Introducción a la sabiduría oculta para principiantes

[Kabbalah Multilingual Guide]

C O N T E N I D O S

Al lector
¿Qué es la Cabalá?
¿Quién es cabalista?
¿Por qué estudiar Cabalá?
Historia de la Kabbalah y del Zohar.
¿Quién puede estudiar Cabalá?
¿Cómo estudiar Cabalá?
Espiritualidad y Cabalá
Ciencia y Cabalá.
Reencarnación y Cabalá.
"Ramas"- El idioma de los cabalistas.
La música cabalística.
Preguntas frecuentes acerca de la Cabalá
Acerca de Bnei-Baruj.
Cómo contactar a Bnei Baruj
Index

 

 

Al lector

El hombre siempre buscó respuestas a las preguntas básicas de la existencia: ¿Quién soy? ¿Cuál es el propósito de mi existencia? ¿Por qué existe el mundo? ¿Seguimos existiendo después de que nuestro ser físico ha completado sus tareas?, etc.

Cada uno/a a su manera intenta responder a dichas preguntas a partir de las fuentes de información de las que dispone. Cada uno/a de nosotros formula su concepción del mundo a partir de su experiencia. La realidad y la vida cotidiana se encargan de poner a prueba constantemente esta percepción, obligándonos a reaccionar, mejorarla o si no, cambiarla. Algunos lo hacemos conscientemente, en otros ocurre como un proceso inconsciente.

La necesidad de efectuar cambios y de buscar respuestas proviene del deseo de recibir placer y de evitar el sufrimiento. Las leyes de la naturaleza, nuestra experiencia de vida y la conducta de las criaturas vivientes nos enseñan que no existe un modo lógico de evitar por completo el sufrimiento. En este sentido, somos iguales a los demás seres vivos. Una vaca, una rana o un pez también buscan, a su manera, la mayor cantidad de placer con la menor cantidad de incomodidad.

Los interrogantes esenciales acerca del ser del Hombre agregan otra dimensión al sufrimiento humano. No nos permiten sentirnos satisfechos aún tras haber logrado tal o cual objetivo particular. Al alcanzar la meta anhelada, sentimos rápidamente la carencia de algún otro placer. Esto nos impide disfrutar nuestros logros, reactivándose nuestro sufrimiento . Vemos retrospectivamente que hemos gastado la mayor parte del tiempo esforzándonos por alcanzar nuestros objetivos, obteniendo muy poco placer por el éxito en sí.

En los últimos años se ha iniciado una masiva búsqueda mundial de respuestas. Muchos se vuelcan hacia el Lejano Oriente y hacia la India en busca de la verdad. Algunos encuentran una satisfacción temporaria mediante técnicas y procedimientos de relajación o de reducción del sufrimiento por minimización de las expectativas y del poder del deseo.

Estas acciones meramente camuflan el hecho de que no se ha obtenido satisfacción. Diversas formas de meditación, alimentación y ejercicios físicos y mentales aquietan los instintos animales del ser humano, permitiéndole sentirse físicamente más confortable. Se siente amo de sus reacciones, desarrollando la autoconciencia. Aprende a escuchar las necesidades de su cuerpo y de su personalidad y a satisfacerlas. Este procedimiento, que le enseña a bajar sus expectativas, representa una mera alternativa a sus verdaderos deseos.

En lugar de soluciones, recibe anestesia local contra la fuente de su sufrimiento. Pero cuando los efectos de la anestesia desaparecen, descubre que no puede ignorar la verdad: Minimizar el deseo de recibir placer no permite escaparle. Cualquiera que, habiendo elegido este camino, realice un honesto autoexamen, comprobará que aún no ha alcanzado el objetivo deseado -dejar atrás el sufrimiento y encontrar placer ilimitado.

Luego están quienes buscan una explicación lógica del universo a través de la investigación científica.

Las leyes de la naturaleza y de la conducta humana han sido estudiadas durante miles de años. En los últimos cien años, desde que el pensamiento científico se tornó un instrumento de estudio legítimo de los fenómenos naturales de nuestro mundo, se han logrado significativos progresos.

La ciencia se basa en supuestos lógicos, investigación confiable y cuantificable y datos. El progreso que trajo al mundo es innegable, pero limitado. Lo que no puede ser medido por instrumentos científicos queda fuera de su alcance. El alma del hombre, su conducta y sus motivaciones se encuentran fuera de los límites de un auténtico estudio científico.

Aún en el campo de las ciencias naturales, los investigadores y científicos modernos descubren que, a medida que avanzan en sus investigaciones, más oscuro y confuso se vuelve el mundo que van encontrando. Los textos científicos más avanzados se parecen cada vez más a tratados místicos, o por lo menos a ciencia-ficción. No es extraño que haya tantos fanáticos de la ciencia-ficción entre los científicos. Pero la ficción no ofrece soluciones -deja a los buscadores del verdadero camino sin respuestas, confusos y frustrados.

A lo largo de las generaciones, los cabalistas han escrito muchos libros en diversos estilos, de acuerdo a la época en que les tocaba vivir: el lenguaje de la Biblia (que incluye los cinco libros de Moisés, los Escritos y los Profetas), el lenguaje de las leyendas, el lenguaje legal y el lenguaje de la Cabalá, un modo de describir el sistema espiritual de los mundos superiores y la forma de alcanzarlo. Cuatro lenguajes en total, creados para introducirnos en nuestra realidad espiritual.

No se trata de caminos diferentes, sino de aspectos del mismo tema, en diferente formato. Explican cómo avanzar en el mundo espiritual, y cómo está construido. La Biblia y otras fuentes espirituales auténticas fueron reveladas para enseñarnos cómo agregar a este mundo la vivencia de la esfera espiritual, cómo progresar en ella, estudiarla y recibir conocimiento espiritual.

Baal Hasulam escribe en su libro Frutos de los Sabios: "La sabiduría interna de la Cabalá es la misma que la de la Biblia, el Zohar y la Leyenda y la única diferencia entre ellos radica en su lógica particular. Es más bien como una lengua antigua traducida a cuatro idiomas. Resulta autoevidente que la sabiduría misma no cambió en absoluto con el cambio de lenguaje. Todo lo que tenemos que considerar es cuál copia será la más conveniente y ampliamente aceptada para ser transmitida."

los cabalistas utilizaron objetos materiales de nuestro mundo –términos que nos resultan familiares- para describir el reino espiritual. De allí la posibilidad (y el peligro) para la persona de equivocarse en su estudio, imaginando representaciones materiales de nuestro mundo que no existen en absoluto en la espiritualidad .[Ver capítulo "Ramas"].

Este libro se dirige a todos aquellos buscadores de conciencia, que no han olvidado todavía lo que cada uno se pregunta de una u otra forma en su soledad. Es un libro para quienes buscan un método lógico y confiable de estudiar los fenómenos del mundo.

No es un libro de Cabalá, sino una introducción a los principios del enfoque cabalístico. Es un primer paso hacia la comprensión de las raíces de la conducta humana y de las leyes de la naturaleza.

