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Serie: Revelando los Mundos Superiores
La Sabiduría de la Cabalá. Plática IV

El deseo de recibir
Rav Dr. Michael Laitman
Charla  (20-07-2005)

  • Negro: preguntas y texto original de Baal HaSulam
  • Regular: Comentarios de Rav Laitman
  • Itálica: vocablo hebreo

Hemos aprendido y hablado acerca del hecho que toda la sustancia de la Creación es un deseo de recibir, y el Baal HaSulam escribe acerca de eso en el "Prefacio a la Sabiduría de la Cabalá", que en suma, tenemos una Luz y una vasija (Kli). La Luz es lo primero y ésta crea una vasija para el deseo de recibir de ella, y luego, el deseo de recibir es desarrollado por la Luz.

El deseo de recibir es el deseo de placer, de gratificación. Y dice: “Estas dos nociones” estoy leyendo del “Prefacio a la Sabiduría de la Cabalá", al principio: “están incluidas de manera inevitable en la Creación”, lo cual significa que no hay nada en el Pensamiento de la Creación, excepto estas dos; la relación entre la Luz y las vasijas. El Pensamiento de la Creación, de donde se originan estas dos nociones.

“Sin embargo, éstas son dos nociones separadas, tal como se menciona anteriormente, mientras que la abundancia desciende directamente del Creador”, es decir, la abundancia, el Kli (vasija), “el deseo de recibirlo es la raíz, la fuente de todos los seres creados”, del cual emergen todos los seres creados, y dentro del cual están incluidas todas las creaciones. Significa que el deseo de recibir es esencialmente nuevo; es decir, la existencia de la ausencia”, algo que nunca antes existió.

En otras palabras, existe Su Esencia (Atzmuto), cierto  Poder Superior del cual desciende la abundancia, al cual nos referimos como la Luz, y esta Luz engendra una criatura- todas las criaturas de manera colectiva como un ser; “algo esencialmente nuevo; es decir, la existencia de la ausencia. ¿Qué significa "existencia de la ausencia"? Significa que nunca existió antes, sino que cuando el Pensamiento se formó, la criatura apareció.

“Se convierte en el deseo de recibir”—"deseo de recibir",  el deseo de placer— “es la esencia de la Creación, de principio a fin”. ¿Qué significa “de principio a fin”? Significa que más tarde, esta criatura inicial evoluciona hasta cierto grado en el que aquí está el principio y allá el fin.  Y esto subsecuentemente, evoluciona de nuevo desde el fin al principio, atravesando varias fases de las que hoy probablemente hablaremos más adelante.

"Y todos los diversos seres creados y sus eventos", significa que esta criatura subsecuentemente se divide en muchas partes que se dispersan en varios grados de su relación con Su Esencia, o para ser más precisos, relativo a la abundancia, lo cual es nuestro estándar, nuestra escala.

La abundancia o Luz es un Proveedor de abundancia; Su naturaleza es puramente de conferir, de absoluto otorgamiento, para impartir 100%. ¿Qué significa 100%? Quiere decir que la Luz no tiene otro pensamiento, voluntad ni intención, salvo el conferir.

La criatura, por otro lado, inicialmente se corrompe. El simplemente siente en muchas de sus partes que él desea recibir, siendo el recibir contrario a conferir (al Proveedor), basado en su nivel de reconocimiento, más se considera en declive.

¿Qué significa que él está en declive? Es justo tal como un individuo que de repente se siente a sí mismo egoísta, un delincuente, un malhechor. El grado en el que siente que él ha hecho cosas malas es el grado de acuerdo al cual siente que él siente su declive y su bajeza.

En otras palabras, aquí no hay lugares en la espiritualidad, solo un escala de valores, los cuales medimos con relación al otorgamiento del 100% que viene de la Luz. Y cuando el ser creado se convierte en un ser capaz de alcanzar el grado máximo, el más profundo y el más verdadero de su auto-conciencia, él se percibe como recipiente del 100%, siente su propia naturaleza relativa a la naturaleza del Creador.

El ser creado es incapaz de sentirse a sí mismo o de entenderse a sí mismo en el momento de su creación por medio de la Luz. Por el contrario, este un proceso gradual de durante el cual la influencia de la Luz le hace darse cuenta de cuán contrario es. Todos este proceso se refiere a la declinación de la conciencia de la criatura; su distanciamiento de la percepción de la Luz.

Es por esto que no hay distancia o tiempo en la espiritualidad, sino que hay otros parámetros, otros criterios. La criatura determina su posición, ya sea si está cerca a la Luz o lejos de Ella, con base a su percepción de quién es él en relación a la Luz.

En otras palabras, existe una ley primaria en la realidad de la criatura y su relación con el Proveedor, el Creador, la Luz Superior, llamada "Ley de equivalencia de la forma". Esta ley establece que la criatura determina su posición relativa a la espiritualidad, al Creador, basado en el grado (porcentaje) en el que descubre su similitud o desigualdad con la Luz. Y esto es, en efecto, el único factor determinante de su ubicación en el Mundo Espiritual.

