la línea derecha, no sería considerada como derecha, sino como una sola línea.

En otras palabras, pensaríamos que esto es realmente donde estamos, pensaríamos que estamos de verdad dentro de la razón, en el perfecto Gadlut (grandeza/edad adulta). Pero la verdad es que sólo por encima de la razón estamos en integridad, por lo tanto, cuando tenemos las dos líneas, podemos decir que existe la cuestión de “por encima de la razón”, lo cual es la línea derecha.

De esto se deduce que la línea derecha ayuda a la línea izquierda porque una vez que uno se imagina a sí mismo con regocijo, disfrutando de la perfección de su trabajo, cuando cambia a la línea izquierda, ve que está en un mundo de total oscuridad. Es decir, él observa y siente que todavía está inmerso en el amor propio y que no tiene esperanza de salir del amor propio.

Entonces hay lugar para la plegaria desde el fondo del corazón. El estado de la derecha fue cuando él se imaginó en un estado que ideó para sí mismo acerca de lo que es la perfección del trabajo. En otras palabras, él creyó por encima de la razón en el mandamiento de fe en el maestro, que le dijo que entrara en ese estado aun cuando su razón le dijera: “¿Por qué comparas tu situación con la de una persona que ya ha sido recompensada con la fe completa, cuando sabes que estás en la mayor bajeza posible que pueda existir?” Él siente que está en un estado de bajeza que es impropio de una persona que quiera ser, algún día, un sirviente del Creador.

Y más adelante él pasa a la línea derecha, y la izquierda le da lugar para trabajar en la línea derecha. Sin embargo, debemos recordar que cualquier cosa que sea un camino de la verdad es difícil de andar sin esfuerzo. Por lo tanto, después de esas dos líneas, él llega a la línea media, la cual es llamada “el Creador le otorga el alma”. Y entonces llega a la fe completa, específicamente a través de la salvación de Dios. Pero, por naturaleza, el hombre no puede lograr eso por sí mismo.

Con todo lo mencionado arriba podemos entender el asunto de la reunión de los amigos. Cuando se reúnen, ¿qué deben discutir? Primero, el objetivo debe estar claro para todos: esta reunión debe dar como resultado el amor de los amigos, que cada uno de los amigos será despertado para amar al otro, lo que se llama “amor a los demás”. Sin embargo, esto es sólo un resultado. Para engendrar esta adorable descendencia, se deben tomar acciones para producir el amor.

Y con respecto al amor, hay dos formas: 1) Amor natural, por el que uno no tiene que esforzarse. Él solo debe tener cuidado de no estropear la naturaleza. 2) El que proviene de uno haciendo cosas buenas para el otro. Hay naturaleza en eso también, dado que alguien que da un obsequio a otro suscita que este lo ame. Por lo tanto, cuando un grupo de personas se reúnen y desean trabajar juntos en el amor de los amigos, deben ayudarse el uno al otro tanto como puedan.

Y hay muchos discernimientos acerca de eso dado que no todos son iguales, es decir, lo que uno necesita, el otro no. Sin embargo, hay una cosa en la que todos son iguales: todos y cada uno de los amigos necesita buen ánimo. Esto es, cuando los amigos no tienen buen humor, no son todos iguales en sus necesidades. Es más, cada uno tiene su propia razón para ser infeliz.

Por lo tanto, cada uno debe pensar cómo puede lograr el buen estado de ánimo del otro. Entonces, deben ser cuidadosos y evitar discutir sobre cosas que puedan acarrear tristeza al grupo, porque con esto él provoca que todos se sientan mal. Y entonces, al ir a casa, se preguntará: “¿Qué he ganado con ir al grupo? ¿Saber que estoy en un estado de bajeza y que debo arrepentirme? Es como si hubiera ido al grupo para que me condujeran a un estado de tristeza. En ese caso, es una pérdida de tiempo. Probablemente hubiera sido mejor que no fuera”. Entonces, probablemente, dice: “La próxima vez que tenga que ir al grupo inventaré excusas para evitarlos”.

De esto se deduce que cada uno debe tratar de llevar al grupo un espíritu de vida y esperanza, e infundir energía al grupo. Así, cada uno de los amigos será capaz de decirse: “Ahora puedo hacer borrón y cuenta nueva en el trabajo”. En otras palabras, antes de venir al grupo, se encontraba decepcionado con el progreso en el trabajo de Dios, pero ahora el grupo le ha llenado de vida y esperanza.

Así, a través del grupo obtuvo confianza y fuerza para superarlo porque ahora siente que puede lograr la plenitud. Y todos sus pensamientos –que estaba enfrentando una gran montaña que no podía ser conquistada, y que esas son en verdad obstrucciones formidables− ahora siente que no son nada. Y él lo recibe todo del poder del grupo porque todos trataron de inocular un espíritu de ánimo y la presencia de una nueva atmósfera en el grupo.

¿Pero qué puede uno hacer cuando siente que está en un estado de tristeza −tanto en términos del estado corporal como en el estado espiritual −y ha llegado el momento en que debe acudir al grupo? Y aun así, nuestros sabios dijeron: “¿Una preocupación en el corazón del hombre? Que lo hable con los demás”. En otras palabras, él debe contárselo a sus amigos, tal vez ellos puedan ser capaces de ofrecer ayuda.

Pero, si es así, ¿por qué decimos que todos deben traer un buen ánimo a grupo si él no lo tiene? Y más aún, hay una regla según la cual uno no puede dar aquello que no tiene. Por lo tanto, ¿qué debe hacer él para aportar al grupo algo que le infunda ánimo a este último?

De hecho, no existe otro camino para el hombre que caminar sobre la línea derecha. Por eso, antes de que vaya hacia el amor de los amigos, debe leer el ensayo de Baal HaSulam (de 1943) donde clarifica qué es la línea derecha, que este es el significado de “por encima de la razón”. Y él debe extraer la fuerza de allí, de manera que cuando vaya al grupo, todos y cada uno serán más o menos capaces de infundir un espíritu de vida, y mediante eso, la sociedad entera sentirá alegría y una confianza más grande.

Durante la reunión de los amigos está prohibido evocar la línea izquierda. Sólo cuando uno está sólo le está permitido usar la línea izquierda, pero no más de media hora al día. Pero la esencia del trabajo del hombre es ir específicamente por la línea derecha, como está escrito (en el ensayo de 1943). Pero dos personas juntas no deben hablar de la izquierda, y sólo así pueden recibir asistencia del grupo.

Pero lo peor es cuando una persona llega al grupo y ve que este grupo está en un estado de descenso, entonces, ¿cómo puede ser fortalecido por ellos? En ese momento, él debe juzgar a todos según una escala de méritos (favorablemente).

Ahora podemos entender lo que preguntamos acerca de la proximidad de “Cómprate un amigo” y “Y juzga a cada persona favorablemente”. Con lo escrito arriba, podemos entender que cuando uno desea adquirir algo del grupo, debe juzgar a todos favorablemente. Entonces él puede adquirir de los amigos, de manera que podrán ayudarle en el trabajo, dado que él tiene a alguien de quien recibir. Pero cuando ve que está muy por encima de todo el grupo, ¿de quién va a recibir? Nuestros sabios vinieron y dijeron acerca de eso: “Juzga a cada persona favorablemente”.

De esto se deduce que la razón principal por la que una persona necesita comprar un amigo y trabajar en el amor de los demás, es que mediante eso puede ser recompensado con el amor del Creador. Pero los amigos deben, principalmente, hablar juntos acerca de la grandeza del Creador, porque según la grandeza del Creador que él asume, en esa medida él se anula naturalmente ante el Creador. Es como vemos en la naturaleza, que el pequeño se anula frente el grande, y esto no tiene nada que ver con la espiritualidad. Es más, esta conducta se aplica incluso entre personas seculares.

En otras palabras, el Creador hizo la naturaleza de esta manera. Así, la discusión de los amigos respecto a la grandeza del Creador despierta un deseo y un anhelo de anularse ante el Creador porque él comienza a sentir añoranza y deseo de unirse con el Creador. Y también debemos recordar que en la medida que los amigos pueden apreciar la importancia y la grandeza del Creador, aún así debemos ir por encima de la razón, es decir, que el Creador es más elevado que cualquier grandeza del Creador que un hombre pueda imaginar.

Debemos decir que creemos, por encima de la razón, que Él conduce al mundo con una guía benevolente, y si uno cree que el Creador desea sólo lo mejor para el hombre, esto hace que una persona ame al Creador hasta que sea recompensado con “Y amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. Y esto es lo que una persona necesita recibir de los amigos.

Y sobre el asunto de obtener la grandeza, esta debe obtenerse específicamente a través del grupo. Es como está escrito en Matán Torá (La entrega de la Torá, p. 141), donde él habla con respecto al maestro y los estudiantes. Es lo mismo, principalmente en relación a la grandeza del Creador. Él escribe: “Obtener la grandeza depende enteramente del ambiente, y una persona por sí sola no puede hacer absolutamente nada al respecto.

“Aun así, hay dos condiciones para obtener la grandeza:

  1. Siempre escucha y asume la apreciación del ambiente en la medida de su grandeza.
  2. El ambiente debe ser grande, como está escrito: “En la multitud de las personas está la gloria del rey”.

“Para recibir la primera condición, cada estudiante debe sentir que él es el más pequeño entre los amigos. En ese estado, uno puede recibir la apreciación de la grandeza de todos, dado que el grande no puede recibir del más pequeño, mucho menos ser impresionado por sus palabras. Es más, sólo el pequeño es impresionado por la apreciación del grande.

“Y para la segunda condición, cada estudiante debe elogiar las virtudes de cada amigo y celebrarlo como el más grande en la generación. Entonces, el ambiente lo afectará como un ambiente suficientemente grande, dado que la calidad es más importante que la cantidad”.

Sin embargo, ¿qué debe hacer un amigo si necesita ayuda de los amigos? Hemos dicho arriba que está prohibido hablar de cosas malas que traigan tristeza en la reunión de amigos. La respuesta a eso es que uno debe decirlo a un amigo cercano, y ese amigo hablará con el grupo, no en el momento de la reunión de los amigos. En otras palabras, él puede hablar a todo el grupo reunido, pero no durante la reunión regular de amigos. En cambio, puede organizar una reunión especial a favor del amigo que necesita ayuda.

Y con respecto a “Cómprate un amigo”, debemos interpretar que “comprar” significa que él debe pagar y a través del pago, él lo compra. ¿Qué le paga? Podemos decir que el pago es recibido a cambio del esfuerzo. En otras palabras, a veces una persona desea comprar, por ejemplo, un armario nuevo, que cuesta cerca de 2.000 dólares. Él le dice al vendedor: “Como no tengo dinero para pagar, pero escuché que está buscando un empleado para dos semanas, trabajaré por la cantidad que tengo que pagar a cambio del dinero del armario”, y el vendedor probablemente estará de acuerdo. Así, vemos que el pago puede ser por intercambio. Es lo mismo con al amor de los amigos. Supone un gran esfuerzo el que uno deba juzgar a los amigos favorablemente, y no todo el mundo está preparado para ello.

En ocasiones es incluso peor. A veces, una persona ve que su amigo es irrespetuoso hacia él. Incluso peor, escucha un rumor difamatorio, es decir, escuchó de un amigo que ese amigo, llamado fulano de tal, dijo acerca de él cosas que no son agradables que un amigo diga de otro. Ahora tiene que someterse a sí mismo y juzgarlo favorablemente. Esto, de hecho, es un gran esfuerzo. De esto se deduce que mediante el esfuerzo, él da el pago, que es incluso más importante que un pago de dinero.

Sin embargo, si esa persona lo calumnia, ¿dónde va a reunir su amigo la fuerza para amarle? Él sabe que él ciertamente le odia, o no lo estaría calumniando, ¿entonces cuál es el motivo de someterse a sí mismo y juzgarlo favorablemente?

La respuesta es que el amor de los amigos que se construye sobre la base del amor a otros, mediante el cual ellos pueden lograr el amor al Creador, es lo opuesto a lo que se considera normalmente amor de amigos. En otras palabras, el amor de otros no significa que los amigos me amarán. Más bien, soy yo quien debe amar a los amigos. Por esta razón, no importa si el amigo está calumniándole y ciertamente deba odiarlo. En cambio, una persona que desea adquirir amor de otros, esa persona necesita la corrección de amar al otro.

Por lo tanto, cuando una persona hace el esfuerzo y lo juzga favorablemente, es una Segulá (remedio, poder, virtud), donde mediante la ardua tarea que una persona hace, la cual se llama “un despertar desde abajo”, se le da fortaleza desde arriba para ser capaz de amar a todos los amigos sin excepción.

A esto se le denomina “cómprate un amigo”, pues una persona debe hacer un esfuerzo para obtener el amor de otros. Y esto se llama “labor”, ya que debe esforzarse por encima de la razón. Pensando racionalmente, ¿cómo es posible juzgar a otro favorablemente cuando su razón le muestra la verdadera cara de su amigo, que este le odia? ¿Qué le puede decir al cuerpo acerca de eso? ¿Por qué debe someterse ante su amigo?

La respuesta es que él desea lograr Dvekut (adhesión) con el Creador, llamada “equivalencia de forma”, es decir, no pensar en su propio beneficio. Así que, ¿por qué es el sometimiento algo difícil? La razón es que él debe anular su propio valor, y la totalidad de la vida que él desea vivir será sólo bajo la consideración de su capacidad para trabajar para el beneficio de otros, comenzando con el amor de otros, entre hombre y hombre, a través del amor del Creador.

De esta forma, además, aquí hay un espacio donde él puede decir que nada de lo que hace es sin ningún interés propio, dado que mediante la razón, los amigos son quienes deben amarle, pero él supera su razón, va por encima de la razón, y dice: “No tiene ningún valor vivir para mí mismo”. Y aun cuando uno no está siempre en un grado donde es capaz de decir eso, ese es sin embargo el propósito del trabajo. Por lo tanto, ya tiene algo qué contestarle al cuerpo.

De esto se deduce que antes de que cada amigo venga a la reunión de los amigos, debe contemplar qué le puede dar al grupo para así elevar el espíritu de vida en este. En eso, no hay diferencia entre alguien sin educación o con educación, ya que el pensamiento que él piensa, aunque puede no saber nada, igualmente debe rezar al Creador por Su ayuda y creer que el Creador escucha las plegarias.

877. ¿Por qué se hacen específicamente cuatro preguntas en la noche de Pésaj?

Artículo Nº 22, 1988/89

Tal como vemos, ¿cuándo hace uno preguntas? Cuando tiene una carencia. Pregunta: “¿Por qué necesito sufrir por no tener lo que pienso que necesito?” Llega al Creador con quejas y exigencias y dice: “¿Por qué hace falta que sufra?” Pero cuando la persona tiene abundancia, ¿qué preguntas hay que hacer si siente que es libre, que no está esclavizado por nada o si siente que esta cosa que no tiene le provoca dolor, dándole pie a que pregunte, “por qué”?

Por consiguiente, ¿debemos comprender por qué hacemos preguntas específicamente en la noche de Pésaj, que es la fiesta de la libertad? Además, se les denomina “cuatro preguntas”, es decir, cuatro veces “Por qué” precisamente cuando a la persona no le hace falta nada.

Según lo que dice el ARÍ, la noche de Pésaj es más completa que la víspera de Shabat. Dice que en la víspera de Shabat hay un ascenso de Maljut a Mojin de Neshamá, pero en la noche de Pésaj hay ascenso de Maljut a Mojin de Jayá, como en el día de Shabat (ver Shaar HaKavanot). Por lo tanto, debemos comprender por qué hacemos preguntas específicamente en el tiempo de la plenitud. Ciertamente, hay muchas respuestas a eso, y lo interpretaremos en el trabajo.

Es sabido que el trabajo que se nos entregó con la Torá y las Mitzvot (mandamientos) es tal que a través de ellas nos corrijamos y seamos dignos de recibir deleite y placer, ya que esta es la razón por la que el hombre fue creado, pues es sabido que el propósito de la creación es hacer el bien a Sus creaciones. Sin embargo, para evitar la vergüenza de la recepción de los placeres, ya que cada rama desea parecerse a su raíz, y puesto que la raíz le otorga a las criaturas, existe una disparidad de forma entre el que da y el que recibe. Y esto nos provoca la vergüenza.

Por lo tanto, para corregirlo, se dispusieron un Tzimtzum (una restricción) y una ocultación en la Providencia. Por eso, a través del Tzimtzum y la ocultación se creó un espacio, dentro del cual nos encontramos tan alejados del Creador que nos provoca que tengamos muy poca comprensión de Su guía sobre Sus creaciones. Se escribe acerca de ello en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (Puntos 42-43), en donde dice que si la Providencia se revelara y, por ejemplo, uno que comiera algo prohibido se asfixiara instantáneamente, y uno que realizara una Mitzvá (precepto) de inmediato descubriera en ello un deleite maravilloso, parecido a los grandes placeres de nuestro mundo corporal, ¿quién sería el necio que pensaría siquiera en probar de algo prohibido sabiendo que de inmediato perdería su vida, o esperaría con gran placer corporal lo que debe llegar sin recibirlo? Por lo tanto, el Tzimtzum y la ocultación que se hicieron para corregir la vergüenza nos genera todo el trabajo y la lejanía del Creador.

De esto se deduce que el Tzimtzum y la ocultación se hicieron para beneficiar a los inferiores. Por lo tanto, no tiene sentido preguntar a la Providencia; “¿Por qué el Creador nos trata como nos parece que lo hace, pues no vemos el bien y sufrimos en el exilio, en la pobreza y demás”. En otras palabras, todos se quejan del Creador, sobre por qué se comporta con una guía que está velada para nosotros, lo cual es así sólo porque es lo mejor.

Por esta razón, está prohibido difamar Su guía −el modo en que Él se comporta con las criaturas. En lugar de eso, debemos creer con fe por encima de la razón que debe ser precisamente como lo vemos Y con respecto a lo que sentimos, debemos seguir los caminos de la Torá, como los sabios nos han instruido sobre como tenemos que tratar con todos esos sentimientos que tenemos, y hablar acerca de ellos, con fe por encima de la razón: “Tienen ojos y no ven”, como está escrito en el artículo de 1943.

Se sabe que existe prohibición de difamar. Sin embargo, comúnmente se piensa que la difamación, que es tan mala, se halla entre la gente. Pero en verdad, la difamación sucede principalmente entre el hombre y el Creador, tal como está escrito (Shemot, Rabbá, Capítulo 3, 12): “Moisés entendió el acto de la serpiente quien difamó a su Creador, como se ha dicho: “Porque Dios sabe que el día en que comas de él se abrirán tus ojos y serás como Dios, conocedor del bien y el mal”.

Por lo dicho anteriormente, podemos ver por qué la difamación es peor que otras cosas. Es porque la difamación proviene principalmente de la serpiente, quien difamó al Creador y le dijo: “Lo que el Creador te ordenó −que no comieras del árbol del conocimiento sino que lo mantuvieras en la ocultación y escondido”. La serpiente le dijo acerca de ello: “No debes obedecer lo que Él te dijo, de que el árbol del conocimiento debe permanecer oculto de los inferiores”. En lugar de eso, su argumento fue que todo debe estar abierto.

Esa fue la difamación de la serpiente. Se deduce que habló acerca de la Providencia, que la conducta del Creador con las criaturas de no desvelar su guía es errónea. Pero en realidad, la ocultación es sólo para que las criaturas puedan recibir el deleite y el placer sin vergüenza. Y esto sólo puede suceder cuando las criaturas reciben todo del Creador, es decir, que toda la recepción sólo se hará para otorgar.

Se deduce que la difamación de la serpiente no es una parte. Más bien, él hablaba acerca de la corrección completa que fue ejecutada en Maljut, para que los inferiores, quienes se extienden de ella, pudieran lograr Dvekut (la adhesión), llamada “equivalencia de forma”, mediante lo cual habría una corrección que les permita recibir el deleite y el placer sin nada desagradable, llamado “vergüenza”.

Debido a esta corrección, se nos entregó la Torá y las Mitzvot, con las cuales poder salir del amor propio, que es la separación del Creador y poder lograr la equivalencia de forma. Es como nuestros sabios dijeron: “Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá”. Y según la difamación de la serpiente, habrá una Providencia abierta, es decir, que todo será revelado, aunque el Creador le dijo explícitamente a Adán, “Pero del árbol del conocimiento no comerás”. En cambio, este discernimiento debe ser cubierto y sólo al final de la corrección será posible iluminar este discernimiento.

Y acerca de eso, la serpiente también le dijo que no obedeciera al Creador. En otras palabras, que el Creador no lo hizo en favor de Adán, que la guía del Creador sobre las criaturas −el Bien que hace el bien− fuera revelada, sino por otras razones. Resulta que la difamación de la serpiente fue una cosa general, es decir, él dijo que todas las correcciones que debemos hacer mediante el poder de la Torá y las Mitzvot no son para el propósito del hombre.

Por esta razón la difamación es la más severa de todas las prohibiciones, ya que esta abarca toda la Torá. En otras palabras, con esta difamación, todas las correcciones que ser hicieron, no debieron ser hechas. Así, como es muy grave entre el hombre y el Creador, la prohibición entre una persona y su amigo también es un asunto grave, como dijimos acerca de “ama a tu prójimo como a ti mismo”, de lo que Rabí Akiva dijo que era la gran regla de la Torá.

De esto se deduce que uno que difama actúa en oposición a la regla “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Entonces, la difamación entre una persona y su amigo es también una regla. Por eso es una prohibición tan grave.

Con lo anterior podemos interpretar lo que nuestros sabios dijeron (Sanhedrín 38): “Rav Yehuda dijo: ‘Rav dijo: ’Adam HaRishón era un hereje’. Y Rashi explica,:“Era hereje’ significa que se inclinó hacia la idolatría’”

Esto es muy difícil de entender. Adam HaRishón habló al Creador. ¿Cómo puede ser un hereje alguien que habla con el Creador, que su corazón se incline hacia la idolatría? Después de todo, el Creador le habló, así que, ¿cómo puede estar equivocado hasta el punto de que su corazón se inclinara hacia la idolatría?

Y dijimos acerca de esto, el Creador le dijo que el árbol del conocimiento debe estar en ocultación y no debe ser revelado antes del fin de la corrección. Cuando la serpiente vino a él y le dijo que no obedeciera al Creador, que este gran placer se encuentra en el árbol del conocimiento, que el Creador le oculta, él se tomó a pecho la calumnia de la serpiente. Esto se llama que él “Fue un hereje”.

Rashi interpretó que su corazón se inclinó hacia la idolatría, es decir, que su corazón se inclinó hacia lo que la serpiente le estaba diciendo, que sería mejor si hubiera Providencia abierta en el mundo, como la serpiente le aconsejó. Esto se llama “hereje”, uno al que no le agrada Su gobierno. Significa que estaba pensando de acuerdo al consejo de la serpiente, que si el árbol del conocimiento fuera revelado y hubiera Providencia abierta, muchos se ocuparían del trabajo sagrado, por la razón anterior de que todos observarían la Torá y las Mitzvot porque estarían vestidas en la razón, dentro de la razón, y no que todo debe ser por encima de la razón.

En otras palabras, el árbol del conocimiento significa que todo es revelado dentro de la razón, y con respecto a eso iba el mandamiento de abstenerse de comer. Es decir, nuestro trabajo hacia el Creador debe ser por encima de la razón y no dentro de la razón, aun cuando es razonable pensar que si todo estuviera vestido dentro de la razón, los sirvientes del Creador proliferarían.

Este es el significado de la calumnia de la serpiente, quien habló de mala manera acerca de la Providencia. Como el Creador hizo el trabajo del Creador por encima de la razón, no significa que el Creador pudo haber hecho todo dentro de la razón. En cambio, debemos creer, aun cuando no lo entendemos, que esta guía es la mejor.

Y así lo dijo Baal HaSulam −que el Creador eligió el camino de la fe por encima de la razón porque el Creador sabe que es el camino más exitoso para que los inferiores lleguen a la meta llamada “Dvekut con el Creador”, que es la equivalencia de forma, llamada “recibir con el fin de otorgar”.

Y aunque el pecado del árbol del conocimiento se refiere a grados altos −la luz del fin de la corrección− como se explica en “Introducción al Árbol de la Vida”, respecto a nuestro trabajo debemos interpretar que uno que calumnia en contra de la Providencia, diciendo que no quiere creer que Su guía sobre las criaturas es benevolente, y que así es al creer por encima de la razón.

Sin embargo, una persona dice: “Si hubiera Providencia abierta, si pudiera ver con mi mente que el Creador otorga de manera benevolente a todas sus creaciones, y si fuera dentro de la razón, sólo así sería capaz de observar la Torá y las Mitzvot”. Esto llegó a causa del pecado del árbol del conocimiento −la cuestión de que un hombre quiere ir específicamente dentro de la razón y no quiere creer por encima de la razón. En consecuencia, cuando no cree que esto sea por benevolencia, está difamando en contra del Creador. Esto tiene su raíz en el tiempo en que la serpiente difamó a Adam HaRishón en contra del Creador.

Y una persona que quiera ir dentro de la razón es llamada “el pecado del árbol del conocimiento”. Este pecado aparece de dos maneras, dos preguntas que se extienden de éste: 1) la pregunta del Faraón, que preguntó: “¿Quién es el Señor de quien debo obedecer Su voz?” Es decir, que es difícil para él creer nada que contradiga la razón. Y otra cosa se extiende de ello, una segunda pregunta: “¿Por qué debe uno trabajar para beneficiar al Creador y no a sí mismo?” En otras palabras, está preguntando: “¿Qué ganaré al trabajar para el Creador y no para mí?”

Con lo dicho antes podemos entender lo que vemos, que incluso después de que un hombre ha vencido y ha dicho que va a tomar sobre sí el caminar por la vía de la verdad y comienza a creer en la fe en los sabios, la razón le dicta que cada día debe avanzar y moverse hacia adelante. Aun así, uno ve que en realidad es completamente lo contrario −cada día está retrocediendo. Así pues, la razón le hace decir: “Este trabajo de ir por el otorgamiento no es para mí. En cambio, es trabajo para unos pocos elegidos”. Él entiende que estaría mejor escapando de la campaña.

¿Y qué se le dice? Que debe ir, una vez más, con fe por encima de la razón y descartar lo que la razón le obliga a hacer. Y como está escrito en el ensayo “Fe en su Rav” (1943), uno no puede ver su verdadero estado. En cambio, él debe ir por encima de la razón, y sólo de esta manera puede llegar a la meta y ser recompensado con Dvekut (adhesión) con el Creador.

Sin embargo, debemos entender lo que nos da el sentir dentro de la razón que estamos retrocediendo en lugar de progresar. En otras palabras, ¿para qué propósito necesita uno sentir que está en declive? ¿Cuál es el beneficio en ello? Vemos que en un estado de ascenso, cuando uno siente un deseo por la espiritualidad y observa los placeres mundanos – que todo el mundo persigue para obtener placeres - le parecen como si hubieran sido creados innecesariamente, es decir, que hubiera sido mejor si el Creador hubiera creado a todas las creaciones disfrutando de las cosas espirituales.

Así, esos pensamientos de declive, ¿qué gana uno del hecho de que después de cada ascenso, llega a un descenso? Como resultado, una persona siempre pregunta: “¿Cuántos son los ascensos y descensos y por qué se necesitan, de todas maneras? Sería mejor si pudiera quedarme en el estado de ascenso”.

