Si alguien le dice: "yo me esforcé, y no lo encontré", ¡no le crea!
Si le dice "yo no me esforcé y lo encontré", ¡no le crea!
Si le dice: "yo me esforcé y lo encontré", ¡puede creerle!
Es importante para nosotros, entender de qué se
trata esto, de “no creerle”. ¿Estamos hablando sobre los mentirosos?
Nos estamos refiriendo a las personas que
están al servicio del Creador, y ciertamente son personas dignas, y
entonces ¿por qué podríamos considerarlos como mentirosos?, y ¿cuál
es el concepto por el que decimos: “debe creerle”, o, “no le crea”?
Para entenderlo, necesitamos saber primero, qué
es el” trabajo”. Ya hemos hablado muchas veces sobre lo que se llama
el “trabajo”, es cuando una persona debe hacer acciones que van en
contra de su naturaleza.
Es decir, nacemos con el deseo de recibir para
nosotros, siendo esa la razón por la cual debemos conseguir la
conexión (adhesión), la equivalencia de forma, porque sólo de esta
manera se recibe lo bueno y el goce sin el sentimiento de vergüenza.
Por consiguiente, una corrección fue hecha, lo cual es necesario
hacer por cada cosa a otorgar.
Por otra parte, nos encontramos en un completo
vacío, un vacío de Luz, esto que se llama oculto y ocultación,
donde ninguna santidad se siente, es cuando se está envuelto en el
amor propio.
Por consiguiente, cuando uno empieza a trabajar
para dar, lo cual va contra nuestra naturaleza, se le llama “el
trabajo.” Se refiere a los deseos e intenciones a las que el cuerpo
se opone, porque ante cualquier movimiento que el cuerpo no vea que
es para sí mismo, se opone con toda su fuerza y se necesitan
tremendos poderes para superarlo.
Aquí empieza el trabajo principal del cual se
dice: “yo me esforcé”, o “yo no me esforcé”; es sobre esto que nos
preguntamos: ¿cómo es posible que si las personas dicen “yo no me
esforcé, y lo encontré” no debemos creerles?, ¿Es acaso que nosotros
no nos referimos a las personas que ya han merecido el concepto “yo
he encontrado”?. Ciertamente estas personas son dignas y no es
aplicable decir que están mintiendo. En ese caso, ¿cómo es posible
decir “no les crea”, como si ellos estuvieran mintiendo, ya que en
verdad ellos hicieron el trabajo?
¿En ese caso, por qué consideramos que no
hicieron el trabajo cuando dicen: “yo no me esforcé y yo encontré?”.
La respuesta a esto es como anteriormente dije:
cuando una persona comienza a entrar en el trabajo de conceder, el
cuerpo empieza su oposición, y entonces la persona comienza a hacer
las acciones utilizando los remedios especiales (Torá y Mitzvot)
para obtener el poder para superar el mal en él, y la ayuda que él
necesita recibir de la Torá y Mitzvot, pero, ve que ocurre todo lo
contrario.
Cuando pensó, que a cada momento estaba
retrocediendo un paso, y sentía que no valía la pena trabajar
debido al amor propio, y cuando pensó que ya había llegado al
momento en que el mal lo había sometido, y que ciertamente este
sentimiento era antiguo, y que de hoy en adelante no tendría ninguna
conexión con el mal, de repente ve que él mismo está una vez más en
el grado más inferior de bajeza. El mismo es el amor propio y una
vez más siente la ocultación de la meta de la creación, que es
hacer lo bueno para Sus seres creados; entonces, él cree que para
merecerlo tiene antes que hacer méritos amando al Creador.
El sólo ve cómo se ama a sí mismo y con la
intención de anularse ante el Creador dice que no hay otro dominio
en el mundo, porque todo pertenece al Creador y él es tan bajo que
no merece siquiera mencionarse. En esta situación la persona no es
capaz de adaptarse a las condiciones, porque, en el momento que un
pensamiento de anulación frente al Creador viene a él, su cuerpo
(que desea recibir) se le opone y le da a entender: “Cómo es que
usted quiere anularse ante el Creador, para lo cual no debe tener
existencia propia , por eso hay sólo un dominio que es del Creador,
¿y usted no quiere elevarse ni siquiera con un nombre?, ¿no va eso
en contra de la naturaleza?, porque siendo una persona, con sólo que
esté viviendo, que quiera existir para sentir su entidad, ¿cómo
puede decir que debe anularse a sí misma ante el Creador para perder
su entidad?”
