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LECCIÓN 1

Tópicos examinados en esta lección:

1. Tres fuentes: Rashbi, Ari, Baal HaSulam
2. Las cuatro fases
3. Dar por el fin de otorgar
4. El invitado y el anfitrión
5. Equiparándose con el Creador
6. La libertad de elegir
7. La primera restricción
8. Las raíces de la Creación
9. La estructura de la configuración espiritual: Partzuf
10. Satisfacer el deseo de recibir

Nuestro conocimiento de los mundos espirituales fue dado por gente que tuvo el control para desarrollar una percepción de los mundos superiores y describió los mecanismos y estructuras de aquellos mundos en sus escritos. Los métodos del establecimiento del contacto con estos mundos fueron también transmitidos. Esta herencia nos permite entrar a los mundos espirituales, adquirir un conocimiento completo, percibir la perfección completa, comprender el objetivo de la Creación y así, nuestro propósito existencial, mientras aún vivimos en este mundo.

Este curso del Rav Dr. Laitman está basado en tres fuentes: "El Zohar" del rabino Shimon Bar Yochai escrito en la segunda centuria de la era cristiana, los trabajos de Ari (el rabino Y. Luria) un cabalista que vivió en Safed en el siglo 16, y finalmente los trabajos del rabino Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), quien vivió en la mitad el siglo 20.

Estos tres cabalistas son una misma alma que reencarnó varias veces para enseñar un método actualizado que llevara al dominio de los mundos espirituales, y, por consiguiente, facilitar el estudio de la Cabalá para las generaciones futuras.

Esta única alma alcanzó su más alto nivel durante su última reencarnación, dando vida al rabino Yehuda Ashlag (Baal HaSulam). Durante su viaje a través de nuestro mundo esta alma fue capaz de proveer explicaciones de las estructuras de los mundos espirituales empezando con el más alto de los grados, desde el nacimiento del primer ser arriba hasta la finalización de la corrección del universo.

El rabino Yehuda Ashlag explica que "la Luz que emana del Creador" representa el deseo de crear seres y satisfacerlos. Esta fase se refiere a la Fase Raíz o Fase 0. En hebreo, es llamada Bejiná Shoresh o Keter, tal como se muestra en la figura 1. 

Figura 1. Las Cinco Behinot

Después esta Luz crea una Vasija  cuyo deseo de recibir se corresponde perfectamente. La Luz llena la Vasija y la satisface.  Esta es la Fase 1,  Bejiná Alef o Jojmá.

El atributo de esta Luz es dar, llevar el placer, mientras el atributo de la Vasija consiste en recibir, experimentar placer. Sin embargo, cuando la Luz entra a la Vasija, empieza a transferir a la Vasija sus atributos y la Vasija desea ser como la Luz; en vez de querer recibir, ahora quiere dar sin restricción. En este estadio, la Vasija desea ser como la Luz, dar sin restricción y, por consiguiente, rechaza recibir porque no tiene nada que dar. Esta fase es llamada Fase 2, Bejiná Bet o Biná.

Estando vacía de Luz, la Vasija empieza a considerar que el objetivo de la Luz es crear una Vasija y satisfacerla. Claramente, la Vasija puede solamente experimentar placer si recibe una porción de la Luz.

La próxima fase corresponde al deseo de recibir, digamos, diez por ciento de la Luz, de placer, pero con una intención virada hacia el Creador (otorgamiento). Este proceso es en hecho una fase mezclada, Fase 3, Bejiná Gimel o Zeir Anpin.

Después de haber alcanzado dicho estado, que consiste de estos dos elementos antagonistas, la "Vasija – Deseo" comprende que es más natural y mejor recibir que dar sin restricción. El atributo original de recibir y regocijarse está reencendido. La Luz de Hassadim, la cual ha llenado solamente el diez por ciento de la Vasija, no puede transferir a la Vasija el atributo de dar sin restricción, lo cual lleva a la predominancia del atributo original de recibir.

Como resultado, la Vasija decide que debe llenarse a sí misma con un cien por ciento de placer, recibir la Luz entera. Esta es la Fase 4, Bejiná Dalet o Maljut. Tal Vasija completamente llena es definida como una verdadera o genuina creación puesto que sus deseos provienen de dentro de sí misma, la cual es diferente a la Fase 1, en la cual no hay deseos independientes de su propiedad, estando llena con la Luz porque el Creador así lo deseó.

