El lenguaje de los cabalistas: Ramas
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Cuando pensamos o sentimos algo y deseamos
transmitírselo a otra persona para que también lo sienta
utilizamos palabras. Existe un consenso generalizado acerca del
uso de las palabras y sus significados. Si calificamos a algo de
"dulce", la otra persona imagina inmediatamente el mismo sabor.
Pero, ¿cuánto se acerca su concepto de lo dulce al nuestro?,
¿cómo podríamos comunicar mejor nuestras percepciones
manteniendo el uso de palabras?
Las percepciones de los cabalistas superan
nuestro nivel. No obstante, ellos desean transmitirnos su
admiración por cosas que no tienen significado para nosotros.
Para esto, utilizan instrumentos tomados de nuestro mundo: con
frecuencia palabras, a veces notas y en ocasiones otros medios.
los cabalistas escriben acerca de sus
experiencias y percepciones en los mundos superiores, acerca de
las fuerzas superiores y de lo que descubren allí. Escriben para
otros cabalistas, pues la interacción de sus estudios es
esencial y fructífera. Luego sus escritos llegan a quienes aún
no han sentido la espiritualidad, aquellos para quienes aún se
encuentra oculta.
Como en el mundo espiritual no existen
palabras que puedan describir sus percepciones espirituales, los cabalistas las denominan "Ramas", una palabra tomada de nuestro
mundo. De allí que el lenguaje de los libros de Cabalá se conoce
como "Lenguaje de las Ramas". Este lenguaje toma prestados
términos de nuestro mundo para identificar percepciones
espirituales. Como cada cosa del mundo espiritual tiene su
equivalente en el mundo físico, cada raíz del mundo espiritual
tiene el nombre de su rama.
Al no poder describir con precisión
nuestras percepciones, ni medirlas o compararlas, acudimos a
toda clase de términos auxiliares.
El rabino Yehuda Ashlag escribe en su
"Estudio de las Diez Sefirot" (Parte I. Mirando a nuestro
interior) “…los cabalistas eligieron un lenguaje especial al que
se le denomina “Lenguaje de las Ramas”. Nada sucede en este
mundo que no tenga sus raíces en el mundo espiritual. Todo en
este mundo se origina en el mundo espiritual y luego desciende.
De esta forma, los cabalistas encontraron un lenguaje ya
elaborado, con el cual transmitir fácilmente sus logros
oralmente unos a otros o por escrito para las generaciones
futuras. Tomaron los nombres de las ramas del mundo material:
cada nombre es autoexplicativo, indicando su raíz de origen en
el sistema del Mundo Superior."
Para cada fuerza y acción de este mundo
existe una fuerza y acción en el mundo espiritual que es su
raíz. Cada fuerza espiritual se correlaciona con una sola
fuerza, su rama en el mundo material.
Acerca de esta correlación directa se ha
escrito: "No hay brizna nada que crezca abajo que no tenga un ángel
arriba instándolo a crecer." Es decir, no hay nada en nuestro
mundo que no tenga su fuerza correspondiente en el mundo
espiritual. A causa de esta correlación directa, y porque la
espiritualidad no contiene palabras -sólo sensaciones y fuerzas-
los cabalistas utilizan los nombres de las ramas de este mundo
para referirse a las correspondientes raíces espirituales.
El Baal Hasulam prosigue, diciendo: "Con
estas explicaciones, ustedes comprenderán lo que a veces parece
en los libros de Cabalá una terminología extraña para el
espíritu humano, en particular en los textos básicos, como el
Zohar o los libros del Ari. Surge la pregunta: ¿Por qué los cabalistas utilizaron una terminología tan corriente para expresar
ideas tan elevadas? La explicación es que ningún idioma ni
lengua del mundo podría ser utilizado de forma razonable,
excepto el especial lenguaje de las Ramas, basado en las raíces
superiores correspondientes. ... Si a veces se utilizan
expresiones extrañas, es porque no queda otro remedio; no
debemos sorprendernos. Lo bueno no puede reemplazar lo malo, y
viceversa. Debemos siempre transmitir exactamente la Rama o
incidente que designe a su raíz superior como lo dicte la
ocasión, elaborándolo hasta encontrar la definición exacta."
El mundo espiritual es abstracto: allí las
fuerzas y las sensaciones funcionan sin el ropaje de "animal",
"mineral", "vegetal" o "parlante". El estudiante repite una y
otra vez las ideas principales de la sabiduría cabalística:
"lugar", "tiempo", "movimiento", "carencia", "cuerpo", "partes
del cuerpo" u "órganos", "corresponder", "besar", "abrazar",
hasta percibir en su interior la sensación correcta para cada
idea.
Para concluir, debemos observar que algunos
así llamados "instructores de Cabalá" transmiten a sus estudiantes
interpretaciones equivocadas. El error surge del hecho de que
los cabalistas escribieron sus libros utilizando el Lenguaje de
las Ramas, usando términos de nuestro mundo para expresar ideas
espirituales. Quienes no comprenden el uso correcto del lenguaje
caen en el error. Enseñan que existe una conexión entre el
cuerpo y la vasija espiritual, como si la vasija espiritual
incluyera al cuerpo, considerándolo parte del órgano espiritual,
de modo que por medio de una acción física se pudiera realizar
algo espiritual. Las ramas forman parte integral de la Cabalá,
y sin su uso, no se puede estudiar Cabalá.
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