¿Por qué es Shavout (Pentecostés) llamado Matan
Torá (la entrega de la Torá)?, ¿fue la Torá entregada sólo una vez?,
¿qué es la Torá y quién quiere recibirla?
La sabiduría de la Cabalá nos enseña que todo
aquí viene solamente de una fuente. Esa fuente es revelada a través
de un simple atributo: benevolencia. Cualquiera que lo descubra a
Él, es recompensado con una unión con lo eterno, perfección sin fin
que contiene tranquilidad, seguridad y deleite seguro. Si tu
pudieras verlo a Él ahora, olvidarías tus problemas en un momento, y
te anularías a ti mismo ante el poder de su sobrecogedora bondad.
Surge la pregunta:
¿Por qué no se muestra ahora mismo? Si Él quiere otorgar,
¡Dejémosle que otorgue!
La verdad es que Él
ya se ha revelado, sólo que nosotros no podemos verlo. Nuestra propia
naturaleza nos impide verle. Ésta es opuesta a la Suya. Todo lo que
Él quiere es dar y todo lo que nosotros queremos es recibir. En tal
caso no podemos unirnos a Él. Para conectarnos con Él necesitamos
adquirir Sus atributos. Si podemos hacer cualquier acto, aún el más
pequeño, por el bien de alguien más, sin una ganancia personal,
sentiremos un poco de lo que Él siente y seremos capaces de entender
el motivo detrás de Su conducta hacia nosotros.
Él esta oculto porque solo si nosotros lo
descubrimos por nosotros mismos, en libre voluntad, seremos capaces
de recibir la recompensa que Él nos ofrece. Si Él se revelara a
nosotros sin una previa preparación, nos anularíamos a nosotros
mismos ante Él, incapaces de cualquier respuesta.
Pero en orden de descubrirlo necesitamos una
naturaleza diferente a la nuestra. Debemos adquirir Su naturaleza,
ser tan benevolentes como Él lo es. Tenemos que amarlo como Él nos
ama, sin ganancia personal.
¿Qué puede hacernos cambiar nuestra naturaleza?
Hemos visto muchos filósofos y líderes que han tratado de alterar la
naturaleza del hombre con educación, censura, represión, etc. Apenas
unos cuantos de ellos ha tenido éxito reprimiendo a la gente para
que dejaran de buscar el cambio. Pero al minuto que la amenaza fue
levantada, ellos retornaron a su naturaleza rebelde.
En repuesta a esa pregunta nuestros sabios han
dicho: “He creado la mala voluntad, he creado la Torá como una
especie.” La mala voluntad es la sustancia que probamos y que
sentimos como intolerable. Es nuestro egoísmo. Queremos usarla, pero
no sabemos cómo. La especie que lo suaviza y nos permite alcanzar el
propósito de la creación, para unirnos con el Creador, es llamada
Torá.
La inclinación maligna no es más que el
pensamiento de nuestro propio bien. Ese es el motivo detrás del mal
que existe. El pensamiento egoísta causa que nosotros veamos en cada
uno que nos rodea un medio de recibir placer. Eso es por lo cual nos
importa mucho la naturaleza, la vida salvaje y la gente a nuestro
alrededor. Aún si esto es inconsciente, siempre buscamos cómo
podemos disfrutarlo, sin una consideración de sus necesidades.
El que entienda esto y busque una forma de
cambiar, puede usar la Torá justo para ese propósito.
La Torá es la fuerza única que puede alterar
nuestra naturaleza y permitirnos sentir la voluntad del Creador, es
su poder el que se debe descubrir, si realmente queremos cambiar
alguna vez; sin ésta, no tenemos ninguna oportunidad de alcanzar
nunca algún contacto con la fuerza que nos guía.
La Torá es la conexión que nos permite escapar
de la autoridad, escapar del gobierno de nuestro egoísmo.
El que reúna esta fuerza, descubre que es dada
de arriba sin limitaciones. Pero, ¿quién puede aceptarla? Sólo el
que quiera cambiar y adquirir una nueva visión de la realidad es
quién entiende que sin la Torá estará por siempre insatisfecho,
ansioso y preocupado, solamente él la buscara y la utilizará para su
corrección.