Sólo la Fase 4 es la verdadera elección de recibir la Luz que emana del Creador, está hecha por el mismo ser creado. El primer deseo, recibir placer de la Luz, nace dentro del ser creado.

Como se muestra en la Figura 2, Jojmá, Biná, Zeir Anpin y Maljut son las cuatro fases de la emanación de la Luz. La Luz de Keter que emana del Creador está destinada a formar el deseo de recibir o la verdadera creación.


 

Figura 2. Las cuatro fases de emanación de la Luz

"No hay nada en este mundo excepto el deseo del Creador de satisfacer y el deseo del ser creado de recibir aquel placer". Todo está fundamentado en esto. La Creación entera en todos sus estados posibles de desarrollo (inanimado, vegetativo, animado y "hablante") desea recibir una chispa de la Luz, de recibir placer.

El Creador ha formado la Creación, así es que por encima de recibir la Luz, puede experimentar infinito y eterno placer, no de manera egoísta, más bien de una manera perfecta y absoluta. Si la Luz entra a la Vasija y la llena completamente, esta Vasija no puede por más tiempo recibir el deseo, está saturada por la Luz, y en la ausencia de un deseo el placer muere.

Sólo es posible recibir continuamente cuando no recibes para tu propio fin (te regocijas por el fin de un proveedor). Entonces, la Luz que entra a la Vasija no se neutraliza con el deseo de recibir.

Por medio de la experiencia sabemos que cuando tenemos hambre y empezamos a comer, después de cierto plazo no sentimos por más tiempo el hambre aún cuando se trate del más delicioso de los platillos.

El placer es experimentado en la frontera entre el placer por sí mismo y el deseo por él. Si embargo, tan pronto el placer da paso al deseo y empieza a satisfacerlo, este deseo lentamente se marchita. Y si este placer es más fuerte que el deseo, éste puede incluso llevar a la repulsión.

¿Cómo el placer puede ser convertido en algo perfecto e ilimitado? Un esquema específico ha sido provisto por el Creador. Si el hombre siente placer no por sí mismo, sino mientras satisface a otros, este placer es infinito porque depende solamente de la cantidad de placer que puede dar y a quienes esta dándolo. "A cuanta más gente dé placer, más placer me hago sentir". Esta condición produce una eterna existencia, la perfección, lo cual es uno de los atributos del Creador. Este es exactamente el estado que el Creador quiere anunciarnos.

Si el ser creado desea exclusivamente recibir, se encuentra a sí mismo atrapado en un círculo vicioso. Puede sentir solamente todo lo que está dentro de él. Si el ser creado pudiese sentir el placer del Creador desde el regocijo de la Creación, experimentaría el placer sin fin, tal como una madre, quien sin egoísmo entrega  a sus hijos.

El esquema óptimo se corresponde con la perfección. La Luz no transmite solamente un placer simple, sino incluye el placer procurado por un conocimiento ilimitado, existencia infinita, auto-conocimiento y auto-análisis, un sentimiento de eternidad y armonía, el cual penetra todo.

El esquema ideal que incluye el Creador derrama inflexiblemente la Luz sobre el ser creado. El ser creado acepta recibir la Luz sólo si por hacerlo satisface al Creador. Este sistema es referido como Luz Devuelta o Luz Reflejada, como opuesta a la Luz Directa que emana del Creador.

Para que este esquema funcione, debe existir ante todo un deseo que atraiga la Luz Directa hacia el ser creado. En segundo lugar, el ser creado debe localizar una Cortina en el camino de la Luz. Esta Cortina previene la experiencia del placer por el fin propio y permite al ser creado recibir placer, pero sólo en la proporción que pueda dar por el fin del Creador. Entonces, el ser creado llega completamente a ser como el Creador.

En otras palabras, el siguiente intercambio toma lugar: el Creador procura placer al ser creado quien acepta con la  condición exclusiva que por hacerlo así satisfaga al Creador.