Pero la respuesta es que es imposible apreciar nada sin conocer su importancia. En otras palabras, hay una regla que dice que la alegría que una persona obtiene de algo depende de la importancia del asunto. Algunas veces, a una persona se le da algo importante, y si lo pudiera apreciar, podría recibir gran placer de ello. Pero como no conoce su valor, esa persona no puede disfrutarlo, excepto en el grado en que entienda su importancia.

Por ejemplo, si una persona compra un objeto, un libro, que no es demasiado hermoso por fuera, y más tarde, ese libro se reimprime y cuesta más. Pero como no tenía mucho dinero, compró este libro. Y el vendedor tampoco era consciente de la importancia del libro y se lo vendió a un bajo precio. Pero algún tiempo después, un hombre llega a su casa, ve el libro, y dice: “Como el libro se imprimió hace 300 años, este libro vale una fortuna, ya que sólo hay tres de estos libros en el mundo”. Ahora que se entera del gran valor del libro, comienza a disfrutar el libro.

La alegoría es que no tenemos el conocimiento para apreciar el ascenso. Es decir, no tenemos el conocimiento para entender el valor de un sólo minuto de tener el poder de creer en el Creador y tener alguna sensación de la grandeza del Creador, que en un estado de ascenso tenemos el deseo de anularnos ante Él sin ton ni son, como una vela ante una antorcha. Naturalmente, no podemos disfrutar del hecho de que el Creador nos ha atraído y nos ha dado alguna cercanía, de la cual debemos obtener la alegría y júbilo que debe aportarnos. Sin embargo, como no tenemos la importancia para considerarlo, sólo podemos disfrutar de acuerdo a la importancia, como se explicó en la alegoría.

Por eso se nos dieron los descensos, para ser capaces de aprender la importancia de los ascensos, como está escrito: “Como la ventaja de la luz a la oscuridad”. Específicamente, a través de descensos, uno puede llegar a conocer y apreciar los ascensos, y entonces puede disfrutar los ascensos y llegar a sentir que “Ellos son nuestras vidas y la extensión de nuestros días”. Pero cuando uno no conoce la necesidad de la fe porque piensa que ocuparse en la Torá y observar las Mitzvot es suficiente para estar entre los sirvientes del Creador, no se le dan descensos desde arriba para así apreciar los ascensos.

Su trabajo está en el exterior. No tienen intención de entrar en los interiores. En otras palabras, su objetivo no es ser completamente anulados ante la Kedushá (santidad) −donde santo significa retirado y separado de sí mismo, como está escrito: “Serás santo porque yo soy santo”−, en cuyo momento solo existirá la autoridad del Creador porque el inferior desea anularse ante la raíz, y todo lo que ve es que es vale la pena vivir sólo para beneficiar al Creador.

Para que una persona esté en un estado en el que quiera vivir sólo para darle satisfacción al Creador, debe proveerse con una gran fe en la grandeza del Creador, para hacer que valga la pena anularse por el beneficio del Creador. Y la fe que ha adquirido durante su educación no es suficiente para él. Por la fe que ha adquirido durante la educación él puede ya observar la Torá y las Mitzvot en todos sus detalles y precisiones. Esto es porque no tiene que anularse ante el Creador. En cambio, pide al Creador que como está observando la Torá y las Mitzvot que el Creador nos mandó a través de Moisés, por ello, el Creador le conceda todos sus deseos.

Él cree en la recompensa y el castigo y, ciertamente, como nuestros sabios dijeron (Avot, Capítulo 2,21): “Si estudiaste mucha Torá, confía en que tu amo te pague la recompensa por tu trabajo”. En consecuencia, como la base que lo obliga a observar la Torá y las Mitzvot depende de la recompensa, no del que da la recompensa, no tiene que dedicarse a la grandeza de la fe del Creador, sino en la grandeza o pequeñez de la recompensa. Por tanto, no es una cuestión de ascensos y descensos, el creer en la grandeza e importancia del Creador. En cambio, la única cosa que viene a cuento ahí es que se dedique a la Torá y las Mitzvot o que se debilite en la observancia porque no siempre cree en la recompensa.

Esto provoca a aquellos que se dedican a la Torá y las Mitzvot para recibir recompensa −que algunas veces se encuentran entre personas que no creen en la recompensa y el castigo− y que pueden influir a una persona con sus pensamientos, lo que le provoca incluso alejarse completamente del Judaísmo. Entonces, no deben entrar en contacto con personas que son libres en sus puntos de vista, ya que ellos les traen pensamientos extraños acerca de la fe en la recompensa y el castigo. Pero globalmente, aquellos que se comprometen en Lo Lishmá no experimentan subidas y bajadas, es decir, que no hay necesidad de la presencia de los descensos.

Pero aquellos que desean trabajar, dada la importancia del Creador, que siempre necesitan superarse con fe en la importancia y grandeza del Creador, que lo único que los obliga a observar la Torá y las Mitzvot es la importancia del Creador para lograr Dvekut con el Creador, esas personas siempre deben asumir y valorar la grandeza del Creador. Siempre deben evaluar que si tienen alguna comprensión de la espiritualidad, es porque el Creador les está acercando a Él, mientras que ellos son completamente impotentes, a menos que vean que obtendrán de ello algún beneficio para sí mismos. De esto concluimos que el trabajo principal es anularse a sí mismo. Pero esto está en contra de la naturaleza; sólo pueden llegar a ello mediante Su salvación.

Así, durante el ascenso, una persona piensa que ya es algo natural, y que no necesita para nada la ayuda del Creador. Entonces, se hizo una corrección llamada “descensos”, de que a uno siempre se le muestra la medida de su fuerza −lo que puede hacer por sí mismo y cómo lo ve. Pero cuando es arrojado de su estado, donde pensaba que ya era un humano y no como las bestias que trabajan para sí mismas, de repente ni siquiera puede sentir que deseen echarlo hacia este estado de bajeza, con lo que después descubre que se encuentra en este estado de bajeza.

Y entonces, durante el declive, no ve que está comenzando a decaer. Es más, mientras desciende permanece inconsciente. Y tras estar abajo durante algún tiempo, también recibe ayuda de arriba y se le dice: “Debes saber que ahora estás en declive”. Y antes de que se le diga que es inconsciente, no sabe nada. Sin embargo, uno debe creer que esto también es así, ya que saberlo no le llega por sí mismo. En cambio, uno debe saber que esos descensos se le dieron para así aprender de ahí cómo poder preciar el estado de ascenso. Pero durante el declive, uno no puede enterarse de nada de eso.

Pero durante el descenso, puede hacer un juicio verdadero y decir: “Ahora estoy en un estado de fe, y este vino a mí por el Creador. De otra manera caería inmediatamente en un estado de amor propio”. Si no hace este cálculo y agradece al Creador por acercarle a Él, inmediatamente es arrojado. Resulta que es imposible obtener placer real de acercarse al Creador a menos que él pueda apreciarlo, como se dijo antes: “Como la ventaja de la luz a la oscuridad”.

De esto se deduce que para que las criaturas reciban deleite y placer, y lo sientan, todos esos descensos fueron necesarios. Se llaman “exilio”, y esto se llama “Divinidad en el exilio” o “Divinidad en el polvo”. Y sólo por esa razón uno tendrá los Kelim (vasijas) para sentir el deleite y el placer.

Con lo dicho anteriormente, podemos entender por qué específicamente en el momento de libertad, que es la noche de Pésaj, la plenitud completa, como dice el ARÍ, que Maljut tiene la misma Gadlut, ya que Maljut tiene Mojin de Haya, y así ocurre en la noche de Pésaj.

La respuesta es que precisamente durante el ascenso, cuando uno piensa en los descensos, tienen el poder de resaltar la importancia de los ascensos. De otra manera, esto es parecido a una persona a la que se le dio algo que vale una fortuna y esta lo usa y disfruta como si valiera unos cuantos céntimos.

Así pues, específicamente en el momento de libertad, es posible hacer preguntas. Esto es, no se trata de la pregunta, sino de que necesitamos las preguntas para entender las respuestas, como Baal HaSulam dijo sobre lo que está escrito: “Hablad ahora a los oídos de las personas y dejad que pregunte cada hombre sobre su prójimo”. Rashi interpreta que él les advirtió que ese justo dirá: “Y ellos les servirán, y ellos les afligirán”, y se hará realidad en ellos, y “Después emergerán con grandes posesiones” no se hará realidad en ellos. Y hay una pregunta: “Si el Creador deseó dar grandes posesiones al pueblo de Israel, ¿no podría el Creador habérselas dado? ¿Tuvo que decir al pueblo de Israel que fuera fraudulento y que tomara vasijas de plata y vasijas de oro de los Egipcios?”

La respuesta es que cuando el Creador dijo a Abraham: “Darte esta tierra a ti y heredarla”, Abraham preguntó: “¿Mediante qué sabré que la heredaré?” “Y él dijo a Abraham: ‘Sabe con seguridad que tu semilla será una extraña en una tierra que no es suya… y más tarde emergerán con grandes posesiones.’” Y preguntó: “¿Qué vemos en la respuesta del Creador a la pregunta de Abraham: ‘Mediante qué sabré’, que al estar en una tierra que no es de ellos, es decir, en el exilio, Abraham podía estar seguro de que heredarían la tierra?

Él dijo que como no hay luz sin un Kli (vasija), es decir, que no hay llenado sin una carencia, y Abraham dijo al Creador que él no vio que ellos necesitaran luces tan grandes, llamadas “la tierra de Israel”. Por esta razón, el Creador le dijo que al estar en el exilio y al pedir del Creador que lo libere del exilio, ¿cómo los liberará? Sólo con grandes luces, ya que “La luz en esta le reforma”. Así, entonces necesitarán las grandes luces.

Y explicó sobre ello que por eso el Creador dijo que tomarían prestadas Kelim (vasijas) de los Egipcios, es decir, asumir la dureza de los Egipcios como un préstamo para recibir las luces, y entonces devolverles los Kelim. En otras palabras, ellos asumieron la dureza para entender las respuestas. Es como se dijo arriba, que es imposible entender la luz si no es desde la oscuridad. Por eso todas las preguntas se hacen específicamente en el momento de la libertad.

1011. ¿Qué significa que las Velas de Januká estén colocadas sobre la izquierda, en el Trabajo?

Artículo Nº 11 1989/90

Nuestros sabios dijeron (Shabbat, p. 22): “Las velas de Januká están sobre la izquierda, por tanto, las velas de Januká estarán a la izquierda y la Mezuzá (un pergamino enrollado y dentro de un estuche, que tiene escrito un verso específico de la Torá) a la derecha”. Rashi interpreta: “La Mezuzá está a la derecha, como está escrito: ‘Beiteja (tu casa) –Derej Bi’atja (el camino por donde viniste), cuando una persona comienza a caminar, comienza a caminar con la pierna derecha’”.

En el libro Shaar Hakavanot (p. 326), dice: “Pero el asunto de Januká y Púrim es diferente, pues ambos están en Hod, aunque con referencia al rezo de la mañana, nosotros explicamos que Jacob está en Netzaj y Maljut está en Hod. De acuerdo con esto, un día corriente es más sagrado que Januká y Púrim, ya que ambos están en Hod.

Pero el asunto es que en ese momento, ella recibe sus iluminaciones por sí misma, no a través de su esposo; pues en un día corriente, Jacob absorbe su iluminación y la parte de la iluminación de ella de Netzaj y de Hod. Después, él le da a ella su iluminación y se extiende desde Hod a través de él. Pero ahora, en Januká y Púrim, ella absorbe la parte de sus iluminaciones de Hod por sí misma y no a través de su marido.

Debemos entender que esto, en el trabajo, significa que la Mezuzá está a la derecha y las velas de Januká a la izquierda. ¿Qué nos viene a enseñar esto? También debemos entender que, según lo que está escrito en Shaar HaKavanot, Januká y Púrim son, ambos, un discernimiento; como está escrito, que ambos, es decir, Januká y Púrim, son un solo discernimiento que se extiende desde Hod.

¿Por qué los dos absorben desde la misma raíz si en Púrim hay felicidad, una fiesta, y uno debe comer la cena de Púrim; mientras que en Januká nuestros sabios dijeron: “Estas velas son sagradas, no tenemos permiso para usarlas”? En el trabajo, aprendemos que una persona contiene a todo el mundo. Significa que Israel y las setenta naciones están en una persona. En otras palabras, una persona contiene todas las malas cualidades que existen en las setenta naciones. Es sabido que las setenta naciones se extienden desde lo opuesto de las siete cualidades de la Kedushá (santidad), como en “Dios las ha hecho la una opuesta a la otra”, y cada cualidad consta de diez.

Este es el significado de las setenta naciones, es decir, que cuando las setenta naciones gobiernan al Israel en una persona, esto se considera como que el pueblo de Israel está en exilio bajo el gobierno de las naciones. Significa que los deseos y ansias controlan al Israel en él, y la parte de Israel no puede trabajar para beneficio del Creador, sino sólo por su propio beneficio.

Con el razonamiento de uno es completamente imposible entender cómo, alguna vez, será posible librarse del dominio de las naciones del mundo en el interior de él. Esto se debe a que el esfuerzo que tanto ha hecho para salir de su dominio, fue inútil. Y, por el contrario, cada vez uno podría ver más claramente que es imposible salir de su exilio. Por esto siembre debemos recordar la salida de Egipto, como está escrito: “que debes recordar el día en que  saliste de la tierra de Egipto”, es decir, creer en lo que está escrito: “Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto… para ser un Dios para ti”.

Significa que como el Creador sacó al pueblo de Israel de Egipto, y fueron recompensados con: “Para ser un Dios para ti”, Él también puede liberarnos del dominio de las setenta naciones, para ser recompensados con “Para ser un Dios para ti”.

Uno no debe decir que él es peor que la gente que estaba en Egipto. Que el Creador sólo tuvo el poder de liberarles de su gobierno. Pero cuando una persona ve su propia bajeza, se desespera y dice que debe ser peor que aquellos que estaban en Egipto.

Aquí debemos creer las palabras del ARÍ, quien dice que el pueblo de Israel, antes de la salida de Egipto, ya estaba en cuarenta y nueve puertas de impureza, hasta que el Creador se les apareció y los redimió. De esto se deduce que aun cuando uno ve que está en completa bajeza, no debe escapar de la campaña, y debe creer que el Creador lo liberará del exilio de estar entre las naciones del mundo.

Así, podemos ver que toda la base está fundamentada totalmente sobre la fe, que sólo por la fe es posible salir del exilio. No debemos hacer caso de nuestra razón, aunque una persona es juzgada según su razón. Pero cuando la persona tiene intelecto para ver su verdadero estado, esto le da la posibilidad de ir por encima de la razón. En otras palabras, uno no debe ir por encima de su razón sin la ayuda del Creador. Pero si ve que con su razón no puede seguir adelante, entonces necesita Su ayuda.

Y lo principal que se requiere de una persona es alcanzar su propia plenitud, es decir, ser recompensado con NaRaNJaY de (de) Neshamá. Y esto viene, específicamente, por necesitar al Creador. Nuestros sabios dijeron sobre esto: “Uno que viene a purificarse, es ayudado”. Y El Zóhar dice: “¿Cómo es ayudado? Con un alma sagrada. Cuando uno nace, se le da un alma del lado de una bestia pura. Si es recompensado más aún, se le da Ruaj”, etc.

Por eso es algo grande el que la persona necesite que el Creador le ayude, pues la salvación de uno está en que se le otorguen grandes poderes desde lo alto. Y al recibir nuevos poderes cada vez, es decir, una nueva alma, al final recibirá toda la NaRaNJaY que pertenece a la raíz de su alma. De esto se deduce que un milagro implica algo que la persona no puede obtener. Es decir, es imposible para uno el obtenerlo, a menos que sea a través de un milagro desde lo alto. Sólo de esa manera se llama “un milagro”.

Por esta razón, cuando una persona llega a un estado donde ya tiene el reconocimiento del mal, que le es imposible salir del dominio de las naciones del mundo en él, que Israel en él está en exilio bajo las naciones, y no ve el camino por el que poder salir de su poder, cuando el Creador lo ayuda, y les saca de las naciones del mundo, y todo se da la vuelta de modo que es el pueblo de Israel quien los gobierna, esto es llamado “un milagro”.

Esto se considera como que es como fue en la tierra de Egipto, que el Creador los liberó de la tierra de Egipto, es decir, que el Creador los sacó de la opresión de las aflicciones de Egipto. Uno debe creer que tal como este milagro sucedió en la salida de Egipto, cada persona que esté caminando en el trabajo del Creador, debe creer que el Creador lo liberará; pues es verdaderamente un milagro el que uno salga del gobierno del amor propio, y se preocupe solamente de aquello que pertenece al beneficio del Creador.

Y cuando una persona llega a eso, se considera que esta persona ha alcanzado Lishmá (en beneficio de Él). Significa que él ya ha sido recompensado con fe en el Creador, y que tiene el poder para trabajar en favor del Creador, y esto se denomina “Lishmá”. También se llama “derecha” cuando uno se compromete en el camino del otorgamiento al Creador, es decir, que todo lo que hace es para beneficiar al Creador. Esto es, él desea hacer Jésed (gracia/misericordia) al Creador, es decir, satisfacer al Creador.

Sin embargo, deberíamos saber que una persona que quiera hacer todo por el Creador, es solo la corrección de la creación. No es el propósito de la creación. El propósito de la creación es que el hombre reciba deleite y placer en las vasijas de recepción. Sin embargo, debe existir una corrección en las vasijas de recepción, lo que se llama “con el fin de otorgar”.

La abundancia del propósito de la creación se llama Jojmá (sabiduría), que es la luz de vida, como en “La Sabiduría le dará la vida a aquel que la tiene”. Además, la Luz de Jojmá es llamada “izquierda”, pues todo lo que requiere corrección se llama “izquierda”, como en “la mano débil, cuya fuerza se ha debilitado como la de una hembra” Esto se llama “izquierda”.

Y, ¿cuál es la corrección que debe hacerse en la Luz de Jojmá? Es la derecha, que se llama Jasadim. En otras palabras, una vez que él ya ha sido recompensado con el propósito de la creación, que es el deleite y el placer llamado Jojmá, la Luz de Jasadim debe atraerse una vez más –la abundancia que llega a las vasijas de otorgamiento–, ya que dijimos que se nos dio el trabajo en la Torá y las Mitzvot en la forma de: “Haremos y escucharemos”. Significa que al hacer y cumplir la Torá y las Mitzvot en acción, también seremos recompensados con el estado de ‘escucharemos’.

En otras palabras, uno debe cumplir la Torá y las Mitzvot, incluso mediante coacción. No hay necesidad de esperar el momento en que tenga el deseo de cumplir la Torá y las Mitzvot, para luego cumplirla. Por el contrario, uno debe sobreponerse y cumplirla sólo en la acción, puesto que la acción traerá más tarde el ‘escuchar’, lo que significa que después la persona oirá hablar de la importancia de la Torá y las Mitzvot. En otras palabras, será recompensado con el deleite y el placer que se encuentra en la Torá y las Mitzvot. Este es el significado de lo dicho por Israel: “Haremos y escucharemos.” Así, en la derecha, lo que se llama involucrarse en Jésed, en las vasijas de otorgamiento; se trata de un “cumplir” en el que uno puede hacer todo por el beneficio del Creador y no en su propio beneficio.

De esto se deduce que, según la regla “Haremos y escucharemos”, el acto afecta al objetivo. Esto significa, necesariamente, que cuando uno recibe Jojmá desde lo alto, el acto debe ser hecho, de tal forma, que el objetivo será como el acto. De esto resulta que el acto de recepción afecta a la intención, lo que lo convierte, también, en “con el fin de recibir”. Por tanto, incluso durante el acto, cuando él atrae la Luz de Jojmá con el fin de otorgar, por la regla “Haremos y escucharemos”, todavía debe recibir abundancia del acto.

Por ello, es necesario tener cuidado para extender las vestimentas, es decir, para vestir la luz de Jojmá, donde haya ‘Haremos’. ‘Haremos’ es el acto de otorgamiento, y también seremos recompensados con la intención de estar con el fin otorgar. Y también “Escucharemos” que el objetivo también será el de otorgar, al igual que el acto. Esto conservará la vasija de recepción, la cual recibe la Luz de Jojmá, para que pueda mantener la intención de otorgar sobre la de recibir el deleite y placer, y por ello estar en la forma de recibir con el fin de otorgar.

Con lo antes dicho, deberíamos interpretar el significado de la Mezuzá, la cual debe estar a la derecha. Como la Mezuzá está manteniendo y guardando a una persona, hay un indicio de que la Mezuzá está a la derecha. En otras palabras, guardar pertenece a la derecha, que se considera Jésed, y los Kelim de Jésed son considerados la derecha, es decir, que no requieren corrección. Pero Jojmá es considerado izquierda porque Jojmá viene en vasijas de recepción y las vasijas de recepción requieren ser guardadas.

Por eso Rashi interpreta: “Beiteja (tu casa) – Derej Bi’atja (el camino por donde viniste)”, es decir, que una persona comienza a caminar sobre la derecha. Esto debe ser interpretado como que al principio de la llegada de la persona al sagrado trabajo es con la derecha, es decir, que las vasijas de otorgamiento serán con el fin de otorgar. Más tarde, uno comienza a caminar en la izquierda, es decir, que corrige las vasijas de recepción para que sean con el objetivo de otorgar.

Por eso está escrito que cuando uno comienza a caminar en la corporalidad, comienza con la pierna derecha. Y esto apunta a la forma espiritual, es decir, que al principio de la llegada de uno al trabajo del Creador, debería comenzar con la derecha, es decir, en integridad. En otras palabras, por todo lo que hace en el trabajo, debe dar gracias al Creador de haberle dado algún pensamiento y deseo de trabajar en el trabajo sagrado, de que, a pesar de todo, tiene alguna adhesión en la parte práctica de la Torá y las Mitzvot.

En ese momento, no debe pensar aún en el objetivo, pues también existen dos maneras de discernimiento en la intención:

1.    La intención, es decir, quién es el que obliga al compromiso con la Torá y las Mitzvot. El entorno en el que se encuentra, pues todos los amigos están comprometidos con la Torá y las Mitzvot, y todos rezan, y observan las lecciones de Torá en el seminario, etc., ¿o está él cumpliendo la Torá y las Mitzvot solo porque el Creador nos ordenó cumplir la Torá y las Mitzvot, y él cree en todo lo que dijeron los sabios y, en base a eso, observa la Torá y las Mitzvot?

2.    La intención por la recompensa que ha de recibir por observar la Torá y las Mitzvot. Algunos esperan recibir recompensa por su trabajo, como está escrito en El Zóhar, que existen tres razones para comprometerse en la Torá y las Mitzvot: a) para ser recompensado en este mundo, b) para ser recompensado en el mundo por venir, c) para no ser recompensado, sino sólo por la grandeza del Creador, pues Él es grande y gobernante.

Así, el comienzo del trabajo de uno en la Torá y las Mitzvot es con el fin de ser recompensado. Y en eso, también decimos que existen dos discernimientos que hacer:

1) Algunas veces la persona aún no es fuerte en su fe, en ser capaz de trabajar para el Creador, así que Él le recompensará, ya que de forma subconsciente carece de la fe para hacerse capaz de hacer buenos actos. Sin embargo, trabaja por sus amigos, ya que no desea ser despreciado por ellos. No es el Creador quien lo hace hacer buenos actos, sino la vergüenza ante sus amigos sí lo hace.

Uno debe pensar que la bajeza más grande es que los amigos le obliguen y no el Creador. Sin embargo, esto tampoco debería ser menospreciado. Por tales actos, también una persona debe estar agradecida al Creador −pues el Creador dio a los amigos el poder de hacerle actuar a como ellos desean. Esto se considera que el Creador está observándolo en ocultación. En otras palabras, el Creador se esconde en las vestimentas de los amigos, quienes lo obligan a hacer buenas acciones.

Aquí deberíamos interpretar lo dicho por nuestros sabios (Avot, capítulo 3,20): “Y ellos recogen de una persona de manera consciente e inconsciente”. “Conscientemente” significa que una persona, de manera consciente, desea cumplir la Torá y las Mitzvot. En otras palabras, dice que el hecho de que haga buenos actos, es porque eso va de acuerdo al punto de vista del Creador. En otras palabras, el Creador es quien le obliga. “Y ellos recogen de él de manera inconsciente” significa que una persona hace buenos actos sin saber que está cumpliendo la Torá y las Mitzvot del Creador, ya que piensa que está cumpliendo la Torá y las Mitzvot del Creador de los amigos, es decir, que son los amigos quienes le hacen comprometerse

Esto es considerado que sin el conocimiento de uno, está cumpliendo la voluntad del Creador, aunque piensa que está cumpliendo la voluntad de los amigos. Y si él así lo cree –que inconscientemente está haciendo la voluntad del Creador– es decir, que si él sabe que no puede realizarla porque piensa que está cumpliendo sólo la voluntad de los amigos, esto se llama “ocultación del rostro”. En otras palabras, el Creador se oculta a Sí mismo en la vestimenta de los amigos, y de esta forma, él hace la voluntad del Creador.

2) Si él da las gracias al Creador por ayudarle a través de la ocultación –es decir, que ahora tiene la elección de decir que está trabajando a causa de los amigos y no tiene contacto con el Creador, o que cree que el Creador se escondió a Sí mismo en la vestimenta de los amigos, y mediante ello cumple la Torá y las Mitzvot, si elige y dice que sólo el Creador lo ayudó a ser capaz de hacer buenos actos al vestirse Él en una vestimenta de amigos, y da las gracias al Creador por eso– esto le aporta un gran ascenso: ser recompensado con la revelación del rostro del Creador. En otras palabras, el Creador le da un pensamiento y un deseo de hacer la voluntad del Creador, pues ahora tiene alguna iluminación desde lo alto para ir por encima de la razón. Por eso el Creador le ayudó, para que a través del Ajoraím (posterior), más tarde sea recompensado con el Panim (anterior/rostro) del Creador. Significa que ha sido recompensado con ser recogido inconscientemente.

Por tanto, resulta que la Mezuzá es cumplir, lo cual es la derecha, llamada Jasadim (misericordia), en el momento en el que uno está en un estado de otorgamiento con el fin de otorgar. Esto se considera la “corrección de la creación”. Pero Januká y Púrim, dice el ARÍ, son considerados Hod, lo cual es la izquierda. Esto implica al propósito de la creación, que requiere de la corrección para ser capaz de recibir deleite y placer de una manera corregida, implicada en la abundancia llamada Jojmá. Por eso Januká está a la izquierda, para indicar a la luz de Jojmá.

Sin embargo, en Januká hubo el estado de Hanu Koh (estacionado hasta ahora) que significa, como Baal HaSulam explicó, que allí hubo solo una pausa, y no el final de la guerra. En otras palabras, la luz del sol, llamada “izquierda”, estaba brillando, pero carecían de la vestimenta para conservar la Jojmá que viene en vasijas de la recepción, puesto que hay una adherencia al Sitra Achra en las vasijas de recepción y allí había luz de Jasadim, llamada “derecha”.

Por eso Por eso el milagro se hizo sólo sobre la espiritualidad. Significa que la Luz del propósito de la creación estaba brillando, pero no la pudieron usar por falta de vestimenta de Jasadim, ya que está prohibido usarla. Este discernimiento es llamado “espiritualidad”, cuando aún no se ha materializado y entonces puede ser usada. Por eso está escrito que está prohibido usar las velas de Januká sino sólo verlas, por falta de las vestimentas.