Este libro presenta las bases de la sabiduría de la Cabalá y su modo de acción. Se dirige a todos los que estén interesados en conocerse a sí mismos, en comprender las razones del sufrimiento y del placer y en encontrar respuestas para los grandes interrogantes de su vida.

¿Qué es la Cabalá?

La Cabalá es un método simple y preciso que investiga y define la posición del ser humano en el universo. La sabiduría de la Cabalá nos dice porqué existe el hombre, porqué nace, porqué vive, cuál es el propósito de su vida, de dónde viene y adónde va cuando completa su vida en este mundo.

La Cabalá es el único método para alcanzar el mundo espiritual. Nos enseña acerca del mundo espiritual, y, al estudiarlo, vamos desarrollando un sentido adicional. Con la ayuda de este sentido podemos establecer contacto con los mundos superiores.

La Cabalá no es un estudio abstracto o teórico, sino por el contrario, muy práctico. El hombre aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su propio interior.

Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. Es por eso que la Cabalá se denomina "La Sabiduría Oculta". A través de ella, la persona sufre cambios internos, ocultos a los ojos de los demás, que sólo ella percibe y conoce. Esta actividad, propia, específica y peculiar ocurre en su interior, y sólo ella la comprende.

La palabra "Cabalá" viene de la palabra "laykabbel", recibir. La Cabalá describe los motivos de las acciones como "el deseo de recibir". Este deseo se refiere a recibir diversas clases de placeres. Para ello, cada uno está dispuesto, en general, a invertir un gran esfuerzo. La cuestión es: ¿cómo alcanzar el máximo placer pagando el mínimo precio? Cada cual intenta responder a esta pregunta a su manera.

Este deseo de recibir se desarrolla y crece según un orden determinado. Al principio, desea el placer de los sentidos. Luego busca el dinero y el honor. Un deseo aún más poderoso lo vuelve sediento de poder. Más adelante apuntará quizás al pico de la pirámide: la espiritualidad. Quien reconoce la fuerza de este deseo, comienza a buscar los medios de satisfacerlo.

Al pasar por las etapas del deseo, la persona se familiariza con sus habilidades y limitaciones.

La Cabalá se ocupa de lo que no podemos apresar ni controlar. No sabemos cómo son creados los sentimientos. Nos maravillamos ante las experiencias de lo dulce, lo amargo, lo agradable, lo áspero, etc. No logramos construir instrumentos científicos para examinar nuestros sentimientos, ni siquiera en el campo de la Psicología, de la Psiquiatría y demás Ciencias Humanas. Los factores de la conducta permanecen ocultos a nuestro entendimiento.

La Cabalá es como la matemática de los sentimientos; toma todos nuestros sentimientos y deseos, los divide y da una fórmula matemática exacta para cada fenómeno, a cada nivel, para cada tipo de comprensión y de sentimiento.

Es un trabajo de sentimientos comBinádos con intelecto. Para los principiantes, utiliza geometría, matrices y diagramas. Los que avanzan encontrarán una ciencia muy exacta que examina los sentimientos. Al estudiar, sentirán cada sentimiento, y a la vez lo comprenderán. Sabrán qué nombre darle, según su poder, dirección y carácter.

La sabiduría de la Cabalá es un método antiguo y probado, mediante el cual el ser humano puede recibir una conciencia superior, alcanzando la espiritualidad. Este es su real objetivo en el mundo. Si alguien siente un deseo y un anhelo de espiritualidad, podrá darle cauce mediante la sabiduría de la Cabalá, otorgada por el Creador.

La palabra "Cabalá" describe la meta del Cabalista: alcanzar todo aquello de lo que el ser humano sea capaz, como ser pensante, la más elevada de todas las criaturas.

¿Quién es Cabalista?

Un Cabalista es una persona común como cualquier otra. No posee ninguna habilidad, talento, u ocupación especial. No tiene porqué ser ya un sabio ni ostentar una expresión beatífica en su rostro.

El Cabalista es un investigador que estudia su propia naturaleza utilizando un método preciso, probado y que ha resistido la prueba del tiempo. A lo largo de la historia, los cabalistas han estudiado la esencia de sus existencias utilizando herramientas simples que todos podemos emplear hoy en día -sentimientos, intelecto y corazón.

En algún momento de su vida, tomó la decisión de buscar un camino que le ofreciera respuestas creíbles a las preguntas que lo perturbaban. Mediante un método de estudio preciso, pudo adquirir un sentido adicional, un sexto sentido, el sentido espiritual.

Mediante este sentido, percibe las esferas espirituales tan claramente como nosotros nuestra realidad aquí y ahora; recibe conocimiento acerca de las esferas espirituales, los mundos superiores y la manifestación de las fuerzas superiores. Estos mundos se denominan "superiores" porque se encuentran más allá, más arriba que el nuestro.

El ser humano va ascendiendo desde su nivel espiritual actual a su nivel espiritual siguiente, o Mundo Superior. Este movimiento lo va llevando de un Mundo Superior al siguiente.

Constituyen las raíces a partir de las cuales se ha desarrollado todo lo que existe aquí, todo lo que llena nuestro mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. El Cabalista se encuentra al mismo tiempo en nuestro mundo y en los mundos superiores. Esta cualidad es común a todos los cabalistas.

los cabalistas reciben la información real que nos circunda, y perciben dicha realidad. Por eso pueden estudiarla, familiarizarse con ella y transmitírnosla. Nos proponen un método nuevo para conocer la fuente de nuestras vidas y conducirnos hacia la espiritualidad. Nos ofrecen este conocimiento en libros escritos en un lenguaje especial. Leídos de cierta forma especial, estos libros se convertirán en naves que nos permitirán descubrir nosotros también la verdad por nuestros propios medios.

En los libros que han escrito, los cabalistas nos transmiten técnicas basadas en experiencias personales. Desde su amplísima perspectiva, encontraron la manera de ayudar a quienes vendrían después, para que suban la misma escalera que ellos. Este método se denomina "la sabiduría de la Cabalá".

¿Por qué estudiar Cabalá?

Al estudiar los textos cabalísticos, una persona común aprende cosas que anteriormente le estaban veladas. Sólo tras adquirir el sexto sentido mediante este estudio, podrá ver y sentir lo que previamente no estaba revelado.

los cabalistas no transmiten el conocimiento de la estructura del Mundo Superior o espiritual sin un motivo válido. Existe un fenómeno de máxima importancia en sus escritos: Todos tenemos la posibilidad interna de desarrollar este sexto sentido [Ver el capítulo "Ciencia y Cabalá"].

Puede suceder que, al acercarse a las materias cabalísticas, uno al principio no comprenda lo que está leyendo. Para entenderlas correctamente, hay que invocar la llamada "Luz Circundante", la Luz correcTorá, que muy gradualmente nos mostrará nuestra realidad espiritual. Los términos "corregir" y "corrección" se utilizan en la Cabalá para describir un cambio en el deseo de recibir, esto es, de recibir las cualidades del mundo espiritual y del Creador.