Baal HaSulam cita el ejemplo muy simple y eterno del invitado y el anfitrión. El anfitrión  presenta a su invitado una mesa llena de exquisiteces. El invitado se sienta pero no se atreve a comer porque no quiere estar en una posición de recibir y no está seguro si el anfitrión es sincero en su deseo de satisfacerlo. El invitado está turbado porque tiene sólo que recibir mientras el anfitrión dar. Esto es porque el invitado rechaza lo que es ofrecido con el objetivo de comprender el verdadero deseo del anfitrión.

Si el anfitrión insiste, rogando a su invitado hacer honor a la comida y dándole confianza en que estará muy complacido si lo hace, entonces el invitado empezará a comer. Lo hará porque está convencido en que satisfará al anfitrión y no por mucho tiempo sentirá que está recibiendo del anfitrión sino dándole (le entrega placer).

Los papeles han sido invertidos. Incluso si es el anfitrión, el que preparó  toda la comida y actúa como el convidador, claramente comprende que el cumplimiento de su deseo de satisfacer depende únicamente de su invitado. El invitado posee la llave del éxito de la cena y por consiguiente, domina la situación.

El Creador especialmente ha hecho al ser creado en una situación tal que bajo la influencia de la Luz se sentirá avergonzado de sólo recibir. El ser creado, usando su libertad de libre albedrío, alcanzará un nivel donde el placer no es experimentado de forma egoísta y de esta manera, satisfacer al Creador. En este caso el ser creado se iguala al Creador, Maljut asciende al nivel de Keter y adquiere atributos divinos.

Estos atributos divinos, estos sentimientos están más allá de la descripción y no podemos concebirlos. La entrada a los mundos espirituales por adquirir sólo un grado de similitud con el Creador ya significa eternidad, placer absoluto y logro.

La ciencia de la Cabalá estudia el desarrollo de la Creación. Describe la ruta a lo largo de la cual nuestro mundo y todos los otros mundos, el universo completo, deben andar mientras se logra su progresiva corrección (Tikun) para alcanzar el nivel del Creador, el último grado de perfección y eternidad. Necesitamos emprender este trabajo de corrección mientras vivimos en este mundo, en nuestras circunstancias diarias y ataviados con nuestro cuerpo.

los cabalistas han alcanzado este grado de perfección y lo describen para nosotros. Todas las almas sin excepción deben alcanzar este nivel último a su debido tiempo. La reencarnación de almas en nuestro mundo se llevará a cabo hasta que la última haya completado su camino. Sólo en nuestro mundo es donde la corrección es posible con el objetivo ulterior de entrar al mundo espiritual y eventualmente alcanzar el Punto Cero o Keter.

¿Podría este proceso llevarse a cabo en una sola vida? No, esto es imposible. Cuando una persona nace, recibe un alma que ya ha estado en este mundo. Esta alma ha experimentado ciertos grados de corrección y ha ganado experiencia. Esa es la razón por la cual la gente que nace hoy es más hábil y tiene más experiencia que las generaciones previas. Están más preparadas para funcionar en condiciones tecnológicas y culturales modernas, varias transformaciones toman lugar en la sociedad moderna. En nuestra generación, el deseo de estudiar Cabalá ha llagado a ser más y más popular. Las almas han ganado tal nivel de experiencia y han alcanzado tal comprensión durante pasadas vidas que una persona de 20 a 25 años no puede proseguir sin conocimiento espiritual. En el pasado, por el contrario, solamente un puñado de entre millones vagamente sintieron la necesidad por la espiritualidad.

Sólo en unos pocos años será posible alcanzar el logro espiritual en el transcurso de una vida.  Este es el objetivo de la creación que ha sido predeterminado. Cada uno de nosotros es un fragmento del único y mismo Maljut (el alma original) y estamos dotados de atributos particulares y una parte específica para desempeñar en este mundo. Por transformar sus atributos con la ayuda del sistema científico de la Cabalá cada fragmento ejecuta su corrección con el objetivo de alcanzar su más alto grado.