Pero en Púrim, tenían la vestimenta llamada Jasadim, como está escrito (Talmud Eser Sefirot, al final de la parte 15): “En consecuencia, como la materia ya ha sido materializada, es decir, que podían usar la Luz de Jojmá con el fin de otorgar, en Púrim hay una fiesta y alegría”

 

1048. ¿Qué significa que la Torá se llame “La Línea Media”, en el trabajo?

Artículo Nº 19, 1989/90

Está escrito en El Zóhar (Yitro, 76; Comentario Sulam, Punto 293): “El Tanna Rabí Yehuda dice: ‘La Torá fue entregada en el lado de Gevurá’. Rabí Yosi dice: ‘Entonces, la Torá está en la izquierda’. Él le dijo: ‘Ella regresó a la derecha, como está escrito: ‘En su mano derecha, una ley de fuego sobre ellos’. Y está escrito: ‘Tu mano derecha, Oh Señor, gloriosa en poder”. Así, encontramos que la izquierda está incluida en la derecha, como está escrito: ‘Sobre su mano derecha’, y la derecha en la izquierda, como está escrito: ‘Tu mano derecha, Oh Señor, gloriosa en poder’. Así pues, Gevurá, que es la izquierda, está incluida en la derecha”. Resulta que la Torá es la línea media, es decir, que incluye ambas líneas −derecha e izquierda.

También está escrito (Comentario Sulam, p. 62, Punto 235): “En el tercer mes, en este mes, Uriel gobierna, ya que Nissan, Iyar, Sivan corresponde a HGT −Miguel gobierna Jésed, Gabriel en Gevurá, y Uriel en Tifferet. Y este es el significado de “Un hombre completo”, quien es llamado Jacob, quien es Tifferet. Además, “Perfecto” se deriva de la palabra “perfección”.

Y está escrito (Punto 242): “Y fue entregado en el tercer mes, a la tercera persona, que estaba incluida en tres grados, es decir, los tres patriarcas, la triple Torá, que es la Torá (Pentateuco), Profetas, y los escritos y todo es uno”. Así, la Torá es considerada la línea media.

También está escrito (Comentario Sulam, p. 76, Punto 296): “‘Y el pueblo entero vio las voces’. Pregunta, la escritura dice ‘Vio’, pero debió haber dicho ‘Escuchó’. Él responde: ‘Así aprendimos. Esas voces fueron grabadas en la oscuridad, en la nube, y en la bruma, y aparecen en ellos como aparece el cuerpo’”.

Debemos entender qué significa para nosotros en el trabajo que la Torá consiste en derecha e izquierda. Además, ¿qué significa que la Torá fue entregada al tercero, que es Jacob, un hombre perfecto, quien es llamado “Perfección”? Además, ¿qué significa que fueron grabadas en la oscuridad, la nube, y la bruma, lo cual es el cuerpo, donde las voces están grabadas?

Se sabe que en el orden del trabajo, primero uno debe tomar sobre sí mismo la carga del reino de los cielos, y luego debe estudiar la Torá. Esto es así porque si no tiene el reino de los cielos, debemos preguntar: “¿De quién es la Torá que él está estudiando?” porque primero, uno debe creer en el otorgador de la Torá, y entonces puede observar la Torá. Así, el reino de los cielos es llamado Asiyá (acción), que él asume para ir por encima de la razón.

En otras palabras, aunque la razón de uno puede venirle con muchas preguntas, él las responde: “Tú me estás haciendo preguntas desde la razón, y yo estoy yendo por encima de la razón, desde un lugar donde la razón no puede llegar, alcanzar, o entender, lo que se llama ‘fe’. Así, no hay lugar para todas las preguntas que me estás haciendo”.

Esto se llama “derecha”, que él cree que el Creador vigila el mundo con benevolencia. Y aunque cuando mira el mundo tiene muchas preguntas, él va por encima de la razón y dice: “Ellos tienen ojos y no ven”. En cambio, él da las gracias y alaba al Rey por dar a todos solo el bien. Esto se llama “derecha”, Jésed, es decir, que la guía del mundo está en Jésed (gracia/misericordia). Es decir, el Creador conduce al mundo sólo con Jasadim. Y él dice acerca de ello: “Yo Te bendeciré cada día”.

Sin embargo, si hay una Yetzer (inclinación) al mal en una persona, Baal HaSulam lo interpretó como que venía de la palabra Tziur (atraer). En otras palabras, muestra a una persona malas imágenes de la guía del Creador, de cómo el Creador se está comportando con el mundo. También proporciona una imagen de inferioridad del trabajo en general, lo que se llama “Divinidad en el polvo”. Así, ¿cómo puede uno superarlo y caminar sobre la derecha, llamada “perfección”, y ser capaz de decir: “Sólo bondad y misericordia me seguirán todos los días de mi vida”?

Nuestros sabios dijeron acerca de eso: “El Creador dijo: ‘Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá’”. De esto se deduce que la Torá de la cual ahora se ocupa es para que sea una especia, es decir, que a través de la Torá, será capaz de superar el mal y caminar por el camino de Jésed, llamado “derecha”. A ese respecto, puede decirse que la Torá fue entregada en la derecha, llamada como la acción. En otras palabras, califica a una persona para caminar en el camino correcto. Esto se denomina “el primer discernimiento de la Torá”, donde la derecha se llama “perfección”, cuando no siente ninguna carencia en absoluto.

El “segundo discernimiento” en la Torá es la izquierda, llamada Jojmá (sabiduría). Este se considera la sabiduría de la Torá. En otras palabras, una vez que ya tiene la derecha, la cual es Jésed, es decir, fe por encima de la razón, y él cree en el Creador −que el Creador dirige al mundo en benevolencia− es recompensado con el otorgante de la Torá, llamado “la sabiduría de la Torá”, como está escrito: “La Torá emerge de la sabiduría”.

En otras palabras, una vez que él cree que hay un otorgador de la Torá, este es el momento de ser recompensado con la Torá. Se sabe que la Torá sale de Jojmá, y este discernimiento puede ser llamado “izquierda”, es decir, que viene después de que una persona ha sido recompensada con la derecha, que es la fe por encima de la razón, lo que se llama “Jasadim cubierto”.

Sin embargo, al hablar de un momento en donde hay ya una Jojmá revelada, llamado “izquierda”, hay otra cuestión, llamada “línea media”, que significa que Jojmá debe ser vestida en Jasadim. Antes de eso, hay una gran distancia entre Jasadim, que son llamados “derecha”, y Jojmá, considerada como “izquierda”.

Es como nuestros sabios dijeron: “Uno que estudia Torá Lishmá (en beneficio de Él)”, significa que está estudiando la Torá con el objetivo de ser recompensado con Lishmá a través de la Torá, que su intención en la Torá que está estudiando es lograr el grado de Jésed, es decir, tener el poder de hacer todo con el fin de otorgar, lo cual es llamado Jésed. Es como nuestros sabios dijeron: “¿Quién es un Jasid (pío/seguidor)? Aquel que dice: ‘Lo que es mío es tuyo y lo que es tuyo es tuyo’, quien no quiere nada para sí mismo”. Más adelante, cuando es recompensado con Jésed a través de la Torá, “Se le muestran los secretos de la Torá” (Avot, capítulo 6,1).

Esto ya se llama “izquierda”. En ese momento, esta izquierda debe ser incorporada en la derecha. Significa que la luz de Jojmá, que es la izquierda, está vestida en Jasadim, que es derecha, y esto se llama Torá, la línea media, entre la derecha y la izquierda. Por eso se considera que la Torá consta de Jésed y Gevurá.

Se deduce que el primer estado es cuando él quiere alcanzar el grado de Lishmá, es decir, con el fin de otorgar. Esto se considera que una persona está en el exilio, gobernada por la inclinación al mal. En ese momento necesita la Torá. Esto se denomina “estudiar la Torá para lograr Lishmá”, es decir, que él cree en lo que nuestros sabios dijeron: “Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá”. Se llama “Torá en la forma de la derecha”, es decir, Jésed, con el fin de otorgar.

Y cuando ya ha alcanzado el grado de Lishmá, llega un segundo estado y él es recompensado con la revelación de los secretos de la Torá. Así, después de haber sido recompensado con el otorgante, es decir, que hay un otorgante en el mundo, llega un estado donde el otorgante entrega la Torá a la persona.

Pero hay más. Él necesita un tercer estado, llamado “Jojmá teniendo que ser incluido en la derecha”, que es llamado Jasadim. Esto es así porque la Torá emerge de Jojmá, lo cual significa que la Torá emerge de Jojmá y debe vestirse en la luz de Jasadim. Además, Jasadim son llamadas “acción”, y la Torá es llamada “Jojmá”. La Torá de uno no debe ser más que las acciones de uno. Nuestros sabios dijeron acerca de ello (Avot, Capítulo 3,12): “Cualquiera cuya Jojmá (sabiduría/conocimiento) es mayor que sus acciones, su Jojmá no persiste”. Además se concluye que la Torá, que es llamada Jojmá, brilla en la línea media. Esto se considera que la Torá consta de Jésed y Gevurá, que ella contiene a ambas.

Hay dos discernimientos que hacer con respecto a uno que está estudiando Torá Lishmá:

1) Él ve que no tiene conexión para hacer cosas por el bien del Creador. En cambio, ve que está bajo el gobierno de la inclinación al mal, que afirma: “Ella es toda mía”. No le deja hacer nada con el fin de otorgar. Por el contario, sólo puede trabajar donde ve que habrá satisfacción de uno mismo. Pero si no ve ningún beneficio para su voluntad de recibir, no tiene energía para trabajar. Expresado de manera diferente, su medida depende de lo que su voluntad de recibir ganará.

Y cuando una persona intenta salir de su dominio, como está escrito en el ensayo “¿Qué significa que hablar del Shabat no será como hablar de un día corriente, en el trabajo?” (Beshalaj, Artículo Nº 18, 1989/90): “En el grado en el que uno intenta salir de su esclavitud y exilio, ve que está situado en la oscuridad, en la nube, y en la bruma”.

En ese estado, ve lo opuesto de lo que nuestros sabios dijeron: “Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá”. En otras palabras, el mal en él se ha hecho demasiado fuerte; es decir, él nunca soñó que si comenzaba a trabajar, a esforzarse, y a hacer buenas obras con el objetivo de lograr Lishmá, ahora vería lo opuesto; nunca pensó que iba a caer en tal estado de bajeza.

Realmente, esto le llegó desde el discernimiento: “Porque he endurecido su corazón”. Y aunque la razón de que ahora esté en ese estado de bajeza viene desde arriba, en la sensación del inferior, quien se siente en la oscuridad, que nada brilla para él, está probando el sabor del exilio, incluso cuando este proviene de arriba.

Con lo dicho antes, podemos interpretar lo que preguntamos: “¿Qué significa lo que El Zóhar dice: “Esas voces fueron grabadas en la oscuridad, en la nube, y en la bruma, y aparecen en ellos”. Debemos interpretar que “Esas voces” son la voz de la Torá, que viene para dar fuerza de manera que uno pueda actuar con el fin de otorgar. Esto se llama “el segundo discernimiento de Lishmá”, es decir, “oscuridad, nublado, y con bruma”, que es la necesidad y el Kli (vasija) para obtener la voz de la Torá.

De arriba llegan dos discernimientos, lo que se llama Lishmá: 1) el Kli (vasija), es decir, la oscuridad. Esta es la necesidad −cuando ya no puede tolerar la oscuridad. 2) La luz, es decir, el poder. Esta es la voz, la voz de la Torá, que le da la fortaleza para tener como objetivo obtener el don de otorgar, la luz que lo reforma. Esto es “Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá”. En otras palabras, la voz de la Torá “condimenta” la inclinación al mal con la habilidad de querer Lishmá.

Por eso está escrito: “Esas voces fueron grabadas en la oscuridad, en la nube, y en la bruma, y aparecen en ellas como aparecen en un cuerpo”. Significa que si ellos previamente tenían Kelim, que son denominados “oscuridad” y “un lugar de carencia”, entonces la voz de la Torá puede entrar en la oscuridad e iluminarla.

Pero cuando no hay ningún lugar oscuro, es decir, cuando aún no siente la carencia de no ser capaz de hacer nada con el fin de otorgar, no puede decirse que la luz viene e ilumina, ya que la luz no tiene dónde entrar. Esto pertenece al discernimiento de la derecha, es decir, a Jésed. Es decir, él ya ha obtenido las vasijas de otorgamiento, y Jésed se llama “otorgamiento”, cuando actúa con misericordia hacia otros. En cuanto a eso, él ya ha completado los Kelim.

Más adelante comienza el tercer discernimiento, cuando él es recompensado con los secretos de la Torá, llamado “izquierda”. Como esta luz viene en vasijas de recepción, debe ser ciertamente con el fin de otorgar. Pero aun cuando ya ha sido recompensado con ser un receptor con el fin de otorgar, todavía se considera izquierda, ya que aquí falta la corrección de vestir Jojmá en Jasadim. De otra manera, sería: “Su Jojmá es más grande que sus acciones”.

Aquí comienza el asunto de la línea media, donde Jojmá está vestida en Jasadim. Es decir, la izquierda, llamada “vasijas de recepción que reciben Jojmá”, serán vestidas en Jasadim. Este es el significado de lo que está escrito: “La Torá viene de la derecha, que es Jésed, y viene a la izquierda, que es Gevurá. Esto se llama ‘revelación de Jojmá’”.

Sin embargo, la derecha debe estar mezclada con la izquierda, y la izquierda con la derecha. Esto se considera que la Torá se llama “media”, es decir, que consiste en Jojmá y acciones, como dijimos que su Jojmá no debe ser más que sus obras. 

Baal HaSulam explicó el verso: “Y todo el pueblo vio las voces”. Se sabe que “voz” significa Jésed, que se deriva de “escuchar”, que se llama Biná. “Ver” es llamado Jojmá, como está escrito: “Los ojos de la congregación son los sabios de la congregación”. Además, la Jojmá que brilla en las vasijas de recepción precisa de cuidados para no recibirlas con el fin de recibir. Entonces, la vestimenta de Jasadim debe ser extendida hacia esta, llamada “voz” y “escuchar”.

Por lo tanto, las palabras: “Y el pueblo entero vio las voces” significa que vieron que recibieron la luz de Jojmá cuando está vestida en una voz, en Jésed. Por eso está escrito que vieron la Jojmá cuando estaba vestida en voces, es decir, en Jasadim. Esto se llama “línea media”, incluyendo Jojmá y Jasadim.

Con lo dicho antes entenderemos lo que preguntamos: “¿Qué significa lo que dice sobre que la Torá fue entregada al tercero, que es Tifferet, que es el significado de ‘Un hombre perfecto’?”, Jacob, que es Tifferet, y perfecto significa perfección. Preguntamos: “¿Qué es perfección, que Jacob se llame ‘Un hombre perfecto’?”

La respuesta es que la Torá es la línea media, y Jacob es la línea media, incluyendo derecha e izquierda; así pues, hay perfección. En otras palabras, hay una mezcla de Jojmá y Jasadim. En el trabajo, significa que una persona debe constar de ambas acciones −llamadas Jasadim− y de Jojmá, ya que está prohibido para su Jojmá ser más grande que sus obras.

Sin embargo, uno debe creer que “no existe nadie más aparte de Él”, que el Creador lo hace todo. En otras palabras, como dijo Baal HaSulam, ante cada acto, uno debe decir que al hombre se le dio sólo la elección, ya que: “Si no estoy para mí, ¿quién está para mí?” Así pues, todo depende de la propia elección. Sin embargo, después del acto, uno debe decir que todo es Providencia privada, y que uno no hace nada por sí mismo.

Acerca de eso debemos interpretar, como escribe el ARÍ (Talmud Eser Sefirot, Parte 13, p. 1367, punto 152): “Existe el asunto de Se’arot (cabellos), que cubren la luz, de manera que no disfruten de la luz mientras sean indignos, ya que pueden mancillarse”. El asunto es que debemos creer que el Creador nos dio un deseo y anhelo por hacer buenas obras. Y mientras uno sea indigno, no debe sentir que el Creador lo obliga a hacer buenas obras. Por esta razón, el Creador se oculta en vestimentas, y esta vestimenta se llama Lo Lishmá (no en beneficio de Él). En otras palabras, a veces el Creador se oculta en una vestimenta de amigos.

Por ejemplo, hay una situación donde una persona no quiere levantarse y estudiar antes del alba. Así que el Creador se oculta en una vestimenta de amigos y sale de la cama, incluso si está cansado, ya que un pensamiento vino a su mente sobre que no es agradable para los amigos que ellos vayan a estudiar y él no. Esto es porque entonces todos verán su bajeza. Entonces, se levanta y va al seminario y estudia. Se concluye que no tiene la energía para salir de la cama por el mandamiento del Creador, así que el Creador no lo fuerza a ir al seminario, ya que si esta fuera la razón, estaría acostado en la cama. Pero los amigos sí lo obligan.

Y semejante a este ejemplo son todo el resto de cosas de cuando una persona actúa en Lo Lishmá, aun cuando hay muchos grados en Lo Lishmá. Pero hablaremos de este ejemplo. Aquí debemos ver a una persona que está yendo a estudiar y a observar las Mitzvot (mandamientos) no porque el Creador el compromete. En otras palabras, si fuera por el mandamiento del Creador, no tendría la fuerza para superar al cuerpo y obligarlo a hacer buenas obras. Sin embargo, a causa de las personas, él sí tiene la fuerza para hacer buenas obras. Así pues, vemos qué importancia puede haber para Lo Lishmá.

Y aun así, uno debe creer lo que se dijo arriba, que “no existe nadie más aparte de Él”, es decir, que es el Creador quien le obliga a hacer buenas obras, pero como él aún es indigno de saber que es el Creador el que le compromete, el Creador se viste a Sí mismo en ropas de carne y hueso. A través de ellas, el Creador lleva a cabo esas acciones. Así, el Creador actúa en la forma de Ajoraím (posterior).

En otras palabras, la persona ve los rostros de la gente pero debe creer que detrás de los rostros está el Creador, quien lleva a cabo esas acciones. En otras palabras, detrás del hombre está el Creador y lo obliga a hacer las obras que el Creador quiere. De esto se deduce que el Creador lo hace todo, pero la persona considera lo que ve, y no lo que debe creer. Por esta razón, una persona dice que está haciendo las obras en Lo Lishmá, como en el ejemplo de los amigos que lo comprometen.

Además, no tienen por qué ser los amigos. Es más, cualquiera tiene una apariencia externa propia, adecuada a esa persona. En consecuencia, después del hecho, por ejemplo, cuando uno viene al seminario, que fue porque los amigos lo comprometieron a venir, dice: “El Creador fue la razón por la que fue a estudiar, pero el Creador sólo vistió una vestimenta de amigos”. Así pues, ahora él le da las gracias al Creador por ser la razón.

De esto se deduce que una persona hizo la obra en Lo Lishmá, cuando el Creador no era la razón que lo obligaba a llevar a cabo la Mitzvá (mandamiento), sino que actuó porque, por ejemplo, los amigos se lo ordenaron y tuvo que obedecer. Uno debe creer que hizo esto porque el Creador le ordenó observar la Mitzvá y tuvo que cumplir lo que el Creador le ordenó hacer. Sin embargo, el Creador se ocultó en una vestimenta de Lo Lishmá, como la de los amigos, de manera que a través de esta vestimenta pensara que debe obedecer la voz de Lo Lishmá.

Pero en verdad, uno debe creer que todo fue obra del Creador. Así, tras llevar a cabo la Mitzvá, él debe decir que fue el Creador el que actuó detrás de una vestimenta de Lo Lishmá. Se concluye que entonces uno debe dar gracias al Creador por darle el deseo de observar sus mandamientos a través de esta vestimenta.

Con lo antes dicho podemos entender la gran importancia de Lo Lishmá. Es decir, no es como uno piensa −que él lo hace todo por Lo Lishmá. En cambio, él lo está haciendo todo porque el Creador se lo ordenó, excepto en que aún no fue recompensado con la sensación de que el Creador es, en realidad, el que lo ordena. Por esta razón, una persona piensa que Lo Lishmá es la que ordena, y entonces el acto no es tan importante a sus ojos.

Sin embargo, si él cree que “no existe nadie más aparte de Él”, como se escribió en artículos previos de esta porción, entonces, en realidad, está observando los mandamientos del Creador y debe apreciar sus acciones en Lo Lishmá. Y lo que una persona imagina, que sólo está observando un acto en Lo Lishmá, es sólo porque aún no ha sido recompensado con la sensación de que está cumpliendo el mandamiento del Rey y que está sirviendo al Rey.

Entonces, si él cree que Lo Lishmá es en realidad el Creador comprometiéndolo a dedicarse a la Torá y las Mitzvot, entonces puede dar muchas gracias al Creador por vestirse en un ropaje de Lo Lishmá. Y a partir de ahí, uno puede llegar a apreciar la importancia de la Torá y las Mitzvot incluso en Lo Lishmá. Nuestros sabios dijeron acerca de ello: “Y ellos recogen de una persona de manera consciente”, es decir, Lishmá, y “De manera inconsciente”, o sea, Lo Lishmá.

Este es el significado de lo que está escrito, que las Se’arot (cabellos), es decir, Lo Lishmá, cubren la luz, para que ellos no sean alimentados con la luz mientras no sean adecuados para esta. En otras palabras, las Se’arot son una vestimenta, y bajo esa vestimenta, la luz permanece y brilla. Pero mientras tanto, la luz está cubierta.

1108. ¿Qué significa que no hay bendición en aquello que se cuenta, en el trabajo?

Artículo Nº 31, 1989/90

Está escrito en El Zóhar (Bamidbar, p. 4; Cometario Sulam, Punto 13): “Ven y ve, ellos dijeron que no hay bendición de arriba sobre algo que se cuenta. Pero deberías decir: ‘¿Cómo fue contado Israel? ¿Cómo les quitaron el rescate?’ Primero, bendecirían a Israel, entonces cuentan el rescate, y luego bendicen a Israel otra vez. Así, Israel fue bendecido al principio y al final, y no había muerte entre ellos. Él pregunta: ‘¿Por qué hay muerte ahí a causa del recuento?’ Él responde: ‘Es porque no hay bendición en el recuento, y cuando la bendición se va, la Sitra Ajra está sobre él’”. Hasta aquí sus palabras.

Rashi aporta la razón por la que Él cuenta a Israel. Dice: “Por su apego a ellos, Él los cuenta cada hora”. Significa que Rashi desea explicar que si ellos dicen que hay peligro en algo que es contado, que puede haber muerte ahí, ¿por qué el Creador contó a Israel y los situó en un lugar de peligro? Por eso Rashi explica: “Por apego a ellos, Él los cuenta cada hora, a pesar del peligro en ello. Pero por el amor que Él le tiene a Israel, y por Su deseo de conocer su número, Él dijo que contaría a Israel”.

Aparentemente, es difícil entenderlo, lo que quiere decir que como el Creador quiere conocer su número, Él dijo que necesitaban ser contados a través de una corrección de manera que no haya un impedimento entre ellos, así que Él los contará a través de un rescate. Debemos entender cómo es posible decir que porque el Creador desea conocer su número, necesitan ser contados y dar la cantidad a Israel, y entonces el Creador lo sabe, porque de otra manera Él no conoce el número de los hijos de Israel por adelantado sino que necesita que las criaturas Le informen. ¿Puede ser esto? Además, debemos entender qué es una bendición en el trabajo, qué es una cuenta en el trabajo, y por qué causa la muerte cuando no hay bendición en el recuento. Y también debemos entender por qué no puede haber bendición en algo que es contado.

Se sabe que hay dos asuntos en el trabajo del Creador: 1) el propósito de la creación; 2) la corrección de la creación. El propósito de la creación significa que las criaturas reciben deleite y placer, como está escrito: “Su voluntad de hacer bien a Sus creaciones”. La corrección de la creación es para que las criaturas anden en el camino del Creador, es decir, equivalencia de forma −así como el Creador da a Sus creaciones, las criaturas también deben dar al Creador. De otra manera, hay disparidad de forma, y en la espiritualidad, la disparidad de forma causa separación, es decir, causa separación de la Vida de Vidas.

Está escrito acerca de ello en El Zóhar (presentado en el Talmud Eser Sefirot, p. 19, Punto 17): “Por tanto, los malvados, en sus vidas son llamados ‘muertos’, ya que por disparidad de forma −estar completamente en el lado opuesto de su raíz, donde no tienen nada en la forma de otorgamiento− están separados de Él y, de hecho, mueren”. Sin embargo, ya se dijo sobre ellos en El Zóhar. “‘Toda la gracia que hacen, lo hacen por sí mismos’, es decir, que su objetivo es principalmente para sí mismos y para su propia gloria”.

En otras palabras, lo que atribuimos al Creador, es decir, todo lo que el Creador hace, es en un estado de perfección. Significa que el Creador desea que las criaturas reciban deleite y placer, entonces Él creó en ellos un deseo de recibir y un gran anhelo por los placeres. Mediante eso, Él está seguro de que querrán recibir placer. Pero la corrección de la creación, el Kli (vasija) y el deseo que las criaturas deben hacer –el deseo con el cual serán capaces de recibir deleite y placer− este deseo se llama “la voluntad de otorgar”. La obtención de ese deseo sucede gradualmente porque el inferior no tiene la fuerza para ir en contra de la voluntad del superior −la voluntad de recibir para uno mismo, la cual creó el Creador.

Así, vemos que hay dos tipos de Kelim (vasijas):

1) Vasijas de recepción. Sin embargo, una corrección se hace sobre ellos, es decir, que sobre las vasijas de recepción existe la intención opuesta del Kli. En otras palabras, una persona en realidad está recibiendo, pero en la intención, él ahora está dando. De esto se deduce que el objetivo es lo diametralmente opuesto al acto, y la luz que es recibida en esos Kelim ahora es llamada “recibir con el fin de otorgar”.

El nombre de esta luz es Jojmá (sabiduría), y esta es la luz del propósito de la creación. Algunas veces también es referido como “mitigación de los Dinim (juicios)”. Es decir, había Dinim en la vasija de recepción, es decir, que había un Din (juicio) que está prohibido usar este Kli porque crea disparidad de forma y separación, y ahora ha sido mitigado. ¿Y qué es la mitigación? Es colocar en el Kli la intención llamada “con el fin de otorgar”.

Significa que antes de que uno sitúe el objetivo de otorgar sobre la voluntad de recibir, ese deseo le causó amargura. Cualquier cosa espiritual que quería tocar sabía amarga porque había ocultación y restricción sobre la voluntad de recibir para sí mismo, así que era imposible probar un buen sabor en la espiritualidad. En otras palabras, cualquier cosa santa se sentía remota, inaccesible e imposible de disfrutar para la voluntad de recibir. Esto se llama “amargo”.

Sin embargo, si coloca el objetivo de otorgar sobre este deseo, él ve y siente que hay dulzura en todo lo que sea santidad. Pero en asuntos que no pertenecen a la santidad, debe alejarse de éstos, es decir, que no puede tolerarlos.

De esto se deduce que después de corregirse a sí mismo de manera que ahora puede aspirar a “con el fin de otorgar”, debemos distinguir aquí una luz y un Kli, que consta de Aviut (grosor) y Masaj (pantalla). El Aviut es llamado Dinim, donde hay restricción y ocultación, y la luz no brilla ahí. Por eso Aviut se llama “oscuridad”.

En otras palabras, querer recibir para sí mismo se llama Av (grueso), y querer otorgar se llama Zaj (puro, limpio, inmaculado). Más adelante, cuando sitúa la voluntad de recibir sobre este Av, el Din es mitigado y lo que previamente era oscuro se convierte en un lugar donde la luz brilla en el Kli. Esto se llama “mitigación de los Dinim”.