Todos poseemos este sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido como "el punto del corazón". La Luz que eventualmente habrá de llenarlo, este sexto sentido a desarrollar, se encuentra enfrente.

El sexto sentido es también llamado "vasija espiritual" (Kli), y sigue existiendo aún sin realidad material. La vasija espiritual de una persona común no se encuentra todavía lo suficientemente desarrollada como para percibir el mundo espiritual. Si uno estudia adecuadamente los escritos originales de la Cabalá, esta Luz ilumina el punto del corazón y comienza a desarrollarlo. El punto se agranda, expandiéndose hasta permitir la entrada de la Luz Circundante. La entrada de la Luz en el punto del corazón provoca en uno la percepción espiritual. Este punto es el alma de la persona.

Nada es posible sin la ayuda de arriba, sin el descenso de la Luz Circundante que nos ilumine gradualmente el camino. Aunque no reconozcamos dicha Luz, existe una conexión directa entre el punto del corazón y la Luz que ha de llenarlo, según el plan de arriba. Estudiar libros de Cabalá le permite a uno conectarse con la fuente de la Luz, sintiendo poco a poco un deseo de espiritualidad. Este proceso se conoce como "segula" (remedio).

Rabí Yehuda Ashlag escribió en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot: "En efecto, ¿por qué los cabalistas ordenaron a todos estudiar Cabalá? Es grandioso y meritorio divulgar la incomparablemente maravillosa cualidad del estudio de la sabiduría de la Cabalá; aunque no entiendan lo que están estudiando, el tremendo deseo de entender despertará las luces que rodean su alma. Esto significa que todos tienen garantizada la posibilidad de acceder eventualmente a los maravillosos logros que Dios previó para nosotros al planificar la Creación. Quienes no lo logren en esta encarnación, lo harán en otra, hasta que se cumpla la intención del Creador."

Aunque uno no logre esta realización, las luces le están destinadas; las luces circundantes permanecen esperando que prepare su vasija para recibirlas.

Y así cuando alguien, aunque carezca de las vasijas, se compromete con esta sabiduría, invocando los nombres de las luces y las vasijas que le pertenecen y lo esperan, éstas brillarán hasta cierto grado sobre él. Pero sólo penetrarán en su alma interior cuando sus vasijas estén listas para aceptarlas. La Cabalá es el único medio de crear la vasija para recibir la Luz del Creador.

La Luz que uno recibe cuando se entrega a la sabiduría atrae un encanto celestial, confiriéndole una abundancia de santidad y pureza que lo acerca a la realización.

La Cabalá es especial pues permite saborear la espiritualidad ya durante su estudio, haciendo que uno la prefiera al materialismo. De este modo, uno va depurando su voluntad en la medida de la propia espiritualidad, alejándose de las cosas que antes le atraían, como un adulto que abandona los juegos infantiles.

¿Por qué necesitamos la Cabalá? Porque la Cabalá nos ha sido entregada como un trampolín para el cambio. Nos ha sido dada para que podamos conocer al Creador. Estas son las únicas razones por las cuales nos ha sido concedida. Quien estudie Cabalá para automodificarse y para conocer al Creador, alcanzará el estadio en que comenzará a ver que puede mejorar –sin sufrimiento.

Historia de la Cabalá y del Zohar

El primer Cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador, y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para adquirirlo. La Cabalá se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada Cabalista agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación.

La Cabalá se siguió desarrollando después que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fue escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a.C. – 515 a.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de la destrucción del Segundo Templo (70) y hasta nuestra generación, hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cabalá, en los que aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.

El primer período tuvo lugar durante el siglo III, cuando el libro del Zohar fue escrito por Rabí Shimón Bar Yochai (150 – 230), el "Rashbi", un alumno de ¿???Rabí Akiva (40 – 160). Sólo Rabí Shimón Bar Yochai y otros cuatro sobrevivieron. Tras la matanza de 24.000 discípulos de Rabí Akiva, el Rashbi fue autorizado por Rabí Akiva y Rabí Yehuda Ben Baba a transmitir a las generaciones futuras la Cabalá que le habían enseñado. Tras la captura y encarcelamiento de Rabí Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.

Salió de la cueva con el Zohar, un método acabado para el estudio de la Cabalá y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu el Profeta", lo cual significa que el propio profeta en persona vino a enseñarles.

El Zohar es uno, escrito en forma de parábolas y en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. El Zohar nos dice que el arameo es el "reverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. Rabí Shimón Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla metódicamente dictando sus contenidos a Rabí Aba. Aba redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello.

El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante cuyo transcurso las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y completitud.

Rabí Shimon bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas Cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito.

Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un Cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas , reuniéndolas en un libro.

Esto sucedió porque está en la naturaleza de las cosas ocultas el que sean descubiertas en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo. De este modo es revelado el Zohar a lo largo del tiempo.

Pequeños grupos de Cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. Rabí Moshé de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.

El segundo período es muy importante para la Cabalá de nuestra generación. Es el período del Ari, Rabí Itzjak Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cabalá. En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cabalá. El Ari proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo de la Cabalá.

El Ari nació en Jerusalem en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío.

Durante su vida en Egipto, se mantenía gracias al comercio, pero dedicaba la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cabalá. Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros Cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", Rabí Moisés Cordovero.

En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cabalá. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, muy versados en la Toráh revelada y en la oculta, vinieron a estudiar con él, y se volvió famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital volcó al papel las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios.

Algunos de estos escritos son escritos del Ari, conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Arbol de la Vida), "Sha’ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha’ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. El Ari nos legó un sistema básico para estudiar la Cabalá, que sigue vigente hasta el día de hoy. El Ari murió siendo aún joven, en 1572. Acorde a su última voluntad, sus escritos fueron archivados, para no revelar su doctrina antes de tiempo.

Los grandes Cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por ello prefirieron muchas veces esconder o aun quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez.

Rabí Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto de Rabí Vital rescataron de la tumba otra parte de los escritos.

Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos. A partir de allí, el estudio del Zohar prosperó durante doscientos años. En el gran período de la Hassidut (1750 – fines del S. XIX) prácticamente todo gran rabino era un Cabalista. Aparecieron Cabalistas principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cabalá decayó hasta casi desaparecer por completo.

El tercer período agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por Rabí Yehuda Ashlag, autor de la interpretación Sulam (escalera) del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.

Rabí Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalém. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario al Zohar en 1943. Baal Hasulam terminó de redactar su comentario al Zohar en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalém.

Le sucedió su hijo mayor, Rabí Baruj Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre. Elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.

El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento le permitió éste integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta -la Cabalá. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes.

Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, como su padre, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de su vida trabajó de zapatero remendón, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cabalá. El Rabash murió en 1991.

Rabí Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que escribió un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los ensayos de su hijo, Rabí Baruj Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.

Al estudiar sus escritos, estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años). Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos ahora, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad.