Es entonces que el cuerpo dice que no acepta
esto, a lo cual se llama el Aspecto del Destierro, es decir, todos
los deseos que están dentro de la persona por encima del aspecto de
Israel que está en él (Isra'el quiere decir yashar). La persona no
quiere solamente existir porque quiere anularse en Él del yashar
(directamente a Dios), tal como ocurrió en el destierro de Egipto,
cuando los egipcios estaban gobernando sobre la nación de Yisra'el y no
podían escapar de su mando; pero, como está escrito: “Yo, Dios tu
Señor que te sacó de la tierra de Egipto.”
Es decir, una persona por sí misma no tiene el
poder para superarse y salir de la dominación del cuerpo, sino sólo
el Creador. En Su honor puede recuperarlo de este destierro.
Ahora es cuando aparece esta pregunta: ¿si una
persona invierte una cantidad grande de trabajo y pasa por varias
ascensiones y varias caídas, muchas veces siente perder la
esperanza, llegando a la conclusión de que “todas sus acciones deben
hacerse por causa del Cielo”, que no son para sí mismo. Esto sólo se
aplica a quienes son excepcionales, con habilidades especiales y a
las personas con fortaleza que son de valeroso corazón, quienes
reconocen su incapacidad de llegar a esto solas, decidiendo debe
dejar este entorno del sistema, recibiendo después el despertar de
los sentimientos anteriores, a tal magnitud, que se olvida de lo
que había decidido antes de esta situación presente, diciendo a sí
mismas “yo también puedo llegar al estado de dádiva”, para salirse
del amor propio.
De repente, una vez más, el hombre cae de su
nivel. Existe también la costumbre de olvidarse del asunto, es
decir, olvida lo que dijo antes de esto: que él es capaz de
alcanzar el trabajo de dádiva, y ni siquiera se le ocurrió que se
caería de su nivel, porque estaba seguro de que progresaría, y
ahora ve que esto no es como lo pensó. Los pensamientos y
situaciones como éstas le suceden sin fin.
De lo que ya se dijo resulta que cuando el
Creador le ayuda y lo saca del destierro, él no sabe qué decir. Ve
esa ayuda porque todos sus trabajos no dieron fruto y entiende que
si el Creador no lo hubiera ayudado, él ya habría abandonado la
escena porque muchas veces tuvo tales pensamientos.
En ese caso, él no puede decir “yo me esforcé y
yo lo encontré”, cuando ve que con su trabajo no ganó nada. El
hecho de que él merecía el “yo encontré” sólo fue debido a la
liberación del Creador. Por consiguiente dice: “yo no me esforcé y
yo lo encontré.” Es decir, que el trabajo que él hizo no ayudó (no
tuvo efecto, fue irrelevante).
Ahora podemos entender la pregunta acerca de
cómo íbamos a sospechar que estaba diciendo una mentira. Lo anterior
es simple: él dice lo que ve, él ve que todos sus trabajos no le
ayudaron en absoluto, y declara su verdad, “yo no me esforcé.” Es
decir, con respecto al hecho de lograr la meta, él no hizo nada. Es
decir, de todo el trabajo que hizo, permanece en un estado de
bajeza, aún más humilde del que se había sentido al principio de su
trabajo, mientras que al momento en que él empezó el trabajo de
dádiva, pensó que sólo tenía un poco de mal. Ciertamente él tendría
la fuerza para superarlo y estaría dentro de su posibilidad hacer el
trabajo de dádiva y no recibir nada para él.
¿Y qué ganó del trabajo que él invirtió? Llegó
a lo más bajo de la bajeza, tanto que no hay otro como él. ¿En ese
caso, cómo puede decir: “yo me esforcé y yo encontré?”