2) También debemos observar que hay vasijas de otorgamiento en una persona, cosas que una persona da a su amigo para que su amigo disfrute. El dar, en sí mismo, es llamado “otorgamiento”. Un hombre que es Zaj es uno que trata de hacer felices a las personas, hacerlas sentir bien. Sobre esos Kelim, no puede decirse que hay Din en esas acciones, es decir, que hay un juicio que prohíba usar Kelim que desean otorgar.

Sin embargo, aquí también hay una cuestión de intención, es decir, si él es sincero. Es decir, cuando da, ¿es su objetivo que otros lo disfruten sin una preocupación por sí mismo, porque sólo se preocupa por los demás? Este discernimiento se llama “otorgar con el fin de otorgar”, cuando tanto el acto como el objetivo son con el fin de otorgar.

Algunas veces, todo lo que hace es por el bien de otros, pero el objetivo es obtener respeto u otras similares. Es como El Zóhar escribe acerca de los malvados, que todo el bien que hacen, lo hacen por su propio beneficio: “Todo el bien que hacen, lo hacen para sí mismos”. Y aquí no hay Din por parte del Kli, es decir, ninguna deficiencia. En otras palabras, en términos del acto, no hay nada que corregir.

Sin embargo, en la intención necesita haber una corrección. Es decir, desde la perspectiva del objetivo, no hay diferencia si el acto es otorgamiento o el acto es recepción. Ambas acciones necesitan correcciones −que el objetivo, también sea con el fin de otorgar.

Esto es así porque el trabajo es principalmente en el corazón. Es decir, una persona debe llegar al grado del amor del Creador, como está escrito: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. Todo lo que hacemos en la Torá y las Mitzvot (mandamientos) es para corregir el corazón. Está escrito acerca de eso (Introducción al libro Panim Meirot uMasbirot, Punto 10): “Ven y ve las palabras del sabio, Rabí Even Ezra… ‘Sabed que todas las Mitzvot que están escritas en la Torá o las convenciones que los padres han establecido… son todas para corregir el corazón: ‘Porque el Señor busca todos los corazones’’”.

Con lo dicho arriba, podemos detectar en general que los dos asuntos −el propósito de la creación, hacer el bien a Sus creaciones−, esta luz es llamada Jojmá. Y “ver” significa que él ve lo que tiene en su mano, es decir, que ya puede contar cuánto ha obtenido, ya que el propósito de la creación es hacer el bien, y entonces uno debe sentir y alcanzar lo que tiene en su mano.

Por ejemplo, digamos que hay dos hermanos, uno de los cuales, es rico, y vive en los Estados Unidos, y el otro es pobre y vive en Israel. El hermano rico deposita un millón de dólares en el banco a nombre del hermano más pobre. Sin embargo, no se lo hizo saber al hermano más pobre, ni el banco informó al hermano más pobre que tiene dinero a su nombre. Así que este hermano permanece pobre porque no lo sabe

Es lo mismo aquí, con el propósito de la creación de hacer el bien a Sus creaciones. Si no conocen y no sienten el deleite y el placer, ¿qué clase de beneficio es éste? Por eso esta luz es llamada Jojmá (sabiduría) y “ver”, y es llamada “luz de Panim” (rostro, anterior), como en “La sabiduría de un hombre ilumina su rostro”.

En el trabajo, esto se llama “algo que es contado”, es decir, algo que es recibido en las vasijas de recepción. Significa que si lo recibe, verá lo que ha recibido y contará lo que tiene.

También es llamado “un obsequio”. Habitualmente, cuando alguien le da un regalo a su amigo, quiere que su amigo cuente y aprecie el valor del presente, por la simple razón de que da el presente a su amigo porque quiere mostrar su amor por él. De acuerdo al valor del obsequio, una persona puede apreciar la medida del amor. De esto se deduce que si uno no está observando el regalo, para ver la grandeza del regalo, está empañando la medida del regalo.

De esto se deduce que cuando una persona recibe un regalo, si no ve o no trata de ver la importancia del regalo, él empaña la medida del amor que el que da quiere mostrar mediante eso. Por ejemplo, nuestros sabios dijeron: “Cómprate un amigo”. Y esa persona quiere comprar a su amigo al enviarle regalos. Si esa persona no ve y aprecia la grandeza e importancia del regalo que recibe de él, ¿cómo puede llegar a un estado de “cómprate un amigo”? Por consiguiente, en el obsequio, uno debe contar y medir lo que ha recibido de su amigo.

Por lo tanto, si las criaturas no pueden contar y medir lo que el Creador les dio, entonces el propósito del Creador no llega a un estado en el que las criaturas  alcancen que Él creara la creación con el objetivo de hacer el bien a Sus creaciones.

Esto es llamado “luz de Jojmá”, y esta luz es recibida en las vasijas de recepción. Sin embargo, uno también debe usarla con la corrección que fue colocada en las vasijas de recepción, llamado “recibir con el fin de otorgar” Significa que uno debe poner un objetivo de otorgar sobre las vasijas de recepción. Y si él no coloca el objetivo de otorgar, queda separado de la Vida de Vidas, ya que la disparidad de forma causa separación. Así, al llegar a ser un receptor, esto le causa la muerte espiritual, como ya se dijo: “Los malvados, en sus vidas son llamados ‘muertos.’”.

Sin embargo, la luz que es recibida en las vasijas de otorgamiento se llama “luz de Jasadim (misericordia)”. Jésed (misericordia/gracia) significa que está dando, como una persona que lleva a cabo un acto de misericordia o gracia hacia su amigo. Esto se llama “Jasadim cubierto”, es decir, que Jasadim −lo que él recibe en vasijas de otorgamiento, es decir, lo que da− la luz tiene el mismo valor que el Kli.

En otras palabras, se sabe que hay caridad y que hay un regalo. Con un regalo, explicamos anteriormente que una persona debe ver lo que recibió y no simplemente que recibió un regalo de su amigo. Si una persona dice: “No importa lo que me dio”, está empañando el regalo de su amigo. De este modo, el propósito por el cual le envió el regalo no se lleva a cabo. El regalo tenía como propósito comprarle un amigo, como dijimos anteriormente: “Cómprate un amigo”, pero si él no ve la importancia del regalo, entonces no puede comprarle como amigo. Entonces, él debe contar y medir el regalo.

Pero cuando una persona envía caridad a su amigo, el dador debe tratar −si realmente quiere dar caridad− que el receptor de la caridad no sepa quién envió la caridad. Y el receptor de la caridad también será muy feliz si sabe que el dador de la caridad no sabe a quién se la dio.

De manera similar, a veces las personas colectan donaciones para una persona importante, y no quieren que el receptor de la caridad se avergüence. Aquellos quienes colectan el dinero dicen: “Estamos colectando para alguien, anónimo”. De este modo, con la caridad, cuando ninguno de ellos sabe −el que da y el que recibe− es considerado verdadera caridad, y no hay incomodidad por parte del que recibe.

De esto se deduce que en Jésed hablamos desde la perspectiva del que da, es decir, del inferior, y la persona está en un estado donde actúa por encima de la razón. En otras palabras, él da, pero no sabe a quién, sino que cree que todo lo que está dando llega a su propósito. Esto se llama “caridad en ocultación”.

La caridad es considerada Jasadim, que él da. Es decir, hablamos de un momento en el que una persona está trabajando con las vasijas de otorgamiento, es decir, solo estamos hablando de una persona que está dando al Creador. Esto se llama “una bendición”, como una persona bendiciendo a otra, hablándole de manera favorable, es decir, lo bendice (saluda). Él realmente no le da, pero aun así se considera que lo bendice verbalmente, y esto ya es considerado como una bendición en el corazón. En otras palabras, lo que no puede dar en hechos reales, lo da con el corazón, y le muestra verbalmente lo que tiene en su corazón.

De esto se deduce que bendición significa dar, otorgamiento. Es decir, en ese momento, se ocupa de las vasijas de otorgamiento. Significa que una bendición es cuando quiere que su amigo tenga más de lo que él realmente puede dar. Entonces, cuando una persona se dedica al otorgamiento, quiere satisfacer al Creador, así que le dice al Creador, “Más que las buenas obras que puedo darte, Te bendigo por ser capaz de darte más que buenas obras”. En otras palabras, uno debe siempre bendecir al Creador, que significa que quiere ser capaz de satisfacer al Creador más de lo que él realmente Le está dando.

Por eso no tiene sentido contar en una bendición, ya que las vasijas de otorgamiento son llamadas “caridad”, y la caridad debe ser dada en ocultación, es decir, que el que da no sabe a quién está dando y el que recibe no sabe de quién está recibiendo. Así que no tiene sentido contar aquí, porque el contar trae la emoción y el vínculo del amor, como se dijo con respecto a un regalo.

En el regalo, nuestros sabios dijeron que es completamente lo contrario: “Aquel que da un presente a su amigo se lo debe hacer saber”. Es así porque el resultado del obsequio debe ser el amor, el cual les conecta a los dos, a diferencia de la caridad, donde él debe ser completamente otorgamiento. Significa que en la caridad, es mejor si uno no conoce al otro, para evitar cualquier recuento.

Por lo tanto, hablando en cuanto al trabajo, caridad significa vasijas de otorgamiento, cuando el Kli desea hacer Jésed, y la luz que es vertida en el Kli es llamada “luz de Jasadim”. Esto se llama “corrección de la creación”, cuando todo es con el fin de otorgar.

Pero el propósito de la creación es que los Kelim reciban deleite y placer, y aquí deben ciertamente ver lo que están recibiendo porque uno habla acerca del propósito de la creación, que es benevolente, de acuerdo a lo que él recibe. Si no puede contar lo que recibió, significa que aún no recibió de una manera en que el deleite y el placer sean sentidos en él. De este modo, él aún no puede decir que ahora ve que sólo recibió deleite y placer del Creador. Por eso la luz de Jojmá −el propósito de la creacióntambién se llama “ver”, ya que el propósito de la creación es considerado ver.

Pero es al contrario con la corrección de la creación. Se llama “Jasadim cubierto”, es decir, que él aún no ve todo lo que está recibiendo y está aún cubierto para él. En el trabajo, se llama “desear misericordia (Jésed)”, es decir, sólo otorgar. No tiene ningún interés para él si está recibiendo algo de arriba. Se considera que está contento con su parte, es decir, que es feliz por poder hacer algo en el trabajo del Creador.

En otras palabras, está contento con su parte de ser capaz de decir que está haciendo algo que no es para las necesidades de su cuerpo material, como nuestros sabios dijeron, “Aquel que camina y no hace, la recompensa por caminar está en su mano” (Avot, capítulo 5,14).

Los intérpretes explican “La recompensa por caminar está en su mano”. Incluso si no está haciendo, aún tiene la recompensa por caminar, porque incluso el ir al seminario es una Mitzvá (mandamiento, buena obra) en sí misma, porque ahí está en una atmósfera de Torá. De esto se deduce que debe observarse si una persona se dedica a las vasijas de otorgamiento, llamadas Jésed, donde la cuestión no es contar ya que quiere trabajar en caridad, lo que se considera como “corrección de la creación”.

Con lo dicho anteriormente, entenderemos lo que preguntamos, por qué dijeron: “Por su cariño a ellos, Él los cuenta cada hora”. Preguntamos: “Si el Creador quiere conocer el número de Israel, ¿tiene Él que esperar hasta que Israel cuente y luego envíe la suma al Creador, y sólo entonces Él conocerá el número de Israel? En realidad: “Por cariño a ellos” significa que él ve que están haciendo todo con el fin de otorgar. Significa que ya han hecho la corrección de la creación, y por eso Él quiere darles el propósito de la creación, que es la luz de Jojmá, llamada “luz de ver”. En otras palabras, ya deberían estar contando lo que tienen porque esta luz se recibe en las vasijas de recepción.

Sin embargo, ellos deben recibir para otorgar, y de acuerdo a la regla de que el acto sigue al objetivo, mientras uno está ocupado en actos de recepción de placer, el acto de recepción puede causar que el objetivo no sea con el fin de otorgar sino con el fin de recibir. Y la recepción para uno mismo causa separación de la Vida de Vidas, lo que es considerado muerte, como está escrito: “Los malvados, en sus vidas son llamados ‘muertos’”.

Fue escrito: “¿Por qué la muerte aumenta por el recuento?” La respuesta es que como algo que es contado se llama “luz de Jojmá”, que es recibida en vasijas de recepción, el acto podría gobernar el objetivo y no podrá aspirar a “con el fin de otorgar”. Así, naturalmente, estará muerto.

Y fue escrito: “Él responde: ‘Es porque no hay bendición en contar, y cuando la bendición se va, la Sitra Ajra está sobre él’”. En otras palabras, existe el asunto de la línea media, cuando Jojmá brilla en las vasijas de recepción, lo que se llama “izquierda”. Necesitan corrección para que uno no sea atraído por el acto de recepción. En ese estado, la luz de Jasadim −que trabaja con las vasijas de otorgamiento debe ser atraída, y hemos dicho antes que los actos de otorgamiento afectan al pensamiento para ser como el acto. 

Esta es la conservación de la luz de Jojmá que es recibida en los Kelim de la línea izquierda, los cuales requieren corrección. Sin embargo, uno no puede ser recompensado con la luz de Jojmá antes de ser recompensado con el grado de Lishmá, es decir, que todo lo que uno haga sea Lishmá. En otras palabras, el orden del trabajo es que primero, uno es recompensado con Katnut, lo que se considera que él sólo puede aspirar a las vasijas de otorgamiento con el fin de otorgar. Más adelante, uno es recompensado con Gadlut, que significa que también puede aspirar al propósito de otorgar en las vasijas de recepción, donde brilla la luz de Jojmá −la luz del propósito de la creación.

De esto se deduce que antes de que uno sea recompensado con la luz en el recuento, uno debe ser recompensado con la luz de Jasadim, llamada “bendición”, es decir, que él bendice al Creador y no quiere recibir nada de Él. En cambio, él es todo otorgamiento y no quiere recibir nada para sí mismo. Más adelante, se le recompensa con la luz de Jojmá, que es una luz de recuento. Significa que esta luz viene en vasijas de recepción, en cuyo momento la luz en el recuento requiere conservarla para que no sea retirada después del acto. Como es un acto de recepción, una luz de bendición debe ser atraída una vez más, es decir, la luz de Jasadim, que es el cumplimiento.

Ahora podemos interpretar lo que preguntamos:

1) ¿Quería conocer el Creador el número de los hijos de Israel, y por eso Él deseaba contar a los hijos de Israel, para que las personas de Israel Le dijeran el número, puesto que el Creador no lo sabía por Sí mismo? La respuesta es que como Él los ama, quería que el pueblo de Israel conociera su número. En otras palabras, el Creador quería que obtuvieran la luz de Jojmá. De esto se deduce que Él quiere saber lo que conocerán y que alcanzarán la luz que hay en el recuento, es decir, que ellos mismos contarán y verán lo que han alcanzado, porque esto se llama “la luz del ver”, que llega a las vasijas de recepción. Él no necesita saber para Sí mismo, sino para que el pueblo de Israel lo sepa.

2) ¿Por qué hay muerte donde no hay bendición? La respuesta es que algo que es contado es luz de Jojmá, que llega a las vasijas de recepción. Al usar vasijas de recepción, uno podría ser atraído por el acto de recepción y así ser separado de la Vida de Vidas. Esto se llama “muerte”, y por eso se requiere el observar. El observar es la bendición, es decir, la extensión de la luz de Jasadim, que es un acto de otorgamiento que impide a la acción de recepción de desviarse del objetivo de otorgar.

3) ¿Por qué hay necesidad de una bendición antes y después? El orden del trabajo comienza con la necesidad de lograr Lishmá (en beneficio de Él). Nuestros sabios dijeron acerca de esto: “Aquel que estudia Torá Lishmá, los secretos de la Torá le son revelados”. Lishmá también significa que todas sus acciones son en con el fin de otorgar, lo que es llamado “bendición”. Cuando él da, este es el significado de bendición, es decir, bendición oral. Es decir, como no puede añadir en acción, trata de dar una bendición con la boca, que indica que está dando con todo su corazón. Esto se llama “luz de Jasadim”.

Así, el orden es como sigue:

1) Una bendición antes, la cual se llama “línea derecha”, Jésed

2) Él es recompensado con los secretos de la Torá, lo que se llama Jojmá (sabiduría), que es un regalo, como es sabido que la Torá se llama “un regalo” que es recibido en vasijas de recepción. Por esta razón, se llama “un recuento”. En otras palabras, él busca ver lo que recibió para saber cómo dar las gracias a Él.

Esto se llama “línea izquierda”, porque aquí hay un lugar donde puede llegar a morir, llamada “separación”, tal como sucedió en la muerte de los siete reyes en el mundo de Nekudim. Por esta razón, hay una necesidad de extender Jasadim, y esas Jasadim son el observar de manera que no haya muerte en ellas, es decir, separación de la Vida de Vidas.

Por eso está escrito que hay una necesidad de una bendición al final. De esto se deduce que Israel fue bendecido al principio y al final, y no había muerte en ellos.

En general, se llama “corrección de líneas”, que son llamados “corrección del mundo”, ya que mediante eso hay persistencia para el mundo.

4) ¿Qué es una bendición en el trabajo? Es la luz de Jasadim, cuando una persona está en un estado de dar.

5) ¿Qué es contar en el trabajo? Es la luz que viene en vasijas de recepción. En ese momento, uno necesita ver lo que ha recibido y contarlo. Esto es considerado “un regalo”.

6) ¿Por qué no hay bendición en algo que es contado? Algo que es contado significa la luz y la abundancia que entra en las vasijas de recepción, y bendición es la abundancia que entra en las vasijas de otorgamiento y son opuestas. En El Zóhar, se considera que las dos líneas están en disputa, ya que la línea derecha, llamada Jésed, es sólo para otorgar y no desea usar las vasijas de recepción; pero la línea izquierda es lo opuesto −desea usar específicamente las vasijas de recepción, ya que dice: “¡Pero el propósito de la creación es recibir!” Sin embargo, debe haber una corrección para que sea con el fin de otorgar. Por esta razón, más adelante llega la línea media, que pone paz entre ellas. Y por esta razón, se necesita una bendición al principio y una bendición al final.

1234. ¿Qué significa que el Señor permanece en Su campo cuando la cosecha está madura, en el trabajo?

Artículo Nº 10, 1990/91

Nuestros sabios dijeron acerca del verso “El Señor permaneció sobre él” (presentado en “La opinión de los Ancianos”, de los autores de Tosfot, Vaietzé): “No encontramos esto en el resto de los patriarcas. Rabí Shimon dijo: ‘El rey no permanece en Su campo ni cuando se está arando ni cuando se está sembrado, sino cuando la cosecha está madura’. Así es como Abraham lo aró, como está dicho, ‘Levántate, camina a través de la tierra’. Isaac lo sembró, como está dicho: ‘E Isaac sembró’, Jacobo llegó y él es la madurez de la cosecha, como está dicho: ‘La santidad de Israel es el Señor, sus primeros frutos, él permaneció sobre ello”.

Debemos entender qué viene a enseñarnos en cuanto al trabajo: ¿qué es “un campo”, qué es “Cuando la cosecha está madura”, y cuál es la alegoría del Rey que permaneció sobre Su campo. Es sabido que nuestro trabajo es esencialmente sólo sobre el reino del cielo, lo cual se llama “fe”. Nuestros sabios dijeron acerca de ello: “Habakkuk llegó y los encontró en uno: ‘Un justo vive por su fe’”. Fe significa la necesidad de creer en el Creador, que Él conduce al mundo como un guía benevolente.

Y aunque uno aún no tiene esa sensación, debe creer y decir que el hecho de que no esté viendo como el bien es revelado en el mundo, aún así debe creer, por encima de la razón, que no ve el bien revelado ante sus ojos porque mientras no se encuentre fuera del domino del amor propio, no puede ver. Esa es la razón por la que hubo un Tzimtzum (restricción) sobre las vasijas de recepción para que la Luz no pudiera brillar ahí, debido a la disparidad de forma, como está escrito en el Comentario Sulam (Introducción al Libro del Zóhar, punto 138).

Por esta razón, uno no puede ver la verdad. En cambio, debe creer que eso es así. Y en el trabajo colectivo, los estados de guía de recompensa y castigo no son muy evidentes. Pero en el trabajo individual, es decir, cuando una persona desea tratar de lograr el grado donde todas sus acciones son para otorgar, cuando comienza a esforzarse para lograr el grado de un otorgante, entonces, toda su base debe ser construida en la grandeza del Creador. Se habla de ello en El Zóhar: “Uno debe temerle a Él porque Él es grande y gobernante”, y entonces empieza el trabajo fundamentalmente en esa fe –que el Creador conduce al mundo de manera benevolente.

Y entonces le llegan estados de ascensos y descensos. En otras palabras, a veces, tiene recompensa y puede creer en el Creador, que Él es benevolente, y puede amar al Creador por Su grandeza. Eso le llega a la persona a través de grandes esfuerzos en la fe en la recompensa y el castigo. Esto significa que si uno trabaja con fe por encima de la razón, es recompensado, y su recompensa es que llega a sentir el amor del Creador por él. Y el castigo es que si quiere ir específicamente dentro de la razón, entonces se aleja del amor al Creador.

Peor aún, algunas veces se convierte en lo opuesto, es decir, odia al Creador, ya que tiene muchas quejas en contra del Creador porque ya ha rezado al Creador muchas veces y ve que el Creador no escucha su rezo. Y de ahí, una persona llega al estado de ascensos y descensos. Sin embargo, si uno se sobrepone, va por encima de la razón, y dice: “Tienen ojos y no ven”, temporalmente es recompensado y se siente cerca del Creador.

Se escribe acerca de ello en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot (punto 132): ‘Debemos saber que el antedicho atributo denominado medio se aplica incluso cuando uno está bajo la Providencia de la ocultación del rostro. A través de un gran esfuerzo en la fe en la recompensa y el castigo, una luz de gran confianza en el Creador aparece en ellos. Durante un tiempo, les es otorgado un grado de revelación de Su rostro en la medida del medio. Pero la desventaja es que no pueden permanecer de manera permanente en sus grados ya que, permanecer de manera permanente en un grado, es solo posible a través de arrepentimiento desde el temor”.

De eso se deduce que el orden de nuestro trabajo comprende tres periodos, antes de llegar a la salida del trabajo, que es el discernimiento de Adam (humano). Nuestros sabios dijeron acerca de ello (Nidá 31): “Hay tres asociados en la persona: el Creador, su padre y su madre. Su padre da el blanco; su madre da el rojo; y el Creador pone un espíritu y un alma (Ruaj y Neshamá, respectivamente) dentro de él”. Eso se explica en el trabajo, donde aprendimos que hay tres líneas: Jésed (gracia), Din (juicio) y Rajamim (compasión/misericordia).

Es como dijimos en los ensayos previos, que para que una persona tenga la posibilidad de caminar, necesita dos piernas, derecha e izquierda. Estos son como los dos versos, que se rebaten el uno al otro hasta que el tercer verso llega y sentencia entre ellos. Así, las dos líneas han dado nacimiento a la línea decisiva.

Con ello, podemos interpretar el significado de arar, sembrar y la cosecha madura en el trabajo. La línea derecha es arar. Este es el trabajo del hombre de querer ser admitido en el trabajo de otorgamiento. El hombre es creado para preocuparse sólo de sí mismo. Y puesto que hubo una corrección sobre el deseo de recibir para sí mismo, para evitar el asunto de la vergüenza debida a la diferencia de forma con el Creador –ya que lo que vemos de Él es sólo cómo otorga a las criaturas, y no hay recepción para Sí mismo en absoluto– por lo tanto, un Tzimtzum (restricción) y ocultación fueron hechos sobre el deseo de recibir para uno mismo, de forma que las criaturas no pueden recibir el gozo y el placer que Él desea impartir sobre ellas.

Esto fue para permitirle al hombre corregir las vasijas de recepción, de forma que sean solo para otorgar. En otras palabras, el hombre debe cambiar el deseo de recibir en él, y recibir en su lugar un deseo de otorgar. Es decir, lo que antes fue de gran importancia para él –el deseo de recibir− ahora será inferior en importancia. No deseará usarlo sino que, por el contrario, el deseo de otorgar, que fue de poca importancia para él y que no quería usar, ahora será de gran interés. Eso significa que ahora ese deseo de otorgar es importante para él y quiere usar sólo el deseo de otorgar.

Eso es llamado ‘arar’, cuando la tierra es volteada y lo que estuvo arriba ahora pasa a estar abajo, y lo que estuvo abajo, pasa a estar arriba. Eso es llamado “la línea derecha”, Abraham, Jésed. En otras palabras, ahora desea comprometerse sólo en Jésed, llamada “la voluntad de otorgar”, y la línea derecha es llamada “perfección”. Así, aunque uno ve que aún no puede llevar a cabo Jésed, debe imaginarse que ya ha sido recompensado con otorgamiento, llamado Jésed, y dar gracias al Creador por recompensarlo con hacer cosas con el fin de otorgar.

Todo eso es sólo por encima de la razón. Y, aunque considere la situación en la que está, verá, por otro lado, que eso es un asunto de “por encima de la razón”, es decir, que debe imaginar que ya ha sido recompensado con un deseo de otorgar, como si ya hubiera sido recompensado con arar.

Uno también debe humillarse y decir: “Estoy contento y agradecido por cualquier pensamiento y deseo de hacer algo en la espiritualidad, que el Creador me da, por recompensarme con hacer un pequeño servicio al Creador, es decir, que puedo hacer algo por el Creador”. Y está contento con ello porque ve que el Creador no le dio al resto de la gente la oportunidad de servirlo a Él. Esa es la razón por la que es feliz con ello. Eso es considerado como “perfección”, ya que ahora cree, por encima de la razón, que el Creador conduce al mundo de manera benevolente y, de este modo, ahora puede mostrar el amor por el Creador y ser siempre feliz.

Sin embargo, al mismo tiempo, uno necesita caminar con la otra pierna, la izquierda, es decir, necesita criticar sus acciones. Debe tener un deseo de ver la verdad, cuánto esfuerzo tiene que hacer para otorgar, y cuánta importancia tiene la espiritualidad. ¿Realmente entiende que es mejor trabajar sólo para el Creador y no para sí mismo? En ese estado, ve de manera muy diferente: Todas sus acciones mientras caminaba en la línea de la derecha, cuando pensó que verdaderamente era un hombre íntegro, ahora que ha cambiado a la línea de la izquierda, ve que no él tiene nada que verdaderamente sea con el fin de otorgar.

Eso se llama “sembrar”. Por ejemplo, cuando se toman buenas semillas de trigo y se siembran en el campo, si hay una persona que no sabe acerca del trabajo del campo, ve a la persona que tomó el trigo y lo sembró en la tierra, como si este estuviera loco. De manera similar, aquí, cuando uno adquiere buenos estados, que contienen integridad, por los que ha dado las gracias al Creador, ahora los cancela. Eso es como el hombre que tomó buenas semillas de trigo y las sembró en el campo.

Pero en realidad, uno no puede caminar con una sola pierna. Esas dos piernas son consideradas dos versos que se rebaten uno al otro. Esa es la razón por la que Isaac es considerado como que siembra su semilla, que es la izquierda. Nuestros sabios dijeron acerca de ello: “Uno siempre debe rechazar con la izquierda y atraer con la derecha” (Sotá 47). Debemos interpretar que cuando uno siente que está cerca del Creador, eso se llama “atrayendo con la derecha”. “Rechazando con la izquierda” significa que cuando critica, ve que ha sido rechazado del trabajo de otorgamiento. Esto significa lo que nuestros sabios vinieron a decirnos: que el hombre necesita dos cosas, derecha e izquierda, ya que no puede caminar con una sola pierna. Eso es considerado Isaac, que se llama “sembrar”.