La ruta del fragmento está predefinida desde Arriba. Todos nacemos en este mundo con un alma particular y cualidades específicas. Ninguno de nosotros ha elegido nuestras almas con anticipación. Nuestro camino también está predeterminado. Entonces, ¿qué vamos a hacer?, ¿dónde está nuestro libre albedrío?, ¿de qué forma somos seres inteligentes y no simplemente elementos mecánicos sobre quienes tales y cuales acciones son consumadas?, ¿para qué el Creador ofreció expresarnos por nosotros mismos?. Él lo hizo según el requerimiento de una condición importante: "Un hombre tiene que desear por sí mismo para avanzar en la ruta de la corrección y elevación y poder empujarse en  proporción a la fuerza con la cual  estimula sus propios deseos".

Cada uno de nosotros tiene que empezar  desde el punto de partida y eventualmente alcanzar el punto final. No hay libre albedrío para esto. Así mismo, no hay libre albedrío para el camino porque cada uno tiene que atravesar todas sus fases y sentimientos y progresivamente integrarlos por sí mismo. En otras palabras, debemos "vivir" el camino.

La libertad significa estar en concordancia con lo que sucede a lo largo del camino, justificando cada paso y seleccionando la máxima velocidad para experimentar el proceso de corrección y enlazarse con el Creador. Este es el único factor humano dependiente y es donde radica la esencia de la Creación: Desear por sí mismo para deshacerse lo más rápidamente de la condición inicial, la ruta que el Creador le creó, para experimentar una corrección de los atributos y en el punto final unirse al Creador.

Dependiendo de cuánto el hombre exprese este deseo, puede ser llamado un hombre; de otra manera, es una criatura totalmente impersonal. La Cabalá es la única ciencia que ayuda al hombre a desarrollarse y a ser una personalidad independiente, individual y verdaderamente libre.

Las cuatro fases que llevan a la formación de la Vasija (Kli) pueden ser diferenciadas por su deseo de deleite (Aviut, espesor o tosquedad).  En la Fase 0 (Fase Raíz) y Fase 1 este deseo está ausente. Cuanto más alejado esté el ser creado del Creador, más fuerte el deseo de gozar, más tosco y egoísta es, más quiere recibir. 

La cuarta fase, Maljut, es absolutamente egoísta y este deseo resulta de su propia decisión. Cada fase subsecuente contiene a la anterior: Keter está dentro de Jojmá, ambos están contenidos dentro Biná y las tres están dentro de Zeir Anpin. Maljut comprende las 4 fases previas. Cada fase previa ayuda a la próxima y provee a su existencia. 

La cuarta fase ha recibido toda la Luz, la cual se llenó completamente. Sabemos que cuando la Luz llena la Vasija con placer, la Vasija gradualmente recibe de la Luz su atributo de dar. Maljut entonces empieza a sentir que su atributo es completamente opuesto al atributo de la Luz. Empieza a enterarse de su egoísmo comparado con el proveedor, el cual engendra tal sentimiento de vergüenza que decide detener la recepción de la Luz y quedarse vacío.

El rechazo de la Luz desde Maljut es denominado Tzimtzum Alef, la Primera Restricción. Una vez que Maljut está vacío, un estado de equilibrio con el dador se establece; ninguno de ellos recibe o da, no hay placer recíproco. Entonces, ¿cómo es posible que Maljut se iguale al Creador?.

Por imitación del ejemplo del invitado y el anfitrión, Maljut empuja toda la Luz ingresada porque no quiere sentirse como el receptor. Entonces, establece la condición con la cual aceptará una porción de la Luz, aunque no para su propio gozo, sino porque quiere satisfacer al Creador, sabe que el Creador desea su disfrute. La recepción de esa manera es como dar, así Maljut está ahora en una posición de ser el dador.

Podemos ver que la Luz necesita experimentar las cuatro fases si un verdadero deseo es traído a la vida. El mismo proceso toma lugar con todos nuestros deseos cualquiera sean estos. Previo a la manifestación de un deseo dentro de nosotros, este deseo atraviesa todas las fases del desarrollo de la Luz que emana del Creador, hasta que lo sentimos finalmente. Ningún deseo puede emerger sin la Luz. La Luz viene primero, el deseo después.