El Mundo Espiritual es nuestro mundo interno, en el que comenzamos a reconocer quiénes somos en relación al Creador, a la abundancia, a la Luz Superior; y del cual actualmente carecemos. Sólo cuando la abundancia, la Luz Superior, comienza a ser revelada y somos capaces de medirnos con respecto a Ella, se dice que hemos entrado al Mundo Espiritual. Esto es a lo que nos referimos como Mundo Espiritual.

Todos los mundos se encuentran dentro de nosotros, y nosotros determinamos quiénes somos, basándonos en nuestra habilidad de juzgarnos de manera más precisa en relación a la Luz que es revelada. En otras palabras, es imposible decir "el ser creado" sin revelar al Creador con respecto a él, ya que esta comparación es la que causa que la criatura reconozca que fue creada por alguien. Al medirse con respecto a un "alguien" invariable, aunque él mismo siga cambiando, siempre podrá determinar dónde está situado en relación a ese algo invariable.

La razón de esto es que la sustancia del ser creado atraviesa todo tipo de cambios. ¿Qué cambios? La sustancia misma realmente no cambia. Significa que el deseo de recibir, el deseo de placer que fue creado por la Luz Superior no cambia. Pero el reconocimiento de quién es él con relación a la Luz Superior, si cambia. Y de acuerdo a eso, él se siente distante en un mayor o menor grado de la Luz Superior.

En otras palabras, estos mundos son cierto tipo de reconocimiento de la criatura, de donde está situado. ¿Está la criatura realmente situada donde se imagina que está con relación a la Luz Superior, basándose en sus propios atributos? De hecho, eso está determinado por la criatura. Cómo Su Esencia, el Creador nos ve en comparación con la forma en que nos vemos a nosotros mismos lo discutiremos más adelante.

Basta decir que el Creador nos ve a todos corregidos y existiendo en la mejor situación posible, excepto que tenemos que atravesar todo este proceso de auto-reconocimiento, llamado "el reconocimiento del mal". Después de este reconocimiento, debemos pasar por un proceso llamado "corrección" del mal reconocido,  a través del cual queremos transformar ese mal en bien, al final del cual nos convertimos en seres como el Proveedor.

Entonces, todo este proceso es interno, el cual ocurre dentro del  Kli, como una sensación del Kli, por encima de su deseo de recibir; en el que el deseo de recibir en sí está cambiando en esencia y determina su grandeza, su espiritualidad o corporalidad relativa a la Luz Superior.

Razón por la que dice lo siguiente: “Resulta que el deseo de recibir es la esencia de la Creación, de principio a fin… de todos los diferentes seres creados y sus eventos”. “Sus eventos” significa: sus relaciones, sus interacciones y todos los procesos por los que pasarán de situación en situación, donde la criatura se verá mejor o peor con relación a la Luz. En otras palabras, ésta es la manera en que el individuo se juzgará a sí mismo.

Una vez más, todo este proceso, todo el sendero que la criatura pasa, no es como si realmente atravesara algo o que algo dentro de él realmente cambiara, excepto por su propio reconocimiento con respecto a la sustancia.

 “Además, todos los eventos que le suceden” la sustancia de la Creación “y sus conductas, las que ya han sido reveladas y las que todavía están por ser reveladas son simplemente ‘proporciones’ diferentes y cambios en los valores del deseo de recibir”; proporciones y cambios en los valores, significa que el ser creado asigna valores a su propio deseo de recibir. Su voluntad o deseo de recibir en realidad no cambia, sino que lo que cambia es su propia evaluación del deseo de recibir.

Todo lo que llena al ser creado y satisface su deseo de recibir, significa el deseo mismo y esto, que está implícito en eso, “llega directamente del Creador, existencia de la nada”. Todo dentro de la criatura, excepto sus propias evaluaciones, es un deseo de recibir saciado con la abundancia invariable, “y no tiene nada que ver con la recién creada existencia de la ausencia”, ya sea innovada o renovada.

El Creador creó el deseo y lo llenó con la Luz. Este estado se llama Ein Sof (lit. Infinito), y es el único estado que realmente existe. Y los ocultamientos (HaAlamot in hebreo), es decir, los Olamot (los mundos), están hechos sobre parte de la criatura para ocultar su propio estado y el estado de la Creación.

Entonces, todo este proceso en el que la criatura supuestamente se distancia de sí misma, después regresa a su mismo estado, conociéndolo mejor o conociéndolo menos, por el simple propósito de determinar su verdadero valor propio relativo al Creador.

“Como si todo no fuera algo nuevo, y desciende directamente de Su Esencia, existencia de la existencia”. Toda esta condición es como Su Esencia: permanente y presente. Esta es la razón por la cual, en la Sabiduría de la Cabalá distinguimos tres estados diferentes. El primer estado donde existimos en Ein Sof (lit. Infinito), habiendo sido creado por Creador como una vasija, la cual el Creador sació infinitamente y en abundancia, en el mismo grado de fortaleza, capacidad y volumen con el que creó el deseo de recibir en todas sus formas así como todo lo que hay, pese a que este momento no es importante para nosotros “qué” o ”cuánto” es.