Abraham, quien es llamado “derecha”, es decir, Jésed, perfección, es llamado “blancura”, como fue dicho arriba, que ahí los tres asociados son su padre, su madre y el Creador. Su padre es el primer discernimiento –la primera línea, que es Jésed– mostrando integridad. La integridad se llama “blanco”, como está escrito: “Aunque tus pecados sean como escarlata, deben ser tan blancos como la nieve”. Eso se llama ‘La derecha atrae’, cuando él siente que es acercado al Creador.

“Y su madre da el rojo”. El rojo señala una deficiencia, Nukva, donde él ve que está siendo completamente rechazado del trabajo de otorgamiento. De este modo, está en un estado de ascensos y descensos. Eso se considera como que tiene sólo fe parcial, como él dice (Introducción al Estudio de las Diez Sefirot, Punto 14) que eso es porque tiene muchos descensos y, durante el descenso, está sin fe.

Sin embargo, uno no debe pasar mucho tiempo en la línea izquierda, llamada “la segunda línea”, ya que durante ese tiempo uno está en estado de separación. Así, para la mayor parte, el trabajo de uno debe ser en un estado de integridad. Eso se llama “la renovación de la luna”. Eso significa que uno debe renovar constantemente el blanco en él, la línea derecha, que es blancura.

Pero durante el descenso, la fe se aleja de él y algunas veces permanece inconsciente, como una persona que cae debajo de un carro y está herida, pero que no sabe que ha caído. La lección es que la persona yace bajo su carga, como está escrito: “Si ves al burro de él que te odia yacer bajo su carga” porque el burro no puede ir por encima de la razón, porque el trabajo de ir por encima de la razón es para él una carga y un lastre que no puede tolerar. Por lo tanto, si se distrae, inmediatamente cae bajo el carro. Esto se llama ser lastimado en un accidente de carretera. Por lo tanto, uno debe siempre ser cuidadoso y permanecer en la derecha.

De eso se deduce que la corrección de una persona que caminan en la línea izquierda es porque no espera tener un descenso y una caída y, entonces, esperará hasta que un despertar le llegue desde arriba. Por el contrario, atrae la izquierda sobre él, y entonces ve que está en un estado de descenso, es decir, que no tiene una sola chispa de deseo de trabajar para otorgar y no para su propio beneficio. Y entonces puede rezar.

Es como Baal HaSulam dijo acerca de lo que nuestros sabios dijeron de David, quien dijo: “Despierto al amanecer, y el amanecer no me despierta a mí”. Esto es, el Rey David no esperó al amanecer, que es llamado “negro”, que es oscuridad, es decir, que la oscuridad le despierte a él. En cambio, él despierta a la oscuridad. Él reza para que el Creador ilumine Su rostro para él y así gana tiempo al tener la preparación para la oscuridad, y entonces es más fácil corregirla.

Y las dos líneas mencionadas arriba −derecha e izquierda− engendran una tercera línea, la central. Es como nuestros sabios dijeron: “Y el Creador pone el espíritu y el alma dentro de este”. De este modo, después de que una persona ha completado el trabajo en dos líneas, todo el mal es revelado en él, el cual llega a él porque esas dos líneas son como dos versos que se rebaten el uno al otro. Y uno ve que los ascensos y descensos no tienen fin, y entonces hace una súplica sincera al Creador para que le ayude a recibir el deseo de otorgar.

Cuando el Creador lo ayuda, es recompensado con fe completa y permanente, puesto que ya tiene las vasijas de otorgamiento. Antes de que uno obtenga las vasijas de otorgamiento, le es imposible tener fe permanente, ya que durante el descenso pierde su fe y no puede, de manera permanente, creer en el Creador.

Eso se explica (Introducción al Libro del Zóhar, punto 138): “Puesto que usamos las vasijas de recepción de manera opuesta a como fueron creadas, necesariamente sentimos los actos de la Providencia como mal, en contra nuestra. Por lo tanto, cuando una persona siente mal es, por consiguiente, herético contra Su Providencia, y el Creador está oculto de él”.

Así, vemos que antes de que uno sea recompensado con vasijas de otorgamiento, no puede tener fe permanente. De eso se deduce que, a través de ser recompensado con el deseo de otorgar –que se extiende desde el trabajo en las dos líneas, a través de lo cual todo el mal aparece completamente– uno llega a la resolución de que sólo el Creador puede ayudarle. Entonces se esfuerza en ese trabajo y no se escapa de la campaña, y es recompensado con la línea central, llamada “el Creador da el espíritu y el alma”. Eso se llama “revelación del rostro”. Es considerado como lo que está escrito: “Cómo hay arrepentimiento, cuando Aquel que conoce todos los misterios testifica que la persona no volverá a la insensatez”.

Con ello, podemos interpretar lo que preguntamos: “Qué significa, en el trabajo, que está escrito: ‘Jacob llegó y él es la madurez de la cosecha’, tal como está dicho: ‘La santidad de Israel es para el Señor, sus primeras frutas’, él permaneció en ello. Nuestros sabios dieron una alegoría acerca de ello: “El Rey no permanece en Su campo, a menos que la cosecha esté madura”.

Debemos interpretar que el rey que permanece en su campo, se refiere al hombre. El hombre se extiende desde Maljut, y Maljut es llamada “un campo”. Y el hombre debe llegar a un estado de “Un campo que el Señor ha bendecido”. Eso se hace a través de esfuerzo en las dos líneas arriba mencionadas –el arar de Abraham y la semilla de Isaac.

Y después llega el discernimiento de “Cuando la cosecha está madura”, cuando ya puedes ver la recompensa del trabajo –la cosecha– que es Jacob. Es como dijimos arriba –después de ser recompensado con ayuda del Creador, cuando el Creador le haya dado un alma, llamada “revelación del rostro”, eso se considera que el Creador permanece sobre él de manera permanente, es decir, que entonces es recompensado con fe permanente. Ese es el significado de lo que está escrito: “Y el Señor permaneció sobre él”. En otras palabras, una vez que la persona ha alcanzado el grado de la línea central, que es considerado Jacob, el Creador está sobre él, como se mencionó en la alegoría de arriba, donde el rey permanece en su campo cuando la cosecha está madura.

Está escrito (Introducción al Estudio de las Diez Sefirot, Punto 54): “Cuando el Creador ve que uno ha completado la medida del esfuerzo de uno y ha terminado todo lo que tenía que hacer en fortalecer su elección en la fe en el Creador, el Creador le ayuda. Entonces, uno alcanza Providencia abierta, es decir, la revelación del rostro. Entonces, es recompensado con arrepentimiento completo”.

Él dice (Introducción al Estudio de las Diez Sefirot, Punto 56): “En verdad, uno no está absolutamente seguro de que no pecará otra vez antes de ser recompensado con el antedicho alcance de recompensa y castigo, es decir, la revelación del rostro. Y esa revelación del rostro, desde la perspectiva de la salvación del Creador, se llama ‘testimonio’… eso garantiza que no volverá a pecar otra vez”. Eso significa que en ese momento es recompensado con fe permanente.

Ahora podemos interpretar lo que está escrito: “El Señor vive, y bendita sea mi Roca”. “Mi alma será glorificada en el Señor”. Debemos entender el significado de “El Señor vive”, con respecto al Creador. ¿Qué tipo de alabanza al Creador es esa? En el trabajo, debemos interpretar “Vive”. ¿Quién es Él, que es llamado “El Señor vive”? Es quien cree en el Creador, en que Él cuida del mundo de manera benevolente. Esa persona es llamada “Vive”.

“Bendita sea mi Roca” es uno que recibe del Creador la forma de su fe, donde el Creador es Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones. Ese hombre bendice al Creador por darle fe, ya que él solo no tendría la posibilidad de asumir la fe por encima de la razón, porque ese es el regalo de Dios.

También debemos interpretar: “Mi alma será glorificada en el Señor”. “En el Señor” significa en el Creador acercándole a Él. Por ello, su alma es glorificada, es decir, que el alma del hombre está profundamente agradecida al Creador por acercarlo. Eso se llama “El Creador da el espíritu y el alma”. Con su propia fuerza, una persona no podría lograrlo. Por eso, alaba al Creador –porque ahora tiene fe. Bendice al Creador sólo por lo que el Creador le da. El Creador también es llamado “la línea central”, como fue dicho anteriormente, que sólo a través de trabajar en las dos líneas previas, uno es, después, recompensado con que el Creador le dé el espíritu y el alma.

Así, sólo el Creador puede ayudarle a uno a salir del dominio de las vasijas de recepción. Por lo tanto, durante el descenso, uno no debe negociar con su deseo de recibir, suplicándole ser mejor para él que el deseo de recibir deje los argumentos y haga sitio al deseo de otorgar, y él quiere hacerlo entrar en razón para que se rinda ante él. Uno debe saber que el cuerpo nunca estará de acuerdo con ello; eso es un desperdicio de palabras.

En cambio, debe pedirle al Creador, para que sólo Él tenga la fuerza para anularlo, y no otro. En otras palabras, el cuerpo nunca estará de acuerdo con ello, por lo tanto, es inútil discutir con el cuerpo. Pero cuando desea hacer algo por el Creador, debe pedirle al Creador que le dé la fuerza para sobreponerse al deseo de recibir para sí mismo.

Con lo dicho antes, debemos interpretar lo que ellos dicen (Avot 1,5): “No te extiendas en conversaciones con la mujer”. Eso se dijo acerca de su mujer. Es tanto más, sobre la mujer de su amigo. Aunque el significado literal es el principal en el trabajo; podemos interpretar que la mujer y el hombre están en un cuerpo. La mujer del hombre es llamada “el deseo de recibir”, lo que se llama “femenino”, y que siempre quiere sólo recibir.

Por lo tanto, algunas veces, cuando uno desea hacer algo para otorgar, lo cual es llamado “masculino”, un hombre, y el deseo de recibir resiste, y el hombre desea extenderse en discusión con su deseo de recibir para hacerle entender que es mejor para este dejarlo trabajar para otorgar, nuestros sabios dijeron que eso es un desperdicio de palabras. Ellos dijeron: “Esto se dice sobre su propia mujer”, es decir, el deseo de recibir en sí mismo. “Tanto más con la mujer de su amigo”, es decir, discutir con el deseo de recibir de su amigo –que argumentará con ellos y les hará ver que es mejor hacer todo para otorgar– ya que sólo el Creador puede ayudarlos a salir del dominio del deseo de recibir para uno mismo.

Por lo tanto, tales personas –quienes desean caminar en el sendero de llegar un estado donde todas sus acciones sean para otorgar– no deben reprochar a sus amigos acerca de la razón de no dedicarse al trabajo de otorgamiento. Eso es porque si él quiere corregir el deseo de recibir de su amigo, es como si ese hombre tuviera poder. Pero en realidad, lo que la persona hace para otorgar es sólo a través del poder del Creador. Por esa razón está prohibido reprender a su amigo.

¿Qué es “La entrega de los fuertes en mano de los débiles”, en el trabajo?

Artículo Nº 13, 1991

Aquí se encuentra el orden del trabajo. Cuando una persona desea hacer todo por el Creador, es decir, que sus actos sean con el propósito de otorgar y no recibir recompensa, eso va en contra de la naturaleza, porque el hombre fue creado con el deseo de recibir para su propio beneficio. Por eso se nos dio el trabajo de salir del amor propio y trabajar sólo para otorgar el bien al Creador.

Para poder llevar a cabo este trabajo, es decir, para salir del dominio del amor propio, se nos dio el mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, el cual, como dijo Rabí Akiva: “Es una gran regla en la Torá”. Tal como está expresado en el Libro La Entrega de la Torá, con este remedio saldremos del dominio del deseo de recibir para uno mismo y podremos trabajar en beneficio del Creador.

Y en cuanto a “Ama a tu prójimo como a ti mismo” debemos hacer dos interpretaciones:

  1. Literalmente Literalmente entre un hombre y su amigo.
  2. Entre un hombre y el Creador, como nuestros sabios dijeron (Midrash Rabá, Itró, 27, 1): “No abandonarás a tu amigo ni al amigo de tu padre”. “Tu amigo” se refiere al Creador, como está escrito: “Para beneficio de mi hermano y mis amigos”, lo que se interpreta como el Creador, quien les llamó “hermanos” y “amigos”. Se deduce que el asunto de “ama a tu prójimo como a ti mismo” se refiere a alcanzar ama al Creador como a ti mismo.

Así pues, Hay dos discernimientos en “ama a tu prójimo como a ti mismo”:

1) Debemos decirlo, como una cura En otras palabras, la razón por la que uno debe amar a su amigo es que sólo mediante ello también podremos llegar al amor al Creador, tal como se presenta en el Libro La Entrega de la Torá. Por eso, en el amor de los amigos, cuando una persona quiere adherirse a los amigos, decide con quién unirse. En otras palabras, cuando una persona escoge amigos para sí mismo, busca amigos que tengan buenas cualidades.

De la misma manera, cuando uno desea amar al Creador, debería intentar ver la grandeza e importancia del Creador. Esto evoca el amor del Creador en una persona. Si no puede ver la grandeza e importancia del Creador porque el mal en el hombre indica difamar contra el Creador, entonces uno debe rezar por la ayuda del Creador, para que le ayude a tener la fuerza para superarse y decir por encima de la razón: “Quiero creer en la grandeza e importancia del Creador, a fin de poder amarle”, tal como está escrito: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. En otras palabras, el amor de los amigos es un medio a través del cual alcanzar la meta, que es el amor del Creador.

Con ello, hay que interpretar lo que dijeron nuestros sabios: “Es bueno observar la Torá con la conducta correcta, ya que el esfuerzo en ambas revoca la transgresión”. Significa que esforzarse en la conducta correcta, que es el trabajo entre un hombre y su amigo, es un remedio mediante el que puede llegar a amar al Creador, quien es llamado la “Torá”. La esencia de la enseñanza es que, mediante la Torá, puedes unirte al que entrega la Torá. Nuestros sabios dijeron acerca de ello: “El Creador dijo: ‘Yo he creado la inclinación al mal, Yo he creado la especia de la Torá’. En otras palabras, mediante la Torá, que es la especia, uno es recompensado con la adhesión con el Creador, lo que considera como que “lo reforma”.

Este es el significado de,Este es el significado de: “El esfuerzo de ambos hace que se olvide la iniquidad”. En otras palabras, por medio del trabajo entre un hombre y su amigo y entre un hombre y el Creador, es decir, mediante el esfuerzo en la Torá, esto hace que se olvide la iniquidad. En otras palabras, la iniquidad del árbol del conocimiento, del que se extienden las iniquidades, es corregida por ambos.

Las escrituras dicen (Salmos 33, “Regocijaos… Vosotros los Justos”): “He aquí el ojo del Señor que se dirige hacia quienes Le temen, hacia aquellos quienes esperan Su misericordia para rescatar sus almas de la muerte y para mantenerlos vivos durante la hambruna”. Debemos entender qué significa “El ojo del Señor se dirige (específicamente) hacia quienes Le temen”. Después de todo, los ojos del Creador deambulan por todas partes. Debemos creer que el Creador supervisa a todo el mundo en Providencia privada, desde la benevolencia, y no necesariamente hacia los que Le temen.

Debemos Debemos interpretar que hablamos del Creador sólo desde la perspectiva de “Por tus actos Te conocemos”. Significa que es específicamente aquellos que Le temen quienes sienten que el ojo del Creador está cuidando de todo el mundo. En otras palabras, sólo aquellos que temen al Creador alcanzan que Él cuide del mundo en Providencia privada, desde la benevolencia. Pero, en cuanto al resto del mundo, para ellos, hay ocultación del rostro, ya que no pueden alcanzar Su Providencia, que es benevolente.

Está escrito en la Introducción al Libro del Zóhar (p. 138): “Mientras los receptores no lleguen a la integridad, pudiendo recibir Su benevolencia completa, la cual planeó para nosotros en el pensamiento de la Creación, la guía debe ser por medio del bien y del mal”.

En otras palabrasEn otras palabras, mientras nuestras vasijas de recepción estén llenas de recepción para sí mismas, es imposible ver la Providencia como benevolente. Más bien, aquellos que pueden ver el ojo del Creador, que Su guía es benevolente, son solo aquellos que “Esperan Su misericordia”. Porque “Su misericordia” significa que están ansiando recibir la cualidad de Jésed (misericordia/gracia) del Creador, es decir, esperan recibir del Creador la cualidad del otorgamiento, llamada “equivalencia de forma”, conocida como “Dvekut (Adhesión)” con el Creador”.

Por eso, cuando el hombre es recompensado con la cualidad del otorgamiento, sus vasijas de otorgamiento ya no se llenan. En ese momento, son recompensados con “El ojo del Señor” para sentir que Su Providencia es benevolente. Pero aquellos que no desean obtener la cualidad de Jésed, es decir, las vasijas de otorgamiento, se encuentran bajo el dominio de lo bueno y lo malo.

No obstante, ¿a quién da Jésed el Creador, llamada “vasijas de otorgamiento”, que es la segunda naturaleza? No a todos. Hay muchas personas que esperan Su misericordia, que el Creador les dé la cualidad de Jésed. Sin embargo, el Creador no da Jésed, llamado “vasijas de otorgamiento” a aquellas personas que piensan que la cuestión de Jésed es solamente una añadidura, es decir, aquellos que se consideran íntegros, y necesitan que el Creador les dé la cualidad de Jésed como un suplemento justo.

Esto es así porque sólo aquellos que tienen Kelim (vasijas) para el llenado se les han dado desde arriba. En otras palabras, si no hay una carencia real, no hay posibilidad de llenarla. Entonces, precisamente ¿cuándo es posible saciar una necesidad? Cuando una persona no pide ningún lujo, sino que pide por necesidad. Entonces recibe porque los lujos no se consideran una carencia.

Cuando está escrito, Cuando escribe: “El ojo del Señor se dirige hacia quienes Le temen, hacia aquellos que esperan Su misericordia”, ¿quiénes son estas personas, antes mencionadas, quienes esperan Su misericordia? Es decir, ¿con qué propósito ansían que el Creador les dé la cualidad de Jésed? Son precisamente tales personas quienes sienten la cualidad de Jésed, “Para librar sus almas de la muerte”.

En otras palabras, es precisamente en aquellas personas que desean alcanzar Dvekut con el Creador, para adherirse a la Vida de Vidas. De otra manera, si no tienen Dvekut, sienten que se encuentran en equivalencia con la muerte, tal como dijeron nuestros sabios: “Los malvados, en sus vidas, son llamados ‘muertos’”. Por esta razón, piden al Creador que los libere de la muerte, porque la disparidad de forma los separa de la Vida de Vidas.

Dvekut Dvekut con el Creador se considera vida, como está escrito: “Pero vosotros, los que os adheristeis al Señor vuestro Dios, en este día cada uno de vosotros está vivo”. Se deduce que lo que la razón por la que piden la cualidad de Jésed es porque no desean ser como “Los malvados, en sus vidas, son llamados ‘muertos’”, y, el Creador les da la cualidad de Jésed, es decir, las vasijas de otorgamiento.

Cuando está escritoCuando escribe: “Para liberar de la muerte sus almas”, es decir, su petición al Creador para que le dé la cualidad de Jésed, es para “Liberar de la muerte sus almas”, lo cual se llama “una carencia”, que es el Kli (vasija) que puede recibir el llenado. Pero aquellas personas que necesitan de la ayuda del Creador como quien necesita de un lujo, no tienen verdaderos Kelim, no tienen verdadera necesidad de que el Creador les dé los Kelim “Para liberar sus almas de la muerte”, sino como un mero lujo.

Por lo tanto, Por tanto, permanecen con las vasijas de recepción, preocupándose sólo por su propio beneficio. No sienten que poseen Kelim impuros, y que es imposible introducir la Kedushá (santidad) dentro de estos Kelim, ya que la Kedushá y el beneficio propio son dos cosas contrapuestas.

Por lo tanto se deduce Se deduce que solamente aquellas personas que comprenden que si no son capaces de realizar actos de otorgamiento, serán separados de la Vida de Vidas, piden del Creador que les dé la fuerza para otorgar, lo cual es una segunda naturaleza; como dijo Baal HaSulam que así como el Creador dio la primera naturaleza, el deseo de recibir, es imposible cambiar la primera naturaleza por la segunda. Es más, sólo el Creador puede hacerlo.

Tal como ocurrió en la salida de Egipto, el Propio Creador los sacó del dominio del Faraón, Rey de Egipto, como dijeron nuestros sabios en Agadá Shel Pésaj (el relato de Pésaj): “El Señor nos sacó de Egipto, no por medio de un ángel, ni mediante un serafín, ni tampoco por medio de un mensajero, sino el Propio Creador”.

No obstante, ¿cuándo recibe uno ayuda para que el Creador lo saque del dominio de Egipto, que es el deseo de recibir para sí mismo? Es, precisamente, cuando una persona tiene una necesidad real, y no superflua. Por eso, si uno desea alcanzar Dvekut con el Creador, uno recibe ayuda por esa necesidad. En otras palabras, él sentirá que se encuentra en carencia, es decir, que no es que le falte perfección, sino que le falta vida, ya que el mal que hay en él es muy extenso. Por eso, desde Arriba se le informa de que es un pecador, como está escrito en el Zóhar acerca de lo que está dicho: “Si su pecado, el cual ha cometido, le ha sido informado”. Y pregunta: “¿Quién le informará?”. Y responde: “El Creador le informará de que él es un pecador”.

EstoEsto significa que el Creador le muestra la verdad de cuán alejado está del Creador, y de que tiene una verdadera necesidad de una vida de Kedushá. Así pues, uno pide del Creador que le ayude y que le provea del deseo de otorgar porque le falta vida. Y, entonces, como ya tiene una verdadera necesidad, el Creador le da el deseo de otorgar, que es la segunda naturaleza.

Según lo anteriorSegún lo anterior, debemos interpretar lo que está escrito (en “Y acerca de los milagros”): “Y Tú, en Tu gran misericordia, has puesto a los fuertes en manos de los débiles, lo mucho en manos de los pocos, y a los impuros en manos de los puros”. Esto viene a decirnos que antes de que una persona llegue a un estado en el cual ve cuán débil es, hasta qué punto el mal se encuentra en tal abundancia en él que no puede superarlo, y cuán impuro es él, hasta entonces es imposible recibir el llenado desde Arriba. Esto es porque aún no tiene un Kli completo que pueda recibir el llenado, lo que está relacionado con la deficiencia del Kli.

Por eso está escrito: “Porque vosotros erais unos pocos de entre todos los pueblos”. En otras palabras: “El Señor no estableció Su amor en vosotros ni os eligió por estar en mayor número que ningún pueblo, ya que vosotros erais unos pocos de entre todos los pueblos”. Así pues, cuando una persona ve que él es peor que el resto del mundo, precisamente en el estado de bajeza, el Señor te escoge y te libera del dominio de Egipto, como está escrito: “Yo soy el Señor vuestro Dios, quien os sacó de la tierra de Egipto… para ser vuestro Dios”.

Está escrito (en el salmo: Canción de Januká) “Te alabaré, oh Señor, porque me has elevado, y no has permitido que mis enemigos se burlen de mí”. Debemos entender quiénes son los enemigos de David, de quienes David dijo: “Y no has permitido que mis enemigos se burlen de mí”. Debemos interpretar que se sabe que David es considerado Maljut, es decir, el reino de los cielos, esto es, que las criaturas deben asumir sobre sí mismas la carga del reino de los cielos con el objetivo de no recibir recompensa, sino porque “Él es Grande y Soberano”, y no para el propio beneficio.

Pero Pero todo el mundo se opone a esto y odian hacerlo todo por el Creador y no para su propio beneficio. Así pues, la Kedushá es completamente otorgar, es decir, beneficiar al Creador, tal como está escrito: “Santos seréis, porque Yo, el Señor, soy Santo”. O sea, como el Creador sólo otorga a los creados, los creados deben otorgarle al Creador, pues esto se llama “equivalencia de forma”, lo que se considera Dvekut (adhesión) con el Creador.

Se deduce que todos aquellos que desean trabajar solamente para ellos mismos y no para el Creador, son llamados “los enemigos del Creador”, es decir, los enemigos del reino de los cielos. Por esa razón, son llamados “enemigos de David”, y este es el significado de las palabras de David: “Y no permitiste que mis enemigos se burlaran de mí”.

En general, solo hay dos aspectos de los que hablar: 1) el Creador; 2) las criaturas. En otras palabras, el Creador creó a las criaturas para darles deleite y placer, como está escrito: “Su deseo es hacer el bien a Sus creaciones”. Antes del pecado, Adam ha Rishón tuvo la perfección de su Neshamá, ya que en ese momento, tuvo el aspecto de NaRaN de BYA, y NaRaN de Atzilut. Sólo después del pecado se produjo la salida de su NaRaN, y se quedó solamente con Néfesh.

Entonces tuvo que arrepentirse, elevar sus Kelim, los cuales cayeron a las Klipot, y reunirlos con la Kedushá, es decir, adherirse a Él una vez más con el fin de otorgar, y a esto se le llama “arrepentimiento” (“volver”), como está escrito en El Zóhar: “La Hei volverá a la Vav

Hei significa Maljut, quien recibe con objeto de recibir, y todas las almas extienden de ella. Por eso Maljut se llama “la congregación de Israel”, quien contiene todas las almas. Una corrección tuvo lugar sobre esta Maljut, para corregirla para que fuera con el fin de otorgar, y se dio este trabajo a las criaturas, en el que, comprometiéndose en la Torá y las Mitzvot (mandamientos) con el fin de otorgar, inspiran a cada una para tener el objetivo de otorgar en la raíz de su alma, en Maljut de Atzilut. Haciendo esto, dan lugar a la unificación Arriba, llamada “la unificación del Creador y Su Divinidad”, es decir, Maljut, quien es llamada “Divinidad” con Zeir Anpin, quien es llamado “Vav de HaVaYaH”. Este es el significado de “arrepentimiento” cuando El Zóhar dice: “La Hei volverá a la Vav”.

En En general, debemos hacer tres distinciones: Ejad (Uno), Yajid (Único), y Meyujad (unificado). Está escrito en El Estudio de las Diez Sefirot (Parte 1, Punto 1):“Uno indica que Él está en equivalencia uniforme. Único indica lo que se extiende desde Él, que en Él, todas aquellas multiplicidades son uniformes, como Su esencia. Y Unificado indica que, aunque Él afecta las múltiples acciones, una única fuerza opera sobre todas ellas y todas ellas vuelven y se reúnen en la forma de único”.

El significado de Uno es que Él se encuentra en equivalencia uniforme, es decir, que Él creó la creación con un solo deseo: hacer el bien a Sus creaciones. Único significa que aunque vemos que hay multiplicidad de acciones, es decir, buenas y malas, esto es, que Él parece que hace bien y mal, Él es llamado “Único” porque Sus diferentes acciones tienen un único resultado: hacer el bien. Se deduce que Él es único en cada acción y que no cambia en el transcurso de todas Sus diferentes acciones. Por encima de cada acción, se encamina una sola forma: hacer el bien.