La Torá nos dice que Israel salió de Egipto y
caminó en el desierto por cincuenta días antes de recibir la Torá.
El éxodo es una revelación dada al hombre desde arriba, es un regalo
que recibe, que le muestra el reinado del Creador sobre la realidad.
Una vez que él ha visto cómo su faraón interno, sus inclinaciones
malignas crecen dentro de él y cómo Moisés lo vence con la ayuda del
Creador, un hombre busca una forma de alcanzar la voluntad del
Creador por sí mismo. El busca una guía, instrucción clara que lo
llevará a un completo reconocimiento de su Creador, busca la Torá
(lo que en hebreo significa Instrucción).
A fin de alcanzar
la Torá de forma independiente, hay necesidad de preparación
gradual. Moisés es el representante de la gente ante el Creador. Es
el poder interno, lo más puro que puede entrar en contacto con el
Creador, pero esto no es suficiente. Tenemos que alcanzar un estado
donde el pueblo entero, refiriéndonos a todos los deseos que aspiran
a alcanzar al Creador (Israel), llegarán a tener contacto con Él y
adquirirá Sus atributos.
Ese hombre tendrá que pasar a través de
cuarenta y nueve correcciones especiales, una cada día, por siete
semanas (Shavuot en hebreo). Sólo después de esas siete semanas es
posible recibir la Torá. Eso es por lo que la celebración de recibir
la Torá es llamada Shavuot.
Los atributos del alma que es corregida pueden
ser marcados con los nombres de las Sefirot. Cada alma tiene diez
Sefirot. Las primeras tres no necesitan ser corregidas, y por lo
tanto, sólo hay siete que necesitan corregirse. Cada una de las
siete contienen dentro de ellas otras siete, de tal forma que en
total un hombre debe corregir cuarenta y nueve Sefirot, las cuales
son atributos de su alma, cada corrección, contra cada una de las
Sefirot internas.
El orden de las Sefirot que deben ser
corregidas es: Chesed, Gvurah, Tiffret, Netzah, Hod, Yesod,
Maljut. En el primer día de después de la noche de Pascua (Pesaj),
Chesed dentro de Chesed es corregida. En el segundo día Gvurah
dentro de Chesed, en el tercero Tiffret dentro de Chesed, y así
sucesivamente.
Durante la segunda semana, las Sefirot dentro
de Gvurah son corregidas y así sucesivamente, hasta que en el día
49, Maljut dentro de Maljut es corregida. El significado de la
corrección es el darse cuenta de que nosotros sólo necesitamos la
Torá, el poder curador, que nos liberará del egoísmo.
En el día cincuenta, después de que uno ha
comprobado todos y cada uno de los rasgos, que todo lo que uno
necesita es esta fuerza llamada Torá, sus atributos se unen por
encima de sus pensamientos malignos (Hirhurim, de la palabra hebrea
har: montaña) arriba de todos sus odios (Sinah, por consiguiente,
la palabra “Sinai”) y pide una corrección completa para ellos. La
corrección es llamada Torá.
los cabalistas tienen la costumbre de estudiar
a través de la noche en Shavuot, para recibir la corrección
completa.
La preparación del pueblo de Israel, los deseos
que son dirigidos hacia el Creador, ocurre a través de los 49 días
desde el tiempo de Pascua (Pesaj); es decir, las correcciones que un
hombre cumple en sí mismo durante la cuenta del Omer y el estudio
por la noche, han preparado para él el vaso correcto para la
recepción de la Torá, el poder de la corrección.
No obstante, no debemos olvidar que la Torá, la
fuerza que libera al hombre de todas sus desgracias puede ser
recibida solamente si ésta es solicitada para cambiar para bien,
“como un hombre con un corazón”. La Torá ya ha sido dada, pero
nosotros podemos recibirla solamente si nos unimos con un objetivo
común: descubrir al Creador. |