El Creador sació la vasija completamente y lo llenó con la Luz, de tal forma que el deseo de recibir ya no abunda con su Luz intencionada en cada uno de sus deseos y todo lo que hay, sin fin, lo cual es la razón por la cual es llamado  Ein Sof (lit.  Infinito), ilimitado.

No hablamos acerca de medidas, como en el caso de cien kilos o cincuenta litros. No tiene importancia el "cuánto", porque en la espiritualidad no hablamos acerca de eso, porque hay otras dimensiones, tales como gramos y kilogramos, ya que no hay distancias, sólo cualidades.

Entonces, si decimos que el deseo fue creado en un 100% y llenado un 100%, significa que el deseo fue completamente saciado en cada uno de sus deseos, eventos y maneras, como la de la perspectiva del deseo, nunca fue y nunca será ninguna falta o ninguna clase de sentimiento que no haya sido cumplido, y a esto se le llama el estado de Ein Sof (lit. Infinito).

Y por este esto de Ein Sof , llamado Matzav Alef (Estado 1), de todas maneras la criatura llega al estado que llamamos Matzav Bet, (Estado 2). Esta condición es la peor, y nos referimos a eso como este mundo. Digo “nosotros”, refiriéndome a cómo nos percibimos a nosotros mismos.

El Estado 2, en verdad, no sólo consiste en nosotros, si no en todo el descenso desde la cima hasta el fondo; es decir, la materialización de la sustancia, hasta que alcanza Matzav Gimel, (Estado 3); en el que el Estado 3 es exactamente igual al Estado 1. Nosotros alcanzamos el mismo estado de Ein Sof, regresamos exactamente al mismo estado.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ellos? La diferencia entre ellos es que aquí en Ein Sof, somos engendrados, creados por Su Esencia sin ningún conocimiento o voluntad (deseo), para comenzar. No tenemos ningún deseo previo, tampoco lo escogemos, es básicamente una realidad ordenada por Su Esencia. Esta es también la razón por la que Su Esencia no puede ser alcanzada sólo eso que diseñó existe ante nosotros.

Y cuando después a nuestra evolución –nuestro descenso hacia este mundo, seguido por miles de años y numerosas encarnaciones en este mundo-comenzamos nuestro ascenso, lo hacemos por nosotros mismos, al percatarnos de nuestro propio libre albedrío, retornando a Ein Sof.

En otras palabras, el ser humano comienza de su punto cero, lo cual es un estado contrario de (dibujo aquí); y es como lo hemos estado discutiendo, que en estos días sentimos cierto impulso, un vacío en nuestra situación que nos está empujando hacia algo más avanzado, algo superior.

Y de este estado de punto cero, comenzamos nuestro ascenso espiritual, donde comenzamos a construyéndonos, supuestamente a nosotros mismo, el Mundo de Ein Sof, de las Luces y de las vasijas que vienen a nosotros de Arriba. Y luego, nuestro sendero de Arriba nos presenta una imagen muy interesante. El ser humano siente en “yo” que recibe Luz de Arriba, lo cual significa la comprensión de lo que significa ser el Proveedor; de lo que significa El Superior; y por otro lado, los nuevos deseos son revelados dentro de él –“una voluntad o deseo de recibir”, y luego aquí el ser humano lleva a cabo la correcta composición, llamada Neshamá, un alma.  ¿Por qué se llama “un alma”? porque él es incapaz de corregir algo más en su Kli, su vasija,  que no sea el nivel de la Neshamá.

Nuestra vasija comprende cinco grados de Aviut, cinco grados del deseo de recibir llamado Shoresh (Raíz), Alef (1), Bet (2), Gimel (3), Dalet (4); y de Luces llamadas: Nefesh, Ruaj, Neshamá,  reveladas en el Kli respectivamente.

Hay dos partes en el Kli que permanecen vacías, tal como somos incapaces de corregirlas; estas partes son llamadas Klipot (lit. envolturas) or Lev HaEven (lit. El corazón de piedra). La Luz máxima que es revelada en nuestro Kli es la Luz de Neshamá, siendo esta la razón por la cual todo nuestro Kli interno se llama Neshamá. Pero en verdad, esto solo un indicativo de que no todos nosotros no estamos corregidos y que somos incapaces de corregirnos a nosotros mismos más allá de ese nivel.

El ser humano contruye su Kli, su alma, al recibir de Arriba tanto la Luz como el deseo, y al recibir progresivamente más Luz y más deseo, construye un crecientemente mayor y mayor Kli, hasta que alcanza el estado Ein Sof.