Uno Uno debe creerlo. En otras palabras, a pesar de que una persona sienta que esta acción viene del Creador y no es una acción favorable, uno todavía debe pensar que su acción le permitirá alcanzar el bien. Este es el trabajo del hombre, creer que esto es así, aunque no lo entienda, y dar gracias al Creador por ello.

Nuestros sabios dijeron: “Uno debe bendecir el mal, así como uno bendice el bien”. En otras palabras, una persona debe creer que esto es su propio bien, o el Creador, no le hubiese hecho sentir aquellos estados, ya que Su deseo es hacer el bien a las criaturas, porque ese fue el pensamiento de la Creación.

Unificado significa que una persona ya ha sido recompensada con ver cómo toda la multitud de únicos recibieron ya la forma de Único, es decir, que fue recompensado con ver cómo, para cada mal, ya recibió su bien correspondiente. Uno es recompensado con estar Unificado sólo después de haber corregido sus Kelim para que sean con el fin de otorgar. En ese momento, se recompensa a la persona con el propósito de la creación, que es el bien completo.

Este es el significado de lo que está escrito en el salmo, La apertura de la Casa de David. La apertura de la casa se refiere al Templo Sagrado que, en el trabajo: el corazón de un hombre debe ser un Templo para el Creador, tal como está escrito: “Y que Me hagan un Templo, y Habitaré entre ellos”. Uno debe ser recompensado con la presencia de la Divinidad, como nuestros sabios dijeron: “El misericordioso necesita el corazón”, es decir, que todo lo que el Creador necesita es el corazón del hombre, para así darle lo que Él desea darle.

Y cuando una persona es recompensada con ser Unificada, ve que ha sido recompensada con la construcción del Templo. David dijo acerca de esto: “Te exaltaré, Oh Señor, porque Tú me has elevado y no has permitido que mis enemigos se burlen de mí”. Significa que todos los enemigos –que son los deseos de recepción para sí mismo– quienes estaban obstruyendo la Kedushá; el Creador le salvó de todos los enemigos y fue recompensado con su admisión en la Kedushá. Este es el significado de las palabras: “Oh Señor, Tú has elevado mi alma desde el mundo de las tinieblas; Tú me has mantenido vivo, para que no descienda al pozo”.

Decimos (en, La ayuda de nuestros padres): “Tú eres el primero; Tú eres el último, y aparte Ti no tenemos un Rey que redima y libere”. También decimos: “Tú estás antes de que el mundo fuera creado; Tú estás después de que el mundo fuera creado; Tú estás en este mundo, y Tú estás en el mundo por venir”. Entendemos que se refiere, literalmente, a la grandeza del Creador. Sin embargo, ¿qué es lo que esto viene a decirnos en cuanto al trabajo?

Se Se sabe que el orden del trabajo es que el hombre debe corregir sus vasijas de recepción, para así tener la fuerza para realizar todo con el fin de otorgar. Uno debe esforzarse y hacer todo lo que pueda. En ese momento, llega a la resolución de que sin la ayuda del Creador no hay manera de salir del dominio del deseo de recibir para sí mismo. A esto se le llama “redención”, cuando se sale del exilio de Egipto, esto es, del dominio del deseo de recibir.

Todos entienden que Todo el mundo entiende que la redención es una cuestión del Creador, ya que una persona ve que  no hay ninguna posibilidad de salir del exilio por sí misma. Y, no obstante, debemos preguntarnos: “¿Cómo sabe uno que salir del exilio del deseo de recibir depende solamente del Creador y que esto se encuentra más allá de las capacidades del hombre?

La respuesta es que, desde su punto de vista, ya ha hecho lo que podía, pero no se movió ni una pulgada de su deseo de recibir. Por el contrario, él ve que desde que comenzó con el trabajo, con el fin de alcanzar el grado de que todas sus acciones sean por el bien del Creador, ahora lo observa todo de manera muy diferente: ¡está yendo hacia atrás!

En otras palabras, ve que ahora está inmerso en el amor propio más que nunca. Por esta razón, cuando una persona es recompensada con la redención, con salir del exilio, él dice que solamente el Creador puede liberar al pueblo de Israel de Egipto, es decir, que la redención le corresponde al Creador.

Sin embargo, ingresar Sin embargo, entrar en el exilio, es decir, rendirse al dominio del deseo de recibir, ciertamente esto le corresponde al hombre. En otras palabras, que el hombre tiene la culpa de no poder superar el deseo de recibir para sí mismo. Así pues, una persona va al exilio por sí misma.

Acerca de esto, los escritos nos dicen que esto no es como lo entendemos. Y aunque uno debe decir: “¿Si yo no estoy, quién está por mí?”, es decir, que todo depende de la decisión del hombre, aún así uno debe creer que todo está bajo su Providencia, es decir, que todo depende del Creador. Acerca de esto, se dice: “Tú estás antes de que el mundo fuera creado”. Se sabe que “Olam” (mundo) se deriva de la palabra He’elem (desaparición) y ocultación. Y debemos saber que en cuanto al exilio hay que realizar dos discernimientos:

  1. Cuando la persona no siente que haya desaparición y ocultación.
  2. Cuando la persona siente que se encuentra en un estado de encubrimiento y ocultación.

Este es Este es el significado de las palabras: “Tú estás antes de que el mundo fuera creado”. En otras palabras, el hecho de que una persona no sienta que se encuentra en un estado de ocultación, es obra del Creador. Pero esto ocurre por el bien del hombre, ya que antes de que una persona pueda corregir el mal que se encuentra en sí mismo, existe una corrección en la que no ve el mal. Así pues, el Creador creó la situación que precede la entrada del hombre al encubrimiento y la ocultación.

Este es el significado de: “Tú estás antes de que el mundo fuera creado”, es decir, antes de que la ocultación fuera creada. Después de eso, una persona llega a un estado de encubrimiento y ocultación. Uno llega a ese estado precisamente de acuerdo a su esfuerzo en la Torá y las Mitzvot, a fin de alcanzar el grado en el que todas sus acciones sean con el fin de otorgar.

Ese es el significado de las palabras: “Tú estás después de que el mundo fuera creado”. Así pues, el hecho de que uno entre en el encubrimiento y la ocultación vino de Él. Este es el significado de: “Tú estás después de que el mundo fuera creado”. Y después de estar ya en el exilio, entonces llega la redención, y esto es: “Tú eres el primero. Tú eres el último”.

1426. Carta Nº 5

24 de febrero de 1955

A mi amigo,

He leído tu carta de después del Shabat de esta semana y me complace tu necesidad de ir revelando los estados que se van sucediendo de una carta a otra. Ciertamente, el Creador abrirá nuestros ojos con Su ley.

Mi opinión sobre ello es que deberías esforzarte más en el amor por los amigos. Es imposible lograr el amor duradero si no es a través de Dvekut (adhesión), lo que significa que te unas al otro con un nudo apretado. Y esto sólo puede realizarse si intentas “desvestirte” del ropaje en que se encuentra revestida el alma interior −la prenda llamada “amor propio”− pues sólo ella separa los dos puntos. Pero, si caminamos por el sendero recto, los dos puntos que se disciernen como dos líneas que se oponen la una a la otra, se convierten en una línea media, que contiene ambas líneas unidas.

Y cuando tengas la sensación de estar en guerra, cada uno de vosotros sabrá y sentirá que necesita la ayuda de su amigo y que, sin él, su propia fortaleza también se debilitará. Entonces, cuando entiendas que debes salvar tu vida, cada uno de vosotros olvidará que tiene un cuerpo que debe conservar y ambos os hallaréis  unidos por el pensamiento de cómo utilizar al enemigo. Por consiguiente, apresúrate y la verdad mostrará tu camino y seguro que triunfarás.

Y te ruego que continúes escribiendo.

Baruj Shalom HaLevi Ashlag

29. Carta Nº 8

26 de mayo de 1955, Tel Aviv, en el día 48 de la cuenta de Omer, un día antes de Shavuot

 

Saludos, os deseo lo mejor, amigos míos,

En respuesta a tu carta, debo decirte que, por ahora, no tengo nada que añadir por escrito. Más bien, como está escrito: “Habla a los hijos de Israel y ellos viajarán”. En relación a los viajes, sabes que se refieren a ir del estado A al estado B. Ese es el significado de cambiar de lugar, como dijo Baal HaSulam en una interpretación del verso: “Día a día expresa un discurso”. Él escribió ahí que es imposible tener otro día sin tener un estado de noche en medio, es decir, con una interrupción en la mitad. De otra manera, se llama “un largo día” y no “día tras día”. Pero el orden del trabajo es precisamente día tras día. “Y noche tras noche revela el conocimiento” significa que hay un día en el medio, hasta aquí sus palabras.

Este es el orden de los viajes: Por lo tanto, no temáis a cualquier estado, sino sólo, como ya dijimos: “Viajad”, id hacia adelante. Cada vez, una nueva corriente debe fluir cada vez, como… me escribió en su última carta, el verso: “Ellos son nuevos cada mañana; grande es Tu fe”.

De manera casual, estoy revelando mis pensamientos y voluntad a ti aun cuando no lo acostumbro habitualmente. Y aun así, deseo revelar ante ti lo que pensé acerca de las personas de Tiberíades y saber cómo nos consideran, amigablemente o de manera ruda. En esta carta, te escribiré cómo veo y lo que veo de las personas de Tiberíades. Y aun cuando no describí la esencia de Tiberíades, aun así, te escribiré mis pensamientos.

Estos días, me he estado viendo un poco más liberado de mis problemas personales y generales, y estoy tomándome un tiempo para levantar la cabeza y admirar el espectáculo que se está desarrollando ahí. Es como si viera tres tipos de personas ahí, tres imágenes y formas vestidas en tres diferentes tipos de cuerpos.

1) Una gran parte, la vasta mayoría, no pienso que nos consideren desfavorable o favorablemente, o que nos respeten o nos desprecien. Con toda honestidad, pienso que no somos dignos de atención a sus ojos. En otras palabras, ni piensan en nosotros e incluso ni nos sienten. Es como si no existiéramos junto a ellos en el mundo, sobre la tierra.

Incluso si sucede que escuchan que existe tal cosa como los estudiantes del Rav Ashlag,  no es de interés para ellos. Están preocupados con su propia provisión todo el día −en sus pasiones, en su búsqueda de respeto, o en su espiritualidad. Ellos no tienen la necesidad de considerar algo tan trivial como nosotros −este pequeño grupo de personas y, especialmente, desde que escucharon que hay una pelea dentro de este diminuto grupo.

“Las sobras no satisfacen al león”. Es decir, el diminuto grupo es muy pequeño e insignificante a sus ojos para saciarlos o proporcionar satisfacción mental, si nos dejan entrar en sus mentes para decidir si es bueno o malo. Así de inferiores somos a sus ojos, completamente indignos de escrutinio, indignos de una atención momentánea. E incluso cuando pienso que este león tiene todo tipo de planes en relación a nosotros, en realidad no hay nada por el estilo.

2) El segundo tipo son aquellos que nos respetan y en los cuales ya ocupamos espacio en el mundo. Nos consideran personas de valor, respetables, y de cierta talla. Nos hacen el gran favor de destinar tiempo para nosotros en su mente y en sus pensamientos durante su tiempo libre. Se interesan por nosotros y observan nuestra actitud y nuestras actividades para ver si somos realmente virtuosos y con integridad, para criticarnos con un aire de crítica si encuentran algo en nosotros.

Cuando piensan en ello, ven que al final del día, es un grupo de personas que se han reunido en un cierto lugar, bajo la supervisión de un cierto líder, para estar juntos. Con un coraje sobrehumano afrontan a todos aquellos que se levantan en su contra. De hecho, son hombres valerosos con un fuerte espíritu, están determinados a no retroceder un centímetro. Son luchadores de primera clase, peleando en su guerra contra la inclinación hasta su última gota de sangre, y su único deseo es ganar la batalla por la gloria de Su nombre.

Sin embargo, junto a todas esas reflexiones, cuando comienzan a analizarse a sí mismos −de acuerdo a sus prejuicios y a sus intereses propios con respecto a deseos y persecución de honores− deben acordar de manera unánime unirse contra nosotros. Así, inequívocamente y de todo corazón, resuelven que es mejor para ellos no unirse con nosotros. Esto es así aun cuando entre ellos, están muy lejanos y son tan diferentes el uno del otro, que nunca pueden estar de acuerdo en nada. Pueden odiarse los unos a los otros hasta tal punto que no pueden soportar estar en la misma habitación unos con otros y todos desean matarse entre sí. Aun así, todos ellos se unen en nuestra contra.

Y como son parciales debido a la voluntad de recibir en ellos, y “El soborno ciega los ojos del sabio”, inmediatamente ven lo opuesto de lo que pensaron de nosotros. Y después de todas las alabanzas y virtudes que encuentran en nosotros −que cada uno de nosotros es digno y honorable− una vez que han tomado una determinación, ejecutan rápidamente el veredicto con pasión y devotamente, ya que arruinamos su reputación con nuestros puntos de vista. Así, por una parte, ellos ven que la verdad está de nuestro lado; y, por otra parte, nuestra vía es pesada para ellos.

Para disculparse a sí mismos, no tienen opción sino destruirnos y borrar nuestro nombre de la faz de la tierra. Ellos se aplican y esfuerzan para ello, para dispersarnos en todas direcciones, y planean y conspiran sobre cómo fallarnos y colocar obstáculos en nuestro camino, usando todo tipo de medios −tanto legítimos como ilegítimos, incluso si esto significa contradecir el espíritu humano y el espíritu de la Torá. No les importa porque ven que no habrá permanencia de su voluntad si tenemos algún dominio o expansión de nuestra meta hacia las personas honestas y de corazón, porque entonces tendremos el poder de mostrarles la verdad.

Y esto es malo para ellos, porque para ellos es mejor hacer lo que sus corazones desean, y al mismo tiempo ser “el rostro de la generación”−líderes influyentes y espirituales. Por eso, ellos conspiran con planes de ruina y destrucción para nuestro futuro y dicen: “Cuanto más pronto, mejor; es mejor degradarlos mientras aún son pequeños, de manera que no quede ninguna traza de ellos.

Aun así, debemos estar muy agradecidos con ellos por respetarnos y apreciar nuestro punto de vista por, al menos, admitir que hay algo que revocar. En otras palabras, no nos ignoran como si fuéramos polvo, sino que al menos somos reales para ellos. Esto no es como el primer tipo de personas, que no piensan en nosotros y creen que lo que sucede alrededor de nosotros no merece ninguna atención. Además, tampoco están impresionados por nuestra debilidad al pensar que están siguiendo nuestras acciones, que es por lo que evitamos hacer ciertas acciones, no sea que las encuentren irritantes, y que esto a menudo nos provoca escapar de la campaña, por miedo al primer tipo de personas.

Para ser honesto, ninguno de ellos nos presta atención o piensa en nosotros. Tal vez es como está escrito: “Huirás cuando nadie te esté persiguiendo”. Por lo tanto, debemos estar contentos por personas como las del segundo tipo, ya que al menos hacen bromas, se burlan, nos desprecian y calumnian. En otras palabras, al menos tenemos una realidad en el mundo y no es tan fácil para ellos el resolver borrar nuestro nombre de la faz de la tierra.

3) El tercer tipo de personas que nos desean bienestar y nos favorecen. Sin embargo, son muy pocas, como en “Dos es plural”. Y las llamo por iniciales, BShMA, es decir, B…, Sh…, M…, y A… En la lengua sagrada (hebreo), se llaman Bosem (perfume), y en traducción (Arameo), BoSMA, porque traducción se considera Ajoraím (posterior). En otras palabras, deben ser recompensados con la luz de Panim (luz anterior), que todas sus acciones serán en Kedushá (santidad), lo que se llama “la lengua sagrada”.

¿Y qué debo hacer cuando veo que deseo describir e ilustrarte a nuestros amados que están en Tiberíades? En ese momento, siento que Tiberíades es una ciudad bulliciosa, y el tercer tipo anteriormente mencionado que está vestido en dos cuerpos están mezclados en un remolino, deambulando entre todos los deseos y caprichos que están vestidos en otros cuerpos, es decir, el primero y segundo tipos. Y entonces es difícil para mí encontrarlos porque es como si estuvieran en un gran saco de paja y heno, ¿y cómo puede uno encontrar dos perlas preciosas, dos espigas de trigo, que se desvanecen en la vasta mayoría? Y aun cuando la regla es que incluso una persona entre mil cuenta, ellos aún deben soportar y clamar como una grulla, que son criaturas verdaderamente vitales.

De esto podemos entender la alegoría que nuestros sabios presentan, que la paja y el heno y el trigo deliberan sobre para quién fue plantado el campo. El argumento de la paja y el heno parecen tan correctos que no pueden ser persuadidos, y en ocasiones hay miedo de que el trigo se rinda bajo el gobierno de la paja y el heno. La paja y el heno argumentan: “Somos la mayoría, y tú, trigo, eres nada comparado con nuestro número. Tenemos un estatus más alto y nacimos antes de que vinieras al mundo. En otras palabras, mientras aún eras inexistente, nosotros ya éramos adultos y bien parecidos, y nuestra grandeza podría ser vista por todos. Desde lejos, deslumbramos el ojo con la belleza que le damos al campo entero. Pero vosotros, trigo, sois tan diminutos e indistinguibles que sólo a través de una atención especial puede uno veros, cuando uno se acerca. Esto debe ser debido a vuestra incompetencia. Pero nosotros damos un lugar y refugio a personas que están cansadas y perdidas en el camino y no tienen lugar para reposar sus cabezas. Los tomamos entre nosotros y los cubrimos de los vientos y de las bestias salvajes para que no se les vea. Pero, ¿quién puede disfrutar de vosotros?”

Pero cuando fue tiempo de cosechar, todos sabían para quien fue plantado el campo, ya que la paja y el heno, sólo son adecuados para ser comida de animales; no tienen la esperanza de ser más grandes que su actual medida de grandeza. El trigo, sin embargo, tras unas cuantas correcciones, cuando es quebrado, cernido, mezclado con vino y aceite, y puesto en el horno, es colocado sobre la mesa de reyes y es digno de servirse como una ofrenda al Señor. Y todo el mérito que puede ser atribuido a la paja y el heno es su servicio al trigo, al que sustentaron y alimentaron.

En otras palabras, ellos tomaron alimento de la tierra y le transfirieron el alimento al trigo. Fue una carga y un peso para ellos que el trigo estuviera cabalgando en las espaldas de la paja y el heno, y su valor es el mismo que el de un sirviente que sirve al rey o una criada que sirve a su señora.

Pero antes del momento de la cosecha, antes de la conclusión, era imposible aclarar la veracidad y sinceridad de la realidad misma. Por el contrario, cada uno estaba por sí mismo, discutiendo de acuerdo a su propia sensación. Y ser considerado con la verdad sin darse cuenta de si esta puede causar alguna bajeza e incomodidad no es una tarea fácil, excepto cuando uno puede analizar cada elemento en muchos detalles hasta que la veracidad y la justicia del asunto salen a la luz. Y esto requiere ser recompensado desde arriba con no ser atrapado en la red del amor propio, y ser arrastrado en el flujo del colectivo.

De lo dicho arriba, resulta que es difícil para mí encontrarte cuando estás solo, sin ninguna mezcla de deseos y puntos de vista, ya que todos están ocultándote, como se describía en la alegoría del trigo.

Sin embargo, he encontrado una táctica, similar a la del tiempo de cosecha que fue mencionada antes. Sólo de noche, después de medianoche, cuando la brisa nocturna sopla y dispersa las pilas de paja y heno, y todos yacen postrados en el campo como cadáveres, es decir, durmiendo en sus camas, las dos espigas se liberan y vierten sus corazones ante su Padre en el cielo. Ellos entran a la llama del fuego de la Torá hasta la luz de la mañana, cuando es el momento de la oración. En ese momento, sus almas salen mientras hablan las palabras del Dios viviente. Creo que este es el momento justo para entretenerse con las perlas preciosas que brillan como llamas de fuego para ser unidas con todo Israel con la ayuda de la Roca de su Redentor, y que el Creador lo entregue.

Déjame escribir unas cuantas palabras más con respecto al amor. Es sabido que no hay luz sin un Kli (vasija), es decir, que cada placer debe tener una vestimenta en la cual la luz del placer pueda vestirse. Por ejemplo, cuando una persona desea ganar algún respeto, ser honrado ante los ojos de las personas, su primer movimiento es con sus ropas. En otras palabras, él debe vestirse con un atuendo honorable, como nuestros sabios dijeron: “Rabí Yohanan llamó a sus vestidos ‘Mis honras’”.

Así, uno da una cierta medida de esfuerzo hasta que obtiene la honorable vestimenta, e incluso después de adquirir la vestimenta, él debe protegerla de cualquier desperfecto y daño. Es decir, cada día debe sacudirla, y si está manchada y se ensucia, debe lavarla y plancharla.

Pero, más importante aún, debe protegerla del más peligroso saboteador −¡las polillas! En Yiddish se le llama “un  Mol”, que es un mosquito pequeño que no puede verse. La primera enmienda es que no debe entrar en contacto con ropas viejas. Y hay además un remedio maravilloso llamado “naftalina”, que la protege de los que la dañan, llamados “Mols”. Y cuando él tiene su vestimenta, está listo para recibir la luz del placer que está vestida en los vestidos honorables.

Es similar con el amor. Para ser recompensado con la luz del amor, uno debe encontrar una vestimenta en la que la luz pueda vestirse. Y las mismas reglas a observar se aplican a los vestidos: evitar el “polvo” de la calumnia, y en especial al mosquito saboteador conocido como Mol (en Yiddish, Moil significa boca, así que hay aquí un juego de palabras), que son personas de buena apariencia, que hablan bellamente. Pensarías que ya se han “circuncidado” en las alianzas de las relaciones prohibidas y la calumnia, y del corazón circuncidado, pero muy en el fondo en ellos está el saboteador que puede dañarte, y no pueden protegerse de ello porque todo es buena apariencia y belleza.

Por eso este mosquito es tan diminuto que, sin una atención especial, es imposible detectar a este destructor que viene de aquellos circuncidados que pueden arruinar esta preciosa vestimenta. De hecho, se sabe que este mol le hace más daño a las vestimentas de lana (TzeMeR), es decir, las letras MeReTz (energía), que arruinan la energía para el trabajo. Y el Yatush (mosquito) se deriva de VaYitosh (y él abandona) al Dios que lo hizo”, o en Arameo, “Y él cesó de adorar al Dios al que él servía”.

Normalmente, uno que tiene una preciosa vestimenta de lana debe evitar el contacto con ropas viejas. En otras palabras, debe evitar el contacto con “viejos adherentes”, que arruinan la energía porque ya no es competente para el trabajo, así que todas sus palabras son solo para disminuir la energía. E incluso uno con fuertes vestimentas de amor, que es como un árbol −es decir, que es asertivo− ese mol todavía debe ser vigilado. Si ese mol entra en la lana, también puede hacer daño ya que vemos que la lana decae y se desintegra porque un mol le entra.

Y la única medicina es la naftalina, de la palabra Naftoley, que Onkelos interpreta como Tefilah (oración), es decir, rezar al Creador para que este destructor no sea permitido en su vestimenta.

Uno debe ser cuidadoso con una vestimenta honorable, porque si hay plumas de gallo sobre esta, deben ser eliminadas. Uno tampoco debe entrar en un lugar donde haya plumas de gallo mientras se visten esas ropas. En una vestimenta de la luz del amor esto es interpretado como Notzot (plumas), de la palabra Nitzim (pelear), como en las peleas de gallos. Esto se refiere al canto y a los himnos de personas que aún están en el exilio, que están exiliados del camino de la verdad y están esclavizados al amor propio. Todo el canto y alabanza que muestran durante su Torá y oración solo causan peleas en tu alma hasta que comienzas a hacer la guerra en tus puntos de vista −en cuyo lado está la verdad y la justicia. Esto echa a perder y arruina tus vestimentas, que pueden habitar en el amor. Por lo tanto, debes ser cuidadoso y evitar lugares donde hay plumas de gallo, de manera que después no tengas que dedicarte a limpiarte esas plumas.

Podemos ver que para personas que se esfuerzan en adquirir la luz de los honores, si no protegen sus ropas adecuadamente, cuando salen fuera, los externos inmediatamente se aferran a sus ropas cuando ven que no es una vestimenta apropiada, adecuada para honrar personas. En otras palabras, la gente verá que está aceptando su autoridad sobre él y que él está tan esclavizado a esas personas que están fuera que está obligado a hacer grandes esfuerzos para obtener las ropas pero también para conservarlas. Incluso el modo, es decir, el diseño y la manera de vestir, deben ser precisamente acorde a los gustos de esas personas bajo las cuales se sitúa. Así, es precisamente aquellos de quienes desea recibir respeto, a los que tiene que adorar con gran esfuerzo para ser favorecido por ellos, de manera que impartan sobre él la luz del placer que está vestida en los ropajes de honores.

Y si, Dios lo prohíba, no les sirvió lo suficiente, esto puede arrojar resultados no placenteros. Es decir, no solo no le darán el respeto que quería de ellos, sino al contrario, todos lo degradarán, lo humillarán, y lo harán sentir bajo e inferior. Y esa sensación de inferioridad primero lo pondrá triste, luego ocioso, y luego sentirá que el mundo entero ha oscurecido para él hasta que no ve esperanza de obtener placer en la vida. Entonces, encuentra un solo consuelo −ir a casa, yacer en su cama, y pedir amargamente que su plegaria sea concedida− es decir, que el ángel del sueño, que es un sesentavo de la muerte, le impartirá la luz del placer de dormir. Este es el único placer que puede esperar.

Y si, lamentablemente, el ángel del sueño no tiene misericordia de él y no encuentra un remedio para sí mismo, entonces, por la amargura de su alma, él no tiene otra opción sino adquirir placer de aquello que es popular entre los desesperados que buscan alivio para su tristeza: ellos pelean con la inclinación que desea para la propia persistencia, superarla, y extender placer del ángel llamado “suicidio”. Es decir, ellos sienten que sólo este ángel puede liberarlos de su melancolía. Evidentemente, es imposible obtener placeres del ángel recién mencionado sin terribles tormentos y una poderosa y horrible lucha emocional.

Por tanto, “Los ojos del sabio están en su cabeza”, y él sabe y ve antes de tiempo lo que puede adquirir y obtener si no cumple las leyes y condiciones de sus contemporáneos. Es decir, debe rendirse y asumir todo lo que las personas externas le exigen, o lo castigarán de inmediato en este mundo. En otras palabras, recompensa y castigo son revelados en este mundo y no requieren fe por encima de la razón.

De esto podemos deducir el cuidado y el desvelo ilimitado, y la atención grande y especial requerida para obtener el ropaje que viste la luz del amor −una vestimenta que está hecha de una tela tan fina y delicada− no sea que los exteriores arruinen esta preciosa vestimenta que ha sido comprada con tanto sudor y sangre, literalmente hablando.

Y ahora déjame aclararte cómo y de qué manera comienzo a obtener esas ropas de amor: El orden para hacer una vestimenta adecuada es, primero, hilar una pieza de tela. En otras palabras, tomamos hilos y los colocamos juntos a manera de trenzado y guía (entrecruzados). A través del entramado, se teje una pieza de tela.

Por lo tanto, tomo un hilo de trenzado en un hilo de guía o llenado. Un Nima (Arameo: hilo así como “decir”) se deriva de las palabras “Di una palabra sobre ello”. Shti (llenado) viene de la palabra Tashi (perdón), como en “Tú perdonaste la Roca que te engendró”. En otras palabras, comienzo a actuar con el poder de mi memoria y pronto recuerdo que mis amigos hablaron de mí desfavorablemente, que esas palabras les hicieron cometer cosas malas hacia mí, y estos dichos (también “trenzar”) desgastan la amistad, la camaradería, y la hermandad.