El método del Baal Hasulam sirve para todos. La sulam (escalera) que construyó en sus escritos asegura que ninguno de nosotros deba temer el estudio de la Cabalá. Todo aquél que estudie Cabalá durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos. Estudiando según los libros de Rabí Yehuda Ashlag, alcanzaremos la auténtica corrección.

El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores. Aumenta nuestro deseo de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de autorrealizarnos.

Los tres grandes Cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado.

Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cabalá. Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cabalá y autocorregirse ya.

Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre el libro del Zohar a su modo, según las raíces de su alma.

Significativamente, al mismo tiempo se intenta ocultar los escritos cabalísticos, para que los que sientan la necesidad los busquen y descubran por sí mismos. los cabalistas saben evidentemente que el proceso de cambio requiere dos condiciones: momento adecuado y madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cabalá.

¿Quién puede estudiar Cabalá?

Cuando se habla de la Cabalá, suelen mencionarse los siguientes argumentos: "Uno puede volverse loco estudiando Cabalá"; "sólo se puede estudiar Cabalá sin peligro después de los cuarenta años"; "hay que ser casado y tener por lo menos tres hijos antes de embarcarse en su estudio"; "a las mujeres les está prohibido estudiar Cabalá", etc.

La Cabalá está abierta a todos aquellos que deseen verdaderamente autocorregirse para alcanzar la espiritualidad. La necesidad proviene del impulso del alma hacia la corrección. En realidad el único criterio para determinar si alguien está listo para estudiar la Cabalá es su deseo de corregir. Este deseo debe ser genuino y libre de presiones externas, ya que sólo uno puede descubrirlo en sí mismo.

El gran Cabalista Ari expresó que, a partir de su generación, todos -hombres, mujeres y niños- podían y debían estudiar la Cabalá. El Cabalista más importante de nuestra generación, Yehuda Ashlag, "Baal Hasulam", nos legó un nuevo método de estudio para esta generación, adecuado para cualquiera que desee hacerlo.

Uno encuentra su camino a la Cabalá cuando, no satisfecho ya con las retribuciones materiales, se vuelve hacia el estudio en busca de respuestas, aclaraciones y nuevas oportunidades. Ya no encuentra en este mundo soluciones a las cuestiones significativas acerca de su existencia. En general, la expectativa de encontrar respuestas ni siquiera es cognitiva; simplemente le interesa, lo considera necesario.

Uno se pregunta: ¿Quién soy? ¿Por qué nací? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué existo en el mundo? ¿Estuve ya aquí? ¿Volveré a aparecer? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? ¿Puede evitarse de alguna manera? ¿Cómo puedo lograr placer, completitud y paz mental? Uno siente vagamente que sólo fuera del ámbito de este mundo encontrará las respuestas.

Sólo conociendo y percibiendo los mundos superiores se pueden contestar estas preguntas, y la única forma de hacerlo es a través de la Cabalá. Mediante su sabiduría, el hombre ingresa en los mundos superiores con todos sus sentidos. Estos mundos contienen las razones de su existencia aquí. Toma el control de su vida, alcanzando de este modo su objetivo -tranquilidad, placer y completitud- estando todavía en esta tierra.

En la "Introducción al Estudio de las Diez Sefirot" está escrito: "Si pusiéramos nuestros corazones en contestar tan sólo una célebre pregunta, estoy seguro de que todas las dudas y cuestiones se esfumarían de nuestro horizonte. Y esta pequeña pregunta es: -¿Para qué sirven nuestras vidas?"

Cualquiera que se acerque a estudiar Cabalá movido por este interrogante, es bienvenido como aprendiz. Quien sienta esta inquietud y se pregunte constantemente: "¿Para qué sirven nuestras vidas?", logrará un estudio serio. Tal es el impulso que lo urge a buscar respuestas.

Por desgracia, hoy no existe suficiente deseo de estudiar la Cabalá. La gente busca curas rápidas. Quieren saber de magia, de meditación y de sanación cabalísticas. No les interesa realmente la revelación de los mundos superiores o cómo alcanzar los dominios espirituales. Esto no constituye un deseo genuino de estudiar Cabalá.

Si ha llegado su tiempo y la necesidad está presente, uno buscará un marco de estudio, y no quedará satisfecho hasta que lo encuentre. Todo depende de la raíz del alma y de aquel punto del corazón. Un deseo auténtico de descubrir y percibir en sí los mundos superiores lo conducirá al camino de la Cabalá.

Cómo estudiar Cabalá

El objetivo básico de la Cabalá es el logro de la espiritualidad.

Para ello sólo se necesita la instrucción correcta. Quien estudie Cabalá correctamente progresará sin forzarse, pues no puede haber coerción en la espiritualidad.

No debemos olvidar que la meta del estudio es descubrir la conexión entre uno mismo y lo que está escrito. Es para ello que los cabalistas volcaron en sus textos sus logros y experiencias. No para adquirir conocimiento acerca de cómo está construida y cómo funciona la realidad, como en la ciencia. La intención de los textos cabalísticos es permitir el entendimiento y la asimilación de la verdad espiritual.

Si alguien se acerca a los textos para obtener espiritualidad, éstos se convertirán en una fuente de Luz y lo corregirán. Si acerca a ellos para obtener sabiduría, serán para él tan sólo sabiduría. La fuerza que cosechará y el ritmo de su corrección serán proporcionales a su necesidad interna.

Esto significa que, si uno estudia correctamente, cruzará la barrera entre este mundo y el mundo espiritual. Ingresará a un ámbito de revelación interior, alcanzando la Luz. Esto se conoce como la " bella señal". Si no lo logra, significa que ha sido negligente en la calidad o en la cantidad de sus esfuerzos; no se esforzó lo suficiente. No se trata de cuánto estudió, sino de cuán ocupado estaba en sus estudios o si le faltó algo. Si sufre este deseo, podrá lograr la espiritualidad. Sólo entonces se le abrirán las puertas del cielo para penetrar en otra realidad o dimensión. Un estudio correcto de la Cabalá le permitirá acceder a este nivel.

Abrazar la Cabalá no implica simplemente evitar las cosas lindas para no excitar los propios deseos. La corrección no proviene del auto-castigo, sino que resulta de la realización espiritual. Cuando uno logra la espiritualidad, aparece la Luz y lo corrige.

Esta es el único cambio real. Todos los demás son hipócritas. Te equivocas si crees que adoptando un aspecto agradable lograrás la espiritualidad. No sobrevendrá la corrección interior, pues sólo la Luz puede corregir. El propósito del estudio es invitar la Luz correcTorá. Por lo tanto, uno debiera trabajar sobre sí mismo sólo para ello.

La presencia de cualquier presión o cualquier tipo de reglas o regulaciones obligatorias, revela la mano del hombre y no de los mundos superiores. Además, la armonía interna y la tranquilidad no son prerrequisitos para el logro de la espiritualidad; aparecerán como resultado de la corrección. Pero no debemos creer que ello sucederá sin esfuerzo de nuestra parte.