Esta corrección y esta construcción que él desarrolla en su alma se llama “el trabajo en tres líneas”. ¿A qué se le llama “tres líneas”? Se refiere a que hay una línea que es la Luz, la abundancia donde se encuentra el atributo de otorgamiento y por el otro lado viene el Kli, el deseo no corregido de recibir; y cuando corrige el Kli y la Luz se junta de tal forma que el Kli se hace igual que la Luz –al grado que Kli se convierte en un proveedor como la Luz-, se dice que lo ha corregido tanto como le fue posible; lo cual es, tal como lo mencionamos antes, no más que un grado específico llamado Neshamá.

Así asciende, es decir, progresivamente se acerca al mundo de Ein Sof (Infinito), recibiendo más y más Luces y más y más vasijas repetidamente, y así el individuo construye, de hecho crea su alma por sí mismo.

¿Cómo lleva a cabo su construcción? El método por el cual encaja ambas partes es llamado “elección”, y el logro del equilibrio entre la Luz y la vasija (la cual alcanza cuando la Luz y la vasija están en equivalencia) es llamada Vida (Jaim), razón por la que está escrito: “Y debemos elegir la vida”; porque constantemente elige un estado en el que la vasija es más corregida y más equivalente a la Luz.

¿Y cómo esta corrección y elección se realizan? Por medio de la Luz que reforma. En otras palabras, hay una Luz especial aquí que lo ilumina y le demuestra lo que son las vasijas de otorgamiento, y lo que es el atributo de otorgamiento; y por lo tanto, el individuo sigue creciendo, estando vivo en su propia alma, en esta vida, en esta vasija   (Kli).

Y aparte de su cuerpo, el individuo siente su vitalidad dentro de esta vasija que ha evolucionado en él literalmente de la nada, de cero; y debido a que su vasija es ahora más grande que su cuerpo, él se identifica con su cuerpo al grado que su cuerpo luego puede separarse de él –a lo que nos referimos como la muerte, a dejar de existir- y el individuo no lo sentiría, como si ya estuviera morando en el alma, y por lo tanto, todo este proceso por el que atravesó en el nivel inferior, el nivel corporal, no sería sentido por él como algún tipo de tragedia.

Por el contrario, él luego se sumerge en la conciencia del Mundo Superior, siendo el Mundo Superior la parte que es sentida dentro del alma. Entonces, él continúa expandiendo su vasija y la Luz dentro de la vasija, un proceso catalogado como: “Ascendiendo los pasos de los mundos de mundo a mundo”, hasta que alcanza Ein Sof (Infinito).

Este sendero comprende cinco mundo, cada uno de los cuales incluye 25 Partzufim. Partzufim son las partes de las cuales están compuestas los mundos, el total de las que se iguala a 125 Sefirot, o pasos. Y este es el sendero que cada uno de nosotros debe atravesar, sin tener otra opción, de este mundo al Mundo de Ein Sof.

Y es así como progresa del Estado 1 al Estado 3, vía Estado 2: aceptamos lo que el Creador ha creado ante nosotros, luego construimos ese estado y nos identificamos con él. No hay disminución nuestra relativa al Creador, tal como Él diseñó el Mundo Ein Sof, y nosotros diseñamos el estado Ein Sof; Él creó eso con Su propio libre albedrío, existencia de la ausencia, excepto que nuestra existencia de la ausencia, nuestro algo de la nada comienza desde abajo, a partir del estado de incomprensión absoluta, de falta total de conciencia, y básicamente, una carencia del principio. Esto es, en efecto, lo que estamos enfrentando hoy en día, la oportunidad que nos está siendo revelada.

Pregunta: ¿Qué pasa con el individuo después de su muerte? En otras palabras, ¿es un asunto del alma?

Primero que todo, el ser humano no muere; es solo el ser humano el que muere. Entonces, ¿cuál es el asunto? El cuerpo muere y nuestros cinco sentidos dejan de funcionar y de transmitirnos impresiones y nuestro cerebro físico deja de funcionar y de transmitirnos impresiones de los cinco sentidos. Entonces, ¿qué hay con eso?

En nuestra última charla dijimos que tenemos cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto, y todos estos sentidos se conectan al cerebro. Al lado del cerebro tenemos la memoria y los hábitos, así como todo lo que hemos recibido del medio ambiente y de nuestras reencarnaciones previas. Como resultado, este cerebro me brinda las imágenes del mundo, aquí atrás de la cabeza; una imagen ante mí que creo es la correcta.

Así es que además de todo esto decimos que el individuo desarrolla un sistema totalmente separado, el cual comprende cinco sentidos que son grados del deseo de recibir, llamados  Keter, Hojmá, Biná, Zeir Anpin and Maljut—grados de coerción de los cuales recibimos impresiones que están detrás del Majsom (pantalla). Y en esta pantalla que está ubicada por encima de la suma total de sus impresiones, él ve la imagen de su Mundo Espiritual, pero sólo si tiene el Majsom.

En el sistema corporal –hay un sistema corporal y este es el espiritual-  la imagen del mundo es revelada a él naturalmente, su cuerpo funciona por sí mismo y él no tiene que hacer nada salvo añadir cosas a su memoria. Y así su mente se convierte más y más capaz de procesar asuntos delicados, él entiende mejor las conexiones y como resultado, la imagen del mundo se hace progresivamente más clara. Justo en la manera en que un bebé, un adulto y una persona mayor ven el mundo.