Más adelante, un hilo de Erev (llenado) viene a mi mente, es decir, que escuché que mi amigo habló de mí favorablemente, lo cual lo hizo cometer buenas cosas, que son Arevim (placenteras) y dulces a mi gusto. Es decir, veo y siento que mi amigo ha dejado todos sus compromisos y piensa y actúa solo a mi favor, de manera que tenga placeres agradables. Y esos dos hilos crean una mezcla en mí, y no sé de qué manera decidir y decir: ¿Está la verdad del lado del trenzado o del lado del llenado?

Es sabido que todo lo que existe en nuestro mundo está en la forma de positivo y negativo −derecha e izquierda, verdadero y falso, luz y oscuridad, Israel y las naciones, santo y secular, impureza y pureza, y mal y bien. Esto es así porque es imposible detectar un buen sabor sin probar el sabor amargo del mal. Este es el significado de lo que nuestros sabios dijeron: “Vengar a los malvados y dar una buena recompensa a los justos”.

La palabra Pará (vengar) viene del verso. “Pará (suelta) el cabello en la cabeza de la mujer”. En otras palabras, es posible recibir ayuda de los malvados con el fin de descubrir el verdadero sabor y sensación de la buena recompensa del justo.

Por esta razón, al tejer la vestimenta, permanezco desconcertado y espero el veredicto que expulsará la pobreza de mente que está vestida en mí. Y como no estoy ocupado en tejer un atuendo de amor, en colocar la luz del placer ahí, ya soy parcial y una parte interesada. Por esta razón, decido de acuerdo a las palabras del llenado, como la Torá nos implicó que “El soborno ciega los ojos del sabio”.

Así, ya no me importa si la verdad es lo que es; es más, me importa la meta que deseo en este minuto, durante el tejido del atuendo de amor. En ese estado, tengo una línea de decisión en el medio, es decir, la meta es justo lo que decide entre derecha e izquierda.

Y una vez que he adquirido las ropas antes mencionadas, de pronto empiezan a brillar chispas de amor dentro de mí. El corazón comienza a anhelar el unirse con mis amigos, y me parece que mis ojos ven a mis amigos, mis oídos escuchan sus voces, mi boca les habla, las manos abrazan, los pies bailan en círculo, en alegría y amor junto a ellos, y trasciendo mis límites corporales. Olvido la vasta distancia entre mis amigos y yo, y la tierra extendida muchos kilómetros no se interpondrá entre nosotros.

Es como si mis amigos estuvieran situados justo dentro de mi corazón y vieran que todo eso está sucediendo ahí, y yo me avergüenzo de mis insignificantes actos contra mis amigos. Entonces, simplemente salgo de mis vasijas corporales al parecerme que no hay realidad en el mundo excepto mis amigos y yo. Después de eso, incluso el “Yo” es cancelado y sumergido, mezclado en mis amigos hasta que me pongo de pie y declaro que no hay realidad en el mundo −sólo los amigos.

Debo ser breve, pues el día de fiesta se aproxima.

Tu amigo, Baruj Shalom HaLevi

1446. Carta Nº 16

21 de diciembre de 1995

Deja que un brote naciente sane y déjales decir que estoy en la delegación de su Hacedor, volando entre los que vuelan, El Gran Tamarisco, a quien el Superior asiste, nuestro glorificado maestro, Rav…

Recibí tu carta, y que el Creador ilumine que nuestro camino sea el camino correcto y nosotros llevaremos al límite nuestra memoria para el día de la conmemoración. Entonces se nos entregará la luz de la memoria, que es buena para limpiar el aire material, y respiraremos el aire de la santidad, que es la vida verdadera y eterna.

Me gustaría añadir a lo que escribiste como sigue: “Estoy seguro de que si hubiera conocido al más grande agnóstico…”, etc.

Sabemos que hay una costumbre, aplicada en todo el mundo, de que no es bueno para un profesional de primera línea estar entre trabajadores de pobre capacidad y aprender de sus acciones. Por ejemplo, cuando un zapatero está entre zapateros incompetentes, le dan a entender que no vale la pena hacer un buen zapato, sino hacerlo como salga, y que no vale la pena hacer un zapato bonito.

O un sastre, si es un experto, cuando está entre sastres incompetentes, le dan a entender que no vale la pena esforzarse por hacer las prendas agradables, pulcras y a la medida de su propietario. Entonces, debe ser cauteloso al estar en contacto con ellos.

Pero cuando un constructor está entre sastres, no puede aprender de sus malas acciones porque no hay conexión entre ellos. Pero dentro de la misma profesión, cada uno debe vigilarse y estar en contacto sólo con personas de corazón puro.

Según lo anterior, con cualquier persona que consideres un sirviente del Creador, debes estar en guardia y ver si es un profesional capacitado, es decir, que desea que su trabajo sea limpio y puro y destinado a “por Su Nombre”. En el último de los casos, debe saber que no es un buen trabajador y buscar consejo en su alma mediante el cual ser un trabajador capacitado, y no un trabajador ordinario que sólo aspira a la recompensa.

Pero un trabajador bueno y profesional es uno que no considera la recompensa, sino que disfruta de su trabajo. Si, por ejemplo, un sastre profesional sabe que las ropas le ajustan a su propietario en cada punto, esto le aporta placer espiritual, más que el dinero que recibe.

Así, con personas que no son de tu profesión, no es importante si estás entre ellos, ya que tú te dedicas a construir y ellos se ocupan de broncearse. Pero con las personas que se dedican a la Torá, pero que no son meticulosos en conservar las ropas a la medida de su propietario, sólo tienen una mente que está en contra de la Torá, opuesta a la visión de la Torá. Y aquí debes estar siempre en guardia… y mantenerte bien alejado de esas personas, a un tiro de flecha por así decirlo. Y no es así con las personas ordinarias.

  • Por tanto, como no tienes contacto con las personas de Mizrahi, no necesitas una vigilancia tan cuidadosa.
  • Pero de las personas de Agudat Israel, no necesitas permanecer alejado.
  • Y con los Jasidim, necesitas aún mayor vigilancia.
  • Y con las personas que eran cercanas a mi padre (Baal HaSulam) necesitas mantener un ojo muy vigilante.

Y esta es la razón: En el mundo de Nekudim, Melej ha Daat, el nivel de Kéter, que es el primer Melej (rey), cayó más bajo que todos los Melajim (reyes) durante la ruptura. Esto es así porque mientras el más rudo es también el más alto cuando tiene un Masaj, es el peor cuando pierde el Masaj. Por esta razón, cae más bajo que todos los Melajim.

Y podemos interpretar estas palabras. Cuando caminan por la senda del Creador, tienen una voluntad de recibir ambivalente: para la corporalidad, así como para la espiritualidad. En consecuencia, aquellos que eran cercanos a Baal HaSulam, mientras estaban predispuestos, tenían un Masaj y Aviut (grosor). Pero ahora que no están comprometidos y no tienen interés en tener un Masaj, su trabajo por entero está en ser “Judíos hermosos” o “Rebbes” (grandes rabís).

Así, este es un Aviut sin un Masaj, y ellos naturalmente anuncian lo que hacen. Y en cuanto a mí, no tengo confianza en ellos, y no hay nadie que los controle. Estoy siendo breve porque no deseo tenerlos en mi pensamiento, ya que conoces la regla: “Uno está donde uno piensa”.

Para entender el asunto más claramente, te daré un breve ejemplo: Se sabe que entre cada dos grados hay un punto medio, producido por los dos discernimientos juntos.

  • Entre el inanimado y el vegetativo hay un punto medio llamado “corales”.
  • Entre el vegetativo y el animado, está la piedra del campo, que es un animal que está atado a la tierra por el ombligo y se nutre de esta.
  • Y entre el animado y el hablante, está el mono.

Por tanto, hay una pregunta: ¿Cuál es el punto medio entre verdad y falsedad? ¿Cuál es el punto que está formado por ambos discernimientos juntos?

Antes de que lo aclare, añadiré otra regla: Es sabido que es imposible ver un objeto pequeño, y que es más fácil ver un objeto grande. Por lo tanto, cuando una persona comete algunas mentiras, no puede ver la verdad −que está caminando por un falso camino. Es más, dice que está yendo por el camino de la verdad. Pero no hay mentira más grande que esa. Y la razón es que no tiene suficientes mentiras para ver su estado verdadero.

Pero cuando una persona ha adquirido muchas mentiras, las mentiras crecen en él hasta tal punto que puede verlas si así lo desea. Así, ahora que ve las mentiras −que está caminando por un camino falso− ve su verdadero estado. En otras palabras, ve la verdad en su alma y cómo cambiar al camino correcto.

De esto se deduce que este punto, que es un punto de verdad −que está pisando un camino falso− es el punto medio entre verdad y falsedad. Este es el puente que conecta verdad y falsedad. Este punto es, además, el fin de la mentira, y de aquí en adelante comienza el camino de la verdad.

Así, podemos ver que para ser recompensados con Lishmá (en beneficio de Él), primero necesitamos preparar el más grande Lo Lishmá (no en beneficio de Él), y entonces podemos lograr Lishmá. Y de manera similar, Lo Lishmá es llamado una “mentira” y Lishmá es llamado “verdad”.

Cuando la mentira es pequeña y las Mitzvot y las buenas acciones son pocas, tiene un Lo Lishmá pequeño, y entonces no puede ver la verdad. Por tanto, en ese estado, dice que está caminado por el sendero bueno y verdadero, es decir, que trabaja Lishmá.

Pero cuando se dedica todo el día a la Torá y toda la noche en Lo Lishmá, entonces puede ver la verdad, ya que, mediante la acumulación de mentiras, su mentira aumenta y ve que en realidad está caminando por un sendero falso.

Y entonces comienza a corregir sus acciones. En otras palabras, entonces siente que todo lo que hace es sólo en Lo Lishmá. Desde esta perspectiva, uno pasa al camino de la verdad, a Lishmá. Sólo aquí, en este punto, comienza el asunto de “de Lo Lishmá uno llega a Lishmá”. Pero antes de eso, él argumenta que está trabajando Lishmá, y, ¿cómo puede cambiar su estado y su comportamiento?

Por tanto, si una persona está ociosa en el trabajo, no puede ver la verdad, que está inmersa en la falsedad. Pero al aumentar la Torá con el fin de otorgar satisfacción a su Creador, uno puede entonces ver la verdad: que está yendo por un camino falso, llamado Lo Lishmá. Y este es el punto medio entre verdad y la falsedad. Así pues, debemos ser fuertes y estar seguros de nuestro camino, de manera que cada día sea nuevo para nosotros, porque siempre necesitamos renovar nuestras bases, y entonces iremos hacia adelante.

Tu amigo, Baruj Shalom HaLevi Ashlag

1462. Carta Nº 24

7 de noviembre de 1946, Mánchester

Hola y mis mejores deseos.

A mi amigo,

En respuesta a tu carta del 27 de octubre, con respecto a tu primera pregunta acerca de tener que estar en guardia y evocar el amor en los corazones de los amigos, lo cual encuentras indecoroso, de hecho lo veo necesario para ti. Sabes lo que Baal HaSulam dijo, que partiendo de la relación entre hombre y hombre uno aprende cómo comportarse entre hombre y el Creador.

Esto es así porque la luz superior está en completo reposo, y es necesario evocar siempre el amor “Hasta que el amor de nuestra boda complazca”. En otras palabras, se te está mostrando desde arriba que, en este camino, debes siempre evocar el amor de Su nombre, ya que todos esperan tu despertar.

Esto es, tal como ves que en el amor de los amigos, tú tienes los derechos, tal como lo ves, significa  que te está siendo mostrado desde arriba que tú eres el que evoca (aun cuando la verdad no es necesariamente así; si le preguntas a los amigos, no estoy demasiado seguro de que estén de acuerdo con tu evidencia de que eres sólo tú quien los desea y no al revés).

Este es el significado de: “Un juez tiene sólo lo que sus ojos ven”. Esto es, en cuanto al juicio se refiere, debes juzgar sólo por tu evidencia. Por eso se te está mostrando desde arriba que tienes que seguir despertando el amor del Creador de esta manera, que debes siempre permanecer alerta, todo el día y toda la noche, cuando sientes un estado de día o sientes un estado de noche.

Decimos al Creador; “Tuyo es el día, y Tuya es también la noche”. Así, también la noche, la oscuridad de la noche, viene del Creador para favorecer también al hombre, como está escrito: “Día a día expresa un discurso, y noche a noche expresa conocimiento” (Ve el Comentario Sulam, parte 1, Punto 103).

De esto se deduce que tú debes evocar el corazón de los amigos hasta que la llama se eleve por sí misma, como nuestros sabios dijeron sobre ello: “Cuando enciendes las velas”. Por esa razón, serás recompensado con el despertar del amor del Creador sobre nosotros.

Y con respecto a tu segunda pregunta acerca de tener siempre que evocar el corazón de los amigos quienes, por su parte, tras haber sido ya recompensados con ver la importancia del estudio, etc., aún no respetan las lecciones, eso también es mérito tuyo.

En otras palabras, tenías que verlo por ti mismo: el Creador ya te ha otorgado Su proximidad varias veces. Ya ha habido varias veces en que sentiste que no tenías otra preocupación en el mundo que permanecer en adhesión a Él para siempre, porque no eres digno de servir al Rey incluso en los trabajos más simples porque, ¿por qué has de ser tú más privilegiado que tus contemporáneos?

Y aun así, esperas que el Creador te despierte para trabajar, es decir, tener un despertar desde arriba, y entonces comenzarás a estudiar las lecciones.

Esto es, del mismo modo que tú debes despertar a los estudiantes, estás diciendo que el Creador debe despertarte a ti. Es decir, si el Creador te da una razón y un buen sabor en el trabajo, estarás de acuerdo en trabajar. Pero antes de eso, no puedes hacerlo. Entonces, se te muestra desde arriba cuán bajos e inferiores consideras que son los estudiantes.

Y con respecto a la tercera pregunta, acerca de celebrar la fiesta con gran exageración, es así porque así es como las personas se comportan cuando tienen miedo de que el bebé salga de casa solo y de noche. Le dicen: “Afuera hay un oso y otras bestias salvajes”, ya que el bebé no puede entenderlo de ninguna otra manera. En otras palabras, si supiera la verdad, que no hay ningún león u oso afuera, sino que es sólo por el bien del bebé el que se vaya a dormir, y lo más importante, que permanezca dentro de casa, el bebé no sería capaz de aceptar la verdad.

Por lo tanto, debes saber, hermano mío, que en cuanto a aceptar el camino de la verdad y las palabras de verdad de Baal HaSulam, no hay muchas personas que puedan escuchar esas palabras de verdad, ya que tú sólo estás viendo a muchos niños. ¿Y qué puedo decirte mientras estás en la guardería, y estás impresionado por ellos, escribiéndome que están animados y alegres? Realmente, esa es la forma de ser de los bebés −estar animados y alegres. Pero se sabe que un bebé no se toma en serio cuando llora o es feliz porque sus emociones y sentimientos son sobre cuestiones intrascendentes.

Y cuando ves que el bebé está llorando durante el servicio, estás impresionado, y cuando está alegre y baila, estás impresionado, y escribes que envidias a los niños por estar animados y bailar. ¿Y qué es lo que quieres? ¿Ser un bebé otra vez? Debes saber, mi hermano, que tus días de niñez se acabaron, ya que antes de que entraras en la habitación de Baal HaSulam, estabas bailando como ellos.

Y que el Creador nos asista en lo corporal y en lo espiritual.

Tu amigo, Baruj Shalom HaLevi Ashlag

Hijo de Baal HaSulam

1486. Carta Nº 34

Víspera de Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío) 14 de septiembre de 1947

 

A los amigos, que vivan por siempre.

Tras haberme acercado a vosotros en el lugar corporal imaginario, esperemos que nuestros corazones se acerquen porque, de un largo tiempo a esta parte, no hemos tenido correspondencia, y el acto físico trae la unidad, como está dicho en la oración de Rosh Hashaná (servicio de la Víspera de Año nuevo): “Y todos ellos se convertirán en un grupo”. En ese estado, será más fácil “Hacer Tu voluntad de todo corazón”.

Esto es así porque mientras no haya un grupo, es difícil trabajar de todo corazón. En cambio, parte del corazón permanece en pos de su propio beneficio y no por el beneficio del Creador. Se habla de ello en el Midrash Tanhuma: “‘Aquí estáis hoy’, así como el día a veces brilla y a veces se oscurece, así ocurre contigo. Cuando esté oscuro para ti, la luz del mundo brillará para ti, como está dicho: ‘Y el Señor será sobre ti una luz eterna’. ¿Cuándo? Cuando todos seáis un grupo, como está escrito: ‘Vivos, todos vosotros en este mismo día’.

Habitualmente, si alguien toma un montón de ramas, ¿puede quebrarlas todas de una vez? Pero si se toma una cada vez, incluso un bebé puede romperlas. De igual modo, encuentras que Israel no será redimido hasta que todos sean un grupo, como está dicho: ‘En esos días y en ese momento, dice el Señor, los hijos de Israel vendrán, ellos y los hijos de Judá, juntos.’ Así, cuando están unidos, reciben el rostro de la Divinidad”.

Presenté las palabras del Midrash para que no pienses que el asunto del grupo, que es el amor de los amigos, se relaciona con el Jasidismo. Más bien, es la enseñanza de nuestros sabios, quienes vieron cuán necesaria era la unidad de los corazones en un solo grupo para la recepción de la Divinidad.

Aunque siempre hay uno de los amigos que se levanta y grita: “¡Dad vuestras manos por un solo grupo!” y siempre atribuyen la negligencia a los amigos, aun así no puedo excluirlo de entre los amigos que son negligentes en el asunto, y esto debe ser suficiente para la compresión.

Principalmente, esperemos que en el año nuevo, Shin-Tav-Het-Yod (“Que puedas vivir” pero además el año en el calendario hebreo, contado en letras [1949-50]), el Creador nos dé la vida eterna, tal como está escrito: “Porque Dios me ha asignado otra semilla en lugar de Abel”, etc., y “Que puedas vivir” se hará realidad.

El significado de Rosh Hashaná (Víspera de Año Nuevo) es un nuevo comienzo, cuando una persona comienza a construir una nueva estructura. Es como nuestros sabios dijeron: “Uno debe siempre considerarse a sí mismo mitad pecaminoso y mitad justo. Si lleva a cabo una sola Mitzvá (buena obra/mandamiento) feliz es él, porque se ha sentenciado a sí mismo y al mundo entero del lado del mérito. Si comete una transgresión, ay de él, porque se ha sentenciado a sí mismo y al mundo entero al lado del defecto”.

Debemos entender qué significa que uno deba siempre considerarse mitad y mitad. 1) Si lleva a cabo una Mitzvá y sentencia del lado del mérito, ¿cómo se le puede decir que sea mitad y mitad otra vez? Después de todo, él ya ha dictado sentencia y ya tiene mayoría de méritos. Por el contrario, si cometió una transgresión, ¿cómo se le puede decir más tarde que es mitad y mitad? 2) ¿Cómo puede decirse que es mitad y mitad cuando uno sabe de sí mismo que está lleno de pecados y transgresión? Al mismo tiempo, uno está obligado a confesar: “Somos culpables, hemos traicionado”, y “Por el pecado”.

La cuestión es que nuestros sabios están dejándonos entender el orden del trabajo. Aquí no existe una cuestión de un tribunal y un juicio de arriba. Solo cuando uno llega ante el tribunal de arriba, sus transgresiones y méritos son sentenciados.

En cambio, la cuestión es que aquí nuestros sabios nos están enseñando que uno debe siempre comenzar el trabajo y elegir lo bueno y aborrecer lo malo. Esto es así porque la elección viene al caso precisamente en algo que es mitad y mitad, porque entonces él tiene el poder de elegir. Pero cuando uno de los lados tiene ya la mayoría, él ya no puede decidir porque el hombre sigue a la mayoría y entonces es irrelevante hablar de elección.

Esto plantea la pregunta: “¿Cómo puede engañarse a sí mismo y decir que es mitad y mitad cuando, de hecho, sabe que está lleno de pecados?” Sin embargo, debemos saber que el asunto de la elección que a uno se le da es permanente y existe siempre, como en “Aquel que es más grande que su amigo, su inclinación es más grande que él”. Según esta regla, si uno tiene muchos pecados, entonces tiene una inclinación pequeña, que no es más grande que la buena inclinación, sino precisamente mitad y mitad, de manera que sea capaz de decidir.

Y como las transgresiones llegan a través de la inclinación al mal y las Mitzvot (buenas obras/mandamientos) llegan a través de la buena inclinación, como interpretó Rashi: “Tú has creado justos a través de la buena inclinación; Tú has creado malvados a través de la inclinación al mal”, por tanto, nuestros sabios dijeron: “Uno debe siempre considerarse a sí mismo mitad pecaminoso y mitad justo”. En otras palabras, con respecto a la elección, es siempre, y si las transgresiones son de […] entonces la inclinación al mal disminuye, Así pues, él es mitad y mitad.

De manera similar, si él lleva a cabo una sola Mitzvá, y ha sentenciado ya del lado del mérito, a él se le da inmediatamente una gran inclinación al mal, como está escrito: “Aquel que es más grande que su amigo, su inclinación es más grande”. De ese modo, ahora él es mitad y mitad, por lo que será capaz de sentenciar del lado del mérito.

Por lo tanto, en Rosh Hashaná, uno comienza nuevamente su trabajo. Adicionalmente, los días de los diez días de penitencia son llamados “días de perdón y expiación de los pecados”, así que un hombre tendrá todas las oportunidades de unirse al trabajo del Creador una vez más, incluso cuando ha estado tan alejado del trabajo.

Y la esencia del trabajo es la oración, ya que sólo mediante la oración uno sale del dominio del público, y entramos en el dominio del Único. Esto es así porque cuando se trata de oraciones, grande y pequeño son iguales. Más aún, quien siente su propia bajeza puede ofrecer una plegaria más genuina desde el fondo del corazón, porque sabe sobre sí mismo que no puede liberarse de la dificultad por sí solo. Entonces puede decir que, de hecho, aquellos que fueron creados con talentos especiales y cualidades de sutileza pueden hacer algo por sí solos, mientras que aquellos sin los talentos especiales y buenas cualidades necesitan de la misericordia de los cielos. De esta manera, sólo esta persona puede ofrecer una plegaria honesta.

Sin embargo, uno debe ser cuidadoso y no escapar de la campaña, ya que este es el medio de la inclinación en donde uno puede ofrecer una verdadera plegaria, este le aporta chispas de desesperanza y le proporciona evidencias, conclusiones, y deducciones de que su plegaria será inútil. Finalmente, una persona se vuelve incapaz de creer en “Porque Tú escuchas las plegarias de cada boca”. Nuestros sabios dijeron: “El Creador anhela la plegaria del justo”. Esto es así porque la plegaria es la herramienta principal para la inspiración de la Divinidad porque se considera una plegaria para el pobre.

Y la plegaria se aplica incluso al más grande de los grandes. Sin esta, uno no puede lograr un estado de “permanencia” en el trabajo. Este es el significado de: “Porque los pobres nunca cesarán en la tierra”. Debemos entender por qué el Creador nos prometió esto −que siempre es necesario tener pobres. ¿No sería mejor si no hubiera tal cosa en Israel?

Sin embargo, en la interpretación anterior, “pobre” significa un lugar para la plegaria, y si no hay lugar para la deficiencia, no hay lugar para la plegaria. Así, ¿no hay lugar para la plegaria una vez que uno ha sido recompensado con grandeza? A ese respecto, el Creador nos promete: “Los pobres nunca cesarán”, es decir, que siempre habrá un lugar donde es posible encontrar una necesidad de manera que uno pueda elevarse a un grado más alto.

Este es el significado de: “La pobreza le conviene a Israel como una correa roja a un caballo blanco”. Esto significa que incluso si él ya es un judío en la más absoluta grandeza, aun así, la pobreza le conviene, ya que éste es un lugar de deficiencia, de manera que podrá ofrecer una plegaria.

Este es el asunto presentado en la Gemará (Berajot 9b): “Rabí Ela dijo a Ulla: ‘Cuando vayas arriba, saluda a mi hermano, Rabí Berona, en presencia de todo el grupo, porque es un gran hombre y se regocija en las Mitzvot (mandamientos/buenas obras). En cuanto logró unir la redención con la oración, la sonrisa no dejó sus labios en todo el día.’” En otras palabras, el que sea un gran hombre significa que ya está en un estado de redención, redimido de todas las deficiencias y no tiene nada más que hacer. En ese estado, tiene el trabajo de buscar alguna falla en sí mismo para rezar por ello. Y cuando estaba “Uniéndose a la redención con oración”, pronto encontró un lugar para la oración y sintió una alegría infinita, como está escrito; “Porque los pobres no cesarán en la tierra”.

De todo lo anterior se deduce que lo más importante es la plegaria. Sé fuerte en la plegaria y cree en “Tú escuchas la plegaria de cada boca”.

Que seamos inscritos en el libro de la vida.

Tu amigo, Baruj Shalom HaLevi

Hijo de Baal HaSulam

1492. Carta Nº 37

25 de octubre de 1957

… y con respecto a separar el amor de los amigos del trabajo del Creador, no lo entiendo en absoluto porque nunca fue la costumbre de Baal HaSulam el comunicar aquellos dos.

Por el contrario, siempre estaba prohibido expresar palabras de la Torá o de estados de grandeza o de pequeñez entre los amigos. Nuestra manera ha sido siempre: “Camina humildemente”. Apenas sí estaba permitido hablar de asuntos del trabajo entre los amigos, como está dicho en varios ensayos de Baal HaSulam a ese respecto.

Más bien, la devoción de los amigos era aquella de la gente ordinaria, donde cada uno se preocupa sólo de la corporalidad de su amigo, no de su espiritualidad. El acercamiento entre los amigos era, de hecho, a través de comidas y de beber vino, no a través de las palabras de la Torá.

Por lo tanto, no estoy seguro de qué innovaciones estás tratando de hacer. Tal vez hasta ahora creías que para el amor de los amigos no debía haber discusiones y confrontación en asuntos del trabajo, y ahora sabes que seguro que esta es la única manera en que debe ser, es decir, mediante caminar humildemente.

La manera es como uno que va al festejo de su amigo. Él no piensa en sí mismo −si está o no de buen ánimo− sino que debe participar en la alegría de su amigo y no fruncir el ceño, sino mostrar un rostro feliz. Es lo mismo aquí: el vínculo con los amigos debe ser tal que cada uno desee deleitar a su amigo, y precisamente con cosas corporales, ya que precisamente aquí está el asunto de “Cómprate un amigo”.

“Hazte de un Rav” es una historia diferente. Esto es algunas veces, entre los amigos, uno desea ejecutar “Hazte de un Rav” hacia el otro. Sin embargo, esto es específicamente entre amigos que tienen gran cuidado y un rigor estricto, y no todo el mundo es adecuado para ello. Pero esto ya no se considera “amor de amigos”, es decir, lo que el amor de los amigos requiere, ya que no hay conexión al trabajo, como me escribiste.

Baruj Shalom HaLevi

Hijo de Baal HaSulam

1497. Carta Nº 40

Día 31 de la cuenta de Omer, Mánchester

A mis estudiantes, que vivan,

Recibí un telegrama de […] que ganamos. Esperemos que también ganemos la guerra de la inclinación −que también aquí tengamos éxito y logremos la meta de satisfacer al Hacedor.