El camino de la Cabalá rechaza absolutamente cualquier forma de coerción. Te garantiza un atisbo de espiritualidad, llevándote a preferirla al materialismo. Luego uno aclara su deseo de espiritualidad, apartándose de las cosas materiales a medida que desaparece su atracción o necesidad.

Estudiar incorrectamente la Cabalá, aún con las mejores intenciones, puede alejarnos de la espiritualidad. Este tipo de estudiante fracasará inevitablemente.

Es por ello que los cabalistas prohibieron el estudio de la Cabalá a quien no estuviera preparado para ello, a menos que fuera bajo circunstancias especiales. Tomaban todos los recaudos necesarios para asegurar que sus alumnos estudiaran correctamente. Aplicaban ciertas restricciones para con los estudiantes.

Baal Hasulam describe estas razones al comienzo de su Introducción al Estudio de las Diez Sefirot. Sin embargo, si comprendemos estas limitaciones como condiciones para la comprensión correcta de la Cabalá, veremos que se proponen evitar que los estudiantes tomen un camino equivocado.

Lo nuevo es que ahora contamos con más de un lenguaje, mejores condiciones y una determinación más fuerte para el estudio de la Cabalá. Dado que las almas sienten la necesidad de estudiar Cabalá, Cabalistas como Baal Hasulam han escrito comentarios que nos permiten estudiar sin errores. Cualquiera puede estudiar ahora Cabalá mediante sus libros.

Para estudiar adecuadamente la Cabalá, recomendamos a los estudiantes concentrarse únicamente en los escritos del Ari y Ashlag (Baal Hasulam y Rabash) en sus versiones originales.

Entre los lenguajes que estudian los mundos espirituales, entre la Biblia (que incluye los cinco libros de Moisés, los Escritos y los Profetas) y la Cabalá, ésta última es la más útil y directa. Quienes la estudian no pueden errar en su comprensión. No usa los términos de este mundo, sino que posee un diccionario especial que indica directamente las herramientas espirituales para los objetos y fuerzas espirituales y su correlación.

Constituye por lo tanto el idioma más útil para que el estudiante progrese interiormente y se autocorrija. No corremos riesgo de confundirnos si estudiamos los escritos de Baal Hasulam.

Hace unos cientos de años, era imposible encontrar libros de o sobre Cabalá. Esta se transmitía exclusivamente de un Cabalista a otro, sin llegar nunca al hombre común. Hoy tenemos la situación inversa. Se desea que el material circule entre todos, convocando a todos a participar de este estudio. Al estudiar estos libros, crece el deseo de espiritualidad, por lo cual la Luz Circundante, el mundo real oculto para nosotros, comienza a reflejar sobre quienes desean acercarse un encanto especial de espiritualidad, que los hace seguir anhelándolo más y más.

La espiritualidad se logra estudiando los libros correctos, esto es, libros escritos por un auténtico Cabalista. Los textos de la Biblia son textos de Cabalá. Son libros que los cabalistas se escribieron unos a otros para intercambiar ideas y ayudarse mutuamente en el estudio. Quien posea sentimientos espirituales podrá comprobar que estas obras lo ayudan a continuar su crecimiento y desarrollo. Es como realizar una visita guiada a un país extranjero. Con la ayuda de la guía, el viajero puede orientarse y encontrar mejor su paradero.

Necesitamos textos adecuados a nuestras almas, escritos por Cabalistas de nuestra generación o de la anterior, pues en cada generación descienden distintos tipos de almas que requieren distintos métodos de enseñanza.

El estudiante debe tener cuidado al elegir su maestro de Cabalá. Ciertos autodenominados "cabalistas" enseñan incorrectamente, por ejemplo, que la palabra "cuerpo" se refiere a nuestro cuerpo físico, o que la mano derecha simboliza la caridad y la izquierda la valentía. Esto es exactamente lo que la Biblia y los cabalistas tenían en mente cuando prohibieron estrictamente.

Espiritualidad y Cabalá.

El ser humano es incapaz de efectuar un movimiento que no signifique alguna ganancia para él. Esta ganancia es el combustible que lo mantiene en marcha. Puede ser a corto o largo plazo. Si uno siente que no habrá beneficio presente ni futuro, detendrá inmediatamente su accionar. El ser humano no puede existir sin sentir que ganará algo.

La Cabalá enseña al hombre a recibir. Para lograr la espiritualidad, uno debe expandir su voluntad de recibir, y no desviarse de ella. Uno debe expandir su voluntad de tragarse todos los mundos, incluido éste. Este es el propósito para el cual fuimos creados. No hace falta volverse monje, asceta, o retirarse de la vida. El judaísmo, por el contrario, obliga al hombre a casarse, tener hijos, trabajar y llevar una vida plena, pues el mundo está construido para conducirnos de modo adecuado y preciso al mejoramiento.

Sin embargo, debe aprender a recibir, a utilizar correctamente su voluntad sin limitarla. Nada debe ser abandonado, todo ha sido creado por algún motivo y no es necesario apartarse de la vida.

Puede suceder que alguien que comienza a estudiar la Cabalá no tenga sentimientos espirituales y se lance al estudio con la ayuda de su intelecto. Pero es el corazón el que debemos abrir mediante nuestro intelecto. Un corazón desarrollado discrimina lo correcto de lo incorrecto y nos conduce naturalmente a las acciones y decisiones correctas.

los cabalistas comienzan por enseñar espiritualidad en pequeñas dosis para que los estudiantes acrecienten su voluntad de recibir más Luz, más conciencia y más percepción espiritual. Una voluntad más poderosa trae aparejados más profundidad, mayor comprensión y mayores logros, permitiendo que la persona alcance su mayor nivel posible de espiritualidad, hasta las raíces de su alma.

Ciencia y Cabalá

Todo lo que sabemos acerca de nuestro mundo está basado en estudios humanos. Cada generación estudia nuestro mundo y transmite su conocimiento a la siguiente. De esta forma, cada generación comprende el marco en el que ha de moverse y su posición relativa respecto a las demás generaciones. En cada era, la humanidad utiliza el mundo circundante.

Lo mismo ocurre en el plano espiritual. Cada generación de Cabalistas, desde Abraham en adelante, estudia y descubre los mundos espirituales. Al igual que en la investigación científica, transmiten el conocimiento adquirido a las generaciones siguientes. En este mundo poseemos un sentido general, llamado "deseo de recibir", con cinco receptores (los cinco sentidos). Cuando alguien sufre una corrección, obtiene el sexto sentido, conocido como " sentido espiritual" , y funciona según estos cinco sentidos.

Los científicos también utilizan sólo sus cinco sentidos. Solemos considerar "objetivo" cualquier instrumento - de precisión, de avanzada, técnico, mecánico u otro. Sin embargo, en última instancia, lo que hay es un ser humano examinando, midiendo y evaluando los resultados de la investigación, con sus cinco sentidos. Obviamente, no puede suministrar una respuesta exacta y objetiva a lo realizado por los sentidos. En cambio la Cabalá, fuente de toda sabiduría, sí puede hacerlo.