De la misma manera, excepto aquí (en el sistema espiritual), eso no depende de la experiencia física que simplemente se desarrolla a través de los años, sino que depende de la Pantalla actual, donde el individuo básicamente determina la relación entre sus vasijas y la Luz Superior.

Sin embargo, esta imagen también es una imagen interna, no externa. Todo existe en el interior, dentro de las vasijas de la persona. En el exterior, tanto de lo corporal com de lo espiritual no hay nada más que el Atzmuto (Su Esencia).

Ahora, ¿qué pasa con la parte que una vez usamos para sentir y que ahora está muerta? ¿Qué significa “muerta”? Quiere decir que ya no se encuentra activa en nosotros. ¿Sufrimos a raíz de eso? Sí, la extrañamos ¿Por qué? Porque si no moramos en esa parte corporal, no logramos llegar al nivel cero, el nivel de la elección, y por lo tanto, no puede haber elección. Eso únicamente puede suceder cuando, con cada uno de mis discernimientos yo moro en mi cuerpo, y la espiritualidad es algo nuevo y desconocido en mí.

Yo ya podría estar en la espiritualidad, en algún nivel, digamos, habiendo corregido 40% de mi vasija, y todavía estaría desconcertado con respecto a ese 40% de mi vasija ya que no sé lo que es, es contrario a mi naturaleza y estoy constantemente confundido.

Así es que, ¿cómo puedo seguir viviendo si todavía no existo en el nivel del 40%, ya que el nivel del 40% ahora ha sido oculto de mi, con el propósito de permitirme llegar al nivel próximo?

Yo permanezco aquí, en mi cuerpo -Lo estoy dibujando aquí pero tomen nota que esto no es espiritualidad- así es que existo aquí en el mi cuerpo, y eso es precisamente lo que me permite tener un libre albedrío con respecto a los discernimientos espirituales. Es como si en cada momento naciera de nuevo, como un bebé descubriendo la nueva espiritualidad.

Es por esto que la elección y los exámenes sólo pueden ocurrir mientras se está en el cuerpo. Hemos reencarnado muchas veces a fin de alcanzar “el punto en el corazón”, por lo que tendremos que continuar reencarnando hasta que nos demos cuenta de nuestra elección de lograr el fin de la corrección del  “punto en el corazón”.

Ahora continuamos con un artículo escrito por mi maestro (Baruj Ashlag), titulado: “A qué nivel debe llegar una persona a fin de que no necesite ser reencarnada una vez más?”

¿Qué nivel debe una persona haber alcanzado para que no necesite ser reencarnada una segunda vez?

Pregunta: ¿Cuál es el grado al que debemos llegar, del cual no tenemos que reencarnar una segunda vez? “

¿Verdad que es interesante? No sé si lo queremos o no, pero al menos es relevante para nosotros ...

“Está escrito en el libro Shaar Hagilgulim (Puerta de Reencarnaciones) que “Todos los hijos de Israel deben reencarnar hasta que sean completos con todo su NRNHY. Sin embargo, la mayoría de las personas no deben tener todas las partes llamadas called NRNHY, sino sólo Nefesh, que llega de Assiyá.”

“Esto significa que cada persona sólo debe corregir su propia parte y la raíz de su alma, nada más. Así la persona termina la corrección”.

En otras palabras, cada uno se corrige a sí mismo. El hecho que en nuestro sendero también requiramos integrarnos con el resto de las almas, lograr el altruismo e involucrarnos en todo tipo de actividades unificadoras entre nosotros, es con el único propósito de corregirnos a nosotros mismos.

“El asunto es que debemos saber que todas las almas vienen del alma de Adam HaRishon. Después del pecado del árbol del conocimiento, el alma de Adam se fragmentó en 600,000 almas. Esto significa la sola Luz  que Adam HaRishon tuvo en el Jardín del Edén, la que el Zohar llama Zeará Ilaá (Luz Superior), ahora fragmentada en varias partes.

En el libro Panim Masbirot el Baal HaSulam escribe, “Después de la mezcla del bien y el mal (es decir, después del pecado), se estableció una gran estructura de las Klipot, con el poder de aferrarse a la Kedushá (lit. Santidad). A fin de cuidar de ellas, la Luz de los siete días de la Creación se dividió en muy pequeñas partículas, las cuales son muy pequeñas para que los  Klipot succionen de ellas.

Esto puede ser comparado con un rey que desea entregar una gran suma de dinero a su hijo que vivía al otro lado del mar. Desgraciadamente, toda la gente bajo dominio del rey estaban conspirando con ladrones, y el rey no podía encontrar un emisario fiel. ¿Qué hizo? Dividió el dinero en monedas y las mandó con un gran número de emisarios. Así, no encontraron que el placer de robar valiera la pena como para deshonrar el reinado. 