¿El trabajo no le hizo empeorar? Y, ¿no es que
él debe encontrar la santidad para entrar en la santidad?
En ese caso, él se está quejando con razón
porque el trabajo no merecía la pena. Ciertamente el trabajo no es
la razón por la cual “ha encontrado”. Por consiguiente,
cuando él dice
“no me esforcé”, “y encontré”, no dice una mentira desde su
punto de vista.
¿Y ahora uno puede preguntar por qué dicen “no
le crea”?, ¿no está diciendo la verdad? En ese caso, lo que
encontramos en sus palabras es algo que no es verdad y que por esta
razón el cabalista dijo “no le crea.”
Pero el asunto es así. Hay una regla general:
“No hay ninguna Luz sin una vasija.” Es decir, es imposible un
relleno sin un contenedor.
Por consiguiente, cuando una persona hace un
trabajo e invierte fuerzas y esfuerzos para llegar al estado en el
cual está dando al Creador, cuanto más usa los poderes, más
impotente se siente, es decir, según el grado en que se esfuerce
para alcanzar el nivel de dar, más ve que está lejos de él. ¿Y quién
le hace entender que está lejos de estar dando? ¡Es el propio
trabajo!
Esto es comparable a una persona que agarra a
un ladrón y el ladrón quiere escapársele. Así, si la persona
sostiene al ladrón y el ladrón no muestra mucha resistencia,
la persona no necesita muchos poderes (fuerzas) para aferrarse al
ladrón. Sin embargo, si el ladrón empieza a mostrar una resistencia
mayor, entonces la persona debe hacer los mayores esfuerzos para que
el ladrón no pueda huir de sus manos, y si el ladrón demuestra mayor
fuerza que la persona, y ve que muy pronto se le escapará,
comienza a gritar por ayuda diciendo “¡AYUDA!”
Cuando la persona pide ayuda, ¿da resultado?
Específicamente en una situación en que una persona no puede
salvarse con sus propios poderes, empieza a gritar en busca de
auxilio. Pero, ¿Qué pasa si el ladrón es un niño y la persona lo
agarra de la mano?, no es la manera mas común de pedir ayuda, o de
decir: “usted debe ayudarme, para que el niño ladrón no pueda
escapar, porque yo no tengo la fuerza para sostenerlo, mientras
quiere escaparse de mi”, porque ciertamente todos nos reiríamos de
él, porque no es costumbre pedir ayuda en una situación en que la
persona misma puede hacer las cosas sin ayuda de nadie. La razón de
esto es que en el orden del mundo no hay ningún relleno sin una
carencia. Por consiguiente, cuando el hombre pide ayuda sin
necesidad, todos nos reímos de él, porque esto no está en el sentido
de la corrección de la creación.
De esto surge el hecho que cuando una persona
no necesita de otros, tiene una vida y pide ayuda, apoyo, y dice
que otros deben ayudarlo en su sustento, cualquiera que lo ve se ríe
de él, porque está de pie y pide ayuda. Vemos esto según el grado en
que él pide y suplica que le tengan misericordia. Las personas lo
conocen, saben que él no es alguien al que le falta, se ríen de él y
no le dan nada.
Habiéndose dicho que nosotros podemos entender
por qué cuando él dice “yo no me esforcé, y yo encontré”, los cabalistas dicen “no le crea”, y según lo que nosotros explicamos él
está haciendo una declaración veraz, como vimos anteriormente.
Pero, como explicamos, un relleno no se da sin
una carencia. Por consiguiente, una persona debe trabajar y debe
esforzarse, para hacer todas las acciones posibles que deba, para
llegar al nivel en que todas sus acciones deben ser por causa del
Cielo. Además, en la medida que sea necesario según el trabajo que
pone en el servicio, el Creador debe ayudarlo. Entonces, al tener
una vasija, es decir, una necesidad de que el Creador le ayude, al
saber que ve que no tiene ninguna otra alternativa de tener la
posibilidad de alcanzar el nivel de dádiva, entonces es el momento
cuando él recibe la ayuda.