Es cuestión de tiempo el que comencemos a avanzar hacia nuestra sagrada meta como hombres poderosos y fuertes. Se sabe que el camino pavimentado que lleva a la meta es el amor de los amigos, mediante el cual pasamos al amor del Creador. Y en el asunto del amor, es a través de “Cómprate un amigo”. En otras palabras, a través de las acciones, uno compra el corazón de un amigo. E incluso si ve que el corazón de su amigo es como una roca, eso no es excusa. Si ve que es adecuado para ser su amigo en el trabajo, entonces debe comprarlo a través de acciones.

Cada regalo (y un regalo se establece como tal si sabe que su amigo lo disfrutará, ya sea en palabras, en pensamiento, o en acción. Sin embargo, cada obsequio debe hacerse abiertamente, para que su amigo sepa de ello, ya que mediante los pensamientos, uno no sabe que es lo que su amigo estaba pensando de él; así pues, también se necesitan las palabras, es decir, decirle que está pensando en él y que se preocupa por él. Y también en eso debe tratarse de lo que su amigo ama, es decir, de lo que le gusta a su amigo. Alguien a quien no le gustan los dulces, sino los pepinillos, no puede invitar a pepinillos a su amigo, sino específicamente a dulces, ya que esto es lo que le gusta a su amigo. Y de ahí, debemos entender que algo puede ser de lo más trivial para uno, pero más importante que ninguna otra cosa para el otro) que da a su amigo es como una bala que hace un hoyo en la roca. Y aunque la primera bala solo roza la roca, cuando la segunda bala impacta el mismo lugar, ya le hace una muesca, y la tercera le hace una hendidura.

Y a través de las balas que dispara repetidamente, la hendidura se convierte en un hoyo en el corazón de piedra de su amigo, donde se reúnen todos los presentes. Y cada regalo se convierte en una chispa de amor hasta que todas las chispas de amor se acumulan en el hoyo del corazón rocoso y se vuelven una llama.

La diferencia entre una chispa y una llama es que donde hay amor, hay una revelación abierta, es decir, una revelación a todas las personas de que el fuego del amor está ardiendo en él. Y el fuego del amor quema todas las transgresiones que uno encuentra en el camino.

Y si preguntaras: “¿Qué puede hacer uno si siente que tiene un corazón de piedra hacia su amigo?” Perdóname por escribir: “Todos y cada uno sienten que tienen un corazón de piedra”, quiero decir, excepto los amigos que sienten y saben que no ponen objeciones a que su amigo les ame y les dé regalos (no necesariamente en acción sino, al menos, en buenas palabras y atención especial sólo hacia él). Me estoy refiriendo sólo a aquellos que sienten que tienen un corazón muy frío con respecto a amar a sus amigos, o aquellos que tienen un corazón de carne pero la frialdad de sus amigos, también les afectó y sus corazones se han congelado.

El consejo es muy simple: La naturaleza del fuego es que cuando frotas las rocas una contra otra, se enciende un fuego. Esta es una gran regla, ya que “De Lo Lishmá (no en beneficio de Él) uno viene a Lishmá (en beneficio de Él)”. Y esto es así particularmente cuando el acto es Lishmá, es decir, otorgar un obsequio a su amigo, y sólo el objetivo es Lo Lishmá.

Esto es así porque uno le da un obsequio sólo a alguien que conocemos y reconocemos como alguien a quien amamos. De ahí se deduce que el objetivo del obsequio es como la gratitud por el amor que le da su amigo. Sin embargo, si uno le da un obsequio a un extraño, es decir, que él no siente que su amigo se encuentra cercano a su corazón, entonces no tiene nada por lo que estar agradecido. De esto se deduce que el objetivo es Lo Lishmá, es decir… la intención que debe haber.

Aparentemente, puede decirse que a esto se le llama “caridad”, ya que siente lástima de su amigo cuando ve que no hay nadie que le esté hablando y le saluda, y por eso se lo hace. En realidad, hay una plegaria para ello −que el Creador le ayude al hacerle sentir el amor de su amigo y acercar al amigo a su corazón. Así, a través de los actos, también es recompensado con el objetivo.

Pero si en el momento de hacerlo, el dador del obsequio tenía el fin de que el regalo que dio a sus amigos fuera sólo como caridad (incluso si está dedicando su tiempo a su amigo, ya que en ocasiones es más importante para una persona que su dinero, como está dicho: “Uno se preocupa por su falta de dinero pero no por su falta de tiempo”. Sin embargo en relación al tiempo, cada uno tiene su propio valor, ya que hay personas que hacen una libra por hora, y hay más y hay menos. Y es lo mismo con la espiritualidad −cuánta espiritualidad hacen en una hora, etc.), entonces él está dando testimonio acerca de sí mismo que no tiene como objetivo el amor de los amigos, es decir, que a través de la acción, el amor entre ellos se incrementará.

Y sólo cuando ambos tengan la intención de hacer un regalo y no por caridad, a través del agotamiento de los corazones, incluso de los más fuertes, cada uno extraerá calidez de los muros de su corazón, y el calor encenderá las chispas de amor hasta que una vestimenta de amor se forme. Entonces, ambos se cubrirán bajo una manta, es decir, un único amor los rodeará y los cubrirá a los dos, como es sabido que Dvekut (adhesión) une a dos en uno.

Y mientras uno comienza a sentir el amor de su amigo, inmediatamente comienzan a despertar en él alegría y placer, porque la regla es que una novedad entretiene. El amor de su amigo por él es algo nuevo para él porque siempre entendió que él era el único que se preocupaba por su propio bienestar. Pero en el minuto en que descubre que su amigo se preocupa por él, esto evoca dentro de sí una alegría inconmensurable y ya no puede preocuparse por sí mismo, ya que el hombre puede esforzarse sólo cuando siente placer. Y como está comenzando a sentir placer al preocuparse de su amigo, de manera natural no puede pensar en sí mismo.

Vemos que en la naturaleza hay amor hasta que el anhelo se vuelve insoportable. Y si deseas preguntar: “¿Cómo puede ser que a través del amor, una persona desarrolle un deseo de revocar su propia existencia?” Solo hay una respuesta a eso: “El amor desvía del camino correcto”. En otras palabras, es irracional y no se considera correcto.

Sólo entonces, cuando existe tal amor, todos y cada uno caminan en un mundo que es completamente bueno y sienten que el Creador ha bendecido su parte. Entonces “el bendito se adhiere al bendito” y es recompensado con Dvekut con Él para siempre.

Y a través del amor, uno está dispuesto a anular su realidad completa. Se sabe que como un todo, el hombre se divide en dos partes: realidad y la existencia de la realidad. Realidad significa que una persona se siente como una deficiencia, como un deseo de recibir placer. La existencia de la realidad es el deleite y el placer que él recibe, mediante lo cual el cuerpo es alimentado y puede persistir. De otra manera, él tendrá que destruirse y ausentarse del mundo. Este es el significado de: “Lo que Dios ha creado”, es decir, la realidad, “Hacer”, se refiere a la existencia de la realidad.

La existencia de la realidad se divide en tres partes:

  1. La necesidad, sin la cual la realidad será cancelada. En otras palabras, él debe comer al menos una pieza de pan seco y una taza de agua al día, y dormir unas cuantas horas en un banco, con las ropas puestas, y ni siquiera en casa, sino fuera, en la calle o en un campo. Durante las lluvias, para evitar mojarse o tener frío, debe entrar en alguna cueva para dormir. Sus ropas, también pueden ser harapos, y esto es suficiente para él porque sólo quiere la existencia de la realidad y nada más.
  2. Ser ordinario, un burgués importante −tener una casa y muebles, electrodomésticos, ropa respetable, etc.
  3. Él desea ser como los acomodados, que tienen muchas casas y sirvientes, muebles bonitos, y toda una parafernalia agradable a la vista. Y aun cuando no puede obtener lo que quiere, sus ojos y su corazón aspiran a ello y su única esperanza es llevar una vida de lujo, y se esfuerza y trabaja sólo para lograr el nivel de un acomodado.

Y hay un cuarto discernimiento dentro de los tres discernimientos antes mencionados: Si ya ha hecho lo suficiente para el día, entonces ya no se preocupa por el mañana. Más bien, considera cada día como todos los años de su vida, como los setenta años. Y como la naturaleza del hombre es preocuparse de sus necesidades durante sus setenta años, pero no del tiempo de después de su fallecimiento, de manera similar, considera cada día como su vida entera y piensa que no vivirá más que eso.

Y si le reanimara al día siguiente, es como si hubiera sido reencarnado y debiera arreglar lo que corrompió en la primera encarnación. Es decir, si pidió dinero prestado a alguien, se ha endeudado. Así que mañana −en la próxima vida− le paga, y esto se considera un mérito. En la próxima vida, primero arregla todas las deudas que le generó a otros o que otros le generaron. Y pasado mañana es considerado como una tercera encarnación, etc.

Y ahora explicaremos el asunto antes mencionado de que, a través del amor, el hombre está dispuesto a hacer concesiones. Algunas veces, cuando una persona siente amor por el Creador, está dispuesto a renunciar al tercer discernimiento, es decir, a la vida de lujos, ya que quiere dedicar tiempo y energía a dar algunos regalos al Creador, mediante el que comprar el amor del Creador (como se mencionó en relación al amor de los amigos). En otras palabras, aun cuando todavía no siente amor por el Creador, este brilla para él como luz circundante de tal manera que vale la pena adquirir el amor del Creador.

Algunas veces una persona siente que para comprar el amor del Creador, también está dispuesta, si es necesario, a conceder el segundo discernimiento, es decir, la vida de burgués importante, y vivir sólo con lo necesario.

Algunas veces uno siente la grandeza del amor del Creador en tal medida que, si es necesario, estaría de acuerdo en renunciar incluso a la primera parte −las necesidades básicas de la vida− incluso si mediante eso, su propia existencia pudiera ser suprimida por no dar al cuerpo el alimento que necesita.

Y, algunas veces, una persona está dispuesta a renunciar a su misma existencia; quiere dar su cuerpo para que a través de ello, el nombre del Creador sea santificado en las masas, si tuviera la oportunidad de llevarlo a cabo. Es como Baal HaSulam dijo: “Uno debe seguir la cualidad de Rabí Akiva que dijo: ‘Mi vida entera, me arrepentí de este verso: ‘Con toda tu alma’, ¿cuándo llegaría a observarlo?’”

Ahora podemos entender las palabras de nuestros sabios: “‘ Y deberás amar… con todo tu corazón’, con tus dos inclinaciones. Y ‘Con toda tu alma’ significa incluso si Él toma tu alma. ‘Y con toda tu fuerza’ significa con todas tus posesiones’”. Como ya dijimos, el primer grado del amor es la existencia de la realidad, es decir, los alimentos del cuerpo, que son mediante la propiedad y las posesiones, es decir, renunciar a los tres discernimientos antes mencionados en la existencia de la realidad. El segundo grado se llama “Con toda tu alma”, es decir, concediendo la propia existencia.

Y podemos observar eso a través de la buena inclinación, es decir, mediante la coacción, cuando uno deja al cuerpo entender que hay más deleite y placer en deleitar y dar al Creador que en deleitar y dar a uno mismo. Sin embargo, sin deleite y placer, uno no puede hacer nada. Cuando uno se aflige, debemos decir que a cambio recibe algún tipo de placer, o que siente o espera sentir placer durante el acto, ya que el sufrimiento purifica, así que más adelante será recompensado con un placer maravilloso a cambio del sufrimiento. En otras palabras, obtendrá el placer ya sea en este mundo u obtendrá placer al creer que recibirá placer en el próximo mundo. Puesto de manera diferente, u obtiene placer en forma de luz interna o en forma de luz circundante −del futuro.

Sin embargo, uno no debe pensar que uno puede hacer algo sin placer. Sin embargo (uno debe saber eso), hay muchos discernimientos en Lishmá, es decir, en otorgamiento: “otorgar con el fin de otorgar” significa recibir placer de dar al Creador. “Otorgar con el fin de recibir” significa que él le da al Creador y mediante eso recibirá algo más, sea lo que sea −este mundo, el próximo mundo, alcances o grados más altos.

Sin embargo, uno debe otorgar con el fin de otorgar, es decir, derivar un placer maravilloso de dar al Creador, como realmente es para aquellos que son recompensados con ello. Uno debe apelar al Creador desde el fondo de su corazón para que le dé esta sensación de amar al Creador debido a su grandeza.

Y si aún no es recompensado, debe creer y obligar a su cuerpo −ya que esto es un placer maravilloso y de gran importancia−, y amar al Creador por Su grandeza y sublimidad. Pero uno debe saber algo: sin placer, uno no puede hacer nada hasta su límite.

Regresemos a lo mencionado anteriormente: “’Con todo tu corazón’, con tus dos inclinaciones”, es decir, que uno debe ser completo en el amor al Creador, es decir, que también la inclinación al mal esté de acuerdo en otorgarle a Él.

Seré breve ya que se aproxima el Shabbat. Pienso que […] será capaz de obtener respuestas a dos cartas que recibí de él, y que realmente disfruté. Estoy sorprendido de que […] que acostumbraba escribirme cartas, ha pasado un tiempo desde que recibí una carta de él. Por favor hazme saber si está bien y con salud. Muchas gracias también a […] por sus cartas, que recibo de él de tanto en tanto, y a […] por el telegrama. Supongo que […] no tiene mi dirección.

Su amigo

Baruj Shalom, hijo de Baal HaSulam, el Rav Ashlag

1796. El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal

15 de enero de 1972

Está escrito en El Zóhar: “El árbol del conocimiento del bien y del mal, si son recompensados: bien; si no son recompensados: mal.

Se explica en el Comentario Sulam que si él es recompensado, Midat ha Din (cualidad del juicio) – Behina Dalet no mitigadaes ocultada, y Midat ha Rajamim (cualidad de la misericordia) es revelada; esto es, Maljut que es mitigada en Midat ha Rajamim, es revelada. Pero, si él no es recompensado, es lo contrario.

Debemos entender el significado de revelación y ocultación. Es sabido que el hombre consta de virtudes y buenas cualidades, al igual que de malas cualidades. Esto es porque “No existe un justo sobre la tierra quien hará el bien sin pecar”. En otras palabras, siempre existe una deficiencia en la persona, algo más que corregir, de otra manera, no habría nada más que él pudiera hacer en el mundo.

Esto es como dos hombres que están unidos el uno al otro, y hay amistad entre ellos y, de pronto, uno de ellos escucha que el otro le hizo algo malo. Inmediatamente se aleja de él y no puede mirarlo o permanecer cerca de su amigo. Pero, después de todo, se reconcilian.

Nuestros sabios vienen y dicen: “No apacigües a tu amigo mientras esté enfadado”. La pregunta es: ¿Por qué? Durante su enfado, él ve la falta de su amigo y no puede perdonarlo de ninguna forma, ya que la falta de su amigo está revelada, y sus buenas cualidades –aquellas por las que lo eligió como amigo– ahora están cubiertas y sólo se revela la falta del amigo. Así pues, ¿cómo puede hablar a alguien que es malo?

Pero, después de algún tiempo, cuando olvida el daño y su amigo lo motiva, puede redescubrir las buenas cualidades y ocultar las malas cualidades de su amigo; es decir, que revive la sensación de las buenas cualidades de su amigo.

Naturalmente, mientras no dé poder y apoyo a las malas cualidades de su amigo, estas son dejadas de lado y ocultadas. Esto sucede porque cuando hablamos de algo, el discurso da poder y sustento a las cosas que se están discutiendo. De esta manera, cuando el enfado es olvidado, es decir, cuando la pena que su amigo le causó pierde su escozor, es posible comenzar a hablar del placer que recibió de las buenas cualidades de su amigo.

Esta imagen se percibe mejor entre un esposo y su esposa. A veces, están en tal desacuerdo que desean apartarse el uno del otro. Pero después se reconcilian. La pregunta es: “¿Qué sucede con las cosas malas que ocurrieron entre ellos mientras estaban reñidos? ¿Acaso se marcharon del mundo?”

Realmente, debemos decir que ocultaron las razones, es decir, que las malas cualidades que cada uno vio en el otro, ahora, durante el período de paz, cada uno recuerda únicamente las buenas cualidades entre ellos, las virtudes por las cuales se dio la unión entre ellos.

Pero, incluso después, si alguien de la familia viene y comienza a hablar al hombre o a la mujer, y muestra las faltas del otro, le daría fuerza y vitalidad a cosas que entre ellos suprimen y cancelan, y les expondría a ellas. En ese estado, uno puede provocar la separación entre ellos.

De forma similar, entre dos amigos, si una tercera persona viene y comienza a mostrar a uno de los amigos las faltas y desventajas de su amigo, hablando de cosas que están ocultas en ellas, él podría darles a estas cosas poder y vitalidad, y esa tercera persona podría provocar la separación entre ellos.

Y quizás esta es la razón por la que difamar está prohibido, aun cuando sea verdad; pues esto revela cosas que estaban escondidas previamente. Esto provoca lo opuesto –oculta las virtudes y revela las faltas de su amigo– provocando así separación y odio entre ellos. Y, pese a que todo lo que diga es verdad, la razón es tal como fue dicha arriba –que todo depende de qué se revela y qué se oculta.

También es lo mismo entre el Creador y el hombre. Mientras la maldad del hombre está cubierta y una persona se considera a sí misma virtuosa, se siente calificada para dedicarse a la Torá y las Mitzvot (mandamientos/buenos actos), pues es digna de ascender de grado. Pero, cuando es al contrario, y sus virtudes están cubiertas y solo sus desventajas son reveladas, no puede comprometerse en la Torá y las Mitzvot porque siente que es indigno de cualquier cosa.

Así, podrá, al final, disfrutar de este mundo como una bestia, pues no puede ser un ser humano. Baal HaSulam dijo sobre esto que, normalmente, conforme la persona se dedica a la Torá y las Mitzvot, siente su bajeza, y cuando se compromete en asuntos corporales, no siente ninguna bajeza.

Pero debería ser al contrario –mientras se compromete en asuntos corporales, debería sentir su bajeza, y naturalmente podría hacer todo sin ninguna vivacidad; mientras que comprometido en Torá y las Mitzvot, él debería considerarse a sí mismo como completo. De hecho, es el mismo problema que hemos mencionado anteriormente.

1947  Reprender al Otro

“‘Quien no sabe cómo ser reprendido’. No dijo: ‘Reprender’, sino ‘Ser reprendido’” (Zóhar, Vaieshev). El hombre desea reprender a los demás. Todos quieren que el resto trabaje con vasijas de otorgamiento, pues si todos los amigos trabajaran en otorgamiento, le darían todo lo que él necesita. Sin embargo, si él se reprendiera a sí mismo, acerca de que él debería ser el otorgante, entonces su deseo de recibir se perdería. Pero cuando las vasijas de los demás trabajan en otorgamiento, su deseo de recibir se beneficia. Por eso todos desean que los demás sean puros

1986. El Hombre como un Todo

Como un todo, el hombre consiste de dos discernimientos: 1) su propia existencia, 2) la existencia de la realidad.

La existencia de la realidad se divide en tres partes:

1)   Necesidad, sin la cual la realidad podría dejar de ser. Por eso, es suficiente comer una pequeña rebanada de pan seco y una taza de agua fría por día, dormir en un banco durante unas pocas horas con la ropa aún puesta, y ni siquiera en casa, sino en un campo o en alguna cueva durante la lluvia para resguardarse de mojarse. También sus ropas pueden ser nada más que harapos.

2)   Comportarse como un ordinario burgués; pero sin desear asemejarse al rico, quien tiene mucho dinero, un hermoso mobiliario, fina parafernalia, y agradable ropa, y no tener el deseo de comer y beber todo a lo que al estilo del rico se acostumbra comer y beber.

3)   Existe un ansia y demanda en su cuerpo por asemejarse al rico. Y pese a que él no puede obtener lo que desea, sus ojos y corazón están dedicados a eso, y desea y trabaja para obtenerlo –para ser admitido en la clase del rico.

4)   Este existe en los anteriores tres discernimientos: Si él ha hecho lo suficiente durante el día, no se preocupa del mañana. Es más, cada día es referido por él como el lapso de toda su vida.

Normalmente, la gente se preocupa por satisfacer sus necesidades sólo durante setenta años. Pero, pasados ciento veinte años, un hombre ya no se preocupa de sus suministros. También, a veces, una persona piensa que cada día debe ser en sus ojos como nuevo, es decir, como una nueva creación.

Esto es como una reencarnación –que la persona de ayer ha encarnado en la persona de hoy y debe corregir todo lo que hizo el día anterior; en ambas cosas, tanto en méritos como en buenas deudas. Es decir, ya sea que haya hecho Mitzvot o trasgresiones.

Por ejemplo, si él tomó algo de su amigo, debe regresarlo. Y si le prestó algo a su amigo, debe recibirlo, ya que cobrar una deuda es una Mitzva (singular de Mitzvot), por lo que debe cobrarle a su amigo.

 

Y ahora hablaremos del amor por el Creador. Primero, uno debe saber que el amor es traído mediante acciones. A través de dar a sus amigos regalos, cada regalo que da a su amigo es como una flecha y una bala que hace un hoyo en el corazón de su amigo. Y aunque el corazón de su amigo es como una roca, aun así, cada bala hace un hoyo. Y todos los agujeros juntos hacen un hoyo en el que entra el amor del que da esos regalos.

Y la calidez del amor le acerca las chispas de amor de su amigo, y entonces los dos amores entretejen un ropaje de amor que los cubre a ambos. Significa que un amor les rodea y envuelve a ambos, y ellos, naturalmente, se vuelven una persona; porque el ropaje que los cubre a ambos, es un sólo ropaje. Así pues, ambos son anulados.

Es una regla que todo lo nuevo es emocionante y entretiene. Por tanto, después de que uno reciba la ropa de amor del otro, sólo se regocija del amor del otro y se olvida del amor propio. En ese momento, cada uno de ellos comienza a recibir placer sólo de preocuparse de su amigo y no puede preocuparse de sí mismo, ya que cada persona puede trabajar sólo donde recibe placer.

Y como disfruta del amor de los demás y recibe placer específicamente de ahí, no sentirá placer al preocuparse de sí mismo. Y si no hay placer, no hay preocupación y no puede trabajar.

Esta es la razón por la que tú, algunas veces, encuentras en la naturaleza que, por el amor por los demás, si es excepcionalmente fuerte, uno podría cometer suicidio. Además, en el amor por el Creador, algunas veces una persona está deseando abandonar el tercer discernimiento arriba mencionado. Más tarde, desea reconocer el segundo discernimiento, y después el primer discernimiento; es decir, los tres discernimientos en la existencia de la realidad.

¿Pero cómo puede cancelar él su propia existencia? El asunto es: “Si su existencia es revocada, ¿quién podrá ser el que reciba el amor?” Pero el Creador concede amor con el poder para distraer a la persona del camino correcto. En otras palabras, él deja de ser racional y desea ser anulado de la realidad por la fuerza del amor, y su raciocinio no tiene fuerza para detenerlo.

Por eso, si preguntamos: “¿Cómo es posible que uno llegue a tal estado?”, existe una respuesta a eso: “Prueba y ve que el Señor es bueno”. Por eso la naturaleza requiere de la anulación, aunque uno no lo entienda racionalmente.

Ahora podemos entender el verso: “Y tu podrás amar… con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. “Tus fuerzas” significa la existencia de la realidad, “tu alma” significa tu propia existencia, y “tu corazón” ya es un alto grado, es decir, que contiene ambas inclinaciones –la inclinación al bien, y la inclinación al mal.

2015A. Haremos y Escucharemos (2)

Está escrito: “Y el hombre Moisés fue muy humilde”. Humildad significa bajeza, cuando una persona se anula a sí misma frente a otra. No es necesariamente una anulación externa, sino también interna. Externa significa lo que se ve desde afuera, aquello que se revela, cuando todos pueden ver que no piensa nada sobre sí mismo, pero observa que su amigo se encuentra en un grado más importante que el suyo. Esto es mostrado por los actos que hace frente a su amigo.

Y también hay algo interno llamado “oculto”. Estos son los pensamientos y la mente, los cuales también debe anular frente a su amigo. Este es el significado de lo que está escrito: “Mi alma debe ser como el polvo frente a todo”. La pregunta es: “¿Cómo puede una persona razonable y racional decir que su razón es anulada frente a todos y cada uno, mientras él sabe y siente sobre sí mismo que él se encuentra en un grado que es cien veces más alto que el de su amigo?”.

Sin embargo, existe un discernimiento llamado “parte” y un discernimiento llamado “todo”. El todo es más alto que la parte, y uno debe anularse a sí mismo frente a todas y cada una de las partes por ser parte del todo. En otras palabras, individualmente, el todo de Israel no es tan importante; pero con respecto al todo, cada persona es muy importante desde la perspectiva del todo.

Uno debe anular sus propias necesidades ante las necesidades del colectivo. Y como una persona debe anular su razón y sus pensamientos ante el Creador, él mismo debe adecuarse al exterior. Esto se llama “haciendo”, lo cual es llamado “Nosotros haremos”. Y todas esas anulaciones le permitirán anular su razón y sus pensamientos ante el Creador.

Así, resulta que quien tiene más conocimiento tiene más trabajo anulándose a sí mismo frente al Creador. Pero aquel que es un tonto, no necesita anular su razón, pues no tiene razón. De esto se deduce que el único mérito de la razón es que uno tiene algo que anular, y esta es la única razón por la que uno debe aspirar al conocimiento. Y aquel que no está listo para eso, es mejor que no tenga conocimiento.

Esto se llama “Su sabiduría es mayor que sus necesidades”. Significa que él tiene más conocimiento que puede anular, puesto que la anulación es considerada hacer, y no escuchar. “Escuchar” significa entender, y “hacer” es sólo mediante la fuerza, sin el uso de la razón. Esto es lo que se llama: “Haremos y escucharemos”. Por lo tanto, si tiene el poder de “hacer”, será capaz de recibir el “escuchar”, pues su base es la fe y no el conocimiento.

2016B. Interioridad y Exterioridad

Humildad significa que en cada forma –en acción o en pensamiento– uno se anula a sí mismo ante el otro. Significa que también debe anular su razón frente a su amigo.

Existe la interioridad y existe la exterioridad. Se llaman “revelado” y “oculto”, “acto” y “pensamiento”. Algo que todo el mundo puede ver pertenece a la parte del acto, pero el pensamiento no es revelado. Por eso el pensamiento se considera interno, es decir, que está en el interior del hombre. Pero un acto es considerado exterior, cuando hay un pensamiento interno dentro de él.

Por tanto, cuando uno debe anularse frente a su amigo, realmente  no se considera anulación, si no es de dos maneras: en pensamiento y en acción.

No es necesario el acto, pero su mente también debe ser revocada, y debe decir que el punto de vista de su amigo es más importante que su propio punto de vista. De otra manera, no se considera como una anulación. Cuando demuestra su anulación frente a su amigo, esto no es más que adulación (halagos), es decir, que en el exterior él parece como si pensara que su amigo es más importante, pero por dentro, sabe que su amigo, en modo alguno se encuentra cercano a su nivel.

 

Biblioteca

¿HAY SOLUCIÓN PARA EL ANTISEMITISMO?

Canal de Cabalá

The Books

Cabala_para_no_inciados-S-1
Cabalá para No Iniciados
Adquirir

Rescate_De_La_Crisis_Mundial-S-1
Rescate de La Crisis Mundial
Adquirir

Share On