El Pensamiento de la Creación y el Lenguaje de la Cabalá
Todos los mundos, incluyendo el nuestro y los objetos que hay allí,
está en consonancia con el pensamiento único de la creación: dar
placer infinito a la criatura – el alma. Este propósito envuelve a
toda la creación, de principio a fin. Es el que determina el
sufrimiento que tenemos que pasar, el trabajo interno que debemos
hacer y la recompensa.
Después de la corrección individual, todas las almas se reunirán en
una sola. Y esta alma no sólo va a experimentar un placer doble
(sentir placer y dar placer al Creador), sino que este se verá
multiplicado por el número de almas ahí reunidas. Mientras tanto,
entre más personas asciendan espiritualmente como resultado de su
trabajo interno, mayores posibilidades tendrán de percibir la
verdadera realidad y la sensación de otros mundos. Podrán llegar a
ellos durante su existencia física.
El
aparentemente extraño léxico de la Cabalá se convierte en el
lenguaje de las acciones, pensamientos y sentimientos, con ideas
opuestas en nuestro mundo, uniéndose en una sola raíz.
Por ejemplo, “Jerusalén” en
literatura cabalista, no se refiere a una ciudad física, sino a
ciertas fuerzas espirituales y una concentración de esta energía,
que tiene un lugar específico en el sistema de los mundos
espirituales. Además, en la Cabalá, las partes del cuerpo humano,
como “Rosh” (cabeza), “Guf” (cuerpo), “Jazé”
(pecho), “Peh” (boca), “Einaim” (ojos), etc., se
refieren a sus raíces espirituales. La palabra “Rosh” implica
la parte del objeto espiritual que toma las decisiones, mientras “Guf”
se refiere al conjunto de funciones ejecutoras.
Las descripciones del mundo
Superior, son una manera de definir nuestra alma y su grado de
cercanía con el Creador, su cada vez más creciente sensación de Él.
La Cabalá divide al alma colectiva en partes y le da a cada una un
nombre específico que corresponde a sus atributos. Pasa después a
describir las acciones de estas partes. Este es el lenguaje de los
sentimientos, sin embargo, es muy preciso y a menudo utiliza
gráficos, dibujos, y fórmulas. La Cabalá detalla la ingeniería del
alma.
Aún
así, ¿cómo podemos emplear nuestro lenguaje tan indefinible y
limitado para escribir sobe investigaciones y descripciones
espirituales tan precisas?
¿Cómo se puede aplicar una lengua que nació de una sensación
subjetiva de “nuestro mundo” para transmitir una sensación objetiva
de la espiritualidad? Por ejemplo, al escuchar la palabra “luz” (que
es un concepto difícil de comprender), imaginamos la luz solar, que
no tiene relación alguna con la luz espiritual.
Sin embargo, la luz en nuestro mundo
puede interpretarse de diversas formas. Se puede usar la palabra en
un contexto diferente como “el alma se inunda de luz”, “eres como un
rayo de luz”, especialmente cuando sentimos una satisfacción en el
Kli (la vasija), o al referirnos a una mente o pensamiento
brillante.
Si yo elijo las palabras que
coincidan con mis sensaciones y te las transmito, tú vas a
vislumbrar tus propias sensaciones que supones corresponden a mis
palabras; necesitamos, por tanto, tener un patrón común que nos
ayude a medir la semejanza de la emoción que evoca la misma palabra
o noción. Mis sensaciones, no son necesariamente idénticas a las
tuyas, sin embargo, necesitan hacernos sentir algo similar, si es
que queremos tener un lenguaje común. Pero, si no podemos expresar
precisamente lo que sentimos, entonces, ¿cómo podemos recurrir a
este lenguaje para describir categorías espirituales? El mundo
espiritual es el mundo de las sensaciones. No hay cuerpos,
únicamente deseos y sensaciones. Además, los cabalistas afirman que
estas percepciones son absoluta y extremadamente precisas, y por
esta razón requieren de un lenguaje exacto y puntual para
describirlas.
Intenta hacer una evaluación fiel de tu estado de ánimo. Mediante un
dibujo, compáralo con el de alguien más y luego dale un valor
porcentual en relación a tu temperamento del día de ayer. Trata de
expresar todos los matices de tus sensaciones en números, indicando
hasta que punto tu humor depende de cómo te sientes (ansioso o
cansado); crea alguna fórmula para el miedo y así sucesivamente.
Vamos a darnos cuenta que en nuestro mundo, somos incapaces de medir
nuestras sensaciones internas correctamente.
Por
ejemplo, si toco algo caliente, la descarga en mi cerebro va a
depender de mi estado anímico, la manera en que me siento, algún
entrenamiento y otros parámetros individuales.
No sabemos como comparar el placer
que nos proporciona la música con el que nos da la degustación de un
platillo exquisito, en términos de valores porcentuales, cantidad y
calidad. Pero si nuestro lenguaje es tan primitivo, limitado,
subjetivo, e impreciso, ¿por qué los cabalistas pudieron emplearlo
para describir absolutamente acciones sensoriales precisas, y por
qué lo adoptaron en lugar de inventar uno propio?
Si
se introduce un solo símbolo equivocado en la fórmula de una ciencia
exacta, alguien familiarizado con ese símbolo, pero que no esté al
tanto del error, no entenderá cómo obtiene los resultados. Los va a
percibir como una afirmación científica totalmente artificial. Sin
embargo, otra persona que no conozca los símbolos va a aceptar
incorrectamente la afirmación como verdadera.
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