Al comenzar a estudiar la realidad, descubrimos que no podemos estudiar ni comprender lo que está más allá: ello permanece desconocido y no revelado para nosotros. Al no poder verla o tocarla o saborearla, nos preguntamos si realmente existe. Sólo los cabalistas que alcanzan la Luz abstracta superior más allá de nuestros sentidos, pueden comprender verdaderamente nuestra auténtica realidad.

los cabalistas nos informan que más allá de nuestros sentidos sólo existe la Luz abstracta superior, carente de forma, llamada ¨creación". Imaginen que nos encontramos en medio de un oceáno, en un mar de Luz. Percibimos distintas sensaciones aparentemente incorporadas allí, en la medida que lo permite nuestra capacidad de comprensión. No oímos lo que acontece fuera. Lo que llamamos "escuchar" es en realidad la respuesta de nuestros tímpanos a los estímulos externos. Simplemente sabemos que nuestro tímpano reacciona dentro nuestro. Lo evaluamos internamente y lo aceptamos como un acontecimiento externo. No sabemos lo que está realmente sucediendo fuera de nosotros; sólo percibimos la reacción de nuestros sentidos ante ello.

Lo mismo acontece con los demás sentidos: vista, gusto, tacto y olfato. Nunca podemos salir de nuestra "caja". Lo que sea que afirmemos acerca de los acontecimientos externos es en realidad la imagen que pintamos en nuestro interior. Esta restricción es imposible de superar.

El estudio de la Cabalá puede ayudarnos a ampliar los límites de nuestros sentidos naturales para lograr el sexto sentido, con el cual conoceremos la aútentica realidad fuera y dentro nuestro. Ésta es la verdadera realidad. Mediante ella, podremos experimentar la reacción externa de nuestros sentidos. Si dirigimos correctamente nuestros cinco sentidos, podremos ver la verdadera imagen de la realidad. Sólo necesitamos internalizar las características del mundo espiritual.

Es como una radio que sintoniza una determinada longitud de onda. La longitud de onda existe fuera de la radio, que la recibe y reacciona. El ejemplo se aplica a nosotros también. Si tenemos aunque sea una mínima chispa del mundo espiritual, comenzaremos a sentirla en nuestro interior.

A lo largo de su evolución, el Cabalista adquiere más y más características espirituales, conectándose así con todos los niveles del mundo espiritual, todos construidos según el mismo principio. El estudiante de Cabalá comprende, percibe, evalúa y trabaja con todas las realidades, tanto materiales como espirituales, sin diferenciarlas. Alcanza el mundo espiritual mientras se encuentra inserto en este mundo. Percibe ambos mundos sin fronteras divisorias entre ellos.

Sólo quien experimente esta verdadera realidad puede ver las razones de lo que le acontece aquí. Entiende las consecuencias de sus actos. Por primera vez se torna verdaderamente práctico, viviendo y percibiendo todo y sabiendo qué hacer consigo mismo y con su vida.

Antes no podía saber para qué nació, quién es y cuáles son las consecuencias de sus actos. Todo se insertaba en los límites del mundo material, y lo abandonaa en el mismo estado que ingresó.

Entretanto, nos encontramos todos en el nivel llamado "este mundo". Nuestros sentidos están igualmente limitados; por ello vemos todos la misma imagen. Baal Hasulam escribe: "Todos los mundos superiores e inferiores están incluidos en el hombre." Esta frase es clave para quien se interesa en la sabiduría de la Cabalá y en vivir la realidad circundante. Esta realidad incluye los mundos superiores y este mundo; juntos, forman parte del ser humano.

Ahora comprendemos el mundo mediante elementos materiales o físicos. Al estudiar, agregaremos elementos adicionales, que nos permitirán descubrir cosas que hoy no podemos ver.

Nuestro nivel es muy bajo, pues estamos ubicados en diagonal opuesta al nivel del Creador. Comenzamos a elevarnos a partir de este nivel al corregir el deseo. Entonces descubrimos otra realidad circundante, aunque en realidad no cambió nada. Cambiamos nosotros en nuestro interior y en consecuencia nos volvemos conscientes de los otros elementos que nos rodean. Más tarde, estos elementos desaparecen y percibimos que todo se debe exclusivamente al Creador, al Todopoderoso. Los elementos que comenzamos a descubrir gradualmente se denominan "mundos".

No debemos imaginar la realidad espiritual, sino percibirla. Imaginarla nos aleja de su alcance. los cabalistas alcanzan los mundos superiores a través de sus sentidos, así como nosotros alcanzamos el mundo material. Los mundos se interponen entre nosotros y el Creador, ocultándoLo de nosotros. Como dice Baal Hasulam, es como si nos filtraran la Luz. Vemos la realidad circundante distorsionada. De hecho, podemos decir que no hay nada entre nosotros y el Creador.

Estas interferencias, los mundos entre nosotros, Lo ocultan de nosotros. Son máscaras colocadas sobre nuestros sentidos. No Lo vemos en su verdadera forma; vemos sólo elementos fracturados. En hebreo, el origen del término "olam" (mundo) es "alama" (ocultar). Parte de la Luz se transmite, parte se oculta. Cuanto más elevado es el mundo, menos oculta.

Los habitantes de este mundo pintan diversas imágenes de la realidad. La lógica dictamina que la realidad debiera ser uniforme para todos. Sin embargo, uno escucha una cosa, otro otra; éste ve una cosa, aquél otra.

Baal Hasulam lo ilustra mediante el ejemplo de la electricidad: en nuestros hogares hay tomacorrientes que contienen energía abstracta que enfría, calienta y crea vacío o presión según la especifidad del artefacto que se le conecta. Pero la energía no tiene forma propia: es abstracta. El artefacto revela el potencial de la electricidad.

Podemos decir lo mismo de la Luz superior, el Creador sin forma. Cada uno percibe al Creador según su nivel de corrección. Al iniciar su estudio, es posible que uno perciba sólo su propia realidad y ninguna fuerza superior.

Gradualmente irá descubriendo, mediante el uso de sus sentidos, la verdadera realidad expandida. Al avanzar, si corrige todos sus sentidos según la Luz Circundante, no habrá ninguna separación entre él y la Luz, entre el hombre y el Creador, como si no hubiera ninguna diferencia entre sus características. Uno logra entonces la santidad, el nivel más elevado de espiritualidad.

¿Cómo podrá un principiante dominar esta ciencia si ni siquiera puede comprender a su maestro como corresponde? La respuesta es muy simple. Ello sólo es posible elevándonos espiritualmente por encima de este mundo. Para ello debemos liberarnos de todo rastro de egoísmo material y considerar el logro de los valores espirituales como nuestro único objetivo. Anhelo y pasión sólo por lo espiritual en nuestro mundo - ésta es la llave para el Mundo Superior.