Según esto, resulta que los dos dichos son
verdad. Debe decir “yo no me esforcé”, es decir, que su trabajo no
merece la pena nada, porque ve que no ganó nada del trabajo que dio,
sino simplemente lo contrario. Es decir, que como resultado del
trabajo que hizo, llegó al reconocimiento de que el trabajo no
merecía la pena para nada; es decir, uno no puede adquirir nada con
el trabajo y esto es lo que él razona. Aquí no es aplicable creer
su razón anterior, que el trabajo no lo ayudó, mientras lo ve
delante de él. En ese caso es aplicable decir “yo no me esforcé y yo
encontré”. Por consiguiente, él dice a todos que su trabajo no
merecía la pena para nada, la verdad según su razonamiento. Entonces
los cabalistas dicen “no le crea” que él no trabajo, y la razón para
esto es que “no hay ninguna Luz sin una vasija”, “no hay ningún
relleno sin una carencia.”
Por consiguiente, uno necesita el trabajo y
como eso aumenta su carencia a cada momento, por lo que requerirá de
la ayuda del Creador, cuando Él sepa que se creó un vacío tan grande
que deba ser rellenado, entonces el le dará el relleno.
Según esto, si la persona no trabaja, no hay
ningún lugar vacío para que el Creador pueda darle el relleno. Así,
nosotros vemos que el trabajo tiene valor, de tal forma que sin el
trabajo no hay ningún lugar vacío, tal como se ha dicho, porque “no
hay ningún relleno sin una carencia.”
Por consiguiente ellos dijeron: “yo no me
esforcé y yo encontré”, ¡no le crea!, porque debe haber un trabajo
por medio del cual demos un lugar para la salvación por el Creador.
Por consiguiente, cuando una persona viene y
dice “yo me esforcé, y yo no encontré”, ellos dijeron ¡no le crea!
Es decir, si la persona se esforzara de verdad y recibiera una
necesidad tal que el Creador le hubiese dado el relleno, ciertamente
el Creador se lo habría dado; pero, ciertamente él no se esforzó
todo lo que era necesario para recibir el relleno. ¿Y cuándo es
completa la necesidad? Esto, el Creador lo sabe. Por consiguiente es
incumbencia de la persona agregar y aumentar su trabajo y no huir de
la escena hasta que el Creador lo ayude.
Con esto, es comprensible que los poderes que
una persona necesita para lograr el nivel en que todas las acciones
deben ser por la causa del Cielo. La persona necesita ser
tremendamente talentosa, tener una voluntad muy poderosa y un
corazón muy valiente, así como otras cualidades similares. Es decir,
que necesita ser una persona de gran voluntad para esforzarse o
tener grandes poderes como anteriormente se dijo, que una persona
que merecía el aspecto “yo encontré”, dice “yo no me esforcé”,
cuando él ve que todos sus trabajos no hicieron nada, que aún cuando
él era la persona con los más grandes poderes en todo el mundo, no
lo ayudaría, porque para alcanzar la adhesión con el Creador y salir
del dominio del egoísmo, sólo Él puede sacarlo del dominio de la
vasija que desea recibir para sí mismo, como está escrito “yo soy
Dios tu Señor que te sacó de la tierra de Mitzraim (Egipto), para
ser tu Señor” y no hay poderes en una persona que le ayuden en esto.
Esto explica lo que está escrito (en la canción
de Januka), Ievanim (los griegos) se pusieron en mi contra ,
entonces en los días del Jashmonaim derrumbaron las paredes de mi
torre y contaminaron todos mis aceites.
Este el asunto del trabajo que necesitamos
hacer para poder revelar la carencia, para saber lo que está
faltándole exactamente. Uno sólo puede ver cuando una persona quiere
figurar cerca de la santidad, es decir, hacer todas las acciones por
la causa del Cielo, lo cual se llama el Aspecto de Jashmonaim cuyo
propósito era sacar la santidad del dominio de los poderes impuros,
denominados Ievanim (griegos= idolatría).