Examinemos la estructura de la Creación creada durante la Fase 4 (ver figura 3). La Luz que emana del Creador es llamada Luz Directa (Or Yashar), la Luz que Maljut empuja es llamada Luz Reflejada (Or Hozer) y finalmente, la Luz que ingresa parcialmente dentro de la Vasija es llamada Luz Interior (Or Pnimi).

Figura 3. La Vasija

Cuando el invitado enfrenta al anfitrión y la mesa llena de exquisiteces primero rechaza todo, luego decide comer un poco con el objetivo de satisfacer al anfitrión aún cuando querría engullir todo de una sola vez. Esto significa que uno debe usar su deseo egoísta de una manera altruista. Cuando el invitado empieza a considerar las cosas, comprende que no puede aceptar la cena completa por el fin del anfitrión, puede solamente aceptar una pequeña porción de ella.

Ese es el motivo por el cual el ser creado, después de haber desarrollado una restricción, puede aceptar con altruismo una pequeña porción de la Luz; digamos, un veinte por ciento empuja el ochenta por ciento restante. La parte del ser creado que toma una decisión de cuánta Luz puede aceptar para el fin del Creador es llamada Rosh (cabeza). La parte que acepta la Luz es llamada Toj (parte interna) y la última parte, la cual queda vacía es llamada Sof (el final). Éste es el lugar donde el ser creado ejecuta una restricción y no por mucho tiempo acepta la Luz.

Diferentes términos son atribuidos a las diversas partes de la creación usando analogías con el cuerpo humano. No hay términos, rótulos y números en los mundos espirituales. Es, sin embargo, más fácil y conveniente usar palabras.

los cabalistas han elegido expresarse en un lenguaje muy simple: dando por hecho que todo en nuestro mundo resulta de los mundos espirituales, en concordancia con las conexiones directas que descienden desde Arriba hacia Abajo, desde cada objeto espiritual a cada objeto en nuestro mundo. Entonces, para todo lo que tiene un nombre en nuestro mundo podemos tomar el nombre de un objeto de nuestro mundo y usarlo para designar el objeto espiritual que lo engendra.

Tomemos el ejemplo de una piedra en nuestro mundo. Hay una fuerza Arriba la cual genera la piedra: por consiguiente, será denominada "piedra". La única diferencia es que la "piedra espiritual" es una raíz dotada de atributos específicos, la cual a su vez corresponde a una rama en nuestro mundo llamada "piedra", un objeto material. Así es cómo el lenguaje de las ramas fue creado. Por medio de nombres, denominaciones y acciones de nuestro mundo podemos aludir a elementos y acciones en los mundos espirituales.

Ninguno de los auténticos escritos de Cabalá menciona nuestro mundo, ni siquiera en una palabra sencilla, aunque quizás usen el lenguaje de nuestro mundo. Cada objeto de nuestro mundo se refiere a un objeto correspondido en los mundos espirituales.

Por lo tanto, la región de un objeto espiritual responsable para el análisis y la consideración es llamada Cabeza (Rosh), ver figura 4. La parte de la Cortina localizada arriba de Maljut y la cual permite a la Luz entrar es llamada Boca (Peh). La parte a donde la Luz entra es llamada Cuerpo (Guf). La línea que ejercita una restricción dentro del Guf es llamada Ombligo (Tabur). La parte más baja la cual esta vacía de Luz es llamada Terminación (Sium). Este objeto como un conjunto constituye la Creación, el alma, Maljut.

Figura 4. El Partzuf

Así, después de haber recibido un veinte por ciento de la Luz en Toj, la región del Guf donde la Luz es realmente filtrada, el Partzuf empieza a sentir la presión ejercida desde fuera por la Luz Circundante (Or Makif). Se dice: "Ven qué placentero es aceptar una porción de la Luz, no saben cuánto placer queda afuera, sólo traten de aceptar algo más". Podemos entender que es mejor experimentar un poco de placer que todo el placer. El placer ejerce presión desde afuera y desde adentro y, por consiguiente, llega a ser mucho más dificultoso oponerse. 

