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Séptima plática:

Dos mundos: Nuestro mundo y el Mundo Espiritual

Cuando estamos en este mundo y empezamos a estudiar el mundo espiritual, lo primero es aprender a construir nuestra actitud interna conforme este último, y después gradualmente aprenderemos la actitud externa. El Creador quiere que vivamos en este mundo según  las leyes espirituales. Cuanto más capacitada esté una persona para salir de su “yo” hacia el exterior, más dispondrá de la habilidad para percibir lo espiritual y despreocuparse de su cuerpo, que es la causa de todos sus problemas.

 Por ejemplo, al estudiar el mundo de Atzilut, es posible tomarlo como modelo de cómo la sociedad debería estar estructurada en el nuestro. Al hacerlo, de inmediato nos influyen las fuerzas superiores.  Nos protegen, nos cuidan, y nos dirigen dándole a cada persona la cantidad que es capaz de percibir con su Kelim sin corregir.

 Estos dos mundos, nuestro mundo y el espiritual, son paralelos. Las fuerzas espirituales y la luz descienden sobre nosotros desde Arriba. Sin embargo, no pueden revestirse en nuestro mundo, porque éste es antagónico a la espiritualidad, debido al deseo de recibir para su propio beneficio. Pero, si construimos aunque sea una pequeña sociedad que sea equivalente a las leyes del mundo espiritual, todas las fuerzas positivas de Arriba podrán revestirse en los miembros de esta sociedad, elevándolos a la altura del nivel espiritual de donde estas fuerzas descienden.

 Se nos pide que preparemos y construyamos seriamente los límites espirituales. Esto es lo mejor que una persona puede hacer para ella misma, para su familia,  para la gente a su alrededor y el mundo entero. Gradualmente, todo el mundo podrá  percibir algo que es más elevado, si se crea una  pequeña sociedad  en un mundo que viva bajo leyes espirituales de otorgamiento. Tenemos que desearlo intensamente y así recibiremos ayuda desde Arriba.

 El Creador creó el alma que tiene el deseo de recibir. La cantidad de estos deseos es 600,000. Si el alma está dividida en todas estas partes, entonces cada una de ellas es llamada el alma de una persona. ¿Cuál es la diferencia entre estas partes? La diferencia está en la cantidad y la calidad de los deseos. Uno fue creado de tal forma que aspira a un tipo de placer, mientras que otra persona aspira a otro. Hay diferentes deseos y diferentes placeres, pero la Luz Superior es sólo una. La diferencia está en nuestros deseos, que son diferentes en cada persona.

 Es imposible sustituir un deseo por otro.  Así es que el alma común contiene todos los deseos que fueron creados por el Creador. Cada deseo es un tipo de Luz específica, y cada persona por separado percibe cada placer en una forma particular.  Es más, no es capaz de sentir un tipo diferente de placer.

 Originalmente, fuimos creados diferentes de los demás conforme al tipo de deseo que tenemos y a la cantidad. No debemos quejarnos ante nadie de nada, porque así es como el Creador lo concibió. Por tanto, cada persona tiene su propio camino y sus propias encarnaciones en este mundo, hasta que finalmente lleguemos a la Meta de la Creación.

 De cualquier manera, hay un factor que nos une a  todos. Y este es la meta colectiva de la Creación: corregir el deseo de recibir para nuestro propio beneficio, como fuimos creados, en un deseo de recibir para beneficio del Creador. Este deseo permite a cada persona unirse al Creador para formar una unidad, y conectarse con los demás a través de Él. Al lograrlo adquirimos un alma colectiva, eterna, infinita e inmensa, recibiendo dentro de ella el placer completo y perfecto.

 El Kli egoísta con el que fuimos creados es muy pequeño, y el placer que puede recibir es limitado en cantidad, duración y calidad. Perseguimos algo y sufrimos cuando no lo tenemos. Lo buscamos, y tan pronto como lo adquirimos perdemos interés en ello. Después, le sigue un nuevo sufrimiento y la búsqueda de un nuevo placer, y esto continúa hasta que finalmente llegamos al término de nuestra vida en este mundo sin haber satisfecho ni siquiera una parte de nuestros deseos.

 ¡Si tan sólo no hubiera diferencia de tiempo entre nuestro deseo y el placer que recibimos! Imaginemos: de repente quiero algo y lo recibo de inmediato. A esto se le llama perfección. Y desde luego, no sólo me refiero a alcanzar un pequeño deseo animal,  sino más bien a alcanzar la percepción del placer sin límites que de inmediato llena cualquier deseo espiritual.

 Cada persona con su pequeño deseo egoísta, es capaz de cambiar su intención para “el bien del Creador” y así incrementar sus deseos, hacerlos eternos, y recibir un enorme placer sin límites. Este placer es igual al del alma colectiva unificada, es decir que será igual al Creador.

 En principio, cada alma tiene que estar conectada con todas las demás almas.

Entonces, el deseo pequeño de cada alma crecerá hasta el tamaño del alma colectiva y recibirá en esa medida. El famoso dicho comunista “de cada persona según su habilidad y a cada persona según  su necesidad”, viene de lo espiritual y es aplicable a ésta (el alma).

 La parte “Recibir de acuerdo a su necesidad”, depende del nivel espiritual de la persona o de su pantalla. Cuanto más quiera una persona  recibir, más deseos necesita corregir. Su deseo de recibir para sí mismo no le permite recibir conforme a su necesidad, y lo limita. De hecho, si no se ha corregido aún, no le será posible otorgar de acuerdo a su capacidad.

 Solamente cambiando su intención de recepción a otorgamiento, es decir, penetrando en lo espiritual, una persona empieza a entender correctamente el significado de la frase “otorgar según su habilidad y recibir según su necesidad”. Cuando una persona comprende esto correctamente, decide de una vez por todas ser pleno totalmente, eterno y perfecto.

 Cuando alguien está en la espiritualidad, aprende a otorgar más y más y a recibir solamente lo mínimo que necesita para su vida. Cuando se une al Creador, se hace igual a Él, otorga todo sin recibir nada para sí mismo. Sin embargo, esta es precisamente la razón por la que se llena con todo. Finalmente, el otorgamiento se convierte en recompensa, y esta es la razón por la que este tipo de vida es eterna pues la Luz no tiene ya intermitencias y está constantemente dentro del Kli. Después de todo, la muerte ocurre cuando la Luz abandona el Kli.

 

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