Una persona de nuestro mundo no tiene alma. Sin
embargo, cuando empieza a desear la espiritualidad adquiere “el
punto en el corazón” o un embrión de alma que demanda que la persona
regrese a su raíz espiritual conforme a su naturaleza. El alma
anhela al Creador y atrae a la persona junto con ella. La persona no
sabe hacia dónde se dirige porque el Creador todavía esta oculto.
Sin embargo, este punto en el alma lo lleva hacia algún lado, aunque
no se trate del alma verdadera todavía.
Cuando un individuo empieza a trabajar en sí mismo,
el punto en el corazón aumenta gradualmente. Va creciendo, pero aún
permanece negro porque al percibir la oscuridad, la sensación de que
carece de algo es más grande que antes. Cuando este punto finalmente
alcanza un tamaño determinado suficiente para él, adquiere el
Masaj (pantalla) alrededor del punto, que lo orienta hacia el
otorgamiento. Cuando esto sucede, la Luz penetra en este punto, y
ordena todos los deseos en cinco partes, conforme a los atributos de
la Luz. Estas partes son Keter, Jojmá, Biná,
ZA y Maljut. Es así como una persona adquiere un alma.
El deseo de recibir cambia del más pequeño (Keter)
al más grande (Maljut). El deseo de recibir es más pequeño en
Keter y Jojmá, por eso se les llama “los deseos de
otorgamiento”. A este estado en una persona se le llama “pequeño”.
Si una persona en nuestro mundo tiene solamente
deseos animales, entonces es un animal de dos piernas. El siguiente
estado es cuando “el punto en el corazón” surge en una persona. No
le permite descansar aunque no sepa ni siquiera lo que es. Si la
persona continúa estudiando intensamente la Cabalá, llega al tercer
estado, cruza el Majsom y adquiere la pantalla con Aviut
de Shoresh. A este estado se le llama “Galgalta con la luz de
Nefesh”, y emerge en una persona para remplazar el punto negro.
A este estado se le conoce también como el “feto” (Ubar).
Al igual que en este mundo, no desea nada y está localizado en el
útero de la madre, o en el Partzuf más elevado que
cuidadosamente lo cría. Después de eso, el feto se desarrolla por
nueve meses, es decir, tiene que pasar por nueve Sefirot que
están localizadas dentro de la Sefirá Maljut, de
Nefesh de-Nefesh (Keter de-Maljut) hasta Yehidá de-Nefesh
(Maljut de-Maljut).
Cuando alcanza el último punto, ya no es Ubar.
Nace y adquiere Kli Jojmá con la luz de Ruaj (de
Nefesh hasta Yehidá) con Aviut Alef. A este
período se le llama “alimentación” (Yeniká) y tarda dos años.
En este punto, el Partzuf alcanza el estado de “Katnut”
(Galgalta ve-Einaim) y el Aviut Alef total. Yeniká
difiere de Ubar, que no desea nada porque recibió la Luz.
¿Cómo recibe un bebé la leche para alimentarse?
Cuando la menstruación de la madre termina, se usa su sangre para el
desarrollo del feto. Durante el nacimiento, la sangre del nacimiento
impura se expulsa, y puede corregirse. Esta sangre se convierte en
los deseos impuros, o los deseos que no tienen la intención de
otorgamiento. Además, hay otra parte de la sangre que se transforma
en leche después del nacimiento. Asciende de la Sefirot Yesod,
donde está localizado en el útero, hacia el pecho (Hazé) o
la Sefirá Tifferet del Partzuf.
Después que surgió nuestro mundo, todo lo que
acontece en el Mundo Espiritual y todas las leyes espirituales se
propagan a éste de forma natural. Al estudiar el proceso espiritual
completo del Partzufim, su concepción, desarrollo,
nacimiento, alimentación y el crecimiento hacia la edad adulta, es
posible entender precisamente lo que ocurre, y lo más importante,
por qué sucede esto en nuestro mundo.
Después de la alimentación sigue el Partzuf
del crecimiento hacia la edad adulta. Este Partzuf recibe el nombre
de Luz de Jojmá, o Gadlut (Mojin) dentro del Kelim
Biná AHP (Ozen, Hotem, Peh), Aviut Bet, Gimel,
Dalet con la luz de Neshamá, Haya y Yehidá.
Nadie de nosotros debe hacer algo más que evitar
interferir en el trabajo del Creador en nosotros, sin importar lo
que Él nos hace. Lo único que debemos hacer es no ir más allá del
gobierno del Creador. Si la persona es capaz de hacer este esfuerzo,
entonces se le llamará Ubar en la espiritualidad. En el
estado de “Yeniká” (alimentación) una persona ya tiene la
habilidad de pedir, esto es, establece un diálogo con el Creador.
Después de dos años de “Yeniká” la persona necesita educación
y puede ya recibir un poco de luz, Ohr Jojmá, que empieza con
la luz de Neshamá.
En el estado de “Katnut” el sistema entero de
las relaciones espirituales entre el Creador y la Creación se
construye de la misma manera que las relaciones entre una madre y el
bebé en nuestro mundo. Todos los problemas que surgen en este último
se pueden resolver desde el punto de vista del estado equivalente en
el estado espiritual.
El Creador manda intencionalmente obstáculos o
problemas a una persona, para que ésta empiece a acercarse a Él
haciendo esfuerzos específicos. Sin obstáculos y problemas en
nuestras vidas, no tendríamos deseos y nunca seríamos capaces de
avanzar.
Si el alma de Adán no se hubiera roto, habría
permanecido como una simple alma no corregida, y le hubiera sido
muy difícil hacerlo. La corrección consiste en conectar una parte
del alma a otra parte. Solamente después de esta conexión ambas se
conectan al Creador.
El trabajo consiste en corregir las relaciones de una
persona con las circunstancias, o a aquello que recibe del Creador.
El resultado de este tipo de trabajo es la unidad con el Creador y
la justificación de todas las acciones del Creador.
La completa unidad entre todos debe ser alcanzada
dentro en un grupo de estudiantes. La gente empieza en el más
pequeño de los estados posibles y construyen límites adecuados a su
egoísmo. Es decir, crean límites que son adecuados para todos
aquellos que lleguen al grupo, a fin de hacer posible el
acercamiento mutuo y el logro de una sola meta.
Nadie debe sufrir por estos límites; no deberán ser
una prisión o una jaula. Todo lo contrario, los límites
constantemente cambian para bien de acuerdo al estado interior de la
persona que entra en ellos, y constantemente ayudan a todos a
alcanzar la meta fijada. Entre más estrecha sea la conexión en el
grupo, más razones habrá para que el grupo tenga conexión con el
Creador.
Cuando una persona empieza a avanzar en lo
espiritual, pierde el deseo por ello. Para ser más preciso, crece
su egoísmo o su deseo de recibir, y esto no lo puede soportar. En
este caso, nada se puede hacer, sino transformar una vez más el
egoísmo animal en egoísmo espiritual con la ayuda del estudio y
trabajo dentro del grupo.
Una persona tiene que analizar cada pensamiento que
acude a ella y recordar que viene del Creador. Ha de estudiarlo y
comprobar si se opone a la meta que aspira: ¿voy a permitir este
pensamiento o iré en contra de él?
En este caso, ¿es el Creador que me llama
atrayéndome hacia Él, o quiere que tome conciencia rechazándome? Hay
una diferencia entre las dos, pero de cualquier manera, en ambos
casos quiere llevarme a Él. |