A pesar de que no haya estado aceptando algo de Luz de algún modo, el Partzuf podría permanecer en ese estado por un largo tiempo, pero la Luz ejerce presión desde adentro y desde afuera. Si el Partzuf acepta algo más de Luz, significa que actúa por su propio deleite, porque la fuerza de su resistencia al egoísmo se iguala solamente en un veinte por ciento. El Partzuf se deteriora al hacerlo así. Hizo la Primera Restricción, no para actuar ulteriormente de tal manera. Esto sería totalmente inapropiado. Hay una sola solución la cual consiste en rechazar la Luz con el objetivo de revertirse al estado inicial, la manera que estuvo antes de aceptar la Luz (ver figura 4). Y esto es exactamente lo que el Partzuf hace.

La presión ejercida simultáneamente por Or Pnimi y Or Makif sobre el Tabur es llamada "Bitush Pnim uMakif" (el golpe desde adentro y afuera).

¿Cómo la extensión de la Luz dentro del Guf  (veinte por ciento en este caso) toma lugar? La Cortina  la cual estuvo inicialmente posicionada en el nivel del Peh de Rosh (la boca de la cabeza), es bajada por la presión de la Luz cerca de un veinte por ciento debajo del Peh dentro del Guf, hasta que alcanza la línea del Tabur.

Cuando la Luz es expulsada desde el Guf, la Cortina sube progresivamente desde el Tabur al Peh de Rosh, apartando la Luz. Antes de la extensión de la Luz dentro del Guf, el Partzuf tomó toda la información disponible en el Rosh. Conoció qué tipo de Luz es, qué clase de deleite trae, supo qué es su propio deseo y cuán firme su fuerza está opuesta al deleite por su propio fin.

De acuerdo con toda esta información así como también con la información que permanece desde el estado cuando el Partzuf estuvo lleno con la Luz, y desde el estado que sigue a la restricción de la Luz, el Partzuf mantiene memoria del pasado (una marca) la cual es llamada Reshimó.

¿Qué existe en lo espiritual? Nada, excepto el deseo de gozar y los placeres para satisfacer este deseo. La información acerca del deseo per se en el Partzuf es denominada Aviut, y la información que corresponde a la Luz, la cual se vestiría a sí misma con un Kli (vasija) es llamada Hitlabshut. Uno puede decir con justicia que existe sólo el Creador y la Creación.

Desde el estado previo siempre queda un Reshimó de Hitlabshut y un Reshimó de Aviut. Estos dos parámetros son suficientes para definir el estado previo del Partzuf. Después de haber rechazado la Luz, un Partzuf sabe precisamente qué filtró cuando la Luz se alojó en su Guf. Con esta experiencia sabe cómo actuar y qué clase de cálculos tiene que llevar a cabo.

El Partzuf mostrado en la figura 5, comprende que no es posible por mucho tiempo retener el veinte por ciento de la Luz. La decisión es tomada para saborear el quince por ciento para el fin del Creador.

Figura 5. Los 5 Partzufim: Galgalta, AB, SAG, MA, BON

Para que esto suceda, el Partzuf necesita bajarse un poco, por lo que su Rosh y Peh serán ubicadas debajo del nivel del  Partzuf previo. La Luz que golpea la Cortina es apartada y quizás solamente un quince por ciento ingrese.

¿Cómo Hitlabshut y Aviut están determinados? El cálculo empieza en el Mundo de Ein Sof (El Mundo del Infinito), donde Maljut (Aviut Dalet, Deseo del Nivel) 4) está lleno totalmente con la correspondiente Luz (Hitlabshut Dalet, Luz del Nivel 4). Este estado de Maljut está caracterizado brevemente por "Dalet – Dalet" y es designado por (4,4).

El próximo Partzuf retiene los datos que ahora son capaces de llenarlo a sí mismo con Luz, la cual corresponde sólo a Aviut Gimel, Deseo del Nivel 3 y así en adelante.

Cada uno de los siguientes Partzufim baja su capacidad de llenar su Guf con la Luz por el fin del Creador más y más.

En conjunto hay 25 Partzufim, los cuales emergen desde arriba hacia abajo. Cuando el turno del último Partzuf llegue, su parte más baja atraviesa la línea de separación, la Barrera (Majsom) entre el mundo espiritual y nuestro mundo, y empieza a brillar en nuestro mundo. Nuestro mundo es un estado de Maljut caracterizado por la ausencia de una cortina.

 

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