De esta manera hay un orden de los tiempos en muchas almas, la iluminación de los días no permitían el escrutinio de todas las chispas que fueron robadas de los Klipot por el pecado del árbol del conocimiento”.

Decimos que es el Mundo de Ein Sof, el cual es una gran vasija con una gran Luz adentro; pero tenemos que determinar nuestra actitud hacia esta situación y no otra, a fin de que la Luz y la vasija se unan en una sola.

A fin de alcanzarlo, avanzamos gradualmente y nos acercamos a ese estado, ese estado superior de 125 grados de otorgamiento. De otro modo es imposible tolerarlo todo de una vez. Es sólo mediante un proceso lento y gradual de reconocimiento y de llegar a estar cada vez más cerca, llamado “subiendo las gradas”, que esto puede ser realizado.

Y hasta que uno asciende todas las 125 gradas, utilizando su propio libre albedrío, sera forzado a continuar reencarnando. Y esto es a lo que se refiere el Rabash.

Los niveles de ascención del que él habla, en donde lentamente recibimos Nefesh, Ruaj, Neshamá, Hayá, and Yejidá, son los grados de ascensión a través de los cinco mundos; y el ascender mediante cada uno de los cinco mundos significa que recibimos las cinco Luces de Nefesh, Ruaj, Neshamá, Hayá, and Yejidá todas juntas. Y cuando nuestra alma está saciada con todas estas cinco Luces, se dice que hemos alcanzado Ein Sof (Infinito), la satisfacción ilimitada.

”Un gran número de almas”, significa que la Luz se divide en muchas Luces internas, y el significado de “muchos días” es una división en muchas Luces externas.

¿Qué significa? Está el Mundo de Ein Sof donde hay una sola vasija llenada con una gran Luz. Con el propósito de que seamos capaces de alcanzar la equivalencia entre la Luz y la vasija, comenzando desde abajo, se divide en muchos peldaños y múltiples partes llamadas almas o vidas, y en pequeñas Luces, permitiendo así al Kli (la vasija) reunir más y más partes que inicialmente están disperas a través de nuestro mundo.

En nuestro mundo nos pareciera que estamos todos separados uno de otro y que no hay conexión entre nosotros. En total, somos 600,000 almas, aunque después haya más divisiones, en la cantidad de personas que llegan en cada generación.

Aunque pareciera que estamos totalmente desconectados uno del otro, en cada paso que uno toma comienza a ascender, uno se hace cada vez más conciente de que la cantidad almas siguen disminuyendo, mientras más almas comienzan a emerger, tal como dos gotas de agua se fusionan. Así el individuo ve que la vasija crece progresivamente como resultado de la unificación de las almas. Y la Luz que llena esa vasija se hace más grande de acuerdo a eso. Eso es en realidad todo el secreto del proceso de “Ascender las gradas”.

¿Qué significa, que uno sube peldaño por peldaño? Quiere decir que uno se hace más altruista, que uno se siente a sí mismo más cerca del resto de las almas, que se une con ,ás almas, aumentando así su vasija e incrementando la Luz dentro de ella. A esto se le llama “ascensión”, el estado en el que el Kli es mayor y la Luz dentro que es más grandee s llamada “ascensión relativa al estado previo”, porque no es más que discernimientos cualitativos.

En la espiritualidad, no hay distancia donde podría moverme de este punto a otro que está a cientos de metros de mí, y que permanecen igual. Hemos usado el ejemplo de nuestro mundo en el sentido que una carga eléctrica en un campo eléctrico cuya ubicación está siempre determinada por las fuerzas que actúan sobre eso y por estar en un estado de equilibrio con esas fuerzas.

Ahora, ¿qué significa que eso “se mueve” hacia otra ubicación? Traten de mover una pieza de hierro que está debajo de un magneto hacia un lugar diferente, tiene que poner mucho esfuerzo, mucha fortaleza, de forma que pueda moverlo de un punto a otro. ¿Por qué? Porque se encuentra en un estado de equilibrio y toda la naturaleza es llevada a un estado de armonía y de equivalencia de forma con el ambiente. Así es que necesitamos un incremento en el poder para cambiar su estado. Y pese a esas fuerzas adicionales deberían tener todavía que usar la fuerza para mantenerlo en su nueva ubicación, de lo contrario, se revertiría a su estado previo balanceado.

Es lo mismo aquí, con nosotros. El Mundo Espiritual es un mundo de fuerzas transparentes, arropadas de cualquier objeto físico o cuerpos. Por lo que cuando estamos en el Mundo Espiritual y decimos que una persona ha cambiado y se ha movido de un estado a otro, de un lugar a otro, significa que él mismo ha cambiado. Entonces, si estaba en un estado del 41%, significa que él mismo ha cambiado, alcanzando un estado balanceado más nuevo y más cercano, con relación Ein Sof.

