Cuando estamos en este mundo y empezamos a estudiar el
mundo espiritual, lo primero es aprender a construir nuestra actitud
interna conforme este último, y después gradualmente aprenderemos la
actitud externa. El Creador quiere que vivamos en este mundo según
las leyes espirituales. Cuanto más capacitada esté una persona para
salir de su “yo” hacia el exterior, más dispondrá de la habilidad
para percibir lo espiritual y despreocuparse de su cuerpo, que es la
causa de todos sus problemas.
Por ejemplo, al estudiar el mundo de Atzilut,
es posible tomarlo como modelo de cómo la sociedad debería estar
estructurada en el nuestro. Al hacerlo, de inmediato nos influyen
las fuerzas superiores. Nos protegen, nos cuidan, y nos dirigen
dándole a cada persona la cantidad que es capaz de percibir con su
Kelim sin corregir.
Estos dos mundos, nuestro mundo y el espiritual, son
paralelos. Las fuerzas espirituales y la luz descienden sobre
nosotros desde Arriba. Sin embargo, no pueden revestirse en nuestro
mundo, porque éste es antagónico a la espiritualidad, debido al
deseo de recibir para su propio beneficio. Pero, si construimos
aunque sea una pequeña sociedad que sea equivalente a las leyes del
mundo espiritual, todas las fuerzas positivas de Arriba podrán
revestirse en los miembros de esta sociedad, elevándolos a la altura
del nivel espiritual de donde estas fuerzas descienden.
Se nos pide que preparemos y construyamos seriamente
los límites espirituales. Esto es lo mejor que una persona puede
hacer para ella misma, para su familia, para la gente a su
alrededor y el mundo entero. Gradualmente, todo el mundo podrá
percibir algo que es más elevado, si se crea una pequeña sociedad
en un mundo que viva bajo leyes espirituales de otorgamiento.
Tenemos que desearlo intensamente y así recibiremos ayuda desde
Arriba.
El Creador creó el alma que tiene el deseo de
recibir. La cantidad de estos deseos es 600,000. Si el alma está
dividida en todas estas partes, entonces cada una de ellas es
llamada el alma de una persona. ¿Cuál es la diferencia entre
estas partes? La diferencia está en la cantidad y la calidad de los
deseos. Uno fue creado de tal forma que aspira a un tipo de placer,
mientras que otra persona aspira a otro. Hay diferentes deseos y
diferentes placeres, pero la Luz Superior es sólo una. La diferencia
está en nuestros deseos, que son diferentes en cada persona.
Es imposible sustituir un deseo por otro. Así es que
el alma común contiene todos los deseos que fueron creados por el
Creador. Cada deseo es un tipo de Luz específica, y cada persona por
separado percibe cada placer en una forma particular. Es más, no es
capaz de sentir un tipo diferente de placer.
Originalmente, fuimos creados diferentes de los demás
conforme al tipo de deseo que tenemos y a la cantidad. No debemos
quejarnos ante nadie de nada, porque así es como el Creador lo
concibió. Por tanto, cada persona tiene su propio camino y sus
propias encarnaciones en este mundo, hasta que finalmente lleguemos
a la Meta de la Creación.
De cualquier manera, hay un factor que nos une a
todos. Y este es la meta colectiva de la Creación: corregir el deseo
de recibir para nuestro propio beneficio, como fuimos creados, en un
deseo de recibir para beneficio del Creador. Este deseo permite a
cada persona unirse al Creador para formar una unidad, y conectarse
con los demás a través de Él. Al lograrlo adquirimos un alma
colectiva, eterna, infinita e inmensa, recibiendo dentro de ella el
placer completo y perfecto.
El Kli egoísta con el que fuimos creados es
muy pequeño, y el placer que puede recibir es limitado en cantidad,
duración y calidad. Perseguimos algo y sufrimos cuando no lo
tenemos. Lo buscamos, y tan pronto como lo adquirimos perdemos
interés en ello. Después, le sigue un nuevo sufrimiento y la
búsqueda de un nuevo placer, y esto continúa hasta que finalmente
llegamos al término de nuestra vida en este mundo sin haber
satisfecho ni siquiera una parte de nuestros deseos.
¡Si tan sólo no hubiera diferencia de tiempo entre
nuestro deseo y el placer que recibimos! Imaginemos: de repente
quiero algo y lo recibo de inmediato. A esto se le llama perfección.
Y desde luego, no sólo me refiero a alcanzar un pequeño deseo
animal, sino más bien a alcanzar la percepción del placer sin
límites que de inmediato llena cualquier deseo espiritual.
Cada persona con su pequeño deseo egoísta, es capaz
de cambiar su intención para “el bien del Creador” y así incrementar
sus deseos, hacerlos eternos, y recibir un enorme placer sin
límites. Este placer es igual al del alma colectiva unificada, es
decir que será igual al Creador.
En principio, cada alma tiene que estar conectada con
todas las demás almas.
Entonces, el deseo pequeño de cada alma crecerá hasta
el tamaño del alma colectiva y recibirá en esa medida. El famoso
dicho comunista “de cada persona según su habilidad y a cada persona
según su necesidad”, viene de lo espiritual y es aplicable a ésta
(el alma).
La parte “Recibir de acuerdo a su necesidad”, depende
del nivel espiritual de la persona o de su pantalla. Cuanto más
quiera una persona recibir, más deseos necesita corregir. Su deseo
de recibir para sí mismo no le permite recibir conforme a su
necesidad, y lo limita. De hecho, si no se ha corregido aún, no le
será posible otorgar de acuerdo a su capacidad.
Solamente cambiando su intención de recepción a
otorgamiento, es decir, penetrando en lo espiritual, una persona
empieza a entender correctamente el significado de la frase “otorgar
según su habilidad y recibir según su necesidad”. Cuando una persona
comprende esto correctamente, decide de una vez por todas ser pleno
totalmente, eterno y perfecto.
Cuando alguien está en la espiritualidad, aprende a
otorgar más y más y a recibir solamente lo mínimo que necesita para
su vida. Cuando se une al Creador, se hace igual a Él, otorga todo
sin recibir nada para sí mismo. Sin embargo, esta es precisamente la
razón por la que se llena con todo. Finalmente, el otorgamiento se
convierte en recompensa, y esta es la razón por la que este tipo de
vida es eterna pues la Luz no tiene ya intermitencias y está
constantemente dentro del Kli. Después de todo, la muerte
ocurre cuando la Luz abandona el Kli. |