Reencarnación y Cabalá

Ninguno de nosotros es un alma nueva; todos hemos acumulado experiencias de vidas previas en otras encarnaciones. En cada generación, a lo largo de los últimos seis mil años, descendieron almas que ya habían estado aquí en ocasiones anteriores. No son almas nuevas, sino con alguna forma diferente de desarrollo espiritual.

Las almas descienden a la tierra según un orden determinado: ingresan al mundo cíclicamente. Su número no es infinito: vuelven una y otra vez, progresando en su corrección. Los nuevos cuerpos físicos que ocupan son más o menos parecidos, pero los tipos de almas que descienden son diferentes. Esto es lo que se conoce popularmente como reencarnación. los cabalistas usan la expresión "desarrollo de las generaciones".

Esta interrelación o conexión entre el alma y el cuerpo colabora con la corrección del alma. Nos referimos al ser humano como "alma" y no como "cuerpo". El cuerpo en sí puede ser reemplazado, como se reemplazan hoy en día los órganos. El cuerpo es útil sólo como recipiente desde dónde el alma puede actuar. Cada generación se parece físicamente a la anterior, pero difieren una de otra porque en cada oportunidad las almas bajan con la experiencia acumulada de sus vidas previas aquí. Llegan con sus fuerzas renovadas por su estadía en el cielo.

Por lo tanto, los objetivos y deseos de cada generación difieren de los de la generación anterior. Esto explica el desarrollo específico de cada una de ellas. Inclusive aquella generación que no alcance el deseo de conocer la verdadera realidad o el reconocimiento divino, cumplirá su tarea a través del sufrimiento. Esa será su forma de progresar hacia la auténtica realidad.

Todas las almas se originan en una, llamada "el alma del primer hombre". Esto no se refiere al Adán que conocemos, sino a una realidad espiritual interna. Partes del alma del primer hombre descienden al mundo para encarnar, tomando forma de cuerpos y provocando la conexión entre el cuerpo y el alma. La realidad está diseñada para que las almas desciendan y se autocorrijan. Al encarnar aumentan su nivel 620 veces respecto al nivel inicial. El orden en que descienden a encarnar en esta realidad va de sutiles a densas.

El alma del primer hombre consta de muchas partes y muchos deseos, algunos sutiles, otros densos, según su cantidad de egoísmo y crueldad. Llegan a nuestro mundo primero las sutiles y luego las densas, con sus correspondientes requerimientos de corrección. Al corregir los deseos más sutiles, pueden luego ayudar a corregir los más densos, los más problemáticos.

En su descenso al mundo, las almas han adquirido experiencia a través de su sufrimiento. Esto se conoce como "el camino del sufrimiento", ya que esta experiencia desarrolla el alma. Cada vez que reencarna, aumenta su impulso inconsciente de buscar respuestas a las preguntas acerca de su existencia, de sus raíces y de la importancia de la vida humana.

Existen, según esto, almas más y menos desarrolladas. Las más desarrolladas tienen tal enorme urgencia de reconocer la verdad, que no soportan limitarse a los confinamientos de este mundo. Si se las provee de herramientas correctas, libros adecuados e instrucción acorde, llegarán a reconocer el mundo espiritual. La Cabalá también distingue entre almas descendentes más o menos puras o refinadas, según la medida de la corrección requerida. Las que requieren una corrección mayor son llamadas "menos refinadas". 10.04.99

Las distintas almas descendentes requieren diferentes guías y correcciones, específicas para cada generación, así como líderes adecuados para conducir su progreso espiritual. En sus libros y grupos de estudio transmiten el método de descubrimiento de la verdadera realidad más adecuado para su generación. En esta era mediática, pueden aparecer por televisión, por radio o más comúnmente por Internet.

Al principio, (antes de que apareciera el alma del Ari), reinaba una era de acumulación de experiencia y de persistencia en el mundo. Progresaban hacia la corrección con su mera existencia. El sufrimiento acumulado agregó urgencia en la búsqueda del alivio. El deseo de dejar atrás el sufrimiento fue la fuerza motivadora del desarrollo de las generaciones.

Cuando, en el siglo XVI, apareció el Ari, declaró que, a partir de su generación, los hombres, las mujeres y los niños de todas las naciones podían y debían introducirse en la Cabalá. Había llegado el momento del desarrollo

generacional en que las almas descendentes podían reconocer la verdadera realidad, completando su corrección con el propio método del Ari. Podían cumplir lo que se esperaba de ellas.

Aún en su cuerpo físico, el alma tiene un solo deseo -retornar a sus raíces. Los cuerpos físicos, en su deseo de recibir, las arrastran de vuelta a este mundo. Pero el Ser Humano desea conscientemente elevarse espiritualmente. El esfuerzo resultante de la gran fricción creada por esta dicotomía le ayuda a elevarse 620 veces por encima de su nivel anterior.

Si un alma no completa su tarea, reencarnará en el mundo con más necesidad de corrección.

A veces creemos que debemos negar nuestros deseos y anhelos para ser más exitosos en la próxima reencarnación. Pensamos que no deberíamos desear nada sino un poco de alimento y estar tirados al sol como un gato. Sin embargo, lo contrario es verdad, pues la próxima vez seremos aún más crueles, demandantes, exigentes y agresivos.

El Creador quiere que nos colmemos de placeres espirituales, que seamos plenos. Ello sólo es posible a través de un deseo enorme. Sólo mediante un deseo corregido podremos alcanzar realmente el mundo espiritual, tornándonos fuertes y activos. Un deseo pequeño no nos hará mucho daño, pero tampoco mucho bien. El deseo "corregido" sólo funciona a partir del estímulo correcto. No se lo posee automáticamente, sino que se lo adquiere mediante el estudio correcto de la Cabalá.

Existe una pirámide de almas, basada en el deseo de recibir. En su base se encuentran muchas almas con pequeños deseos terrenales, buscando una vida confortable, de tipo animal -comida, sueño, sexo. El nivel siguiente, con menor número de almas, contiene aquéllas que desean adquirir riqueza. Se trata de personas deseosas de dedicar su vida entera a hacer dinero, y aún a sacrificarse en aras de la riqueza.

A continuación se encuentran las que harían cualquier cosa con tal de controlar a los demás, gobernar y alcanzar posiciones de poder. Otras aún menos numerosas poseen un deseo todavía mayor por conocer: son los científicos y académicos que pasan su vida empeñados en un descubrimiento específico, sin interesarse por ninguna otra cosa.

El deseo más intenso, compartido sólo por unos pocos, es el de alcanzar el mundo espiritual. Todos están incluidos en la pirámide.

El hombre a su vez posee la misma pirámide de deseos en su interior, la cual debe invertir, de modo que el peso vaya al deseo más puro, el deseo infinito de verdad. Debe rechazar y descartar sus deseos terrenales, poniendo todos sus esfuerzos y energía en aumentar el deseo de espiritualidad. Lo logrará estudiando de la manera correcta.