“Los peñiques se convierten en libras (relat. a moneda), transformándose en la gran Luz que causó el pecado de Adam HaRishon”. Esto significa que Adam HaRishon es la vasija (Kli) grande que fue dividido en 600,000 partes, y que esas partes ahora están siendo unidas por nosotros con nuestro deseo y conciencia. Y al unirlas entre sí, una Luz más grande llega de Arriba y las llena. A eso se refiere “un estado más cercano a Ein Sof”, un estado corregido.

“y luego llegará el fin de la corrección”…cuando todo el Kli del alma se reúna con Adam HaRishon y sea saciado con todas las Luces.

“Esto nos lleva a la conclusión de que cada uno nada con una pequeña parte del alma de Adam HaRishon. Cuando uno corrige esa parte, no hay más necesidad de continuar las reencarnaciones. Es por eso que uno sólo puede corregir lo que le pertenece.

Está escrito en el Árbol de la vida que, “No hay un día que sea como el otro, o un momento que sea como el otro, y no hay una persona que sea como otra. La Helboná (parte de incienso sagrado) corregirá lo que no hará Levoná (otra parte del incienso sagrado). Cada uno debe corregir su propia parte”.

Y así la cada persona recibe nuevas oportunidades, cada momento de su vida, en distancias y en movimiento, en donde nuestro mundo sigue cambiando.

A uno se le da la opción del 0% en su nivel cero. En este nivel, uno comienza a tener opciones y a recibir oportunidades de avanzar cada momento de su vida. Si uno comienza a prestar atención a lo que le es revelado con el propósito de que sienta su alma y se sumerja en ella, entonces será capaz de percibir todos los Mundos Superiores dentro del alma. Todo este proceso se refiere a “subir las gradas” de los Mundos Espirituales.

Estas oportunidades nos llegan tal como él dice, “No hay un momento que sea como otro”, y cada momento que enfrentamos con nuevas situaciones, motivan al individuo a corregirse a sí mismo, hasta “de peñiques a libras”.

En otras palabras, todo depende de nuestra atención. No hay rechazo de parte del Creador, tal como dejar que la vida llegue y se vaya y simplemente dejar que el tiempo pase de este estilo, “esperemos y vivamos y veremos”. Por el contrario, al individuo se le dan oportunidades cada segundo de su vida.

¿Y qué podemos hacer si todo lo que realmente queremos es progresar y ser más exitosos? Hacemos uso de la asociación y de los libros para llegar a ser más susceptibles a captar esas instancias, para captar esos momentos, y darnos cuenta de ellos correctamente cada Segundo juntándolas con el proceso espiritual.

“Sin embargo, debemos saber que cada persona tiene una elección, para quien no nace siendo justo. Nuestros sabios dijeron, “Rabí Hanina Bar Papa dijo: ‘El ángel que es asignado en la concepción, su nombre es Layla (noche). Toma una gota y la lleva al Creador y dice: “Esta gota, qué debe resultar de ella? Será un héroe o un débil, un sabio o un tonto, un rico o un pobre?’ Pero no pregunta, ‘Será justo o malvado?’

Esto significa que uno no nace justo, por eso no pregunta, “¿Será justo  o malvado?” Esto es dejado a nuestra elección, cada persona de acuerdo a su trabajo en la Torá y en las Mitzvot. De esta manera uno logra limpiar su corazón y corregirlo de acuerdo a la raíz de su alma, y así uno logra la plenitud”.

Esto significa que uno nace con todos los atributos, ya sea la excelencia en algo, el ser más sabio o más tonto, débil, honesto o no. Cualquiera sea el aspecto con el que haya nacido, no tiene nada que ver con su desarrollo espiritual.

Todo lo que se es dado a uno proviene de Arriba, otorgado de una manera calculada y precisa consistente en todos sus atributos naturales, el ambiente en el que crecería, su padres, vidas previas y experiencias de vida pasadas. Todo lo que existe en el individuo y su entorno llevan al individuo al punto del cual se hace libre de elegir.

No hay sino una sola cosa que está sujeta al libre albedrío y esta es, ser correcto o malvado. El Baal HaSulam escribe acerca de eso en el artículo “La Libertad” y también nos explica acerca de eso en “La Introducción al Estudio de las Diez Sefirot.”

Por eso se dice: “Pero eso no se pregunta, “será correcto o malvado?”; porque es la única cosa que está sujeta a elección en una persona; la elección de uno para justificar su situación, de forma que no importe cuán mal parezca, de cualquier manera siente como si estuviera existiendo en un estado de Ein Sof. De esta manera, progresamos hacia la misma dirección. ¿Y cómo loásemos? Utilizando la Luz, esa Luz Superior que nos reforma y nos provee la oportunidad de corregir nuestra situación y la eleva a un estado más grandioso que es más cercano a la Luz.

¿Cuál es el significado de cómo si? Desde la perspectiva del Creador –la Luz Superior, la Fuerza Superior-estamos, en efecto, en el estado de Ein Sof. Es sólo el ser humano el que ha descendido en su percepción y conciencia, tal como lo vimos en el dibujo anterior, pero en realidad, la abundancia de la Luz Superior ya está en nosotros tal como en el estado de Ein Sof.