Específicamente en el momento que una persona
quiere figurar cerca de la santidad por medio de la “Fe sobre la
razón”, se revelan a uno las opiniones de los Ievanim, que es el
poder impuro que se opone a la fe. Entonces uno ve el intelecto de
los Ievanim, porque antes de que una persona empiece en el trabajo
de dádiva, los Ievanim no se revelan en uno. Hasta uno mismo pensó
que tenía la fe suficiente en el Creador y el poder necesario para
guardar el Torá y Mitzvot, y que la única cosa que faltaba era
aumentar su Torá y Mitzvot. No es el caso como cuando una persona
quiere ser como los Jashmonaim, es decir, que sólo santidad debe
gobernar en el mundo, entonces los Ievanim que son los poderes
impuros que son contrarios a la fe, se revelan a cada momento con
mayor fuerza, y específicamente quiere penetrar por las paredes de
mi torre, esa fe es la pared cuya grandeza depende de la medida de
la fe que una persona tiene por el Creador, como está escrito en el
Zohar Santo en donde está escrito “Noda besharim baala” , cada uno
según lo que él estima en su corazón en materia de fe en el Creador.
Todos tenemos una cantidad diferente de fe en el Creador, como está
escrito en el “la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”, 14.
Nosotros podemos entender que cuando se
abrieron brechas en las paredes de la torre, es decir, que cuando
vieron que no tenían fe, que no pudieron ir sobre la razón, cuando
ellos quisieron entrar en el servicio de dar al Creador, vinieron
contra mí y los pensamientos de los Ievanim empezaron a venir. Sólo
se les permitió ir según lo que el intelecto indicaba como
necesario, lo que valía la pena hacer. En algo que va contra el
intelecto ellos se oponen enérgicamente y no les permite moverse,
incluso lo mínimo. Es entonces que empieza el trabajo de dádiva,
sólo entonces uno ve que una persona no puede hacer algo contra su
naturaleza que es el deseo de recibir para él.
Por consiguiente, cuando el Creador hace un
milagro para ellos, les ayuda, entonces ellos dicen que todo lo que
trabajaron no sirvió de nada.
Es decir, todo el trabajo fue por nada, porque
ellos no pudieron conseguirlo, como está escrito “Usted entregó al
poderoso en las manos del débil y a muchos en las manos de pocos,
etc.”; es decir, que según las formas de su naturaleza y su
intelecto no hay ninguna manera de poder triunfar sobre ellos,
porque ellos son débiles y pocos, etc.
En ese caso, ellos razonaron que el Creador los
ayudó y esto viene a enseñarnos que cuando el Creador ayuda, no es
correcto decir que Él a propósito (dafka) puede asistir sólo a una
persona poderosa y que en el caso de una persona débil, no puede
hacer nada.
Nosotros podemos ver qué grandes poderes y los
buenos rasgos de carácter que necesitan ser encontrados en una
persona para que el Creador le ayude, que él pueda ser atraído más
cerca a Él, así uno puede explicar: “Usted entregó al poderoso en la
mano del débil”. Los pensamientos poderosos y los deseos poderosos
de los Ievanim, son puestos por Él en las manos de Israel, que son
los pensamientos débiles dentro de una persona que no es talentosa y
cuyos deseos deben acrecentarse fuertemente para poder superar todo
los deseos de recibir, qué sólo están por causa de recibir, esto que
ellos no tienen. Esto se llama milagro porque no está dentro de la
habilidad de la naturaleza el hecho que los débiles puedan
prevalecer por encima de los fuertes.
Esto nos indica que una persona no debe decir
que está preparada ni es talentosa para prevalecer en la naturaleza
y aún cuando fuera el poderoso más poderoso, es el Creador y sólo Él
quien le da la ayuda, como lo antes expresado, cuando ellos dijeron
“yo no me esforcé y yo encontré”, ¡no le crea! Es decir, que
encontró las vasijas de dádiva que les dió el Creador.
Esto es tal como está escrito (Salmos, 33-16)
“El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el
valiente por la mucha fuerza… He aquí, el ojo del Creador sobre los
que le temen, sobre los que esperan en su misericordia; para librar
sus almas de la muerte”, cuya explicación es: “observa el ojo del
Creador”; es decir, el Creador busca a esas personas “sobre
los que esperan en su misericordia”, esa espera por el Creador
que les dará las vasijas de dádiva. |