Cuando uno de verdad desea aumentar su anhelo de espiritualidad, la Luz Circundante, el mundo espiritual oculto, comienza a reflejarse en él, haciéndoselo desear aún más. En esta etapa, resulta crucial estudiar en grupo bajo la guía de un Cabalista [ver el capítulo "Cómo estudiar Cabalá"].

El mayor cambio que observamos en las almas que descienden hoy , radica en su deseo definido de lograr un sistema espiritual. Hasta la gente común busca algo más allá de este mundo, algo espiritual.

Aunque esta "espiritualidad" todavía incluye todo tipo de atajos, trucos mágicos y grupos esotéricos que prometen respuestas a sus acólitos, indica una búsqueda de la auténtica realidad. Si las almas de esta generación aumentan más su deseo, probablemente hagan surgir un método nuevo adecuado para ellas.

En los últimos quince años se ha activado y acelerado el descenso de las nuevas almas. Su deseo es mucho mayor y más genuino. Quieren lograr la auténtica verdad, y nada más.

Cuando comprendamos realmente cómo se nos aplica y nos afecta la realidad, dejaremos de hacer lo prohibido e insistiremos en hacer lo correcto. Entonces percibiremos la armonía existente entre nosotros y el verdadero mundo.

Mientras tanto, meramente abusamos y luego nos damos cuenta de que hemos abusado. No podemos escapar a dicha situación. Es por ello que la humanidad se encuentra en un callejón sin salida, inmersa en dificultades cada vez mayores. Descubriremos que no nos queda otra alternativa sino reconocer el mundo espiritual del cual formamos parte. Este reconocimiento nos conducirá a una nueva situación, en la que comenzaremos a actuar concientemente al unísono, y no como individuos aislados.

Todos estamos conectados en una alma, de una generación a otra. Compartimos una responsabilidad colectiva. Es por ello que el Cabalista es considerado "fundador del mundo". Afecta al mundo entero, y el mundo todo lo afecta a él.

"Ramas"- El Idioma de los cabalistas –

Cuando pensamos o sentimos algo y deseamos transmitírselo a otra persona para que también lo sienta, utilizamos palabras. Existe un consenso general acerca del uso de las palabras y sus significados; si calificamos a algo de "dulce", la otra persona imagina inmediatamente el mismo sabor. Pero ¿cuánto se acerca su concepto de lo dulce al nuestro? ¿Cómo podríamos comunicar mejor nuestras percepciones manteniendo el uso de palabras?

Las percepciones de los cabalistas superan nuestro nivel. No obstante, ellos desean transmitirnos su admiración por cosas que no tienen significado para nosotros. Para ello, utilizan instrumentos tomados de nuestro mundo: con frecuencia palabras, a veces notas y en ocasiones por otros medios.

los cabalistas escriben acerca de sus experiencias y percepciones en los mundos superiores, acerca de las fuerzas superiores y de lo que descubren allí. Escriben para otros Cabalistas, pues la interacción de sus estudios es muy esencial y fructífera. Luego sus escritos llegan a quienes aún no han sentido la espiritualidad, aquéllos para quienes aún se halla oculta.

Como en el mundo espiritual no existen palabras que puedan describir sus percepciones espirituales, los cabalistas las denominan "ramas", una palabra tomada de nuestro mundo. De allí que el lenguaje de los libros de Cabalá se conoce como "lenguaje de las ramas". Este lenguaje toma prestados términos de nuestro mundo para identificar percepciones espirituales. Como cada cosa del mundo espiritual tiene su equivalente en el mundo físico, cada raíz del mundo espiritual tiene el nombre de su rama.

Y al no poder describir con precisión nuestras percepciones, ni medirlas o compararlas, accudimos a toda clase de términos auxiliares.

Rabí Yehuda Ashlag escribe en su "Estudio de las Diez Sefirot" (parte uno: "Mirando hacia adentro") : "(...) los cabalistas eligen un lenguaje especial que puede ser designado ‘lenguaje de las ramas’. Nada sucede en este mundo que no hunda sus raíces en el mundo espiritual. Todo en este mundo se origina en el mundo espiritual y luego desciende. De esta forma, los cabalistas encontraron un lenguaje ya hecho con el cual transmitir fácilmente sus logros oralmente unos a otros o por escrito para las generaciones futuras. Tomaron los nombres de las ramas del mundo material: cada nombre es autoexplicativo, indicando su raíz de origen en el sistema del Mundo Superior."

Para cada fuerza y acción de este mundo existe una fuerza y acción en el mundo espiritual, que es su raíz. Cada fuerza espiritual se correlaciona con una sola fuerza, su rama en el mundo material.

Acerca de esta correlación directa se ha escrito: "No hay nada que crezca abajo que no tenga un ángel arriba instándolo a crecer." Es decir, no hay nada en nuestro mundo que no tenga su fuerza correspondiente en el mundo espiritual. A causa de esta correlación directa, y porque la espiritualidad no contiene palabras -sólo sensaciones y fuerzas- , los cabalistas utilizan los nombres de las ramas de este mundo para referirse a las correspondientes raíces espirituales.

Sigue diciendo el Baal Hasulam: "Con estas explicaciones, ustedes comprenderán lo que a veces parece en los libros de Cabalá una terminología extraña para el espíritu humano, en particular en los textos básicos, como el Zohar o los libros del Ari. Surge la pregunta: ‘¿Por qué los cabalistas utilizaron una terminología tan vulgar para expresar ideas tan elevadas?’ La explicación es que ningún idioma ni lengua del mundo podría razonablemente ser utilizado, excepto el especial lenguaje de las ramas, basado en las raíces superiores correspondientes. ... Si a veces se utilizan expresiones extrañas, es porque no queda otro remedio; no debemos sorprendernos. Lo bueno no puede reemplazar lo malo, y viceversa. Debemos siempre transmitir exactamente la rama o incidente que designe a su raíz superior como lo dicte la ocasión, elaborándolo hasta encontrar la definición exacta."

El mundo espiritual es abstracto: allí las fuerzas y las sensaciones funcionan sin el ropaje de "animal", "mineral", "vegetal" o "habla". El estudiante repite una y otra vez las ideas principales de la sabiduría cabalística: "lugar", "tiempo", "movimiento", "carencia", "cuerpo", "partes del cuerpo" u "órganos", "corresponder", "besar", "abrazar", hasta percibir en su interior la sensación correcta para cada idea.

Para terminar: debemos observar que algunos así llamados "instructores de Cabalá" transmiten a sus estudiantes interpretaciones equivocadas. El error surge del hecho de que los cabalistas escribieron sus libros utilizando el lenguaje de las ramas, usando términos de nuestro mundo para expresar ideas espirituales. Quienes no comprenden el uso correcto del lenguaje caen en el error. Enseñan que existe una conexión entre el cuerpo y la vasija espiritual, como si la vasija espiritual incluyera al cuerpo, considerándolo parte del órgano espiritual, de modo que por medio de una acción física se pudiera realizar algo espiritual. Las ramas forman parte integrante de la Cabalá, y sin su uso, uno no está estudiando Cabalá.

 

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