¿Qué escribe después? “cada persona de acuerdo a su trabajo en la Torá y en los Mitzvot. ¿Qué es la Torá y los Mitzvot? Son los actos que corrigen el alma.

¿Qué escribe después? “De esta manera uno llega a limpiar su corazón y a corregir lo que uno debe de acuerdo a la raíz de su alma, y así uno alcanza la plenitud”.

“Corregir su corazón” significa que une en sí mismo el resto de las almas, convirtiéndose en una vasija limitada (Kli) hasta llegar a Ein Sof, donde 600,000 almas se unen en él como una sola, lo que se conoce como alcanzar la Mitzvá de ”Ama a tu prójimo como a ti mismo”, a través del cual nos reunimos en esa alma llamada  Adam HaRishon. Todo este proceso es hecho por la Luz Superior, mediante actos llamados Torá y Mitzvot.

Ya hemos hablado del significado de la Torá, es la Luz la que llega a nosotros. Y Mitzvot, son las correcciones de todos esos deseos que existen en todos y cada una de las vasijas. Hay 613 deseos en cada Kli (vessel), cada uno de los cuales require una corrección. Al utilizar la Ley universal llamada Torá, uno corrige estos deseo de forma que se parezcan a la Luz y hagan que el Kli sea similar, igual a la Luz, y al corregir todos los 613 deseos dentro del alma uno alcanza el estado de Ein Sof, (Infinito), el estado de Gmar Tikkún (lit. Fin de la Corrección).

Este es en realidad el estado en que, cuando es alcanzado, uno deja de reemcarmar; y si uno no lo logra, sigue encarnándose; es decir, entrando nuestra corporalidad en la que existimos en el cuerpo, como si sólo dentro del cuerpo llegaramos al estado cero de donde estamos listos para comenzar el prcoeso spiritual y completarlo. Nuestro cuerpo y nuestro mundo son como nuestro ser en el umbral de una competencia; todavía no hemos comenzado, pero ya estamos en el punto de partida, nuestra base y fundación.

Y aún cuando damos los pasos para ascender, es decir, de 40 a 41%, de cualquier manera uno debe tener los pies en el piso, o sea, en nuestro mundo, para permitirse tener libre albedrío en cada uno de sus actos, para estar totalmente desconectado de la espiritualidad, mirando cada situación especial, libre de desearla o no, o de percibirla o no de manera independiente. Y todo esto está capacitado específicamente por el cuerpo y la realidad de este  mundo.

Pregunta: La ruptura y la división en tantas partes y las múltiples veces que y almas, ¿cómo eso promueve mi corrección?

Miren aquí y ustedes deciden. Aquí tenemos un Kli grande, llamado Adam HaRishon; es decir, un deseo de recibir, un deseo de placer; y también tenemos una gran Luz, un gran placer que lo llena. Ahora esperas que el placer dure para siempre, pero esto no es posible si el deseo es parecido a la Luz, si hay equivalencia de forma entre ambos. De lo contrario, tal como lo mencionamos antes, comienzo a comer, y el placer se va, así como la abundancia, la Luz, el placer, se extingue el deseo debido a por naturaleza son opuestos entre sí. A fin de evitar eso y asegurar que el placer entrante no elimine el deseo, es necesario que el deseo tenga exactamente la misma intención del placer.

Si alguien me da algo y le soy recíproco, ambos nos sentimos gratificados y podemos experimentar un crecimiento perpetuo de su estado. En otras palabras, el flujo de placer entre nosotros será interminable en placer, además del amor que aumenta el placer progresivamente como si no estuviera limitado por el Kli, sino por el valor que uno pone en el Proveedor, en el amado.

Es por esto que “Ama a tu prójimo como a ti mismo es una gran ley en la Torá”. Es la regla por la que las Luces permanecen en las vasijas y el alma no se hace desprovista de su satisfacción.

A fin de alcanzar la corrección, debido a que no somos capaces de efectuarlo todo de una vez, debemos dividir este Kli, llamado Adam HaRishon, en varias partes y hacer que cada parte atraviese innumerables situaciones hasta que esté dispuesta a reunirse con todas las partes, lo cual es el resto de las almas, en la forma de “Ama a tu prójimo como a ti mismo es un gran ley en la Torá”, cuando toda la Luz de la Torá, llamada esta “gran ley”, se expandirá y llenará todas las almas de manera colectiva.

Y este es el proceso que toda la humanidad está por comenzar, de una manera u otra. Si le revelamos la Sabiduría de la Cabalá, será placentero, y si no, D-s no lo quiera, será muy desagradable, pero tendremos que alcanzar el estado final.

Con eso concluimos nuestra lección de hoy y la próxima vez hablaremos más acerca del Adam HaRishon, de su particularidad, y cómo alcanza su corrección, y seremos capaces de observar cómo todas estas situaciones son resultado inevitable de la relación entre las Luces y las vasijas.

 

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